🎼 Canción Recomendada para este capítulo:

❝ Antifragile - Le Sserafim ❞

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Mantuve al margen, más a fuerza que de ganas, mis hormonas y escuché atentamente todo lo que dijo ese sexy abogado.

Por lo que entendí, y lo que mi cerebro de adolescente cachonda logró retener, Min YoonGi ha logrado sobornar a unos cuantos directivos y fiscales de la policía para que el trámite de mi libertad condicional se agilice, otorgándome la salida del penal en un mes y no dentro de seis meses como el inepto de mi abogado me lo había dicho. Todo saldría bien de ahora en adelante si seguía al pie de la letra cada una de sus instrucciones, comenzando por firmar el contrato con Kim NamJoon como mi nuevo abogado.

Aún con dudas y sin saber qué más hacer para salir de aquí, terminé firmando el contrato con aquel bello hombre de chocolate. Insisto, si tan solo no estuviera amarrada del pie, cual animal salvaje, a la silla, me abalanzaría sobre las piernas musculosas de mi nuevo abogado y lo besaría apasionadamente hasta que me hiciera suya.

─Muy bien, señorita Lee, ahora le pido que me escuche atentamente ─me mencionó en voz grave, acercándose lentamente a mi oído─. A partir de hoy, deberá terminar con el acuerdo que tiene con la señorita UEE, ya que seguir con ello tan solo nos traerá problemas...

Ni siquiera pregunté cómo es que sabía sobre el acuerdo que tenía con UEE, ya que posiblemente Jennie se lo había informado con antelación.

─¿Y entonces qué debo hacer? ─pregunté con molestia, alejándome de él.

─Min YoonGi ha dicho que todo lo que UEE le promete es falso; en su lugar, él y su socio le otorgarán mayor seguridad y estabilidad económica durante el trato de libertad condicional...

Reí inconscientemente mientras el abogado hablaba sobre las maravillas y el poder adquisitivo que ha ganado YoonGi. Realmente se me hacía absurdo y de mal gusto que ese miserable presumiera la falsa opulencia adquirida con sus tretas.

El contrario, al verme reír, pausó sus palabras, observándome con severidad. Admito que esa mirada, en lugar de provocar incomodidad por mi desvergüenza al reír, tan solo provocó que mi excitación aumentara, imaginando a detalle cómo me poseería en esa mesa de metal fría.

─Señorita Lee, por favor, concéntrese. Entiendo las discrepancias que ha tenido con anterioridad con el señor Min, pero debe admitir que es la única persona que puede ayudarle a cumplir con el trato de libertad condicional; de lo contrario, no podrá hacer nada por cuenta propia...

─Señor Kim, tengo más que claro cuál es mi situación actualmente. Sin embargo, es absurdo e irónico que su jefe quiera ayudarme después de apuñalarme por la espalda con tan baja acción ─le interrumpí, con clara molestia en mis palabras. Este jueguito de hacerme sentir como el títere personal de Min me estaba fastidiando.

─Entiendo, dejaré que Ruby le explique el resto de los detalles; por ahora, debo retirarme, el tiempo se me ha terminado. ─dijo después de soltar mi mano y alejarse.

Con lentitud, se levantó de su asiento, tomó con firmeza su elegante portafolio y me otorgó una reverencia a modo de despedida.

─Espero verla pronto, señorita Lee. ─se despidió con esa simple frase y salió de la habitación elegantemente.

Anonada y con bastante humedad en la entrepierna, me quedé pensando en todo lo que estaba por ocurrir. Sin duda, UEE me daría una paliza si le digo que ya no necesito su ayuda, y eso, en lugar de ayudarme, me dejaría aquí dentro más de un mes para poder recuperarme de ello.

Aún pensando en cómo debía terminar el trato con ella, dejé que la agente Park me esposara y me llevara con ella de regreso al pabellón.

─¿Hey, estás bien? ─inquirió la agente en voz baja mientras me sostenía del antebrazo con firmeza.

─Se supone que no debo hablar contigo... ─le respondí tajantemente, siguiendo sus pasos.

La agente Park se quedó en silencio, llevándome consigo de vuelta al pabellón de reclusas. Al llegar, las puertas de cada celda se encontraban cerradas, indicando que el tiempo de trabajo estaba activo. Por lo que, después de entrar al pabellón, me dirigí hacia la lavandería.

En mi mente seguía dando vueltas el cómo decirle a UEE que ya no necesitaba de su ayuda. Me estaba volviendo loca con algo tan simple mientras acomodaba los detergentes recién llegados.

─¡Hey, LADY! ─escuché a lo lejos, pronunciado con una voz chirriante; sin duda, debía ser YeJi.

Y en efecto, era ella, ya que en un santiamén estaba a mi lado, observándome de cerca, con sus ojos de gatito tierno, como de costumbre, invadiendo claramente mi espacio vital.

─¿Cuántas veces debo decirte que no me llames así? ─respondí fríamente, alejándome de ella para dejar la botella de jabón que tenía entre las manos sobre la repisa que le correspondía.

─Lo siento, es que de tanto escucharlo con UEE y las demás, me es inevitable no decirte así ─pronunció con cierta ternura en su tono de voz, recargando su peso en una de las lavadoras.

─Por cierto ─me señaló amenazantemente con la paleta de caramelo que traía entre los dedos─. UEE quiere verte después del almuerzo. ─Dicho esto, volvió a introducir el caramelo en su boca.

Reí ligeramente después de tal acción y continué acomodando las botellas de jabón en la repisa.

─No me ignores, SaRang. UEE está furiosa conmigo y si no vas, me obligará a hacerle favores sexuales a la Gorda ─mencionó con repulsión, esbozando un puchero en el rostro.

─¿Cuántas veces debo decirte que no me llames así? ─respondí fríamente, alejándome de ella para dejar la botella de jabón que tenía entre las manos sobre la repisa que le correspondía.

─Lo siento, es que de tanto escucharlo con UEE y las demás, me es inevitable no decirte así ─pronunció con cierta ternura en su tono de voz, recargando su peso en una de las lavadoras.

─Por cierto ─me señaló amenazantemente con la paleta de caramelo que traía entre los dedos─. UEE quiere verte después del almuerzo. ─Dicho esto, volvió a introducir el caramelo en su boca.

Reí ligeramente después de tal acción y continué acomodando las botellas de jabón en la repisa.

─No me ignores, SaRang. UEE está furiosa conmigo y si no vas, me obligará a hacerle favores sexuales a la Gorda ─mencionó con repulsión, esbozando un puchero en el rostro.

─¿Cuántas veces debo decirte que no me llames así? ─respondí fríamente, alejándome de ella para dejar la botella de jabón que tenía entre las manos sobre la repisa que le correspondía.

─Lo siento, es que de tanto escucharlo con UEE y las demás, me es inevitable no decirte así ─pronunció con cierta ternura en su tono de voz, recargando su peso en una de las lavadoras.

─Por cierto ─me señaló amenazantemente con la paleta de caramelo que traía entre los dedos─. UEE quiere verte después del almuerzo. ─Dicho esto, volvió a introducir el caramelo en su boca.

Reí ligeramente después de tal acción y continué acomodando las botellas de jabón en la repisa.

─No me ignores, SaRang. UEE está furiosa conmigo y si no vas, me obligará a hacerle favores sexuales a la Gorda ─mencionó con repulsión, esbozando un puchero en el rostro.

─¡SaRang! ─mencionó infantilmente en el momento en que sostuvo mi antebrazo para detenerme.

─Lo escucharás si me acompañas a verla después del almuerzo. ─dije con rapidez. El rostro de YeJi se tornó frío y me soltó justo después de escuchar lo que dije.

Sin más opción, caminó a mi lado rumbo a la zona de comida del penal, después de cerrar la puerta de la lavandería y entregarle las llaves a la agente que siempre me vigilaba.

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─¿Qué hace ella aquí? ─inquirió Jennie escrupulosamente tras ver que YeJi estaba sentada a mi lado almorzando con tranquilidad.

─Espera pacientemente escuchar lo que debo decirle a UEE, ¿verdad, YeJi? ─pregunté con burla, observando a la pequeña chica.

YeJi rodó los ojos y continuó almorzando, mientras Jennie se sentaba frente a nosotras.

Era gracioso; sentí que estaba nuevamente en la escuela secundaria. En ese entonces, era bastante común que las chicas con quienes solía estar hablaran así. Recuerdo la vez que una de ellas me defendió porque JungKook decidió ser mi compañero para el proyecto de literatura. Todas estaban molestas conmigo y, cuando llegaron a la mesa, preguntaron exactamente lo mismo que Jennie preguntó.

─Tierra hablando a SaRang, ¿me escuchas? ─la voz de Jennie interrumpió mis pensamientos.

Las tres emprendimos camino hacia la celda de la mencionada, al llegar el séquito de esclavas estaban custodiando la entrada mientras fumaban hierba y tabaco, una de ellas al ver a YeJi tan solo afirmó con la cabeza permitiéndonos el paso. Jennie estaba aferrada, cuan gato miedoso, a mi brazo, mientras YeJi saludaba con un beso en los labios a UEE.

Aturdida, le afirmé con la cabeza después de darle un mordisco a lo que parecía ser un emparedado de jamón y queso.

─¿A dónde fuiste esta mañana? ─me preguntó indiscretamente.

Me quedé callada, observándola con reproche, pero es tan despistada que nunca lograría entender mis gesticulaciones, así que tan solo me limité a responder.

─Tuve que reunirme con mi abogado...

─¡Eso es maravilloso! ─expresó Jennie efusivamente.

─Sí, bueno, más tarde hablamos de ello. Ahora debo irme y hablar con UEE...

─¡Al fin! ─expresó YeJi, botando la bandeja de comida a un lado de ella.

─¿Qué? ─Jennie me observó confundida. ─¿De qué tienes que hablar con ella?

─Acompáñame si quieres saber.

Las tres emprendimos camino hacia la celda de la mencionada. Al llegar, el séquito de esclavas estaba custodiando la entrada mientras fumaban hierba y tabaco. Una de ellas, al ver a YeJi, tan solo afirmó con la cabeza, permitiéndonos el paso. Jennie estaba aferrada, cual gato miedoso, a mi brazo, mientras YeJi saludaba con un beso en los labios a UEE.

─¿No saludas, Lady? ─me preguntó, acercándose lentamente a donde estaba parada.

─Lo siento, UEE, sabes que me encantan las pollas. ─Me crucé de brazos en un mísero intento de lucir imponente.

Por otro lado, Jennie seguía detrás de mí, aferrándose al borde de mi blusa.

─Y por gustarte tanto, ahora estás aquí, querida. ─respondió UEE sarcásticamente. ─He oído que tienes algo que decirme; dilo rápido, que tenemos asuntos más importantes por resolver.

Me quedé callada; el discurso que había planeado mentalmente antes de venir aquí se esfumó. Así que tuve que improvisar.

─Sobre esos asuntos importantes es que quiero hablar. ─Me miró fríamente. ─Conforme a lo que acordamos, me queda claro que el día que salga bajo libertad condicional, un grupo vendrá por mí y me llevará a tu casa de seguridad en Seúl...

─No solo eso, esa casa de seguridad será tuya y dispondrás de mi equipo como quieras. Hay armas, dinero, seguridad y protección en esa casa; todo será tuyo ─interrumpió.

─¿Y cómo puedo confiar en ti? ¿Cómo sé que no es una trampa? ─le pregunté, evitando a toda costa que mis nervios se notaran.

UEE sonrió ladinamente y rió un poco.

─¿Con que eso es lo que tienes que decir? ¿Que no confías en mí? ─se acercó a mí, su nariz rozaba ligeramente la mía y me miraba con desprecio. ─Escucha bien, Lady. ¿Quién en su sano juicio le otorgaría sus bienes a alguien que en cualquier momento podría matar solo para protegerla? ─sentí el empuje de sus manos contra mi pecho después de preguntar.

Con la poca firmeza que aún tenía, le respondí.

─Porque quizás ese alguien también quiere matar...

No pude terminar la oración, ya que el impacto de su puño contra mi cara me lo impidió.

─¡Si quisiera matarte, ya lo habría hecho, querida! ─reprochó con rabia contra mi rostro mientras me sostenía con fuerza del cuello de mi blusa. ─¡Pero no gano nada si lo hago! Tú eres la única carnada viviente por la que vendría ese maldito bastardo. Haya lo que haya hecho para que terminaras aquí, seguirás siendo su preciado tesoro. ─Vociferó, alejándome de ella con un empujón.

Trastabillé un poco cuando lo hizo; sentí que la fuerza con la que me lanzó me derribaría, pero Jennie lo impidió, sosteniéndome por la espalda. UEE parecía un león enjaulado, caminando de un lado a otro, musitando cosas que solo ella escuchaba. Todo el ambiente estaba tenso; las súbditas estaban alerta a cualquier indicación que ella les diera, y yo sentía que mi valentía se esfumaba paulatinamente de mi sistema, junto al sangrado de nariz que el golpe provocó.

─¿Entonces terminarás nuestro acuerdo solo porque no confías en mí? ─se me acercó furiosa, tomándome nuevamente del cuello de la blusa, pero esta vez me amenazó con una navaja de afeitar que sacó de su bolsillo, colocándola debajo de mi mandíbula.

Tan solo sentí la fineza de la hoja rozar contra mi piel, dejando un caliente escozor a su paso.

─¡No, ella lo hará! Ella seguirá con el acuerdo que tienen, pero no debe ser descubierta o perderá la libertad condicional ─chilló Jennie desesperada, interponiéndose entre UEE y yo.

En un hábil movimiento, logró lanzar la navaja que sostenía UEE y le encaró, aferrándose con fuerza a mis muñecas.

─¡¿Y tú cómo sabes eso?! ─bramó, sosteniendo a Jennie por el cuello.

Ahora fui yo quien se interpuso y alejó a Jennie de ahí, deteniendo a UEE de los brazos para evitar que se abalanzara contra mí. Mirándola a los ojos, intenté calmarla.

─Yo se lo dije, la directora Chong me lo advirtió hace unos días y mi abogado, hoy en la mañana, me dijo lo mismo. Si sigo involucrada con cabecillas del crimen organizado, mi libertad condicional se pierde en cuanto me descubran. Vine aquí a decirte que cambiáramos el plan, que en lugar de estar encerrada en tu casa de seguridad para que Jungkook venga por mí, me dejarás ir tras él por cuenta propia y, cuando lo encuentre, cumplir la promesa que hicimos ─dije para después soltar sus brazos y alejarme un poco.

Las súbditas me rodearon, tomándome por la espalda, al igual que sostenían a Jennie y a YeJi.

─¿Tú sola, sin nadie que te ayude? ─preguntó al aire y después dio media vuelta, volviendo a caminar como león de un lado a otro.

─Querida, se te olvida que soy una víbora silenciosa que se arrastra para cazar. ─La miserable súbdita que me tenía sometida me tapó la boca con su asquerosa mano y me obligó a hincarme en el suelo.

La carcajada de UEE fue lo único que se escuchó; siguió caminando de un lado a otro murmurando cosas. Al final, les indicó a sus súbditas que nos soltaran; claramente no fue con delicadeza. A las tres nos azotaron de cara contra el piso y después nos levantaron del cabello, dejándonos de pie completamente aturdidas.

Cerré los ojos por puro reflejo y traté de soportar el dolor en la nariz lo más que pude. Cuando escuché los pasos de UEE, abrí los ojos de golpe y esperé alguna otra agresión de su parte; sin embargo, no fue así: ella me tomó por los hombros y me habló con dulzura.

─Bien, LADY JEON, cambiaremos el plan. Mis hombres vendrán por ti el día que salgas, te llevarán a donde tú les indiques y seguirán todas tus órdenes. Espero que cumplas con tu promesa porque yo ya cumplí con la mía...

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Ya ni se desde hace cuantos siglos no actualizo está historia, aun así trataré de ir actualizando conforme me inspiré.
La verdad le tengo fe a la trama que desarrollé y espero les guste.

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