Capítulo 14
-Porque te encontré casi inconsciente, a punto de sufrir hipotermia en el jardín trasero, y tenía que quitarte la ropa y hacer que tu cuerpo entrara en calor -explicó Jungkook, evitando a conciencia la parte en la que él se quitó la ropa y durmieron abrazados.
-Oh -dijo Jimin, carraspeando su garganta-. Yo... bueno, gracias por salvarme la vida.
-No tienes que agradecerme, es lo que hago todo el tiempo: salvar vidas -dijo un poco engreído, haciendo reír a Jimin.
-Eres un doctor presumido -Jimin hizo un puchero.
Jungkook le miró, guiñándole un ojo-. Jimin, ¿por qué estabas allí tirado bajo la lluvia? -preguntó.
Jimin se encogió de hombros-. Dejé que una conversación con mi padre me afectara de más. He tratado de encajar en mi familia por mucho tiempo, pero parece que la única forma que tengo de hacerlo es renunciando a mis sueños, cambiando quién soy, y no pienso hacerlo. Estoy remotamente lejos de ser perfecto, pero este soy yo.
Jungkook se acercó a Jimin y le puso una mano en la mejilla-. Y si tu familia no te acepta así, pues ellos se lo pierden.
Jimin se sonrojó ante el gesto de Jungkook y posó una de sus manos sobre la que el doctor tenía en su mejilla-. Eres un gran hombre, Jungkook. Perdón por arrastrarte a todo esto -dijo bajito.
-Soy un fiel creyente del destino. Nada pasa simplemente porque sí. Supongo que esta fue la forma más loca que se le ocurrió para que nos conociéramos -respondió Jungkook, acercándose un poco más a Jimin.
-¿Entonces crees que el destino decidió que así debíamos conocernos? -preguntó Jimin y miró los labios de Jungkook detenidamente. ¡Diablos, tenía un sexy lunar bajo el labio inferior! Humedeció los suyos con la punta de su lengua.
Jungkook tragó sonoramente-. Tal vez. Pero incluso si no me hubieras secuestrado, si verdaderamente estábamos destinados a conocernos, habría pasado de cualquier modo -susurró-. Y tú también eres un hombre maravilloso, Jimin. Nunca dudes de eso -dijo antes de posar sus labios en la frente de Jimin.
Jimin sonrió con ternura por el pequeño beso. Hacía demasiado tiempo nadie tenía un gesto como ese con él, y sintió cómo una extraña calidez recorrió su cuerpo. Por un momento, se sintió querido, importante y maravilloso, como le acaba de decir el atractivo doctor.
Y Jungkook lo creía así. Este chico atolondrado era una persona muy buena, pero, al que desafortunadamente, a pesar de haber nacido en una familia económicamente bien establecida, había tenido una vida muy difícil. Jungkook ni siquiera quería pensar en lo que Hyun Sik le había dicho, porque era algo increíble. El mismo Sung-rok se encargó de deshacerse de los novios de Jimin para menospreciarlo y presionarlo.
¿Para qué diablos le exigían que trajera un novio a su casa para presentárselos? La respuesta era más que obvia: para poder tener acceso a la pareja de Jimin y ver la mejor forma de separarlos. Jungkook no tenía dudas de que Sung-rok haría cualquier cosa solo por manejar la vida de Jimin, como lo hacía con sus otros dos hijos.
Pero ese hombre estaba muy equivocado si creía que iba a poder alejar a Jimin de mí, pensó Jungkook.
No sabía realmente si podrían llegar a ser algo más que amigos. La tensión sexual y la atracción física estaban latentes entre ellos, pero Jungkook no estaba seguro de querer solo un acostón con Jimin. Aunque para llegar a algo más serio necesitaban mucho más que una semana. Tenían que conocerse mejor y saber si ambos estaban en la misma tónica.
-Te prepararé el desayuno -dijo, alejándose del pelinegro hacia la pequeña cocina.
Jimin arqueó una ceja-. ¿En serio?
-Por supuesto -respondió Jungkook con una sonrisa-. Te haré los mejores panqueques que comerás en toda tu vida -agregó.
-Sigo creyendo que eres un presumido -Jimin dijo con una risita y se levantó-. ¿Te ayudo en algo?
-No, yo puedo solo. Tú encárgate de seguir viéndote bonito allí sentado -Jungkook le dio una mirada divertida.
Jimin abrió la boca indignado e iba a reprocharle a Jungkook por creerlo inútil en la cocina, pero entonces analizó la frase. ¡Jungkook le había dicho bonito! Y eso fue suficiente para hacer que el pelinegro sonriera, sonrojándose levemente.
Vio a Jungkook moverse de un lado a otro en el reducido espacio y voltear panqueques como todo un experto.
Desayunaron mientras platicaban sobre cosas cotidianas. Jungkook le contaba sobre cómo fue su primera cirugía, y Jimin, a su vez, le relató cómo quebró casi una docena de platos en su segundo día de trabajo.
Para ambos, era increíblemente cómodo estar en la presencia del otro. A pesar de apenas tener una semana de haberse conocido y, teniendo en cuenta la forma en que lo hicieron, estar así de conectados era icónico.
Jungkook había dejado la excusa del síndrome de Estocolmo de lado. Él tenía 27 años, un hombre hecho y derecho, no podía negar la realidad. Solo una semana bastó para que le gustara este lindo chico. No justificaba las acciones de Jimin, pero lo entendía. La presión de la sociedad y de la misma familia te pueden llevar al borde de la locura.
Y, a juzgar por la forma en que Jimin lo miraba, Jungkook podría asegurar que el pelinegro sentía lo mismo. Pero averiguaría si ese simple gusto entre ellos podría llegar más lejos una vez que estuvieran lejos de allí. El ambiente que los rodeaba, estando cerca del resto de la familia Park, no era el más ameno para intentar dar un siguiente paso.
Pasaron el resto del día entre charlas, y Jimin retomó la lectura de su libro, el cual le faltaba poco para terminar.
Hyun Sik les trajo el almuerzo, como le había prometido a Jungkook, y luego volvieron a quedar solos.
Jungkook miraba de reojo a Jimin hacer muecas, fruncir el ceño y arrugar la nariz mientras leía-. ¿Qué te pasa? ¿Te diste cuenta de que el libro no es tan bueno como pensabas?
Jimin le dio una mirada descontenta a Jungkook, tomó uno de los cojines del sofá y se lo lanzó al castaño en el rostro.
Jungkook fue lo suficientemente rápido como para esquivarlo, con una carcajada, haciendo que Jimin le lanzara otro, dándole en el pecho-. Eres todo un bebé berrinchudo cuando te enojas -dijo entre risas.
-Eso no es cierto. Es que estoy a punto de terminar y me frustra no tener el siguiente libro para continuar leyendo. Y tú no sabes apreciar el arte. Este libro es muy bueno, es fuera de lo común.
-Claro, habla de una raza de extraterrestres con súper poderes. Eso suena como a Superman.
-Está muy lejos de parecerse a Superman, que, según mi opinión, es muuuuy aburrido y uno de los héroes más tontos. Además, lo que ellos tienen se llaman legados, no súper poderes, y están luchando por la supervivencia de su especie -dijo con puchero.
-Bueno, estamos de acuerdo en lo de Superman, y está bien, dejaré de hablar de tu libro, porque no lo he leído.
-Te lo puedo prestar -Jimin se encogió de hombros.
Jungkook arqueó una ceja-. Tampoco he dicho que lo quiera leer -respondió riendo, solo para ver a Jimin mirarlo mal y regresar su vista al libro.
-Oye, Jimin -el pelinegro no le contestó-. ¿Cómo se llama el siguiente libro? -preguntó.
-No te lo diré -respondió Jimin.
-Solo bromeaba, no estés enojado. ¿Cómo se llama el siguiente? Anda, dime.
Jimin lo miró un momento-. Se llama "El poder de 6" -dijo, encogiéndose de hombros.
-Podría conseguirlo para ti.
Jimin abrió sus ojos, lleno de asombro-. ¿Qué?
-Podría conseguir ese libro para ti. Ya sabes, mi hermana es escritora, tiene muchos contactos con las librerías más grandes del país. Si lo quieres, puedo hacer que ella lo obtenga para ti.
-Oh, gracias -Jimin sonrió un poco-. Pero no es necesario que te molestes con eso. Lo compraré cuando regrese a Seúl.
Jungkook no dijo nada más-. Podremos irnos mañana -le informó en su lugar-. Hyun Sik me dijo que el camino a la carretera principal estará totalmente despejado.
Jimin asintió. Eso de cierta forma era bueno, necesitaba alejarse de su familia para poner sus pensamientos en orden de nuevo, pero, por alguna razón, saber que este loco viaje con el chico al que secuestró llegaba a su fin le hacía sentir triste. Porque eso significaba que ambos regresarían a sus vidas normales por separado. Jungkook volvería a su hospital donde era el jefe de cardiología y él al restaurante a lavar platos.
-En ese caso, creo que iré a empacar las cosas de una vez, así nos iremos a primera hora mañana -dijo Jimin, poniendo el separador en su libro y se levantó para buscar sus maletas, dejando a Jungkook en la sala.
Jimin negó con la cabeza mientras guardaba sus cosas, solo dejando fuera la ropa con la que regresaría. Era tonto sentirse así, un poco vacío. ¡Él sabía desde un principio que esa pequeña aventura iba a terminar! Más bien, debía agradecer que Jungkook se portó como todo un caballero, lo ayudó y además no lo denunciaría.
Tu solito te pusiste en esta situación, Jimin. Ahora no te quejes. Nadie te mandó a fantasear con que algo más pasaría entre tú y Jungkook... Se dijo a sí mismo con resignación.
Hola lindos amores míos, pues quería darles las gracias por su amor, nunca me cansaré de darles gracias por apoyarme, cada vez que me siento mal por algo, solo basta leer uno de sus comentarios para sentirme mejor.
Y en cuanto a la dedicación de este Cap. se suponía que la persona que respondiera bien a mi pregunta sobre si sabían, ¿Quién era mi amorcito? ganaría, pero no me lo van a creer todas las personitas que participaron dieron una respuesta correcta mi amorcito es Min Min, pero también mis 7 angelitos de Bts, Daniel Raccliffe y por supuesto a ustedes hermosuras y como me gusta ser una persona justa.
Este capítulo es dedicado a todos ustedes mis lectores que siempre están para mi, Gracias por existir.
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