XIII
El sonido de la alarma lo hizo despertar, los rayos de sol aún no atravesaban la ventana pero de igual forma podía se podía ver el cielo azul. Se quedó acostado un rato agarrando las ganas de levantarse de la cama, estando ahí observó los muchos retratos que tenía por la habitación, en ellos se encontraba él y Jisoo.
Sentándose en el borde de la cama tomó uno de ellos y se quedó observándolo con nostalgia. La recordaba todos los días, su partida le había afectado más de lo que pudiera admitir.
Una parte de él seguía negándose a aceptar su muerte, pues su novia era muy joven para morir, tenía mucha vida por delante y se le fue arrebatada esa oportunidad. Daría todo lo que tiene para que ella estuviera aun aquí o siquiera la oportunidad de poder hablar con ella, pues también eran mejores amigos.
"El clima de la ciudad era bastante agradable, pero había algo que le preocupaba, Jisoo desde la noche anterior no atendía sus llamadas y mensajes. ¿Se había enojado?, no lo creía, pues ella era fiel creyente en hablar para resolver los conflictos.
Aunque quiso darle su privacidad terminó marcándole a SeokJin, pues podía ser algo más grave, porque ella no era de ignorar las llamadas.
Jamás olvidaría tal llamada, misma que logró romperle su corazón y alma en mil pedazos. Juró tomar su mano y amarla toda su vida, nunca imaginó que para ella esta sería tan corta.
Abrió su galería en el celular, las imágenes que siempre le causaron felicidad y compañía cuando se encontraban lejos, ahora le causaban una inmensa tristeza. Nunca se imaginó que algún día le pudiera faltar, su amor seguía intacto.
Sentía estar conduciendo una carretera llena de oscuridad, en donde la angustia y dolor se impregnaba en sus huesos.
— Tae ¿Qué pasa? — dijo su mamá al entrar a la habitación y ver a su hijo en ese estado. Con lágrimas en los ojos la miró.
—Mamá... — su progenitora inmediatamente se sentó a su lado.
— Tranquilo. — Él no decía nada, pero ella no necesitaba que lo hiciera, ya había recibido el llamado. — En un rato arregla tus cosas, regresaremos a Seúl.
No se fue de la habitación, permaneció a lado suyo, ella entendía su dolor. "
Volviendo de el viaje de ensoñación a sus recuerdos, devolvió el retrato a el buró y se levantó para por fin arreglarse y partir a clases.
El campus universitario era el mismo de siempre, lleno de alumnos caminando por todos lados, mucho ruido provocado por estos mismos y de la ciudad. Se acercó a donde se encontraba Rosé quien se entretenía mensajeando en su celular.
— Llegaste temprano ahora. — podría tomarlo como saludo.
— Buen día. — solo río. — Sí, es que cité a una amiga, pero va a llegar más tarde. — se había contactado con lisa, quería soltar todo lo que le preocupaba.
— Ya veo.
— No creas que se me olvida eh. — se puso de pie frente a él. — ¿Cómo te fue con Jennie?
— Ah eso — trato de restarle importancia — Normal.
— ¿En serio? — se acercó lentamente — Yo diría que ya son amigos. — él solo rió y comenzó a caminar siendo seguido por ella.
Su camino es hacia el comedor donde se encontraban sus amigos.
— ¡Hola! — saludó Jisoo. A comparación de Rosé ella era más entusiasta y aunque en un principio eso les parecía raro a los demás, ya se estaban acostumbrando a "su nueva personalidad".
— ¡Hola! — respondió Jin. — Ya viene la fiesta de halloween ¿irán? — Taehyung solo asistió e Irene no dijo nada, pues ya todos daban por hecho su asistencia.
— ¡Sí! De hecho invité a una amiga, espero que no les moleste.
— ¿La conocemos?
— No creo. — comenzó a comer nuevamente como si estuviera en una carrera y le fuesen a ganar el alimento.
— Tranquila, nadie te lo va a quitar. — bromeó Irene.
— ¿Se acuerdan cuando por comer así de rápido se andaba ahogando?— Algo que tenían en común las dos chicas era su profundo amor por la comida.
— ¡Sí! Nos llevamos un gran susto ese día. — comentó la pelinegra riéndose de aquel momento.
— Ahora solo da risa. — se unió el mayor a la plática.
— O cuando con Irene se subieron a la montaña rusa...— las risas estaban presente en todos ahí, menos en ella, pues de los recuerdos que hablaban no eran los suyos.
— Jamás vuelvan a subirse a una.
Se sentía fuera de lugar, siempre tuvo presente que estaba viviendo una vida ajena, pero ahora sentía envidia. Su corazón se estaba volviendo cada vez más ambicioso, quería volver a reírse así con ellos, pero quería que se fueran concientes que hablaban con ella, Kim JiSoo, no Park Roseanne.
Cerró los ojos y suspiró levemente, con su fuerza interna logró salir de aquel cuerpo, acción que solo fue percibida por las chicas.
— Ese día en la feria fue épico. — con casi una lágrima de risa comentó el de sonrisa cuadrada.
Jisoo los vio reir, su corazón se sentía feliz porque hacía tanto no los veía así, pero su semblante cambió al momento en el que vio a Lee. Si no fuera por él, quizá ella estaría en esa mensa riendo con ellos, estaría viva. Irene quién no había despegado su vista de ella en busca que alguna explicación, simplemente la vio partir.
Estar fuera del cuerpo duraba solo algunas horas y mayormente salía una vez estando en casa, cuando suele estar relajada ya que esa transición dejaba a veces un poco desconcertada a la rubia.
Caminó un largo rato, lágrimas caían por sus mejillas, sabía que estaba mal tomar el cuerpo de alguien más y aunque lo hacía sin malas intenciones, su ambicioso corazón buscaba más y no permitiría que siguiera así.
— Jisoo. — escuchó un susurró, era Lalisa. Limpio rápidamente sus lágrimas.
— ¡Lisa! ¿Qué haces acá?
— Iba a buscar te a la universidad, me citaste.
— ¡Cierto! Lo olvidé. — seguía sonriendo.
— ¿Vamos al mirador?
— Por favor. — su voz salió en súplica.
Al llegar tomaron asiento y dejaron que el silencio fluyera como una conversación. Dicho lugar no era más que un parque para niños, pero en las noches las estrellas lograban verse como si estuvieran a solo unos cuantos metros de distancia.
— Pronto partiré.
— ¿Cómo? — al haber estado en un silencio, esa confesión le sorprendió aun más. — No puedes.
— Lo que solar dijo fue para evitar dolor, pero a este punto estoy dispuesta a hacerlo así sienta llamas ya agujas por todo mi ser.
— ¿Por qué?
— ¿No crees que ha he sufrido lo suficiente? — aquellas lágrimas amenazaban con escapar de nuevo. —Morí ¿los sueños que tenía? ¿Mis metas? No pude siquiera intentar. Tengo que ver como todos viven su vida, mientras que yo... Ni siquiera la ropa me ha de cambiar.
— Jisoo, entiendo... — la frase automáticamente fue interrumpida.
— No, no lo entiendes, puedes suponerlo por mera empatía, pero no lo entenderías. — limpió esas gotas de agua que salía cual cascada. — No sabes lo que es que nadie te vea, no poder hablar más que con algunos, no sabes lo que es morir. — la rubia tomó la mano contraria buscando reconfortarla.
— Quisiera hablar con mis papás, con mi hermano o incluso con Tae...— suspiró — quiero hacerlo y que ellos sepan que soy yo, que me vean, poderlos abrazar. Sé que lo que pido es mucho y que debería conformarme por siquiera hacerlo a través de ella, pero no puedo. Porque mi vida me fue arrebatada y es lo mismo que estoy haciendo.
— Yo le diré a Yongsun, será después de la fiesta de Halloween ¿te parece? — la pelinegra solo asintió, para posteriormente ser abrazada por la rubia.
Se quedaron abrazadas un rato largo, no lloraba más pero pronto volvería al cuerpo de Rosé, el día apenas comenzaba y sería aun más largo si tenía que fingir que era feliz.
Está un poco corto, lo sé y una disculpa.
Ya salí de vacaciones, por lo que ya estoy escribiendo más y déjenme decirles que el final ya se acerca. busquen sus pañuelos, porque si son sensibles creo que los necesitarán.
Apenas fue navidad y pronto año nuevo, espero estas fiestas disfruten mucho, lamentablemente el momento no es el mejore, pero les deseo amor, felicidad y salud.
-A🌷
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro