XIV
El día había llegado, sus amigos estaban ansiosos por la fiesta que sería llevada acabo, pero la emoción de ella se derivaba a algo distinto.
Se encontraba arreglando una maleta ya que iría a casa de Irene a prepararse, había quedado con rosé en asistir. A decir verdad se sentía emocionada, nunca salió de fiesta y aunque no sería ella la que asistiría, el hecho de arreglarse para esta era una nueva experiencia.
—Pasa. — dijo Irene al recibirla.
— Ya te empezaste a arreglar. — comentó con una leve sorpresa al ver a la pelinegra con algunos rulos en su cabello.
— Algo así. — caminaban rumbo a la habitación.
— Entonces... ¿Cuál es el plan?
— Al llegar a la fiesta yo abandonaré el cuerpo, durará cuanto mucho dos horas.
— ¿Y tú qué harás?.
— Lisa irá por si algo sucede y de paso para distraerme, creo... — de eso no estaba segura, pues a Lisa le encantaba la fiesta y sobretodo bailar.
— Quédate junto a nosotros. — la menor solo negó.
— Yo solo miraré, ya me acostumbré a eso. — dio un pequeño suspiro. — Pero bueno, empecemos.
Irene sonrió como si fuese una pequeña niña y rápidamente empezó a arreglar cada detalle de sí misma y de su amiga, no irían disfrazadas, pero sí maquillaban su rostro dando una pequeña alusión a la temática de la fiesta.
Una vez acabaron Jin pasó por ellas, su padre le había regalado un auto hace algún tiempo, del cuál gozaba manejar. Iban los cuatro y no podían ir pasándola de lo mejor; música sonando y ellos cantando a tope, siendo después de un rato acompañados por Lalisa, misma que se acopló al grupo de amigos de inmediato.
En cuanto llegaron a la fiesta Jisoo decidió salir del cuerpo de la rubia, Irene y Lisa se percataron por lo que permanecieron a su lado, pero no se dieron cuenta cuando la pelinegra desaparició frente a sus ojos.
— ¿Cómo te sientes? — le cuestionó Lisa a Rosé con una voz más alta de lo normal debido a la música.
— Bien. — respondió de la misma manera.
— ¡Entonces vamos a bailar! — con entusiasmo se dirigieron a la pista de baile.
La música las llenaba de energía, era solo ellas tres, pues después de haber llegado ellas se separaron de los chicos. Cantaban y bailaban, hace un tiempo no se divertían de está forma.
— Iré por algo para tomar. — Dijo Rosé con la voz elevada.
— Te acompaño
— Iré sola, sigan bailando. — les sonrió.
Se aproximó a la barra de bebidas, misma que no estaba tan llena como pudo haber supuesto.
— Un vaso de agua con gas, por favor. — se sentó en los bancos que ahí estaban para esperar y descansar sus pies.
— Siempre la recatada de Roseanne. — el solo escuchar esa voz le hizo hervir la sangre. — Creí que no asistirías. — ella solo lo miró de mala gana y desvió la mirada. — Ahora te atreves a ignorarme.
— ¿Qué quieres?
— No creas que tu amenaza me va a detener, por más que tu padre te oculte de las cámaras ¿Qué pensará de esas fotos? — nuevamente el miedo se apoderó de ella. — Te recuerdo que el mío también tiene un rango alto, por lo que tus mugres amenazas no me afectan en lo más mínimo.
Ella se puso de pie y se apartó de él. Esa noche la había estado pasando tan bien que sintió como ese pequeño suceso la hizo caer de un precipicio. Sentía las lágrimas quemar sus mejillas, su pecho oprimirse impidiéndole el acceso al aire.
Salió de la fiesta por la parte de atrás sin dar aviso, el ambiente ahora la sofocaba, trataba de calmarse y afortunadamente estaba teniendo éxito en ello.
Estaba a punto de introducirse de nueva cuenta a la fiesta, pero ahora con el objetivo de irse de ahí. De pronto sintió una mano sujetar su brazo.
—Hola — ella lo miró extrañado. — Sé que quieres regresar, pero necesito tu ayuda.
— ¿Qué se le ofrece? — preguntó con desconfianza, si bien conocía al sujeto ya que es el conserje, nunca antes se le había acercado.
— Pasa que un carro atropello a un perrito, pero no sé como llevarlo al veterinario. — eso tocó su corazón por lo que bajó la guardia.
— ¿Dónde está?
— Aquí a la vuelta. — ella con apuro comenzó a caminar, cuando de pronto sintió a alguien abalanzarse a ella.
— No grites. — fue una mala sugerencia, porque lo que causaría era que gritara, y eso hizo.
Rosé empezó a gritar sin palabra alguna, pues había algo cubriendo su boca, pero era en vano, la música dentro era tan fuerte que incluso si gritara a lado de alguien no sería escuchada.
Jisoo desde que dejó la fiesta había estado sentado en unos bancos cerca del lugar, su mente no tenía ningún pensamiento en concreto, solo divagaba y cantaba. De pronto escuchó unos gritos, se le hicieron conocidos.
Comenzó a seguir de donde provenían, fue cuando vio a Lee teniendo a la rubia en sus brazos. Sin pensarlo más se introdujo a la fiesta y comenzó a buscar.
Las luces y el ruido le hacían casi imposible su búsqueda, hasta que se percató de una cabellera rubia que ella muy bien conocía, y llegó hasta ahí con la ventaja de poder trasladarse.
— ¡Hey! Ya era hora que te unieras. —le dijo Irene una vez la vio.
— ¡Busquen a los chicos! Rosé está en problemas. — la sonrisa que portaban de inmediato desapareció y comenzaron a buscar.
— ¿Qué pasó?
— Una vez afuera les explico — las tres se encontraban nerviosas.
— No los veo. — estaban desesperadas.
— Ahí están. — señaló Jisoo — Díganles que vayan por el carro. — Irene corrió hacia ellos.
— ¿Qué pasó? — cuestionó Jin al ver su cara llena de preocupación.
— Rosie está en problemas. — ambos se alarmaron y sin pensarlo dos veces empezaron a seguir a la pelinegra.
Llegaron donde se encontraba el automóvil estacionado, ninguno tenía realmente la idea de lo que pasaba, pero la adrenalina de ayudar a su amiga estaba latente.
— ¿Qué pasó con Rosé? — preguntó Lisa a Jisoo, simulando ver Irene.
— Lee, el conserje la metió a su coche.
— Me dijeron que Lee, el conserje la introdujo a su coche. — dijo la mayor al escucharla decir aquello, provocando que todos se preocuparan aún más.
— ¿Cómo saber a dónde se la llevó? — Preguntó Taehyung, quién además de Jin esto le causaba un recuerdo de alguna forma.
— Yo creo saber donde. — nadie más que las chicas escucharon aquel comentario. — Vive en los suburbios, cerca de un jardín de niños.
— Suban, creo saber donde. — Nuevamente Irene fue la voz de Jisoo. Todos comenzaron a subir al coche. — Cuando era chica solía ir a un Jardín de niños en los suburbios, yo los iré guiando.
El auto parecía ser impulsado por flash, manejaban con suma rapidez.
— Pronto cambiaremos de cuerpo, trataré de mantenerla a salvo. — ambas chicas la miraron y de pronto desapareció de su vista.
Jisoo despertó, el auto seguía en movimiento. No se movió, no quería que se percatara de que había vuelto en sí; con la mirada comenzó a buscar algo con lo cual pudiese atacar y así escapar, esto parecía ser un deja vu.
Su mirada se iluminó al encontrarse con un desarmador, lo tomo con sus manos y lo clavó en la pierna de aquel sujeto, haciéndolo perder ligeramente el control del volante para después impactarse con un poste.
Salió del auto un poco desconcertada tras el impacto, se percató que para su suerte o mala suerte quizá, el choque había sido justo en aquel jardín de infantes. Su primer pensamiento fue huir, pero no sabía a dónde así que empezó a correr sentido contrario a donde venían, dio un paso en falso y cayó, se olvidó de quitarse los tacones.
Para haber sido herido, Lee comenzó a caminar con rapidez logrando llegar a ella. Él siempre tuvo más fuerza, sin importar en que cuerpo ella se encontrara.
— Esta me la pagas. — agarró sus pies y comenzó a arrastrarla por el tosco pavimento. Su reacción inmediata fue patalear para liberarse.
Él ante su agotamiento por la herida bajo brevemente la guardia, acción que ella aprovechó. Logro levantarse y huir, él jaló su cabello y así la apresó ante el coche.
— Qué desobediente. — no importara cuánto pataleara, no lo lograba vencer.
Recuerdos invadieron su mente, haciéndola encontrar el coraje para seguir luchando
“— No quisiste ayudarme, eres una niña mala. — volvió a posicionarse sobre ella. — Por eso te voy a dar un pequeño castigo. — comenzó a meter la mano debajo de su falda.
— ¡AYÚDENME! ¡POR FAVOR! — sentía su garganta se desgarraría si seguía gritando así de fuerte."
Sintió las luces impactar con su rostro, sabía de qué se trataba.
" — Tú no estarás para contarlo. — desenterró el cuchillo y así mismo lo volvió a enterrar, haciéndola gritar una vez más. — Y yo nunca lo voy a decir. — el cuchillo entraba y salía de su estómago dejando graves heridas."
— ¿Crees que puedes vencerme? — su voz salía con dificultad — Ya me mataste una vez, no podrás hacerlo dos. — rió y lo desconcertó
Con apuro abandonaron el coche y comenzaron a correr hacia ellos, pero lo que vieron los detuvo dejándolos estupefactos. Lo que observaban no podía ser cierto, era imposible.
(1/2)
¡Holaa!
Quería publicar el último capítulo del año. Este año me animé a escribir por primera vez y soy consciente que aún me falta mucho por mejorar, pero poco a poco lo haré.
Realmente no me importa que mis historias tengan tantas vistas o estrellitas, lo hago porque es algo que me gusta y ver que aun hay personitas que me siguen leyendo me alegra.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
Les deseo prosperidad y felicidad, que cumplan aquello que se propongan.
XOXO
(Por cierto Tenemos una nueva portada, hecha por -jisooft)
-A🌷
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