Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

«𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑼𝑵𝑶»

Bajo el gran cielo despejado y un brillante sol se encontraban todos los alumnos de Aestimare escuchando el aleteo cada vez más cercano para luego ver el cielo inundado de un numeroso grupo se lechuzas, las cuales poseían entres sus garras lo que lucía como un pequeño rollo de pergamino.

Una vez por semestre todas las familias tenían permitido comunicarse con sus hijos a través de cartas, razón por la cual la mayoría de estudiantes estaban bastante ansiosos de al fin lograr comunicarse con sus familiares.

Todos los jóvenes parecían alegres una vez cada lechuza se dirigía al respectivo dueño de la carta dejándolas en sus manos, para luego desaparecer de nuevo entre las nubes.

Los ojos de Hoseok se movían de un lado al otro leyendo la fina caligrafía escrita en el pergamino. Mantenía una expresión aburrida en su rostro terminándola de leer y así mismo arrugar el trozo de papel en sus manos.

Dejando escapar un leve suspiro miró hacia su alrededor observando a sus amigos ya sentados en un rincón leyendo sus cartas. Siguió barriendo el lugar con su mirada hasta encontrarse con el famoso grupo de amigos, Namjoon, Jimin y...

«¿Dónde está Taehyung?» pensó para sí mismo, era extraño no verlo cerca de alguno de sus dos compañeros.

Sin pensarlo dos veces guardó la bola de papel en su bolsillo mientras sus pies empezaron a moverse por sí solos en busca del vampiro.

Unos cuantos minutos transcurrieron antes de que sus pasos cesaran al escuchar un casi imperceptible sollozo.

El elfo de puntillas se acercó con sigilo hacia uno de los muros traseros del castillo, asomó su cabeza con cuidado observando una no tan pequeña figura sentada en el suelo con su rostro escondido entre sus piernas.

Los ojos del castaño se abrieron de par en par al darse cuenta el dueño de aquella silueta. Vestimenta oscura, la cual ocultaba casi todo rastro visible de piel, cabello negro enmarañado y ligeramente largo.

— ¿Taehyung? —preguntó en un murmullo.

El mencionado se sobresaltó descubriendo su rostro como reacción involuntaria. La vergüenza subió hasta sus mejillas al darse cuenta de quién lo había descubierto en tan penosa situación.

Con poco tacto limpió las lágrimas que caían por sus mejillas, a lo que giraba el rostro en dirección contraria a la mirada del mayor.

— ¿Qué haces aquí? —cuestionó con brusquedad.

— Yo sólo... ¿te encuentras bien?

Y Hoseok deseo no preguntar cuando vio como el vampiro giraba su cabeza regalándole una no muy amistosa mirada.

— Lárgate.

Pareciera que la gélida voz del vampiro en lugar de provocar que el elfo dejara de hablar y se retirara, hizo que este se acercara más, tanto como para tener el "descaro" según Taehyung, de sentarse a su lado.

— No pareces estar bien.

— Y con tu presencia lo estoy menos ahora —bufó con molestia alejándose unos pocos centímetros del cuerpo contrario.

El ceño del elfo se frunció al notar que el muchacho a su lado no tenía ninguna carta en sus manos. Tal vez podría haberla guardado como él había hecho unos minutos atrás, pero aun así...

— ¿La carta que te mandó tu familia fue muy emotiva acaso?

Estaba consciente de que estaba siendo muy entrometido y jugando con su suerte, pues lo más probable es que el azabache lo alejaría a patadas si continuaba de fisgón. Pero ahora más que nunca no podía dormirse en los laureles, debía conseguir acercarse más al chico, y más ahora que se encontraba tan vulnerable.

Una mirada incrédula y sonrisa irónica se reflejaron en el rostro de Taehyung.

— Sería una razón bastante cursi, si tan sólo hubiesen enviado una carta —mencionó mientras su mirada se ensombrecía.

— ¿No recibiste ningún mensaje?

Los dientes del vampiro se apretaron y sus manos se hicieron puños al sentir como la impaciencia y molestia empezaban a crecer en él.

— ¿Por qué te importa? Déjame en paz.

Haciendo caso omiso a las palabras escuchadas, el castaño sacó la pequeña bola de papel de uno de sus bolsillos para luego abrirla con cuidado.

— Cuando vuelvo a leer esta carta pienso en que prefería no haber recibido nada.

— ¿P-por qué? —preguntó intentando no sonar muy curioso.

Sonrió levemente al ver un poco de interés por parte del más alto.

— Básicamente parece más una lista de trabajos. "Haz esto", "haz aquello", "compórtate así"... a menos de que mi vista ya no sea tan buena en ninguna línea preguntaron cómo me encontraba.

Por supuesto Hoseok omitió mucho de lo que estaba escrito en la carta, tampoco es que fuera buena idea profundizar en ello.

— Al menos te creen capaz de hacerlo —su voz salió tan suave que casi sonaba como un murmullo.

— ¿Por qué lo dices?

Taehyung humedeció un poco con su lengua su labio inferior mientras jugaba con sus dedos, como si estuviera debatiendo en sí era buena idea seguir hablando.

— Tu familia... tiene aspiraciones de ti, al menos te tratan como uno de ellos.

— ¿Por qué te tratarían diferente?

— ¡Porque soy débil! ¿Está bien? creen que soy un cobarde que no tiene la capacidad ni la fuerza para ser un vampiro... que no soy digno de pertenecer a su legado. —bufó sintiendo como las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos—. Sólo... no creo que sea tan ridículo no querer hacerle daño a las demás criaturas o que no me gusten las peleas, eso no significa que no me pueda valer por mí mismo, y-yo...

Por un momento el elfo se quedó estático al ver el cuerpo de Taehyung temblar a lo que cubría su rostro con las palmas de sus manos. Para ser sincero, nunca creyó ver esa faceta del menor, en el exterior siempre lucía tan fuerte y estable, tanto que pensó que tal vez no guardaba debilidad alguna.

— No te gusta hacerle daño a los demás... sin embargo, casi me dejas sin cabeza el otro día en el invernadero —bromeó.

— Idiota...

Hoseok casi pudo jurar que vio el atisbo de una sonrisa asomarse en los labios contrarios.

— Taehyung, no estás ni cerca de ser alguien débil —dijo al ver al menor observarlo de reojo—. Al contrario, he conocido a pocos tan fuertes como tú.

— No es como si me importara mucho tu opinión.

— Sé que no pero... ponlo de esta manera ¿cuántos conoces que prefieran tomar sus propias decisiones aunque eso les cueste alejarse de su familia? Muchos no lo hacen.

— Pero no me han salido las cosas muy bien desde entonces —suspiró cansado apoyando su mentón en los brazos recargados en sus piernas.

— ¿Te estarías sintiendo bien si fueras seguido los pasos de tus ancestros?

— No...

— Sabes algo, es increíble lo decidido que eres. A veces me pregunto si yo podría intentar seguir mi propio destino fuera de mi clan, pero la respuesta de mi mente siempre es negativa. Aun así, eso no me hace alguien débil, sólo no soy tan fuerte como tú.

— ¿Estás intentando consolarme acaso? —preguntó incrédulo.

— Puedes tomarlo de esa manera, pero no creo que seas de los que necesiten consuelo. Tan sólo digo lo que pienso.

— ¿Desde cuando eres tan amable conmigo?

— Deberías haberte dado cuenta de ello ya, ¿no lo crees? Me duele que no hayas notado mi esfuerzo —fingió un exagerado sollozo provocando una pequeña risa escapar de los labios del chico a su lado.

Taehyung se congeló por un instante al sentir como una de las manos contrarias tomaba su barbilla con delicadeza.

«Está demasiado cerca» alertó la cabeza del vampiro intentando retroceder, pero viéndose a sí mismo imposibilitado al conectarse con los profundos ojos de Hoseok, los cuales no dejaban de observar cada facción de su rostro.

— ¿Q-qué haces?

«¿Por qué demonios acabo de tartamudear?» se regañó por permitir que su voz temblara.

Hoseok deslizó con cuidado uno de sus pulgares sobre el parpado inferior del chico que permanecía estático frente a él, para finalmente limpiar una de las lágrimas que amenazaban con resbalar por la mejilla contraria.

Las comisuras de sus labios se levantaron al sentir una fuerte palmada en su mano haciendo que la alejara del rostro del azabache.

— Ese es el Taehyung que conozco. Admito que es más divertido verte molesto que verte llorando. —comentó colocando su dedo índice en el entrecejo fruncido del menor.

El momento fue interrumpido por el sonido estridente de los trombones, los cuales daban aviso para que todos los estudiantes ingresaran de nuevo a sus aulas de clase.

— Parece que es hora de regresar, ¿vienes? —habló otra vez el elfo recibiendo una negativa por parte del azabache.

— Vete, iré en unos minutos. —dijo en voz baja mientras escondía su rostro entre sus piernas.

El castaño asintió para luego retirarse de la escena dejando a Taehyung con su mente siendo un total desorden.

¿Por qué Hoseok se había comportado como si fueran cercanos? Tan insolente, tan despreocupado, tan... amable.

Definitivamente se sentía confundido por la actitud de hace unos minutos del elfo, pero lo que más le confundía era la calidez que se instaló en su pecho cuando el mayor le dirigió una ligera sonrisa antes de irse.

«¿Qué demonios te sucede Taehyung?» se preguntó antes de cubrir su rostro dejando así escapar un pesado suspiro.












Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro