Necesito un móvil o algo con el que me puedo comunicar con alguien cuando más lo necesite... ¡Ya sé!

Me dirigí a la cocina, había un cajón en el cual, mi madre guarda los móviles antiguos que aún sirven, agarré un teléfono, era demasiado antiguo, miré si tenía batería y, efectivamente, lo tenía, es un milagro.

Me guardé el móvil en el bolsillo de mi chaqueta y empecé a caminar —¡Mamá! ¡Voy a salir un momento!— mi madre respondió con un "Okey" y salí de la casa.

Menos mal que la casa de Mel no quedaba lejos, tardaría casi menos de 20 minutos llegar ahí, lo único que espero es que, este Mel perfectamente.

Luego de unos minutos llegue a su casa, más de una vez la he traído aquí pero, nunca he podido entrar..

Me acerqué a la puerta y di un sutil golpe en esta. Al ver que nadie contestaba, di un golpe un poco más fuerte, y nadie contestó.
Miré a mi alrededor, pude ver una ventana, me aproximise y observé si había alguien, pero, no.

¿Debería de entrar? Sería ayanamiento de moradas pero... Quiero ver si esta bien Mel...

Iba a abrir la ventana pero, tenía seguro esta.

—¡Mierda!— exclamé molesta, y miré una piedra, la agarré para luego tirarla haciendo que se rompa el cristal.

Sonreí, esto esta mal, muy mal, pero, ya que..

Entré por la ventana, al parecer estoy en el salón, había demasiados crucifijos, pinturas de Jesucristo y más objetos relacionados con el cristianismo —Si que están obsesionados... —

Caminé buscando el cuarto de Mel, todas las puertas estaban abiertas, bueno, casi todas, había una que estaba entre cerrada.

Me arrime a esa puerta y abrí la puerta por completo, pero de pronto, vi como Mel estaba ahorcada en el ventilador del techo.

//Mel es amiga de Sayori al parecer JAJAJA ok, mejor dejo mis tonterías//

Me quedé horrizada, ¿Esto ha sido obra de Ben..? Por favor, espero que no...

Las lágrimas no tardaron en llegar mientras mi pulso temblaba a full, sentía como mis pulsos iba cada vez más acelerados.

¡Joder, joder, joder! ¡Estoy intentando moverme pero no puedo!

-Es por esta razón que no quería que vinieras- escuché un susurro en mi oído derecho, miré hacia mi derecha y no había nadie, esa era la voz de Ben...

Me limpié las lágrimas, observé a mi alrededor —¡Deja de ocultarte, Ben! ¡Sé que estás conmigo! ¡¿P-por qué ella?!— Esperé una respuesta pero, no me la dio.

Saqué el teléfono viejo, espera un momento.. ¿A quién tengo que llamar...? ¿A la policía? ¿Qué le voy a decir? ¿Qué un fantasma que está 24/7 conmigo seguramente ha hecho que mi amiga se cuelgue?

Será mejor que llame a Jessie, espero que responda...

Llamé a aquella chica tan seria, y ¡Me respondió!

-¿Hm? ¿Quién es?-

—¡Santo bendito! ¡Menos mal que respondes!— dije muuy nerviosa, intentado no mirar a Mel de reojo.

-¿____? ¿Qué pasa?-

—¡Mel! ¡E-esta muerta!— las lágrimas volvieron a salir, dios mío, solo espero que esto sea una puta pesadilla.

-¿¡Q-qué!? ¿Esto es una broma? ¡Porque si lo es, no tiene gracia!-

—¡Jamás haría bromas sobre esto! ¡Ve a casa de Mel! ¡Ahora!— colgué la llamada, y fui directa a la puerta principal del hogar, la abrí y esperé impaciente, en menos que cantaba un gallo, ella vino en su moto.

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Estábamos en la casa de Jessie, luego de unas horas de lo ocurrido.

-Joder... Esto ha sido demasiado... No creí que llegaría a ese punto..-

—Oye... ¿Por qué hizo eso...?— dije abrazándome a mi misma.

-Ella... No era muy feliz que digamos..- suspiró leve.

—¿Cómo qué no lo era...? ¡Sí siempre tenía una sonrisa en su cara!—

-Eso es lo que siempre intentaba mostrar, tengo entendido que en cierto punto, era como tu.. Verás... Ella tenía unos padres que.. Bueno, no eran muy amables, eran los típicos religiosos que, bueno, le prohíben de todo a su hija, y encima tiene que hacer lo que ellos diga apesar de ella no querer hacerlo..- me miró serenamente - Además, de eso, apenas nos contaba cómo se sentía, ayer al menos me contó el cómo se sentía, no me lo pude creer que ella... Se sentía tan mal a pesar de tener siempre una aura que deslumbraba a cualquiera...- tapó su cara con sus manos mientras se apoyaba en la pared - ¡Pero no creí que sería tan cobarde como para suicidarse!- golpeó tan fuerte la pared que casi dejó un hoyo en esta - ¡Odio la gente así!- su cara estaba llena de lágrimas -¡Lo único que hacen es hacer que los demás sufran por su perdida!- me acerqué a ella lentamente para abrazarla, ella me correspondió el abrazo casi inmediatamente.

—Si te soy sincera... Yo... Si no fuera por una persona, ya estaría muerta... Sé muy bien lo que es sentirse sola.. Aunque estés rodeada de personas... Te sientes vacía, cuando estás tan triste todos los días, se te olvida que es la felicidad, hasta.. La tristeza.. Es algo irónico.. —

-Déjame adivinar... Quien te ayudo... ¿Fue Ben?- dijo mientras apoyaba su cara en mi hombro

—Sí, ese idiota... Justamente hoy nos hemos vuelto a pelear..—

-Si pelean tanto... ¿Por qué no te alejas de él?- me mantuve callada.

—Yo... No lo sé.—