Había pasado unos días desde que había sucedido esa "pelea" con Ben, ni siquiera se le puede llamar pelea, solo, una pequeña discusión, eso sí, no apareció en estos días, al parecer, si que se tomo enserio la discusión, aunque empezó el..

—Estúpido Ben...— Estaba sentada en la silla de mi escritorio, ahora que lo pienso... Dentro de unos días se acaban mis vacaciones de verano... No tengo ganas de ver mis compañeros de clases. A ver, todos me tratan bien, nunca he sufrido bullying ni nada por el estilo, pero... No sé, no me agrada volver a encontrarme con ellos... No creo que ni pueda mirar a ninguno a los ojos... ¿Qué pensarían de mi al verme?

Los días pasaron lentamente, hasta que llego el día de volver al instituto, y Ben aun no aparecía. Al final si que se cansó de mi, me lo temía.

Ahora mismo me encuentro desayunando, mientras mi madre ve una de sus estúpidas telenovelas, era un asco la gran parte de ellas, pero, al menos la entretenía..

-¡____!- Evelyn se acercó a mi rápidamente mientras una sonrisa ancha aparecía en su cara -¡Quiero mostrarte algo!- alcé una ceja mirándola, acercó su mano que estaba cerrada hacia a mi, abrió la mano dejando ver una pulsera -¡Es para ti! ¡Lo he echo también para Abigail! ¡Oh, y también lo tengo yo!- Agarré la pulsera y la mire con detalle, lo había echo ella, eso estaba claro.

—Oh... ehm... Bueno, gracias, hermanita..— Le di una leve sonrisa.

-¡De nada!- Se alejó de mi mientras daba pequeños saltitos y se dirigía a su gemela, Abigail. Solté un suspirl leve, para a continuación mirar nuevamente a la pulsera y dejar la pulsera en la mesa. Luego de minutos, logré terminar con algo de esfuerzo mi desayuno, me dirigí a mi cuarto para agarrar mi mochila.

-¡___!- me llamó mi madre desde el salón- ¿Vas a irte ya?-

—¡Sí! ¡Adiós!— caminé hacia mi instituto a paso lento, era las 7:37 de la mañana, y yo, como todo ser humano, esto, era un castigo... Levantarme a las seis para irme luego a las siete y esperar a que abran el instituto a las ocho de la mañana, me mata sinceramente...

-¡___!- giré a ver de dónde procedió mi nombre, era Erika, una... Amiga... Por así decirlo. -¡___! ¿Por qué no contestaste a mis llamadas y mensajes?- sonría con una supuesta amabilidad inexistente, era un lobo con piel de cordero amigable y tierno.

—Porque te tengo bloqueada— caminaba tranquilamente.

-¿Oh? ¿Y eso por qué?- me quedé callada, pero, la muy idiota seguía preguntandome el por qué.

—Porque si, ya está— acelere mi paso mientras miraba a mis pies en el camino hacia mi instituto.

-Ehm, bueno, ¿Qué tal las vacaciones?- Genial, es hermoso sentirse inservible y vacía.

—... Bien— hubo un silencio incómodo.

-Oh, que guay..- rió levemente nerviosa, y desde ahí, me empezó a contar su vida cuando en ningún momento se lo pedí.

Llegamos a la escuela, nunca me sentí tan bien por llegar al instituto... Hay recordé que estaba en su misma clase, así que, voy preparando la soga que tanto necesito..

Nos abrieron las puertas del instituto haciendo que miles de personas empujen haciendo que entremos a la fuerza.

Me quedé en el pasillo parada, mientras veía a tanta personas andar de un sitio a otro hablando y riéndose, espera, ¿riéndose? ¿Acaso se está riendo de mi? Sentía como todos me miraban y criticaban a mi alrededor, me estaba agobiando. Si Eni como mi pulso se acerela y una gota de sudor frío corre por mi cien, haciéndome sentir muy nerviosa, demasiado. Con un paso ligero me dirigí hacia mi salón de clases, me acerque a mi asiento para luego dejar mi mochila en el suelo y sentarme.

-¡Hey, ____!- note una fuerte palmada en mi espalda haciéndome sobre saltar, miré a la persona que hizo eso, era Aarón, era el mejor amigo de Alba y Saray, las chicas más molestas y por alguna razón, las populares o eso según ellas. Eran unas gritonas y cretinas de hasta aquí hasta la otra punta de la galaxia. - ¿Qué tal todo, ___?-

— No sé...¿Mal?—

-oh, ¿Y eso?-

—No hagas como que te importa, Aarón.. — acaricié levemente mi brazo mirando al lado contrario.

-Pero, en verdad me importa, ____- sonrió leve.

Me mantuve callada un rato, hasta que de un momento a otro, llegó la profesora y Aarón se alejó de mí.

-Hola, chicos, ¿Cómo estáis?- todos respondieron  "¡Bien!" sonrientes.

Luego de eso, las clases pasaron lentamente, no presté atención y me mantuve todo el rato apoyada en mi mesa con los ojos entre encerrados.

¿Cuál es el resumen de todo esto? Que me quedé todo el rato durmiendo, incluso en el recreo, me quedé en los cuartos de baños para dormir allí, esto era realmente cansador, extraño a mi cama..
Paso el tiempo, y las clases habían terminado, me dirigí con lentitud hacia mi casa, daba bostezos muy a menudo. Realmente, tenía mucho, pero que mucho, sueño..

Pude llegar a mi casa sin quedarme dormida en el camino, nada más entrar en mi casa, me fui a mi cuarto, me tumbé en la cama y me dispuse a dormir, pero, unas preguntas llegaron a mi cabeza, están no me interesaban en lo más absoluto pero, aún así, seguía rodando en mi cabeza, las preguntas eran: "¿Por qué tengo tanto sueño? ¿Tan vaga me volví en estos años?" entre muchas más, y de ahí, me vino unos flashbacks de mi antigua yo, la que, siempre sacaba  notas ñe, atendía en clase, la que, dormía y comía lo suficiente. La que, en verdad, no le importaba no haber tenido algún padre como todos o casi todos los niños y niñas del mundo.. La que, podría soportar todas las críticas, ahora me pregunto... ¿Dónde quedó esa niña? No me imagino la vergüenza y desprecio que me tendrá mi madre ahora por mis cambios..

Cerré mis ojos, apunto de dormirme, pero, me di cuenta de algo; en los días que no está Ben, son más aburridos...

Luego de minutos, ya me había caído en los brazos de morfeo, teniendo el sueño más profundo de mi vida.