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«𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑶𝑪𝑯𝑶»

Un fragmento de vidrio se movía de un lado a otro entre los dedos de la mano de Taehyung, siendo este alineado con los rayos del sol.

A través del vidrio cóncavo el vampiro intentaba observar con más cercanía los detalles el cielo. Aunque a veces la luz lumínica reflejada en el material transparente lastimaba un poco la retina de sus ojos.

— El profesor Chung Hee estaba equivocado, esto no sirve para reemplazar un telescopio —bufó sin bajar su brazo que aún seguía sosteniendo el pequeño fragmento.

— Taehyung, lo único que conseguirás es causar un incendio si no dejas de posicionar ese vidrio contra el sol —comentó bajando el brazo del azabache—. Y por supuesto que no lograrás que eso sea el reemplazo de un telescopio, tienes que tener otros compuestos químicos, o algo así... no estoy seguro.

El vampiro quien permanecía con su cabeza reposada en el regazo de Hoseok, desvió su mirada para ahora fijarla en la del mayor, a lo que fruncía su ceño y un mohín se formaba en sus labios.

— Por supuesto que sabía eso —añadió mientras se cruzaba de brazos.

— Vamos, no te molestes —dijo pellizcando la nariz del contrario con diversión.

— No lo estoy, es sólo que eres un fastidio —protestó levantándose de la comodidad de las piernas del elfo, a lo que se erguía para acomodarse nuevamente en la banca.

Hoseok elevó las comisuras de sus labios observando la rabieta del azabache; a pesar del carácter duro que intentaba aparentar el menor, siempre salían a relucir sus pequeños rasgos infantiles.

Un corto silencio se instaló entre ambos, a lo que el azabache mantenía su mirada fija en el panorama mientras jugaba con sus dedos.

— ¿Sabes qué día se acerca? —habló otra vez Taehyung.

— ¿Te refieres al fin de curso? —inquirió recibiendo un asentimiento como respuesta—. No sabía que te emocionaban las cosas como los bailes de fin de curso.

El castaño reprimió una carcajada al ver a Taehyung hacer una mueca de asco, para después mirarlo con reproche.

— ¡Claro que no lo hago! Son una tontería toda esa celebración de fin de curso. ¿Por qué hay que usar trajes ridículos y bailar toda la noche? —se quejó—. Ni siquiera sé bailar, nunca sé que hacer en toda la noche; podría comer... si tan sólo algo de lo que sirvieran fuera comestible para mí.

— Pensé que estabas intentando cambiar tu dieta, puedes intentar probar los deliciosos bocadillos que nos preparan nuestras calificadas cocineras. —bromeó.

El vampiro rodó sus ojos, golpeando uno de los hombros del contrario con el suyo.

— Sabes que no funciona de esa manera. —agregó apoyando ahora su cabeza en el hombro del mayor.

Y como si fuera común en ellos, Hoseok empezó a peinar con suavidad los cabellos negros de Taehyung con sus manos, admirando la sonrisa cuadrada que se asomaba de a poco en los labios del contrario de manera inconsciente.

— ¿Qué tanto me miras? —preguntó el vampiro dándose cuenta que los ojos del chico a su lado se mantenían fijos en él, desde hace un buen rato.

— Tienes la sonrisa más linda que he visto —soltó de forma repentina, provocando que las mejillas del menor se pintaran de un intenso color carmesí.

— N-no digas cosas innecesarias, idiota —balbuceó cortando el contacto visual.

— Lo siento, salió solo —admitió sin culpa.

Y era verdad, Hoseok no tenía pensado en decir esas palabras en otro lugar que no fuera su mente, pero lo hizo, y tampoco se arrepentía de ello.

— Oye, Kim —habló de nuevo el elfo, llamando la atención del pelinegro—. Si tanto te disgusta la idea del baile de fin del curso ¿por qué simplemente no vamos?

— Es de asistencia obligatoria —mencionó con obviedad.

— ¿Qué importa? ese lugar estará repleto, dudo que se percaten de la ausencia de dos estudiantes.

— ¿Dos? Acaso tú...

— Faltar solo no es divertido, podemos hacer algo juntos ese día, bueno... esa noche. Si quieres.

— Supongo que cualquier cosa es mejor que asistir a esa aburrida celebración —respondió restándole importancia.

Las campanas del castillo sonaron anunciando el cambio de jornada.

— Ya tengo que ir a clase —avisó el azabache poniéndose de pie.

— Hasta más tarde, supongo.

Taehyung vaciló unos segundos manteniéndose en su lugar mientras movía sus pies de manera inquieta.

— Yo... salgo en una hora. —musitó mordiendo su labio—. Quiero decir que mi clase termina en una hora, por si quieres... emmm —rascó su nuca—. Olvídalo, no importa.

— Te veré en una hora a la salida de clase —dijo con una sonrisa al ver como los ojos del chico frente a él empezaban a brillar.

El vampiro tan sólo correspondió aquel gesto, para después asentir y encaminarse hacia el instituto.

[🗡]

Hoseok suspiró observando la hora indicada en el reloj principal ubicado en una de las columnas del castillo.

Estiró sus brazos escuchando sus huesos crujir, y rascando uno de sus ojos se levantó de la dura banca en la que había tomado una pequeña siesta por una hora, esperando a que la clase del vampiro fuera concluido.

— ¡Hey, Hoseok!

Detuvo sus pasos a la entrada del castillo, al escuchar murmurar su nombre detrás de una de las columnas, haciéndolo jadear con fastidio. Sabía a quién le pertenecía esa ya tan conocida y tediosa voz.

Intentó ignorarla, lo cual no fue posible al sentir una pequeña piedrecilla golpear contra su cabeza.

A regañadientes giró sus pies y se acercó al lugar donde su "queridísima hermana" se encontraba asomada haciéndole señas con sus manos.

— ¿Qué quieres Dawon? —soltó con molestia una vez estuvo en frente a la chica.

— Buenas tardes para ti también, hermanito —respondió con ironía—. ¿Tienes algo para mí hoy?

Hoseok sacó de su mochila una libreta extendiéndosela a su hermana, la cual abrió sus ojos recibiéndola con curiosidad.

— Esto es... ¿lo qué creo que es? —preguntó la bruja con una amplia sonrisa, mientras abría la libreta.

— Sí, es el mapa a la torre de la líder... —confesó con cansancio—. Hay otras anotaciones que pueden ser de ayuda.

— Woh, por un momento dudé de ti Hobi. Pensé que no lo lograrías a tiempo. —admitió—. Debería hasta felicitarte por esto.

El castaño reprimió una mueca de asco al ser nombrado por tan ridículo apodo, y más por quien lo había dicho.

Dawon frunció su ceño al ver la mirada perdida del menor, el cual parecía debatir en sí hablar o no, pues hace unos momentos había comenzado a murmurar palabras inteligibles.

— ¿Hay algo que quieras decirme Hoseok? —habló otra vez la joven observando como su hermano salía de su pequeño trance.

— No... bueno, sí. —desvió su mirada considerando lo que iba a decir—. ¿Tú crees que alguien podría salir herido... ese día?

La bruja soltó una petulante carcajada, y con una falsa ternura observó a su hermano, ante tan estúpida —según ella— pregunta.

— Vamos a usurpar un trono, no vamos a invitarlos a tomar una taza de té. Por favor, Hoseok ¿qué tipo de preguntas son esas? Incluso tendremos suerte si alguno de nuestro clan no termina herido o muerto. Dudo que no vaya a existir alguien que ponga resistencia —aseguró esto último con simpleza—. ¿Por qué de repente preguntas eso?

Hoseok sabía que le daría una respuesta así, pero no pudo evitar que su corazón se encogiera y la ansiedad empezara a invadir su interior.

La mayor no tardó en analizar cada detalle reflejado en el rostro del contrario. Su entrecejo fruncido, esa mirada inquieta y sus manos siendo empuñadas con fuerza.

— No puedo creerlo —Dawon sonrió sin quitar sus ojos del castaño—. Debí suponer que algo así pasaría, que idiota.

El elfo arqueó una ceja al escuchar como la chica hablaba para sí misma.

— ¿De qué hablas? —inquirió con confusión.

— Tú no me hiciste esa pregunta porque estés preocupado por ti ¿o sí?

— Yo...

— Hoseok... entendiste que cuando te sugerí que cortejarás al vampirito, me refería a que él debía ser el único en enamorarse ¿verdad?

— ¿Acaso estás insinuando qu--

— No. No estoy insinuando nada. Estoy siendo muy directa contigo —señaló severamente—. Sorprendentemente has logrado mucho hasta ahora, y está en juego algo muy grande. Y no permitiré que tú y tus necios sentimientos vayan echar todo a perder.

Hoseok cada vez se sentía más pequeño ante la dureza en la mirada de la pelinegra. Haciendo que un nudo se hiciera en su garganta, incapaz de defenderse a sí mismo.

— ¿Quedó claro, Hobi? —inquirió con ironía.

— ¿Cuándo es el día? —murmuró incapaz de conectar sus ojos con los de Dawon.

La bruja elevó la comisura de sus labios, le agradaba cuando Hoseok se mostraba dócil y no áspero y terco como siempre solía serlo con ella. Aunque si bien le molestaba un poco ello. «Si su hermano fuera un poco más fuerte de corazón sería de mayor utilidad para su clan, definitivamente era un desperdicio de potencial» pensó repasándolo de arriba hacia abajo.

— El día del baile. —dijo finalmente—. Usa tu mejor esmoquin, será una noche inolvidable. —aseguró con una forzada sonrisa.

— Pero eso es en dos días... se supone que sería la próxima semana.

— Cambio de planes, hermanito. Creímos que sería más impactante la noche del baile de fin de curso. ¿No lo crees? —añadió observando la molestia asomarse en el rostro del castaño—. Y es mejor que mantengas la calma, ya sabemos que pasa cuando te pones de malhumor. No queremos arruinar las cosas antes de tiempo —concluyó revolviendo los cabellos del más alto, para después retirarse del lugar.

Un golpe encestado en la columna es lo que resonó una vez Hoseok había quedado solo.

«Dos malditos días»

El castaño gruñó al sentir un fuerte punzón de dolor en su mano derecha. Desquitarse con una pared de piedra no había sido muy inteligente de su parte.

[🔮]

— Taehyung ¿me estás escuchando?

El chico de alas traslucidas infló sus mejillas al percatarse como su amigo no le prestaba ni la mínima atención, pues los ojos del más alto no habían parado de ir de un lado a otro desde que salieron de clases. Como si estuviera buscando algo o a alguien.

El dolor provocado en la cabeza del vampiro, gracias al golpe propinado por Jimin fue lo único que hizo que Taehyung saliera de su burbuja y fijara su atención en el sílfide.

— ¡Oye! Eso me dolió —espetó molesto.

— ¡Me estabas ignorando! —se defendió—. Hace siglos te estaba hablando. ¿A quién buscas tanto? —cuestionó refunfuñando.

— No estoy buscando nadie —respondió mirando de soslayo la entrada principal.

El de cabellos azules se cruzó de brazos observando como perdía en segundos la atención de su amigo, de nuevo.

— Voy a ir por un bocadillo ¿no me vas a acompañar? —preguntó frunciendo su ceño.

— No tengo hambre y tampoco tengo mucho de donde escoger —comentó impasible.

— Entonces me voy. Quédate ahí parado esperando a que te salgan raíces.

Sin más el mayor se giró sobre sus pies, dispuesto a irse, pero en el mismo instante siendo detenido por una mano tomando su muñeca.

— Te acompañaré —se disculpó abrazando a Jimin por la espalda—. No te enojes mariposita.

— ¡Ya te dije que no me llames así! Y no me toques —exigió fingiendo molestia.

Taehyung rió con ternura apretando una de las mejillas del peliazul, a lo que este último empezaba a caminar llevándose consigo a rastras a quien se negaba a deshacer su abrazo.

[🛡]

No fueron los rayos de sol que despertaron a Hoseok al día siguiente, esta vez fueron unos pequeños rasguños y mordiditas en sus pies.

Abrió sus ojos con cansancio observando como una las calcetas en sus pies era halada por los dientecitos de Erwin, el cual se encontraba el pie de su cama.

Su mente se encendió como un foco al ver la hora que marcaba el reloj posado en la mesita de noche.

Se paró rápidamente intentando reprimir una maldición al haberse tropezado con el minino, quien había saltado del colchón unos segundos antes.

— ¡¿Qué le hiciste a Erwin?! —cuestionó Seokjin exaltado, levantándose a toda prisa después de escuchar el maullido de su mascota.

— Aish, no le hice nada —respondió tomando un abrigo del perchero—. Él se atravesó.

— ¿A dónde vas? —inquirió tomando a la bolita de pelos en sus brazos.

Hoseok frenó sus pasos antes de abrir la puerta para responder con un:

— A clases.

— Pero nuestra primera clase la tenemos juntos —buscó con la mirada su reloj de mesa—. Y empieza en... —bajó su voz al escuchar un portazo—. Una hora.

El rubio se encogió de hombros observando como la puerta de madera había sido cerrada, para después soltar un bostezo y cubrirse hasta su cabeza —junto a Erwin— con las sabanas, logrando quedarse dormido hasta el inicio de su primera clase.

[🗡]

El castaño se escondió de manera apresurada, detrás de una de las paredes del pasillo, que se dirigían a los dormitorios del ala norte.

Asomó un poco su rostro observando como Namjoon y su amigo peliazul dejaban su habitación mientras charlaban tranquilamente, con sus libros en mano.

Hoseok tomando la oportunidad en que ambos muchachos desaparecieron por las escaleras; se escurrió de manera ágil por el pasillo hasta llegar a la habitación que necesitaba.

Dos golpes se dejaron sonar en la puerta madera, hasta que esta se abrió lentamente dejando ver a un Taehyung con su cabello largo y húmedo cubriendo su rostro, su camisa negra totalmente abierta y sus pies descalzos sobre el frío mármol.

Las gotas de agua se deslizaban por la mandíbula del contrario, cayendo estas hasta su fornido pecho. Por supuesto que Hoseok no se perdió ningún detalle, y tragando grueso se ordenó desviar su mirada hacia otro punto de la habitación.

— Lo siento, recién salí de la ducha —mencionó sacudiendo sus cabellos negros para luego llevarlos hacia atrás con su mano.

— Está bien. Necesito hablar contigo —dijo cerrando la puerta detrás de sí.

El vampiro hizo un ademán con su cabeza invitando al mayor seguir hablando, mientras se concentraba en terminar de abrochar su camisa.

— Primero, quería disculparme por lo de ayer —habló Hoseok recibiendo una mirada de confusión por parte del más alto—. Me refiero a que no llegué para el final de tu clase, tuve que una emergencia de última hora.

— Oh, eso... no te preocupes. También lo había olvidado —respondió fingiendo indiferencia.

— ¿En serio? —preguntó recibiendo un asentimiento del menor—. Bien, yo... pensaba en que podríamos salir mañana en la noche a caminar un rato, tal vez.

— Pero mañana es el baile de fin de curso.

— Creí que habíamos acordado ayer no ir, y bueno... se me ocurrió que sería buena idea dar un paseo, ya sabes, para no quedarnos encerrados en nuestras habitaciones mientras todos "festejan".

— Pensé que bromeabas con eso de no asistir —admitió rascando su nuca.

— ¿Tomo eso como un rechazo? —inquirió enarcando una ceja.

— ¡No! —frunció los labios—. Digo... no me molestaría salir contigo.

«¿Por qué sentía que últimamente sus defensas siempre bajaban cuando de Hoseok se trataba?» pensó, en el fondo conocía la respuesta, pero no quería meditarla en ese momento.

— Entonces, nos vemos mañana en la salida, una hora antes del baile ¿te parece bien? —preguntó con una sonrisa.

— Sí... —respondió con una curva en sus labios, observando como el castaño se despedía saliendo de la habitación.

Taehyung dejó escapar un cansado suspiro una vez estuvo solo en su dormitorio, mientras terminaba de arreglar su uniforme y peinar su cabello.

...

La sonrisa se borró del rostro de Hoseok una vez estuvo en el pasillo. Cerró sus ojos mientras acariciaba su sien con una de sus manos, para después observar el reloj de la pared.

— Que todo salga bien, por favor. —murmuró para sí mismo antes de volver a retomar su paso.





¿Pueden creer que ya se acerca el final?

😞

Creo que no podré tener el siguiente capítulo para el miércoles, aún estoy trabajando en él y en los siguientes, y tal vez salgan un poco largos (como este). Así que estos 3-4 capítulos finales los subiré los días sábados, y si estoy en buena racha tardaré menos je.

Hasta la próxima semana, pronto nos despediremos de esta historia ):

❤Y a todxs lxs que están leyendo, lxs amo, gracias por seguir aquí❤

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