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♛─ᴛʀᴇᴅɪᴄɪ─♛

Había pasado un mes desde el incidente con Rain nada malo había pasado desde entonces, todo estaba tranquilo en Wonderland, aunque los guardias aun seguían vigilando las fronteras y las calles, no iban a bajar la guardia.

La habitación era iluminada por la luz de la luna, la ventana estaba abierta dejando entrar la fresca brisa, San estaba durmiendo plácidamente en su cama, pero unos brazos aferrándose a su cintura y el cálido aliento en su cuello hicieron que abriera sus ojos, con cuidado giró su cuerpo encontrándose con el peliplateado.

—Woonie... ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —Pregunto con voz adormilada, se sentó dejando su espalda recostada en la superficie plana de la cabecera.

—Hace unos minutos... —Aquellos preciosos ojos verdes brillaron con intensidad. —Eres demasiado lindo mientras duermes. —la pequeña mano acarició con parsimonia el rostro del mayor.

—Sé que no eres mi Wooyoung, no sé quien mierda eres, solo te advierto que no dejaré que lo dañen... —el chico lo ignoró envolviéndolo en un fuerte abrazo. — ¿Por qué no puedo moverme? —susurro, tratando de mover su cuerpo.

—No te preocupes, solo usé mi magia en ti, no durará por mucho tiempo, así que no debo desperdiciar ni un segundo a tu lado. —empezó a dejar besos en el pálido cuello. —Siempre quise tenerte así, sentir tu aroma, estar entre tus brazos. —el peliplateado se sentó en el regazo de San. —Eres tan malditamente hermoso. —coloco sus manos en torso del dragón.

— Deja de usar el rostro de Wooyoung para cometer y decir locuras. —su cuerpo no respondía.

—Solo quiero que me ames, soy mejor que el tonto de Wooyoung... —tomó con sus dos manos el rostro del mayor y lo beso, San trataba de alejarse pero no podía. —Como lo pensaba, tus labios son dulces, suaves y adictivos. —Volvió a besarlo. —Quiero tocarte y besarte todo el tiempo. —susurró al separarse del beso y sonrió con maldad. —Algún día me amaras Black. —

—Ten por seguro que no, el único dueño de mi corazón es Wooyoung, así que elimina esas estúpidas ideas de tu cabeza. —los ojos de San brillaron en un rojo más intenso, pudiendo mover solo su brazo.

— ¡Siempre es él! —levanto la voz. — ¡Wooyoung siempre tiene el amor de todos...! —Él dragón logro tomar el cuello del chico y presionó, este solo dio una carcajada.

—T-te amo, S-san... —el mayor frunció su ceño al escuchar su nombre.

— ¿Como sabes mi nombre? —apretó con más fuerza el pequeño cuello.

—E-es un s-secreto... —la puerta de la habitación fue tocada haciendo que el dragón bajara la guardia y el chico bajo de él escapara de su agarre. —Nos veremos pronto mi amor. —Salto desde la ventana, San quiso alcanzarlo pero había desaparecido sin dejar rastro

El pelinegro suspiro, estaba frustrado, solo quería que dejaran a su Wooyoung en paz, a él le podían hacer lo que quisieran pero a su pequeño no. No sabía cómo había entrado aquel chico a Wonderland, la barrera anti cazadores estaba activada, solo podían entrar los dragones.

Los golpes en su puerta lo sacaron de sus pensamientos y posibles teorías, cerró la ventana con seguro y coloco la camisa de su pijama, dirigiéndose hacia el pedazo de madera, giró la perilla, encontrándose con su Wooyoung.

—H-hyung ¿está todo bien? —el menor lo veía con rostro preocupado y en sus brazos tenía abrazada una almohada. San vio la marca de Wooyoung en su clavícula, el dulce aroma que desprendía el menor llegó a su nariz, era él, así que pudo respirar tranquilo.

—Todo bien, pero... ¿qué haces despierto Woonie? —

—Sentí que alguien me veía, así que el sueño se fue en ese momento, vine a buscarlo, pero escuche unas voces provenir de su habitación, estaba muy preocupado. —terminó de hablar.

—A veces habló cuando estoy dormido, no te preocupes. —Mintió, no quería asustar al menor.

—H-hyung ¿puedo quedarme con usted está noche? —Woo al no escuchar la respuesta del otro se sintió triste. —Si no quiere está bien... —

—Nunca dije que no, cariño... —las mejillas del ojiverde se sonrojaron al escuchar las palabras de su hyung. —Entra y toma el lado de la cama que más te guste. —

— ¡Gracias, hyung! —a pasitos rápidos se dirigió hacia la cama, acostándose en el lado derecho, abrazo su almohada y sonrió.

El mayor imitó la acción, tomó la manta y cubrió el cuerpo de ambos. —Sería más cómodo abrazarme a mí, en vez de a esa almohada. —hizo un puchero, aquella acción la hacía solo delante del menor era el único que podía ver su lado tierno.

— ¿Puedo? —el pelinegro asintió.

—Claro que puedes, soy todo tuyo Woonie, puedo ser tu almohada o tu peluche, puedes usarme como quieras. —El corazón de Wooyoung había sido flechazo nuevamente por San.

—P-pensé que lo incomodaría si lo abrazaba. —respondió con nerviosismo, dejó la almohada a un lado y envolvió con uno de sus brazos la cintura de San. —Es cálido. —

—Y tú eres lindo y suavecito... —envolvió el pequeño cuerpo en un fuerte abrazo.

—Hyung... —río con ternura.

—Espero puedas dormir, descansa cariño. —dejó un pequeño beso en la frente del menor.

—Descanse, Hyung. —la vocecita se escucho adormilada.

San se quedó despierto, cuidando los sueños de Wooyoung, por ese instante olvidaría lo que anteriormente había pasado. Cuándo se dio cuenta que el menor estaba totalmente dormido, él pudo cerrar sus ojos, se sentía un poco más tranquilo.

San y Wooyoung habían terminado de almorzar, esta vez eran solo ellos dos, ya que los hermanos Kang estaban en sus labores, Yunho en Water inspeccionado la construcción y Yeosang vigilaban la frontera.

—Hyung, yo... —Woo hablo un poquito nervioso.

— ¿Qué pasa cariño? dilo sin miedo... —

— Quiero salir un momento del castillo. —jugaba con sus deditos. —Pero si no quiere está bien, sé que es peligroso salir... —

—Vamos, yo te acompañare, demos un recorrido... —San le sonrió.

— ¿En serio? —el rey asintió.

—Debe ser aburrido estar encerrado en este lugar. —

—No es aburrido, me entretengo leyendo los libros de su biblioteca, yo con un libro y una taza de chocolate soy feliz. —el menor sonrió, San amaba esa preciosa sonrisa.

Una hora después, se encontraban en la puerta principal del castillo, Wooyoung llevaba una capa blanca puesta, ya que así se sentía más seguro, era la primera vez que salía después de varios meses.

— ¿Listo? —San le extendió la mano.

—Listo... —Wooyoung entrelazo su mano con la del pelinegro.

Al salir varias personas tenían sus miradas fijas en ellos, solo murmuraban, pero a los dos chicos no les importaba. Recorrieron varios lugares, el menor sonreía y eso hacia feliz al rey. Entraron a una librería, San compró un libro que llamó la atención de Wooyoung, este estaba apenado pero el pelinegro dijo que era un regalo, así que lo recibió.

— ¿Quieres una? —

— No quiero que gaste en mí. —

—Haré como que no escuche eso, deme una manzana acaramelada, por favor. —

—Pero Hyung... —jaló el saco del mayor.

—Pero nada... —ignoro las palabras del otro.

—Aquí está rey, desfrútela. —la anciana entregó el dulce y San pago.

—Toma, cariño. —

—G-gracias... —con mejillas rojas recibió el dulce.

—De nada, si quieres algo más, pídelo y yo lo conseguiré para ti. —jaló una de las mejillas del menor.

— ¿Quiere? —pregunto alzando el dulce hacia el pelinegro.

—No cariño, gracias... pero no me gusta lo dulce. —le sonrió, el menor asintió y le devolvió la sonrisa.

Minutos después llegaron hasta el distrito Light, este quedaba junto de Shadow. Wooyoung se sintió triste y nostálgico, se dio cuenta que el lugar estaba siendo reconstruido y las lágrimas del menor no dudaron en aparecer.

—Casi está terminado, aun tengo la esperanza de que algunos dragones de luz estén vivos y si es así, quiero que regresen a su hogar, el cual les fue arrebatado injustamente. —

—H-hyung, g-gracias... —limpio sus lágrimas estaba muy feliz, el también tenía esperanzas de que algunos de su clan estuvieran vivos en algún lugar.

—No es nada, ven conmigo te enseñare algo. —jaló a Wooyoung, el lugar que le quería enseñar no estaba tan lejos.

— ¿A dónde me lleva? —pregunto con curiosidad, el camino se le hacía muy conocido.

—Llegamos... —estaban frente a una pequeña casa de color beige. —Fue la primera que arreglé, tengo muchos recuerdos contigo y tu familia. —Sonrió nostálgico.

—M-mi antiguo hogar. —estaba frente al lugar en donde vivió por diez años. —Muchas gracias. —otra vez rompió en llanto.

—Woonie no llores. —limpiaba con su pañuelo las húmedas mejillitas.

—E-estoy muy feliz... —corrió hacia el jardín trasero, sentándose en la banca, atrás estaba un árbol con lindas florecitas rosadas. —Aquí sentados pasábamos la mayor parte de la noche, contábamos estrellas y hablábamos por horas. —San se sentó junto al peliplateado.

—Aquí te conté mis sueños y miedos, también te pedí que fueras mi príncipe, en realidad amo mucho este lugar. —hizo una pequeña pausa. —Ustedes los Jung eran mi única familia... —

— ¿Jung? —

—Sí, eres un Jung, como podría olvidar el apellido de quienes salvaron mi vida y me dieron compartieron su amor. —giró su rostro conectando sus ojos con los de su Príncipe. —Eres Jung Wooyoung... —sonrió.

—Jung Wooyoung... —susurro para el mismo, ahora sabia cual era su apellido. —No sé como agradecer todo lo que ha hecho por mí. —entrelazo su manito con la de San.

—Mi pago es ver tu sonrisa, verte feliz y sonreír, eso es más que suficiente... —

—Hyung deme un beso... —

— ¿Eh? —San lo vio con rostro confundido, Woo nunca había pedido algo así, pero le gustaba, eso significaba que su pequeño tomaba más confianza.

—Usted dijo que pidiera lo que sea y me lo conseguiría. —las mejillas del menor estaban de un tono rosa al igual que las mejillas de San. —Lo que quiero ahora es que me bese. —

—No puedo decirte que no. —Se acercó y junto sus labios con los del menor, dando un suave beso. Algunas flores cayeron del árbol, bailando con lentitud en el aire, haciendo que el ambiente se volviera mágico, el cielo era testigo de aquel dulce e inocente amor.

Al separarse del beso los dos sonrieron, sintiéndose un poco tímidos.

—Hyung... —

— ¿sí? —el mayor quitaba las florecitas que habían caído en el cabello de Wooyoung.

—Te amo... —San dejó de hacer lo que estaba haciendo, sus vista estaba fija en el sonrojado rostro de su Príncipe. —Lo amo Sannie Hyung. —repitió.

— ¡Lo dijiste...! —con emoción abrazó el cuerpecito. —Espere mucho por este momento, en verdad me amas. —

—Siempre lo he amado, pero no sabía cómo decirlo, mi timidez ganaba... —

—Woonie... —tomó entre sus manos el pequeño rostro. —Te amo... —Woo sonrió y tomó la iniciativa, juntando sus labios nuevamente.

Otro lindo recuerdo se sumaba en aquel jardín trasero, sin duda seguía siendo el lugar favorito de los dos.

Actualización, espero les guste... 🐉💟✨

Cada vez que escribo me siento sola, ¿Por qué no puedo tener una relación así de bonis? pero bueno... 😔💟✨

Cuídense mucho, Hope lxs ama...💟✨

Gracias por leer(✿❛◡❛)♡♡

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