Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

«𝑫𝑶𝑪𝑬»

El sol ya empezaba a levantarse dando inicio a un nuevo día para los estudiantes de Aestimare. A través de las ventanas de madera de aquella antigua biblioteca se colaban los rayos del sol iluminando la estancia de quienes se encontraban en los mullidos sillones disfrutando de un libro o estudiando.

Seokjin quién había decidido levantarse desde temprano para pasar un rato en su lugar favorito, se encontraba paseándose entre los estantes buscando algún libro de su agrado. Una vez tuvo un grueso libro de pasta en sus manos escuchó un grave bostezo detrás de uno de los estantes.

El rubio frunció el ceño al asomarse entre los libros y lograr divisar en una de las mesas como Namjoon permanecía a medio dormir con un libro abierto entre sus manos.

— Me sorprende encontrarte leyendo... o al menos intentándolo —mencionó el elfo una vez estuvo al lado del platinado.

— Y a mí me sorprende que seas tú quién esté intentando iniciar una conversación.

— No estoy intentando nada —bufó dándosela la vuelta sintiendo como el libro que llevaba debajo de su brazo era arrebatado.

— ¿Qué estás leyendo? —preguntó leyendo la portada—. "La magia de las plantas medicinales" que aburrido.

— No pedí tu opinión —contestó de mala gana tomando de nuevo su libro.

— Ni siquiera se acercan exámenes, ¿para qué lo necesitas?

— Nunca se sabe cuándo alguien tenga una emergencia. Por ejemplo, imagina que tú hayas sido envenado, necesitarías que alguien con dichos conocimientos te pudiera socorrer. —explicó—. Así que tendría la tranquilidad de saber qué hacer en ese momento, pero dejarte morir.

— ¿No te han dicho lo agradable que eres? —preguntó fastidiado.

— Me lo dicen todo el tiempo, gracias —sonrió irónicamente—. Como sea... ¿Tú qué estás leyendo? —inquirió, cambiando de tema.

— "Los poderosos conjuros del mago Merlín".

— ¿En realidad eres tan bueno? —cuestionó incrédulo recibiendo una mirada de confusión—. Me refiero a que la semana anterior te llamaron como uno de los mejores magos del instituto.

— Y dime tú Seokjin ¿en serio Jungkook es tan bueno?

— ¿Qué pretendes decirme?

— Que tal vez hubieron participantes que de verdad los llamaron al frente por sus habilidades. No todos tenemos suerte como tu amiguito para ser los consentidos del concejo.

— No tengo idea de que estás hablando.

Por supuesto que Seokjin lo sabía, la misma noche después de la reunión en el Salón principal, el novato le había comentado sobre la charla que tuvo con el director, claro que eso fue después de que el rubio le exigiera mil veces una explicación. Aun así el elfo tenía plena confianza en que su joven amigo podría tener un buen desempeño en dicha competencia, él se encargaría de que así fuera.

— De todas maneras deberías irle avisando a tu compañero que se prepare mentalmente para ser derrotado.

— Debes tener mucha confianza en ti mismo —habló de mala gana—. ¿Por qué te interesa tanto ganar esa competencia?

— No lo sé...tal vez, libertad de exámenes finales y tener preferencias sobre todos los demás alumnos, duh.

— Olvidas lo más importante que es honrar a tu familia y a tu descendencia si obtienes el título de ganador.

— Si no es un premio que me beneficie directamente no me importa demasiado.

— Eres un auténtico egoísta —admitió con desagrado.

— A diferencia de otro, yo prefiero preocuparme más por mí mismo y no por lo que los demás piensen.

— Sabes qué, no pienso perder mi tiempo hablando contigo.

— Lo estás haciendo ahora.

El peliplata sonrió de manera burlona al ver como el ceño del mayor empezaba a fruncirse a lo que sujetaba el libro entre sus manos cada vez con más fuerza.

— No te soporto, me voy.

Seokjin giró sobre sus pies y sin escuchar la respuesta del menor se encaminó hacia la salida con fuertes pisada.

— Imbécil —resopló el rubio una vez estuvo en el pasillo.

— Encantador. —murmuró el mago con una leve sonrisa antes de retomar su lectura.

[🗡]

Detrás del castillo la brisa de la tarde meneaba las pequeñas flores que se encontraban en el césped donde la pareja de hermanos permanecían sentados. El lugar era silencioso y sólo se lograba escuchar el viento soplando; al ser uno de los jardines donde menos transitaban estudiantes.

— Mañana estaré revisando el cuarto y el quinto piso. Tal vez pueda encontrar información si entro al despacho del director. Aunque no creo que sea sencillo—mencionó Dawon—. ¿Hoseok me estás escuchando?

— Ajá.

El castaño quién permanecía recostado panza abajo sobre el césped no levantó su mirada, pues parecía muy ocupado en terminar de dibujar el pequeño dragón en su libreta de notas.

— ¡Necesito tu atención! —bramó la mayor arrebatando la libreta de las manos del contrario.

— ¡No había terminado mi dibujo! —se quejó al ver como su hermana arrancaba el trozo de papiro y lo arrugaba entre sus manos.

— Repite una sola palabra de lo que he dicho todo este tiempo.

— Lo siento —suspiró cansando—. Esta vez te prestaré atención.

El elfo se levantó del césped para luego sentarse en posición de indio.

— El hechizo de protección que realizó el director para escudar el perímetro del instituto es muy fuerte. Pero creo poder lograr contrarrestarlo, si averiguo bien el punto de fallo de ese conjuro.

— ¿Cómo sabes que ese conjuro tiene alguna debilidad?

— ¿Te olvidas qué soy mitad bruja? Además te he repetido cientos de veces que todos los conjuros tienen un punto de fallo, Hoseok —bufó frustrada—. Como sea, dime qué tal te ha ido a ti.

— ¿Cómo me ha ido de qué?

— Acabo de contarte del progreso de mi rol en este plan, al menos quiero escuchar si has obtenido alguna información valiosa al menos.

— Ha pasado sólo una semana desde que me preguntaste sobre mi progreso.

— Y apuesto que igual que la última vez tampoco tienes nada que contar al respecto.

— No tienes que llevar un registro de cada cosa que hago diariamente como si fueras mi maestra.

— No soy tu maestra, pero estoy encargada de qué todo esto salga bien. Pero al parecer a ti te importa poco.

— ¡Claro que me importa! Sólo voy a mi propio ritmo, deja de hostigarme.

— ¿Cuántas veces has pasado con Taehyung esta semana? —cuestionó recibiendo una respuesta nula por parte del menor—. Ya ves como sí es necesario llevar un registro contigo.

— Estás exagerando. Además no es como si fuera fácil lidiar con ese chico, siempre está irritable—bufó.

— Excusas... en fin, ya se hace tarde, tengo clase ahora. Andando.

Se levantó sacudiendo su falda encaminándose hacia la entrada del instituto siendo seguida por su hermano.

— Oye, ¿ese no es Kim? —mencionó llamando la atención de su hermano mientras señalaba al vampiro que se encontraba en la puerta principal del castillo—. ¿Qué esperas? mueve el trasero, idiota.

Dawon empezó a empujar al castaño haciendo que este se dirigiera de mala gana hacia donde Taehyung se encontraba bajo el umbral de la puerta.

— Hey, Kim. ¿Cómo estás? —saludó el castaño llegando al lado del vampiro.

El mencionado miró de arriba hacia a su compañero, para luego levantar ambas cejas observándolo incredulidad; no entendía por qué le estaba hablando como si se llevaran bien.

— ¿Me estás hablando a mí?

— ¿A quién si no? —habló fingiendo su mejor sonrisa.

— No somos amigos, Hoseok —respondió de manera brusca dándole la espalda.

— Ayúdame —moduló el castaño con sus labios hacia su hermana.

La pelinegra al ver como el vampiro estaba a punto de alejarse, repasó rápidamente su mirada observando a su alrededor.

Primero observó la gran estatua de mármol que estaba en la puerta principal, después observó cómo el director Kwon caminaba a unos metros no muy lejos de donde ellos se encontraban, «bingo» pensó con una traviesa sonrisa a lo que sacaba la varita de su bolsillo, antes de lanzar un pequeño hechizo sobre la estatua.

Ambos muchachos soltaron un pequeño grito, retrocediendo unos centímetros al ver como la estatua estalló de manera repentina, convirtiéndose en un montón de trizas.

— ¿Qué carajos fue eso? —preguntó el azabache sorprendido.

— Joven Kim y joven Jung, ¿me pueden explicar qué es todo este desastre? —interrumpió el director mirando como ambos muchachos lo observaban horrorizados.

— Él lo hizo, juro que no tuve nada que ver —señaló al elfo intentando escapar de toda culpa.

— ¿Cómo va a ser mi culpa si estaba parado justo a tu lado? —protestó.

— Porque eres un idiota —bramó con molestia golpeando con su dedo índice el pecho del más bajo.

— ¡Ya basta los dos! 2 horas de castigo toda la semana para ambos, desde hoy empezarán a ayudar en el invernadero.

— Parece que no conocen otro lugar de castigo —murmuró el vampiro con molestia.

— ¿Quiere una semana más para usted, joven Kim? —cuestionó con severidad.

— No señor, lo siento.

Mientras el azabache permanecía con la cabeza agachada recibiendo una pequeña reprimenda por parte del director sobre el respeto que se le debe tener a los monumentos del instituto; Hoseok giró su rostro observando a su hermana asomándose detrás de uno de los muros con una sonrisa victoriosa en su rostro a lo que agitaba su varita con diversión.

— Suerte —moduló con sus labios, despidiéndose antes chasquear su dedos y desaparecer de la escena.

— En una hora termina la clase Herbología, así que después de eso quiero que se dirijan inmediatamente al invernadero ¿quedó claro?

— Sí, señor —respondieron ambos al unísono.

El hombre de barba blanca asintió para luego retirarse del pasillo.

— Entonces... ¿a dónde te dirigías? —preguntó el castaño de manera serena como si el anterior altercado nunca fuera sucedido.

— Lo más lejos que pueda de ti —respondió acomodando una de las asas de su mochila sobre su hombro.

— Vas al bosque ¿verdad? Puedo acompañarte si quieres.

— Que parte de "lo más lejos que pueda de ti" ¿no entendiste?

— No seas enfadoso, después de todo estaremos dos horas juntos por una semana. Así que de todas maneras no podrás tenerme lejos todo el tiempo.

El vampiro cerró sus manos empuñándolas con fuerza sobre sus costados intentando ignorar el tic en su ojo izquierdo.

— Entonces aprovecharé cada segundo que pueda para estar alejado de ti —respondió fastidiado dándole la espalda una vez más para adentrarse al bosque, perdiéndose entre los árboles y arbustos.

— Ese tal Taehyung es más difícil de lo que imaginé —habló una voz femenina.

El de cabellos castaños se sobresaltó dando unos ligeros pasos hacia atrás al ver como Dawon aparecía de repente a su lado.

— No vuelvas a aparecer así. Algún día me vas a matar de un susto —recriminó

— Por favor, Hoseok. Deja de ser tan niña.

— Oye, ¿qué demonios fue lo qué hiciste hace unos minutos? Me llevé una buena reprimenda del director.

— Ah, eso... fue un pequeño truquito, de nada —sonrió con autosuficiencia—. Salió mejor de lo que esperaba.

— ¿"Mejor" dices? me conseguiste dos horas de castigo toda la semana.

— Error, te conseguí dos horas de castigo toda la semana junto al vampirito. Enfócate en lo importante.

Hoseok resopló cansado, su hermana tenía razón después de todo... «me facilitó un poco más las cosas» pensó, pero por supuesto no lo iba admitir, él era casi igual de orgulloso a la pelinegra.

— ¿No tenías clases? —cuestionó con desagrado.

— Así es, sólo quería ver como te estaba yendo, y ya veo que das pena. Intenta no echar a perder las próximas dos horas —respondió dando un chasquido desapareciendo nuevamente. 







Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro