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¡Especial 10k!: 🌲Navidad Y Lemon🌲

//Bueno, porque ustedes consiguieron que esto llegara a los 10k, ¡Aquí les traigo el especial! El cual no afecta a la historia original por obvias razones. Ahora sí, aquí tienen vuestro especial.//

Ay, dulce Navidad, aquella época del año el cual aumenta los accidentes domésticos y de tráfico. Pero, se olvida eso para pasarla en familia, y este año la pasaré con alguien nuevo: Ben. Solo espero que todo salga bien y no haya ninguna pelea.

-¡____!- me llamó Ben, el estaba en la cocina, mi madre había salido a comprar junto a mis hermanas comida para esta noche. Me acerqué a Ben, el cual estaba viendo una bandeja con galletas recién horneadas, estas tenían forma de arboles, estrellas, muñecos de nieve, entre otras.

—¿Qué pasa?— Le miré algo intrigada, el giró su mirada y señaló a la bandeja.

-¿Ustedes celebráis navidad? Creí que no, no tenéis un estado muy bueno económicamente, he visto cuanto paga tu madre, y no es la mejor paga del mundo-

—Eres un cotilla— suspiré ligeramente para después fijarme en el glaseado. Con mi dedo agarré un poco de glaseado para luego llevármelo a la boca y saborearlo. —Hm, está muy rico. —

-Tú no comas, que luego de horas vamos a cenar-

—Ben, a las 21:30 cenamos, y apenas son las 16:27. — El alzó los hombros.

-Da igual, de todos modos, no comas nada- Rodé los ojos y escuché unos golpes en la puerta. - Ve a abrir, anda, yo estaré aquí.- Asentí y fui a abrir la puerta.

Al abrirla, estaba mis dos hermanas pequeñas y mi madre con unas bolsas de la compra.

-Oh, hola cariño, ¿Me ayudas a coger las bolsas?- asentí para luego cargar algunas bolsas y llevarla donde la cocina, donde estaba Ben, que por cierto, se había convertido en su versión humana.

-¡____! ¡_____!- Me llamaron mis hermanas pequeñas, así que, dirigí mi mirada hacia ellas -¡Tenemos algo para ti!-

—Oh, ¿El qué?— sonreí y vi cómo sacaban un collar de perro.

-¡Es para tu mascota! ¡Mamá nos dijo que tu gatito se fue a una granja y que le mandabas regalitos, así que, ¡toma!- Decía Abigail con una sonrisa dándome el collar.

Hubo un silencio incómodo, miré nostálgica la correa. Intenté contener las lágrimas. —Gra... Gracias... — solo pude decir eso mientras miraba el collar.

-Em... Bueno, Evelyn, Abigail, ¿Por qué no vais a vuestro cuarto a jugar un poco?- mis hermanas asintieron y se fueron. -Oye, cariño... ¿Qué tal si- interrumpí a mi madre antes que siguiera hablando.

—Yo... Me voy a mi cuarto... — caminé hacia mi cuarto mientras escuché a mi madre decir alguna frase sin importancia.

Entré a mi cuarto y cerré la puerta, para después apoyarme en esta.

Ese gato era una de las mejores cosas que me pasó, si no pude cuidar a un simple gato, ¿Qué me asegura que puedo cuidar de una persona?

Mis ojos se cristalizaron, poco a poco, las lágrimas bajaban rápidamente por mis ojos. No sabía que era tan estúpida como para no hacer una simple cosa bien, tan solo era cuidarlo, darle amor y alimentarlo. No mucho más.

-____, ¿Estás bien?- Pude escuchar a Ben detrás de la puerta.

—Sí.. Tra.. Tranquilo...— intenté sonar lo más seguro que pude.

-Déjame entrar- Él intentó abrir la puerta, pero, como estaba yo sentada enfrente de la puerta, haciendo presión, no pudo. - ____, déjame entrar, acaso que quieres que sea por las malas-

—Ben, déjame, quiero estar sola— tape mi cara con mis manos. Hubo silencio de repente. ¿Se fue...?
Para mí mala suerte, no. El traspasó la pared.

-____, siéntate. Tenemos que hablar- Más por miedo de que me haga algo, me levanté y me senté en el borde de la cama -El gato tan solo era un animal, no debes de sentirte mal. Si quieres te puedo conseguir otro gato igual si eso quieres.- Negué rápido agitando mis manos de un lado a otro.

—No quiero otro gato... Seguramente acabaría muriendo... —. Le escuché dar un suspiro —Para ti es fácil decir eso. Eres un asesino, no aprecias una vida, mucho menos la de un animal...—

-Yo si aprecio vidas.- Le miré frunciendo el ceño.

—Mentira, no aprecias la vida de nadie—

-Entonces, explícame porque tú y tu amiga siguen vivas- me quedé en silencio.

—Seguramente porque te damos pena...—

-Escúchame, _____. La única vida que aprecio es la tuya, y no es por pena- dijo acercándose a mí con el rostro serio.

—No me vale que me digas eso con la excusa de que no me has matado, o porque no es por pena... Demuéstramelo de una forma más creíble. — Él me agarró del mentón, haciendo que le mire a esos ojos color escarlata.

-Te lo voy a demostrar de una forma bastante interesante- El junto sus labios contra los míos, haciendo que nos besáramos. Mis mejillas ardían por tal inesperada acción. Correspondí al beso, el cual era suave al principio, pero, empezó a ser algo ardiente y desenfrenado.

Sus manos se posaron en mi cadera, acariciando esta. A los minutos nos separamos del beso.

Observé esos ojos carmesí, pero, me distrae ya que de un movimiento rápido, Ben me tumbó en la cama, el encima de mí, acorralándome.

-Te voy a demostrar cuanto aprecio tu vida con este día.- me volvió a besar, pero, sentí su miembro rozar con mi intimidad.

Me separé de él, a lo que, el frunció el entrecejo —B-ben, está mi madre y mis hermanas en casa—

-Oh, así que, ¿Eso es lo que te preocupa? Bien.- Aparecimos en el cuarto de Ben, pero, esta vez, yo estaba sentada en el regazo de aquel rubio. -Salta, conejita- Dijo con un tono de voz grave, pocas veces se le podría escuchar con esa voz. Iba a negarme, hasta que vi que me puso un collar de perro, que por mi mala fortuna, estaba agarrando de la correa de esta. Por lo tanto, empecé a moverme en su regazo, haciendo que nuestros sexos se rozaran.

Las manos de Ben acaricia mi cuerpo con algo de delicadeza, sus manos se dirigieron a mis nalgas las cual empezó a acariciar algo brusco.

-Haré que te retuerzas y gimas mi maldito nombre hasta que te desmayes- me mordí el labio inferior mientras me movía más rápido. -Oh, así que, ¿te gustan que te digan ese tipo de cosas? Que niña mala.- me nalgueo con fuerza haciéndome soltar un gemido algo elevado. -Salta en mi miembro- jalo de la correa, e hice lo que me ordenó.

Ben levantó mi camisa dejando al descubierto mis pechos de un tamaño considerablemente mediano casi pequeños. Lamio mis pezones haciéndome estremecer y soltar algunos jadeos de placer.
Saltaba cada vez más rápido, hasta que sentí Como Ben se corría, el saco su miembro de su pantalón. Miré a este con un sonrojo, sentí como me mojaba más con tan solo verlo.

Note como sus dedos acariciaban donde mi vulva con bastante velocidad. Solté algunos gemidos sintiendo un escalofrío recorrer por mi espalda. Iba cada vez más y más rápido, note como bajaba mis pantalones junto con las bragas.

Le miré con algo de nerviosismo y él procedió a meter su miembro dentro de mí, lo metió lento, al principio me empezó a doler, pero, Ben se dedicó a ese tiempo corto a lamer, besar y morder mi cuello con suavidad. -Cuando estés lista, me dices si continuo...- Asentí. Empezó a moverse lentamente, luego de unos minutos largos, dejó de dolerme y solo había placer, las penetraciones era más rápidas. La habitación solo se escuchaba mis gemidos y algunos gruñidos y suspiros de Ben. Las embestidas bruscas no se hicieron esperar, Ben mordía mi cuello y apretaba mis pechos mientras seguía penetrándome con rapidez, sentía que dentro de poco iba correrme. Cosa que hice a los minutos al igual que Ben

-Se puede decir que este fue mi regalo para navidad- Sonrió burlescamente. Rodeé los ojos con una mini pero que muy leve sonrisita.

— Lo que digas... Vamos a vestirnos, tenemos que ir a mi casa... — Chasqueó los dedos y estábamos en mi cuarto vestidos.

Y de ahí, pasaron las horas hasta llegar la noche, en ese momento donde los regalos estaban presentes y la felicidad de mis hermanitas, era lo que más importaban. A pesar de los pocos regalos que había, Ben se la ingenió para traer un poco de alegría y, ya que le encanta quedar bien, le dio unos regalos a mis hermanas, y como para él no era suficiente, también le regalo un collar a mi madre. 

—Eres más pelota...— Le dije mirándole de reojo.

-¿Así? Pues...Creo que no te daré mi regalo por ser un pelota- Le miré rápidamente.

 — ¿Uhm? ¿Me tienes un regalo?—  Él asintió —¡Dame el regalo, porfa!— Sonreí, no espero gran cosa, pero, un regalo, es un regalo.

El sacó una cajita para luego entregármelo, la abrí con una sonrisa, y vi un collar plateado que contenía una foto de Ben, yo y mi gato. No me esperé este regalo de su parte, pero, esto me alegró mucho. Abracé a ben con una sonrisa en mi rostro —Gracias, Ben...—

-De nada- Soltó una risita suave -¿te pongo el collar?- Asentí, le di el collar para después girarme. Él me colocó la cadena. No ha sido tan mala esta navidad, me gustaría compartir más días así...

///Fin del especial///

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