Iniciar la semana con energía renovada y ganas de arrasar el mundo, no es usual ¿verdad?,  y es que es muy normal que no queramos despegarnos de las sabanas e iniciar otra semana más.

Recuerdo cuando era muy peque y cursaba la primaria, despertar y levantarme para enfrentar el día era con un salto eufórico con la convicción de que iba a disfrutar del día, sin importar que día fuera, por que a esa edad ni me fijaba si era lunes o domingo.

Ya en secundaria, era otro el cantar.  Las ganas y la euforia se conservaba, pero no por despertar tan temprano para asistir al colegio, y uno llevaba un control más medido de los días.  ¿Apuesto que a alguno de ustedes les ha pasado que se despertaban asustados un sábado o domingo, pensando que era ya muy tarde para llegar al colegio?

Terminada la etapa escolar e iniciada la universitaria, el dilema era: ¿me despertaré?,  o tal vez: ¿podré dormir algo?,  e incluso: ¿espero no dormirme en clases?  Y es que ir a clases, estudiar, hacer trabajos de investigación, redactar monografias, resolver intrincados problemas de matemáticas elevadas a la pinche paciencia... ¡ah! porque no era potencia lo que tenías que aplicar, sino paciencia, pues eran ejercicios de nunca acabar.  

Y así transcurrían los días en tu niñez, pubertad y adolescencia...

Ahora, ya en mi madurez suelo declarar los lunes como días sabrosos, porque a pesar de querer patear todo y envolverme con las sábanas...

...pensar que cuando eramos niños alguna vez nos preguntaron: ¿y tú, qué deseas ser cuando seas grande? 

¿Por qué nadie nos explicó en aquel entonces que esta era una pregunta trucada y que en realidad deberían decirnos, no crezcas, te vas a arrepentir?

Jajajajaja

Oh mi querido diario, te cambio un lomo duro y labrado en cuero, por que me permitas volver a mi niñez, ¿qué dices, te animas?

Jajajajaja

(Con una mano en la frente y la otra elevada hacía el cielo)

Oh lunes, bello lunes, te enfrento con los brazos abiertos y una gran sonrisa y que sea lo que tenga que ser.

Que conste que no odio los lunes, solo los detesto; ¿pero es acaso esto algo nuevo en nuestra naturaleza humana?

Cerremos este capítulo, pues mañana será otro día y hoy con ánimo no tan animado enfrento el día que se me viene encima..... ¡que disfruten de vuestros lunes!