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«𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑺𝑬𝑰𝑺»

Taehyung dio un pequeño brinco al sentir de improviso una mano posada en su hombro izquierdo.

— ¿Tan nervioso te pone mi presencia? —preguntó una voz socarrona.

— Sólo si me tomas de imprevisto —reprochó observando a Hoseok.

Una curva se asomó en los labios a lo que inclinaba su cabeza de lado.

— ¿Ya terminaste de cazar por hoy?

— Sí —respondió limpiando el resto de sangre en la comisura de sus labios—. ¿Qué necesitas?

— Tengo una gran idea para hoy —comentó recibiendo una mirada incrédula—. ¡Búsqueda del tesoro!

— ¿"Búsqueda del tesoro"?

— Sí, escucha. Se me ocurrió en lo genial que sería que buscáramos el castillo de la líder del reino ¿no lo crees?

— No le veo lo interesante a eso —dijo con indiferencia.

— Oh, vamos. ¿Acaso no te da una pizca curiosidad?

— No.

— Aish, ni tienes algo mejor que hacer ¿o sí? —contraatacó.

El vampiro resopló rendido, después de todo el castaño tenía razón, no tenía algo más interesante que hacer. Además no es como si le molestara la presencia de Hoseok, al contrario. Pero por supuesto no iba a admitirlo en voz alta.

Y sin decir una palabra como respuesta Taehyung empezó a adelantar su paso dándole a entender al contrario que lo siguiera.

El mayor sin rechistar siguió de manera obediente al azabache, siempre permaneciendo unos centímetros detrás de él.

[]

Jungkook se acercó con cuidado al chico de cabellera azul que se encontraba apoyado en la puerta detrás de la entrada principal, el cual permanecía de puntitas mientras asomaba su cabeza fuera del marco, como si estuviera vigilando algo o alguien.

— ¿Se te perdió alguien? —preguntó el brujo de improvisto.

El peliazul giró su cabeza ante la sorpresa de la repentina voz.

— Oh, hola Jungkook. Me asustaste —dijo con la mano en su pecho.

— Lo siento. ¿Qué hacías? —cuestionó con curiosidad.

Jimin mordió su labio con vacilación, para luego tomar al pelivioleta del brazo y acercarlo hacia donde permanecía "vigilando" hace unos minutos.

El pelivioleta entrecerró sus ojos al seguir el punto en donde la mano del sílfide le había señalado.

— ¿Ese es Hoseok y...

— Taehyung, sí —completó el mayor sin apartar la mirada de ambos.

— ¿A dónde se dirigirán? Aunque no parecen exactamente amigos, ni siquiera están cerca el uno del otro.

— A dónde se dirigen es el menor de los problemas —resopló—. Taehyung ha estado raro hace varios días; meses atrás ni siquiera hubiera permitido que un elfo y más si es Hoseok permaneciera a menos de dos metros de distancia de él.

— Que extraño.

— ¡Por supuesto que es extraño! —espetó con fastidio al ver la tranquilidad del menor—. ¿Hoseok no ha estado diferente estos días?

— No lo sé, casi no hablo con él —comentó impasible.

Jimin refunfuñó por lo bajo sentándose en las escaleras de la entrada. Jungkook imitó la acción del contrario mientras observaba la frustración del chico alado.

— ¿Por qué te preocupa tanto? Estás igual de paranoico que Yoongi.

— ¿Crees que estoy siendo paranoico? —cuestionó con preocupación.

Tal vez Jimin empezaba a creer que estaba sobreexagerando la situación, pero vamos... estaba hablando de su mejor amigo, le preocupaba el cambio de su comportamiento; y no sabía por qué con exactitud, pero la situación no le generaba especial confianza.

— Hey, Jimin. —llamó Jungkook sacándolo de su burbuja de pensamientos—. No te mates la cabeza demasiado, Hoseok es buen chico. Dudo que haya algo raro entre ellos, no te alarmes.

— ¿Estás seguro? —inquirió algo reticente.

— Por supuesto —afirmó con una sonrisa—. No perdamos más el tiempo aquí, ¿no necesitas estudiar para los exámenes finales?

El peliazul rió cortamente dándole la razón al contrario.

Ambos se pusieron de pie, para luego encaminarse por fin a la biblioteca.

[🛡]

Transcurrieron largos minutos de caminata bajo el nublado cielo y el viento helado de la blanca y tranquila mañana; hasta que los pasos del vampiro se detuvieron en seco haciendo que su acompañante imitara la misma acción.

— ¿Por qué nos detenemos? —preguntó el elfo.

Taehyung llevó su índice a sus labios indicándole silencio; caminó con sigilo unos cuantos pasos hacia un no muy alto muro de adobe.

— ¿Qué hacemos aquí? —habló de nuevo Hoseok en un susurro.

— Encontrando el "tesoro" de tu búsqueda —respondió señalando hacia el frente.

Los ojos de Hoseok se abrieron de par en par cuando pudo distinguir a varios metros como sobresalía la punta de una alta y poco ostentosa torre de piedra en toda la mitad de un espeso bosque, en donde los enormes abetos obstaculizaban su visión, haciéndola pasar casi desapercibida.

— ¿Ahí... está... —balbuceó sin poder contener el asombro.

— Sí, ahí está nuestra líder... después que mi familia pasara a ser nada —dijo con un pequeño atisbo de rencor momentáneo.

— ¿Podemos ir a verla de cerca?

Taehyung casi empujó a Hoseok al ver como este se levantó prontamente dispuesto a emprender camino hacia la torre.

— ¡¿Estás loco?! —alzó su voz, pero de manera inmediata regulándola al darse cuenta de que estaba siento imprudente—. Por supuesto que no podemos acercarnos —murmuró.

El castaño suspiró decepcionado dejándose caer en la nieve, a lo que reposaba su cabeza en el muro.

— Dijiste que no sabías donde vivía. Y sin embargo, aquí estamos.

— Quizás no quise decírtelo antes. De todos modos no era de tu incumbencia —recalcó el vampiro sentándose, para luego tomar la misma postura de su compañero.

— ¿Por qué decidiste mostrármelo ahora?

El vampiro vaciló unos segundos ante esa pregunta. Aún no estaba muy seguro de la respuesta, pero tal vez... sólo tal vez, no sentía la misma desconfianza y apatía hacia Hoseok como hace un par de semanas atrás.

— Parecías demasiado entusiasmado con la idea de conocer a la "enigmática líder" que... bueno, simplemente no iba a perder mi tiempo fingiendo una búsqueda —respondió intentando sonar indiferente.

— Apuesto a que sabes más que sólo el paradero. —afirmó con entusiasmo—. No le diré a nadie si me cuentas, lo prometo. De todas maneras yo ganaré nada con saberlo y tú no perderás nada con decírmelo.

— Si tú no ganarás nada, entonces ¿por qué quieres que te lo cuente?

— Tú lo dijiste antes, tal vez soy un poco cotilla —sonrió ladino.

Taehyung entrecerró sus ojos observando con sigilo la fingida inocencia del chico frente a él. Pero después de todo, tenía razón... No creía que Hoseok pudiera hacer nada relevante con dicha información, de seguro sólo se trataba de curiosidad de su parte.

— Es descendiente de Medusa —dijo el azabache recibiendo una mirada de sorpresa del contrario.

— ¿Medusa? ¿Hablas de la diosa del inframundo? —preguntó incrédulo—. ¿Cómo es posible si quiera que algún ser del mundo subterráneo se encuentre aquí?

— Ella es la única excepción... es una historia un poco larga —suspiró—. En medio de la búsqueda de un nuevo líder para el mundo mágico la encontraron, siglos atrás ella fue rechazada por su familia y posteriormente fue desterrada de su hogar por oponerse a las leyes del inframundo. Siempre estuvo a favor de la justicia y en contra de la crueldad que se practicaba en el mundo subterráneo.

— Aun así... dentro de todas las especies que permanecen en el mundo mágico ¿por qué escogieron a alguien que no pertenecía aquí?

— Como te dije antes, ella poseía aptitudes dignas de una líder, muchos tenían una gran esperanza en el hecho de que podría encaminar el reino nuevamente después de tantos años de disputa. Eso y el hecho de que todas las especies con mayor jerarquía y relevancia del mundo mágico se encontraban aliadas, pensar en subir al trono a alguien relacionado con la especie de los vampiros o elfos sólo fuera desatado más problemas... y bueno, no hace falta decir que las demás especies del reino eran demasiado pacificas o carentes de habilidades merecedoras de un puesto de liderazgo.

— Parece que ha hecho un buen trabajo, todo parece haber estado en relativa calma desde haces tres siglos —comentó mirando en dirección a la torre—. ¿Ella permanece sola en la torre?

Taehyung soltó una risa sin gracia.

— No, qué va. El perímetro de su torre está vigilado por sus súbditos las 24 horas del día; no es como si existiera un latente peligro, pero de igual manera sería muy arriesgado dejarla sola. Ella no tiene en particular habilidades que posean fuerza física, supongo que su única defensa es su mirada.

— ¿Te refieres a eso de que con una sola mirada te convierte en piedra?

El vampiro asintió.

— ¿Y tienes idea de quiénes protegen su torre? —cuestionó nuevamente el castaño—. Es decir... no creo que alguna de nuestra especie esté asumiendo ese papel.

— Había escuchado que eran centauros... no estoy muy seguro. Si me lo preguntas pudieron conseguir unos mejores guardianes que esos, yo con facilidad podría burlarlos, no son la gran cosa. —respondió encogiéndose de hombros.

— Interesante... —murmuró para sí mismo—. ¿Cómo sabes todo esto? ¿Es algo que sabe toda tu familia?

— Nah, la mayoría no sabe más que sólo el hecho de que es una descendiente de Medusa.

— Entonces... ¿cómo?

— No sé, quizás al igual que tú, también soy un poco cotilla —dijo con diversión.

— ¿Toda esta información me la diste por qué te caigo mejor o quieres algo a cambio?

— Por supuesto que quiero algo a cambio. —respondió cruzándose de brazos.

— ¿Y qué sería?

— Escuché que tu sucia especie es la única que tiene acceso al Jardín de bayas y frambuesas. Y quiero ir ahí.

De pronto a Hoseok los insultos del vampiro le resultaban más graciosos que ofensivos.

— ¿Por qué quieres ir ahí?

— Leí que ahí se encuentran distintos tipos de frutos extravagantes y deliciosos. Y no es justo que sólo ustedes tengan entrada libre a ese espacio.

— Eres un vampiro extraño... ¿acaso te volviste frugívoro? —inquirió con burla.

— ¿Qué tiene de malo que quiera cambiar un poco mi dieta? Es cansado sólo haber bebido sangre por 19 años. ¡Deja de cuestionarme!

Hoseok no pudo evitar sonreír ante la ternura que le había causado ver a Taehyung enfurruñado e intentando lucir fallidamente intimidante.

— Entonces andando, pronto caerá la tarde.

[]

Una vez ambos muchachos llegaron al dichoso Jardín, el más joven observó con entusiasmo la enorme cantidad arbustos frondosos atiborrados con distintos tipos de frutos exóticos y exquisitos.

— ¿Puedo tomar lo que quiera? —inquirió el pelinegro con brillo en sus ojos.

— ¡Es todo tuyo! —dijo levantando ambos brazos hacia el jardín.

Para sorpresa del vampiro, a pesar del helado clima los frutos de los arbustos se encontraban rojizos y frescos. Tomó un puñado frambuesas llevándolo a su boca deleitándose con la explosión de nuevos sabores en su paladar.

— ¡Esto es increíble! —gimió llevándose más de los dulces frutos a su boca—. ¿Quieres una? —preguntó al castaño extendiéndole su mano en donde se encontraban un par de frambuesas.

— Gracias, estoy bien —negó.

Siguió observando de cerca a Taehyung, el cual le había restado importancia a su negativa, para seguir concentrado en los frutos.

Después de unos minutos en silencio, Hoseok volvió a hablar.

— Hey, Taehyung.

— ¿Qué? —volteó mostrando sus mejillas regordetas repletas de frambuesas—. Te pregunté si querías hace unos minutos y me dijiste que no. —replicó.

— No te llamaba para eso. —dijo suavemente acercándose al menor—. Tu rostro está embarrado de dulce.

El azabache empezó a limpiar sus mejillas con brusquedad intentando quitar cualquier rastro de suciedad.

— ¿En dónde? —preguntó con ojitos de cachorro -según Hoseok-.

«No hagas nada estúpido» se advirtió el elfo observando los labios rojizos del menor.

— Aquí.

Y parece que la advertencia se fuera esfumado de su mente.

Hoseok tomó la barbilla ajena con delicadeza, para luego atrapar el labio inferior ajeno entre los suyos, succionándolo con suavidad y sintiendo a la vez el néctar dulce que desprendía de él.

El vampiro se quedó paralizado al sentir como la lengua de Hoseok se paseaba con delicadeza por su labio, quitando cualquier rastro de dulzor, y tan sólo dejando el que despedía los labios contrarios.

Taehyung dejó escapar el aire contenido en sus pulmones una vez el castaño se separó de sus labios, pero aun así manteniendo una escasa distancia entre sus rostros.

— T-te estás mal acostumbrando —habló con dificultad—. Nunca te di permiso para que volvieras a acercarte de esa manera.

— ¿Te molesta que lo haga? —preguntó sintiéndose un poco ido.

Taehyung giró su cuerpo evitando que el chico frente a él pudiera notar el rubor que empezaba a cubrir sus mejillas.

— Creo... creo que deberíamos irnos a clases —murmuró antes de escuchar el sonido de las campanas.

Mientras se dirigía a lentos pasos hacia el castillo, deslizó su dedo índice sobre sus labios, acariciándolos con sumo cuidado, y sin poderlo evitar, una débil sonrisa apareció en su rostro.

Hoseok permaneció en la misma posición mientras miraba como el más alto se alejaba.

«¿Estaba mal si no le desagradaba tanto su misión?»

«¿Estaba mal disfrutar tanto de los besos que le robaba al vampiro?»

«¿Estaba mal sentirse tan bien al lado de Taehyung?»

Todas esas preguntas rondaron por unos segundos en la mente del castaño, pero no logró darle respuesta a ninguna.




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