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III


Mitad de semana y Jisoo no le había contado nada a Yongsun, no quería recibir ningún regaño. Estaba sentada frente a su lápida, viendo las flores rosas que había ahí y unas otras que ya estaban marchitas. Sabía a quién le pertenecían cada ramo.

Seokjin le llevaba flores blancas, porque con eso esperaba que su hermana encontrara la paz. Taehyung le llevaba flores rosas, siempre le dio el mimos tipo de flores durante su noviazgo y dos años después de su partida lo seguía haciendo.

Tuvieron una relación, incluso después de que él entrara a la universidad. Él es mejor amigo de su hermano y por eso se conocieron.

[[🌼🌸]]

El timbre que indicaba la salida ya había sonado, haciendo sentir a todos los estudiantes una sensación de alivio, de felicidad pues la jornada laboral había terminado.

Jisoo alistó sus cosas y se dirigió rápidamente a la salida, quería huir de la escuela cuanto antes. Esta vez le tocaba regresar sola a casa, su hermano estudiaría para los exámenes que se acercaban pues al estar en último año la presión y exigencia era mayor.

Al salir por el portón se despidió del conserge que ahí se encontraba, mismo que no le inspiraba confianza desde que ella entró a la escuela pero no quería juzgar un libro por su portada ni ser descortés con él.

Al llegar a su casa se encerró en su habitación a escuchar música hasta que tomó una siesta pues estaba agotada.
Al despertar bajó y se encontró a Tae en la cocina e inmediatamente fue a abrazarlo, no lo había visto en todo el día.

—¡Hola! — la felicidad estaba presente en el saludo.
—¡Hola!— sin soltar el abrazo le devolvió el saludo para después dar un corto beso en su cien.

¿Cómo te fue hoy?— preguntó ella separándose un poco de él.

—Bien, digo es un poco estresante pero lo puedo manejar. — sonó el microondas indicando que las palomitas de maíz estaban listas.— Espero ya hayas escogido la película, tuviste toda la tarde. — bromeó mientras las sacaba.

Sé dirigieron a la sala y vieron la película, tiempo después Jin se les unió y pasaron un buen rato juntos de risas, bromas y chistes malos.

[[🌸🌼]]

Estaba tan ocupada en sus pensamientos que no se dió cuenta de la presencia de alguien.

Me sorprende que sigas aquí.dijo Yongsun acercándose a ella para después sentarse, guardó silencio unos minutos mientras le hacía compañía — Tal vez ya estés lista para ascender, hay que intentarlo ¿sí? la miró con ilusión  convencerla.

Está bien. —la respuesta tomó por sorpresa a la rubia.

Prepararé todo entonces. — dijo haciendo el intento de pararse.

Solo un poco más , por favor. — suplicó.— Quizá no me puedan ver, pero quiero despedirme de ellos. la miró a los ojos.

Está bien.— la logró convencer.

Se quedó nuevamente sola, sentada recordando su vida. Tenía que admitir que fue feliz mientras vivió. Tenía unos padres que la amaban y consentían, un hermano que la amaba y apoyaba aunque se pelearan, un novio cariñoso y detallista con ella, pero era hora de aceptar que todo tiene un fin.

Se levantó y salió a caminar por las calles de la ciudad, sería una de las últimas veces que apreciaría su belleza, en las que veía como la gente iba con prisa de un lado a otro, a los amigos cuando salían de la escuela. Nadie se daba cuenta de su presencia, podía estar frente a ellos y estos traspasarla como si se tratara de aire, al principio se sentía mal pero ahora ya estaba acostumbrada a ello. Eso hizo toda la tarde sin cansarse.

La luna ya se asomaba, emanaba una gran luz al igual que las que llenaban la gran ciudad y aunque el cielo había oscurecido aún era temprano. Llegó a una de las pocas casas propias que había, pues al ser ciudad la mayoría eran departamentos.

Era color blanca, con un portón que te dejaba ver el jardín con flores por el que debías pasar para poder ingresar a esta. Era la casa de Irene, se encontraba ahí porque el hecho de que la haya podido verla aquella ocasión seguía rondando por su mente.

Se escuchó la puerta abrirse, por lo que condujo su vista ahí. Era Irene, vestía su pijama y una coleta alta, ambas conectaron miradas sorprendidas. Jisoo le parecía muy bonita a pesar de estar usando el uniforme, no muchos contaba con la misma suerte. Su cabello era como el de ella, liso, oscuro y hasta la cintura de largo.
Reaccionó y se acercó al portón donde se encontraba

—¡Hola! ¿Qué te trae por acá? — preguntó sonriente mientras abría el portón. Jisoo estaba sorprendida, aún la podía ver y además la atraparon fuera de su casa.

—Me quedé preocupada por lo de ayer. Así que quise ver como estabas. —en su voz no se notó el nerviosismo aunque sí lo estaba.

Estoy bien. — le sonrió y la invitó a pasar. Jisoo dudó en aceptar la oferta, pero lo hizo— Afortunadamente sólo fueron cosas materiales y una mala experiencia. — se encaminaron al patio trasero de la casa.

Por cierto, no nos hemos presentado.— dijo de repente— Soy Bae Joohyung, pero mis amigos me dicen Irene. — extendió su mano.

Soy Kim Ji...woo— dio una dudosa respuesta— Kim Jiwoo— sonrió para que no dudara.

Es hermana de su novio ¿acaso él nunca le habló de ella?. No lo sabía, pero no quería arriesgarse a ser descubierta.

Tu jardín es muy bonito. — dijo jisoo observando cada detalle del lugar con una sonrisa.

—Mi mamá escogió cada parte de él. Casi no se la pasa en casa, pero dice que cada que lo ve se siente bienvenida. — dijo Bae mirando a el mismo también. Ella no es muy fan de las plantas, no quiere decir que no le gusten, pero no le apasionan, contrario a su madre.

Mi mamá también le gustaba mucho la botánica. — la sonrisa de ambas era amplia y verdadera— Gracias a eso sé algunas cosas y los cuidados que deben tener. — Volteó a verla.

Dado a que mi mamá está siempre ocupada yo me encargo de sus "bebés" — ahora ambas se veían riendo — No es que no me gusten, pero a veces me olvidó de su cuidado. — confesó un poco avergonzada.

Al menos ya no cuido plantas. — rió un poco ante lo dicho, pero no duró en desvanecerse la sonrisa.

¿Por qué? — no podía decirle la verdadera razón.

Mi mamá abandonó sus gustos. — dio una sonrisa incomoda, ya que eso sí era cierto, su madre poco a poco le dejó de tener cuidado a sus plantas y ahora en su hogar no había ni una sola— Pero bueno, la vida está llena de cambios. — quiso mostrar optimismo

Ambas estuvieron hablando un buen tiempo, parecían ser horas. Tenían una conversación muy amena que no parecía que acababan de conocerse.

Creo que debería irme. —dijo Jisoo levantándose del banco junto con Irene.

Sí, ya es tarde. — se encaminaron hasta la salida.— De verdad muchas gracias. Si necesitas aquí estoy— se recargo en la puerta del portón.

No fue nada, creo que yo también hubiera querido ayuda.— le dio una sonrisa sin dientes, pero sincera. Se despidieron de mano y se volteó para seguir su camino.

Jiwoo.— se detuvo, por un momento había olvidado su nombre falso y volteó a ver a quién la llamaba— ¿Quieres venir mañana?— la pregunta le tomó por sorpresa — Claro si tienes tiempo. — sonrió apenada, la menor le había caído bien. Es muy expontánea, pero en sus ojos veía tristeza y soledad, no quería que se sintiese así, tal vez la razón era que no tenía amigos o la presión por entrar a una buena escuela, pero la quería ayudar a sentirse mejo.

Sí. — dijo después de un breve silencio.

Entonces nos vemos mañana. — dijo entusiasmada y se despidieron. Cerró la puerta y entró a su casa.



Era un día nuevo, el mismo alboroto de siempre se escuchaba en la universidad. Alumnos yendo de un lado a otro, conversando, jugando.

En serio perdón por no haberte acompañado. — le dijo rosé a su amiga.

—Ya te dije que no hay problema, no es tu culpa. — contestó la pelinegra para tranquilizar a su amiga, quien desde que se enteró de lo ocurrido no podía evitar sentirse culpable, pues se suponía que irían juntas.

Por cierto ¿dónde te has estado metiendo? — cambió de plática mientras se dirigían a los jardines a tomar su receso. — Ya casi no te he visto más que en clases. — estaba preocupada por su amiga.

Ya sabes, por aquí y por allá. — era notorio su nerviosismo.

No sé dónde es por aquí y por allá. — la volteó a ver con cierto enojo — Rosie... — dulcificó su voz— Recuerda que no estás sola, nos tienes a nosotros. No te guardes todo. — dicho esto la abrazó.

Siguieron caminando hasta llegar a su destino en donde se encontraba un par de amigos plácidamente platicando.

Por fin te dejas ver. — dijo Jin al ver a su amiga, pues en los ratos libres ya no se juntaba con ellos, se iba al mismo rincón de siempre sin decirle a nadie.

Hola. — los saludo con una sonrisa apenada.

Tengo algo para ustedes. — Taehyung habló mientras buscaba algo en su mochila. — ¡Listo! Tengan. — les entregó un frasco con gas pimienta— Las calles no son seguras.— siguió con su comida.

Gracias. — dijo Irene mientras guardaba el frasco en su mochila.

Gracias.— dijo rosé mientras lo analizaba. Cuando alzó la vista se encontró con la mirada de su ex, haciéndola sentir intimidada, lamentablemente no era esa mirada a la cual tenía que temerle realmente. La pelinegra se dio cuenta de las miradas que le lanzaba a la rubia.

Hay que ir a otro lado. — se levantó del pasto. Rosé la miró sorprendida y con agradecimiento.

—Vamos — dijo Jin levantándose junto con Tae, se dieron cuenta de la intención de Irene.

Eran un grupo muy unido, se apoyaban y se animaban unos a otros.





Espero les guste el capítulo.

-A🌷

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