Narrador
El sol salía dando paso a un nuevo día, el Rey siempre era el primero en despertar y lo primero que hacía era darle un beso en la frente a su femme, mientras se cambiaba la gabardina con la que se dormía por su armadura, su femme se despertó.

Cuando Némesis notó esto se acercó a ella sentándose en la litera frente a ella y la besó en los labios, deseaba tener un poco de intimidad con ella, pero por su estado era que se contenía de eso

Sariatu: Mi Señor, ¿se encuentra bien?

Némesis: Si, es sólo que estaba pensando, no es nada *sonríe*

Sariatu: Mi Señor, creo saber lo que le pasa, usted lleva tres meses sin tocarme... y creo que es eso lo que ocurre, si usted lo desea, podemos... bueno, ya sabe

Némesis: Si pude esperarte durante casi un año, puedo esperar otros seis meses, no te preocupes por eso - dijo con una sonrisa.

Ambos salieron de la habitación para comenzar el día, primeramente ir con Ratchet para ver cómo iba el desarrollo del sparkling. Sariatu estaba recostada sobre la litera médica con una bata, cuando Ratchet pasó el escáner el vientre de la femme se movió un poco

Ratchet: Todo va de maravilla, no deben preocuparse, está en perfecto estado

Sariatu: Muchas gracias Ratchet - dijo  sentándose.

Ratchet: De nada - dijo volviendo a su trabajo, la femme se había cambiado la bata por el vestido y salieron de la bahía médica.

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Las tropas se movilizaron por órdenes del Rey, atacarían ese día para que Megatron pudiera secuestrar a la reina autobot.
La caminata fue larga, una semana entera. El Rey autobot se había enterado del ataque un día antes de que el enemigo llegara a sus tierras, por lo que ordenó que todos los soldados se prepararan para la batalla.
El día del enfrentamiento llegó, las tropas estaban preparadas, el Rey se despidió de su femme con un beso y subió a su caballo igual que su ejército y partieron al campo de guerra.
Una vez ahí, los autobots esperaban desde una colina a los decepticons, quienes no demoraron en aparecer,ambos reyes dieron la orden de atacar y las tropas se enfrentaron.
Némesis se enfrentó a Megatron, dando el primer golpe, los soldados se enfrentaban a muerte, la batalla era feroz y sólo un ejército quedaría en pie.

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Sariatu estaba mirando por la ventana, preocupada por el Rey, tan solo podía orar a Primus para que lo protegiera.
Sintió su vientre moverse, por lo que llevo sus manos a donde se ubicaba su cachorro

Sariatu: Calma mi querido sparkling, estoy segura que tu padre volverá a salvo - dijo mientras miraba por la ventana, solo esperaba que todo saliera bien.

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Las armas resonaban, las espadas chocaban en aquel lugar, los autobots habían tomado ventaja, ninguna baja en su ejército. Némesis se abalanzó sobre Megatron con su espada,  el decepticon detuvo su ataque con su hacha

Megatron: Dime algo Némesis,  ¿qué se siente estar con una Valkiria?

Némesis: No tienes derecho de mencionarla siquiera - el Rey lo empujó hacia atrás mientras que daba un giró y le dio una patada, enviando a su enemigo a unos metros lejos de él.
Némesis floto un poco y chocó su espada contra la de Megatron repetidas veces hasta que logro quitársela. Un soldado le disparó en la espalda dándole oportunidad al decepticon de levantarse

Megatron: ¡¡¡Decepticons, retirense!!!

Los soldados acataron la orden y se marcharon, dándole la victoria a los autobots, quienes regresaron al castillo.

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El anochecer se acercaba, la reina estaba sentada en la ventana viendo el paisaje, esperando a que el Rey regresara, el ocaso la tranquilizaba un poco, ese hermoso paisaje que les brindaba la naturaleza

(Solo imaginen que en lugar de nieve, es pasto verde)

Ratchet le había dicho que no se preocupara, que eso afectaría al bebé, pero no podía estar tranquila con su mech peleando contra un enemigo poderoso.
Cuando bajo un poco su mirada vio un pequeño vislumbre cerca del castillo, eran los soldados con antorchas, habían regresado a casa, todo el ejército y los caballeros iban a caballo. Némesis se detuvo un momento al ver a su esposa viéndolo por la ventana, por lo que fue a las caballerizas para dejar ahí a su caballo y entro al castillo rápidamente. Sariatu en cuanto lo perdió de vista por la ventana se apresuró a bajar para ir con él, topandoselo en el pasillo y lo abrazo como si su vida dependiera de eso.
El Rey también la abrazo y la besó, nunca la había dejado sola para ir a una batalla, y cuando de guerra se trata, nunca sabes si regresarás o no.
Ambos estaban en su habitación en la litera, habían pedido que la cena se la llevarán a sus aposentos, Sariatu no había comido nada desde que él se había ido. Después de cenar, la pareja cayó dormida, ella entre los brazos del Rey, quien la abrazaba manteniéndola cerca.