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Irene estaba desconcertada, una parte de ella se trataba de convencer que todo era producto de su imaginación. Jiwoo, aquella chica que le había ayudado y con la cual forjó amistad era Jisoo, la hermana de su novio. Su cabeza está dando vueltas y vueltas al asunto.
Junto a Jin salieron al jardín, para respirar aire fresco, y vaya que sí lo necesita. El Jardín es grande, pero lo único que lo hace con vida es el pasto que lo cubre, la única iluminación con la que cuenta es aquella que proviene del alumbrado público.
— Les agradas. — Dijo él rompiendo el silencio. Ella solo respondió con una sonrisa.
— ¿Qué tienes?— estaba preocupado, pues Irene estaba seria.
— Nada. — lo miró y sonrió.
— ¿Segura? — entrecerró los ojos.
— Segura — ella sonreía ante su cara. La plática fue nula después de eso.
— ¿Te puedo preguntar algo? — cuestionó después de un breve silencio. Siempre había respetados sus tiempos, pero ahora estaba confundida.
— ¿Por qué nunca me has hablado de tu hermana? Llevamos más un año saliendo y lo único que sé de ella es su nombre. — él estaba viendo hacia otro lado. Había lanzado una bomba, pues sabía que él no siempre tenía una buena reacción sobre el tema. — Era hermosa. — Trató de aligerar el ambiente y dado a que su semblante entristeció, se acercó más a él y pasó su brazo por sus hombros.
— Taehyung dice lo mismo. — se río levemente, causando lo mismo en su acompañante. Y calló.
— No me gusta hablar de ella porque a pesar de que fue una gran persona y hermana... — habló después de un silencio, pero al hacerlo su voz comenzaba a quebrarse. — Siento un gran remordimiento . Sé que pude haber hecho más. — Bae sostuvo con su mano libre la de él. — No debí enojarme con ella ese día. — nunca lo había visto llorar y ahora solo podía sentirse egoísta al hacerlo hablar. — Si yo hubiera ido por ella, quizá seguiría aquí. —
El estar fuera del cuerpo de Rosé no duraba mucho, pues cuando menos se lo esperaba estaba en un cuerpo ajeno de vuelta. Era lunes y de nueva cuenta tenía que ir a clases, lo hacía por las calificaciones de su ahora amiga y por ella misma, pues disfrutaba ver a sus amigos, conversar con ellos y por unos momentos volver a ser parte de su vida diaria.
El día anterior por la noche logró salir del cuerpo para platicar con la propietaria sobre lo que les estaba sucediendo, aunque claro está que no le dijo las soluciones y no pensaba hacerlo, pues eran arriesgadas. Rosé le dijo como obtener su dinero para sobrevivir y le dió el nombre de su madre y todo aquel que pudiese presentarse frente a ella mientras no estaba siendo ella.
Este inicio de semana era igual de monótono para los demás, pero para ella era una oportunidad más que disfrutaría de la vida, aunque creía que sería egoístamente.
Las clases transcurrían como normalmente lo hacen y la rutina era casi la misma, solo que ahora también platicaba con Irene y no se dedicaba solo a poner atención. Hasta que el momento del descanso llegó, entonces fueron con sus amigos.
— Ya llegó por quien lloraban. — la voz de Rosé había sonado con mayor volumen, Jisoo es más espontánea que la rubia por lo que ciertas actitudes les parecían raras al círculo de amigos, pero no le tomaban importancia alguna, pues no consideraban que fuera algo malo.
Se sentaron donde habitualmente lo hacen y comenzaron a comer y conversar.
— La escuela es la peor abominación. — se quejó Jin.
— Ni que lo digas, esto del proyecto va a ser muy desgastante. — le respondió Tae.
— ¿De qué trata su proyecto? — cuestionó la pelinegra mientras probaba de su comida.
Ellos estaban explicando pero la atención de Jisoo era nula, pues a lo lejos pudo observar a aquel sujeto que tan solo verlos su piel se erizaba, este mismo se veía tranquilo e inocente, pero el simple hecho de compartir el mismo espacio le causaba cólera.
— ¿Te tocó con Kim Jennie? — eso llamó su atención, entonces la puso de vuelta en la plática.
— Sí, pero pienso hacerlo yo solo. — dijo él.
— ¿Por qué? — se unió por fin a la conversación — Ella es de las más inteligentes y en el bachillerato fue la mejor. — concluyó, pues la conocía porque iba en el mismo curso que su hermano cuando cursaba el bachillerato, además de que la llegó a tomar como un ejemplo a seguir.
— ¿La conociste? — si bien Jennie era de las más conocidas en la facultad, sus antecedentes eran muy poco conocidos, pues es muy reservado en cuanto a su vida haciéndola un misterio, por lo que su etapa antes de la universidad sólo tenían conocimiento los que la compartieron con ella.
— ¿Qué? — se atragantó con el alimento — No, no, pero eso he escuchado por ahí. — tomó agua para tranquilizarse.
— Ajá... — entrecerró los ojos y miró a la rubia.
— Igual no me respondiste. — esta lo encaró.
— Me gusta hacer las cosas a mi manera y ella y yo tenemos formas muy diferentes de trabajar. — se encogió de hombros al confesarlo.
— Deberías darle una oportunidad. — opinó su amigo.
— Yo opino igual. — Jisoo dejó de mirar la comida, para ver a su hermano y luego a Tae. — Ella es muy inteligente, además desde que se sentó no te ha apartado la mirada. — entonces toda el grupo de amigos se olvidó lo que implica la discreción y voltearon hacia donde la nombrada se encuentra, quien aparto rápidamente la mirada.
— ¿Y eso qué? — preguntó con indiferencia.
— No lo sé, quizá le atraes. — ella desvió la mirada de vuelta a su comida recibiendo una patada de su amiga y una mala mirada. Sí, aun lo ama y no es como que le agrade verlo con alguien más, pero él tenía que seguir adelante y se rehusa a hacerlo y si eso lo hace feliz lo apoyaría.
— No creo. — dijo Jin tratando de aligerar el tenso ambiente que se había creado.
— Yo digo que hagan el trabajo. — se llevó un bocado.
— Entonces con más razón no lo haré. — resaltó la palabra no. Estaba molesto, se notaba en la tensión de su mentón.
— Deberías conocer a más gente. — dijo dejando los cubiertos sobre la mesa. — Deberían. — entonces miró a su hermano también, este último solo desvió la mirada.
— Si lo hago o no, no es tu problema. — estaba claramente enojado.
— Eres mi amigo, quiero verte feliz. — Irene y Jin se encontraban callados simplemente escuchando.
— Yo era feliz. — dijo esto y se marchó. Ella se levantó a su asiento para seguirlo, pero Irene tomó su mano para detenerla.
— Para. — le dijo.
— No, no puedo seguir viendo como aún viven en el pasado. — dijo no mirándola a ella, sino a Jin. — Tienen que avanzar. — soltó su agarré y partió por donde vio a Taehyung hacerlo.
Ella sabía a donde iba él cuándo quería estar solo, pues siendo invisible para los ojos de la mayoría de los mortales lo había acompañado varias veces al saber que se encontraba mal, permaneciendo a su lado en el silencio de su inexistencia terrenal.
Lo encontró admirando la vista que el último piso del edificio ofrece.
— Tae... — se acercó a un lado de él a pasos lentos.
— Quiero estar solo. — no quería ser grosero.
— Lo sé. — estaba nerviosa, no sabía como abordar el tema. — Pero no quiero dejarte solo, no así. — él no se inmutó a responder.
— Lo que te dije... — suspiró — Perdón. — permaneció callado.
— No te digo que salgas con Jennie, pero sí que no te retengas a experimentar el amor de nuevo. — Taehyung se estaba tensando de nuevo. — Tampoco digo que sea ya, si va a ser que sea cuando así lo quieras. Con alguien que sea capaz de amarte al igual que tú a ella, porque sé que la vas a encontrar. —
— La vida sigue y apenas estás comenzandola. — sus ojos querían empezar a lagrimear, pero quería permanecer fuerte por él, porque los de él se estaba desmoronando poco a poco.
— A ella no le gustaría verte así. — tocó su hombro. — Ella quisiera que fueras feliz y vivieras tu vida al máximo, con o sin pareja. — su semblante se relajó, pero seguía siendo uno triste. Se quedó un rato a su lado simplemente ofreciendo compañía, una vez que lo vio más tranquilo decidió partir.
Jisoo fue su primer amor, estuvieron juntos por tres años hasta su último día de vida. Su ausencia lo dejó destrozado. No se sentía listo para enamorarse de alguien más y tocó creía que sería capaz de hacerlo.
Sintió como su amiga se alejaba hacia la puerta de la azotea.
— Rosie... — la llamó.
Ella volteó haciendo que su cabello se moviera con el viento. Fue entonces que Taehyung se quedó asombrado, pues no estaba viendo a su amiga de cabellera rubia, estaba viendo Jisoo, la dueña de su corazón desde los quince, la dueña de sus suspiros y sus lágrimas por las noches. Lucía tan hermosa como siempre, su cabello negro caía como cascada y brillaba con el reflejo de los rayos del sol, traía su uniforme impecable como siempre. No quería si quiera parpadear.
— ¿Qué pasó? — le dijo con una sonrisa, lo cual lo cautivó más, pues amaba como esos labios de corazón mostraban su dentadura perfecta, además de que pudo oir su voz, la cual ha estado extrañado de sobremanera con el constante miedo de que en algún momento se pueda borrar de su mente.
Cerró los ojos y suspiró, su mente no podía estarle jugandole así. Al abrirlos había desaparecido, estaba su amiga frente a él de vuelta, lo cual de cierta forma lo hizo sentir decepcionado.
— ¿Tae? — esa voz lo hizo reaccionar.
— Gracias. — tocando su nuca, ella solo le regaló una sonrisa y se fue.
Se sentía satisfecha, pues se propuso que mientras ella estuviera en el cuerpo de Rosé haría lo que estuviera en sus manos para ayudarlos a seguir adelante.
— Disculpe. — escuchó una vez estando en la planta baja. Esa voz la recordaría hasta el último día de su existencia.
— Se le calleron. — le extendió unos billetes.
— Gracias. — dijo acercándose para recibirlos, pero fue más rápida en alejarse. Estaba por irse, pero escuchó su voz de nuevo, dándole escalofríos.
— Si no le molesta. — dió un paso hacia ella y ella uno hacia atrás. — ¿Podrías ayudarme a llevar esto al depósito? — señaló su carga.
— Yo... — siguió retrocediendo. — Yo... No puedo. —hizo una reverencia y se fue sin esperar a que dijera una palabra más.
Aceleró el paso, no quería estar más cerca de él. Ahora sabía algo más, él ya tiene a Rosé en la mira y no va a permitir que le haga daño.
Rosé se encontraba sentada en su cama al igual que Jisoo, quién ya sabía como salir del cuerpo de la rubia cada que quisiera, pero no duraba mucho tiempo fuera de éste.
Todas las noches se sentaban a platicar de lo que había transcurrido en el día, así Roseanne no estaba tan perdida.
— Le diré a Irene que me explique. — tenía sus apuntes en la mano para depositarlos en otro lugar con rendición.
— Perdón. — se sentía apenada, pues ella había tomado la clase y los apuntes, pero entendió.
— Está bien, esta materia también se me complica. — le dijo con una cálida para tranquilizarla. — ¿Han dicho algo de la fiesta de Halloween? —
— No mucho. — tampoco era como que hubiese prestado atención.
— Tenía planeado hacer un disfraz de pareja con el innombrable. — se rió — Pero ahora no iré. —
— Que su presencia no te detenga, ve. — la alentó.
— Si quieres ve tú, o sea voy yo, pero vas tú. — comenzó a reír ante su confusa declaración.
— No, es tu fiesta. — la rubia estaba por comentar algo, pero recibió un mensaje.
"Sí haré equipo con Kim Jennie, pero solo será trabajo ¿feliz?" era un mensaje de Taehyung.
Su mirada era de confusión, ¿Qué le había ocultado Jisoo?
— Jisoo... — alargó la última letra, la menor la miró. — ¿Qué pasó con Tae? — desvió su vista sintiéndose un poco apenada.
— ¿Por qué? — le enseñó el mensaje y esta sonrió.
— Es que... — comenzó a acariciar su negro cabello. — Quizá me vaya pronto, no lo sé. — era mucho lo que quería decir, pero poco lo que podía. — He estado aquí por dos años y en esos dos años los he visto estancarse en el pasado. Me duele. — suspiró, rosé quería decir algo, pero antes de intentarlo Jisoo volvió a hablar.
— Sí, mi vida acabó, pero ellos deben seguir adelante y resignarse, por que no fue su vida la que fue arrebatada. Deben vivir y disfrutar, abrirse a nuevas experiencias. — Rosé solo escuchaba atenta. — Taehyung fue y será el amor de mi vida y aun lo amo, pero si él quiere a alguien más lo voy a aceptar. Porque lo amo lo quiero ver feliz. — la rubia solo se acercó a abrazarla, la palabras habían escapado.
Ambas sentían con la misma intensidad. Y se quedaron así juntas hasta que volvieron a ser una como si se tratara de un imán.
Hasta aquí el capítulo de hoy, fue algo largo.
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Nos vemos leemos el próximo sábado, besoos.
-A🌷
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