❖〘•◦•▣•◦•◎•◦✦◦•◎•◦•▣•◦•〙❖
❖〘•◦•▣•◦•◎•◦✦◦•◎•◦•▣•◦•〙❖
Aislada por las cuatro opresivas paredes de una prisión de acero, una femme derramaba lágrimas de anhelo; aquella que por segunda vez sería tentada por su carcelero, en su necedad de sacarle provecho, o en caso extremo, asesinarla por recelo.
Sus angustias, aunque la carcomiesen desde dentro, no mermaron el brío de su inquebrantable espíritu; y en aquel último interrogatorio, su sólido juicio no cedió en lo más mínimo; perseverancia que exasperaría a su secuestrador, quien la conminó al suplicio público.
Así, en un amplio salón del cuartel submarino, imposibilitada de pies y manos a una fría plancha metálica, expuesta ante todos los Decepticons, la femme, cual si fuese una bestia en coliseo, quedó a total merced del tumulto de gladiadores.
—Caballeros, hoy nos hemos reunido para castigar a este engendro que pretende ser como nosotros —declaró Starscream señalando a Lunatic con desdén—. Que su aspecto dulce y aparentemente inofensivo no los engañe. No, no, no —alegó burlesco—. Esta humana ha demostrado ser muy peligrosa, no sólo por sus méritos científicos, sino también por incitar la deserción de Soundwave y de Thundercracker; aparte de desafiar a nuestro líder rechazando su generosa oferta de unirse a sus filas —prosiguió petulante—. Yo, en mi humilde opinión, optaría por liquidarla de una vez; pero por lo grave de sus osadías, una sesión de tortura le caerá de maravilla. —Carcajeó, allegándose a la acusada—. ¿Lista para sentir cómo millones de voltios van a recorrer tus defectuosos circuitos hasta fundirlos?
—¿Defectuosos?... Igualado... —contestó Lunatic en tono irónico—. De científica a... seudocientífico —suspiró decepcionada—, el defectuoso de cuarta eres tú, porque a diferencia tuya, mis inventos han sido exitosos, e incluso respetados y avalados por el propio Shockwave. Además, yo efectué una sola traición, que fue tan perfecta que engañé a ambos bandos durante meses. En cambio tú, dime, ¿cuántos intentos fallidos llevas? —Sonrió victoriosa—. Admítelo... eres patético.
Los mordaces comentarios de la celeste desataron las risotadas de los presentes, quienes más que abuchearla, la alabaron por su valentía y sátira en contra del presumido Seeker; el cual, por despecho, le soltó una dura bofetada, silenciándose la sala por la brutal acción. No obstante, pese a la humillación, Lunatic echó un vistazo a Starscream sin resentimiento, riéndose con un delicado toque compasivo.
—¿La verdad lastima, cierto? —aseveró digna—. Si hoy fuese mi último día... me iría con más prestigio como Decepticon que tú; pues yo, en menos de medio año, conseguí lo que tú jamás lograrás en toda tu vida... Fracasado.
Después de semejante oposición, las risas resurgieron retumbando el doble de fuerte que las primeras, convirtiéndose aquello en un vitoreo a favor de la dama, ganándose piropos y silbidos.
—¡Cállate, insolente! —exclamó un iracundo Starscream—. No eres quien para hablarme de esa manera, chatarra barata —A punto de agredirla de nuevo, su golpe fue detenido por Megatron, quien lo tumbó de un puñetazo.
—¡Basta ya, papanatas! —reprendió Megatron a Starscream—. Ella tiene razón, y lo sabes. —Girándose hacia Lunatic, sonrió malicioso—. Sería un desperdicio perder a alguien como tú, querida. Con tu intelecto y esas agallas te forjarías una sobresaliente carrera en mi cuadrilla de élite. Para mi fortuna poseo un medio que doblegará y moldeará tu voluntad en mi beneficio; pero una lección de dolor te valdrá como escarmiento.
Apartándose, el grisáceo le ordenó a Skywarp que emprendiera la sanción elegida para la rehén, propinándole una potente e inmisericorde serie de descargas. Los lamentos de Lunatic fueron tan agudos, sonoros y trágicos como los de una Banshee; los que, sumados a sus violentas contorsiones, crearon una escena difícil de tolerar para algunos de sus espectadores, quienes enmudecieron funestos; porque el sufrimiento de un adversario era un espectáculo divertido de presenciar, pero frente a ellos yacía una femme que en su tiempo como humana les procuró atenciones con esmero, remedió sus averías, e incluso mejoró su alimentación y mecanismos. Ella en realidad nunca fue su enemiga, y eso, en lo profundo, abrumó a más de uno.
❖〘•◦•▣•◦•◎•◦✦◦•◎•◦•▣•◦•〙❖
Entretanto, el caballero de cobalto apenas había sido contenido por los Autobots, quienes evitaron que cometiera una locura por amor, pues casi imparable, se precipitó en querer ir a rescatar a su princesa lunar sin ayuda de nadie, al percibir unas horribles punzadas en su spark, como si le compartiesen los tormentos que soportaba su amada. Sin embargo, no fue el único que tuvo que ser apaciguado, ya que Thundercracker, Jazz y Perceptor reaccionaron muy similar.
Si bien frustraron sus actos impulsivos, Optimus Prime puso en marcha su plan para salvar a su protegida, y este requeriría de la cooperación de Soundwave y de Thundercracker, debido a su conocimiento previo de las instalaciones del asentamiento submarino, lo que les aportaría una ventaja crucial.
❖〘•◦•▣•◦•◎•◦✦◦•◎•◦•▣•◦•〙❖
Luego de su electrizante correctivo, la víctima fue trasladada al laboratorio bajo la custodia de Scrapper, Long Haul, Hook, Onslaught, Blast Off, Vortex, Breakdown, Dead End y Wildrider; sujetándola sobre una mesa de operaciones.
Entre espasmos, Lunatic fue capaz de mantenerse consciente gracias a los receptores en su casco, que fungieron como un pararrayos, los cuales ella había diseñado a modo de taser para lanzar electroshocks o desprender ondas electromagnéticas repelentes, al todavía no ser tan diestra en el combate ni en el uso de armas; aunque eso no la redimió de experimentar una gran agonía.
—¿Sigues activa? —preguntó a Lunatic un afligido Long Haul.
—S... sí... —musitó la celeste, sonriéndole al Constructicon.
El resto de la comitiva no fue indiferente al balbuceo de la dama, quien en vez de reprocharles, los miró uno a uno con una grácil mueca amable, cual si ella, por el contrario, sintiera mucho gusto de verlos; generándoles un amargo remordimiento a aquellos que la escoltaban.
—Vaya que eres resistente, mujer —admiró Megatron pulsando las teclas del mando de un enorme monitor—. Shockwave, repórtate.
—Aquí Shockwave a Megatron —avisó el cíclope desde Cybertron, plasmándose su imagen en la pantalla—, ¿qué sucede?
—¿Recuerdas a la criatura que te asistió en las calibraciones de los portales espaciales?
—¿Amaris?, sí, la recuerdo. Algo testaruda, pero de ingenio e inteligencia destacables.
—Me alegran tus buenas referencias respecto a ella, ya que pronto te la enviaré para que le ajustes el procesador.
—¿Procesador? —Se extrañó el púrpura—. Los humanos no tienen uno... ¿o sí?
—Veo que aun no te han informado de su «actualización». —Carcajeó Megatron colocándose las manos alrededor de la cintura—. Bueno, Shockwave, me complace presentarte a Amaris 2.0, o como la han llamado los Autobots, Lunatic Hope.
Despejándose el grupo que la rodeaba, la femme al fin fue contemplada por Shockwave, a quien poco le faltó para desactivarse de la impresión, al no dar crédito a lo que su óptico veía.
—¿Sorprendido?, pues lo creas o no, Shockwave, nuestros enemigos traspasaron los límites del decoro al reubicar la mente de esta muchacha a ese cuerpo —explicó Megatron—, convirtiéndola en una peculiar cruza de especies. Estoy seguro de que te intriga el comprender cómo funciona, por lo que asumo que te entusiasmará la idea de estudiarla a tu antojo.
—Por supuesto —aceptó fascinado—. Yo más que encantado, Megatron.
—En ese caso prepara a tu prototipo basado en nuestro antiguo Robo-Smasher, que a esta señorita le urge una consulta con él.
—Entendido —asintió Shockwave—. Como tú ordenes, Megatron.
Al concluir la llamada, la celeste forcejeó sus grilletes en vano. Agotada y sin una oportunidad de fugarse, rememoró, por igual, sus vivencias con los Cybertronianos; invadiéndola una corrosiva nostalgia.
—Entonces mi destino terminará como el de ellos —expresó Lunatic.
—¿Quiénes? —Inquirió el intrigado Megatron.
—Los... Combiners —reveló la femme con voz entrecortada, escurriéndole lubricante por debajo de las cuencas de sus ópticos—. Tal y como se lo hiciste a ellos... vas a destruir mi personalidad, reprogramándome por completo... y así sumarás otra pieza a tu estúpida lucha —sollozó—. Tu maldita guerra que no ha traído más que la desgracia y la muerte a todos los que involucraste en ella... —jadeó perturbada—. Para ti los Constructicons, los Stunticons y los Combaticons serán meros recursos militares, pero para mí... ellos son... seres maravillosos —rompió en llanto, apesadumbrada—. Ojalá Shockwave me estropee cuando me analice... Prefiero eso antes que ser forzada a dispararle a... mis amigos. —Cerró sus puños furiosa—. Te odio... ¡TE ODIO, MEGATRON! —gritó feroz lanzándole al tirano un vigoroso y certero relámpago azul proveniente de sus cuernos amarillos.
Una vez efectuó su audaz ataque, tras escapársele un aullido lastimero a consecuencia de su desgaste físico y mental, Lunatic sucumbió a un súbito apagón.
Noqueado por el tremendo chispazo, Megatron permaneció inactivo por varios minutos, reavivándose cuando sus ópticos destellaron de su característico color rojo. Un tanto desorientado, se puso de pie, encontrándose conque su prisionera, y sus guerreros, ya no estaban.
❖〘•◦•▣•◦•◎•◦✦◦•◎•◦•▣•◦•〙❖
Mientras tanto, en uno de los conductos de ventilación de la base Decepticon.
—¿Ya desactivaron las cámaras? —susurró Rumble a través de un intercomunicador modificado, captándose un par de gorjeos y un gruñido de fiera.
—Bien, ahora sólo falta Frenzy —cuchicheó Rumble contactando a su mellizo—. ¿Ya saboteaste las vías de comunicación?
—Afirmativo... —confirmó Frenzy—. ¿Tú ya anulaste los sistemas de seguridad?
—Afirmativo... —ratificó Rumble—. Laserbeak, Buzzsaw y Ravage cumplieron lo suyo y se dirigen al punto de control designado para la segunda fase de la misión. Operación suicida: Iniciada... Cambio y fuera.
❖〘•◦•▣•◦•◎•◦✦◦•◎•◦•▣•◦•〙❖
•-•-•-•-•◤✧◥•-•-•-•-•
•-•-•-•-•◣✧◢•-•-•-•-•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro