━━ 09. TODOS NUESTROS SECRETOS
•❅──────✧✦✧──────❅•
CAPÍTULO NUEVE
TODOS NUESTROS SECRETOS
•❅──────✧✦✧──────❅•
Los oprichniki sintieron el cambio en la relación de Cersei al igual que ella.
El Oscuro comenzó a dejarle flores a diario. Una rosa, una margarita, una lavanda. Dependiendo del día, las flores eran diferentes. Ella las encontraría depositadas en su almohada. Cersei preguntó si el General entraba alguna vez en su tienda color negro. Le dijeron que no lo hacía y que Zoya colocaba las flores allí.
En algún momento de su relación, Cersei podría haberlo encontrado encantador. Pero ahora se sentía vacía.
No necesitaba sobornarla con regalos de flores.
Esas eran las acciones de un amante.
Aleksander no la amaba.
Y el poco amor que quedaba en su corazón pertenecía a sí misma.
Por otra parte, los sentimientos de satisfacción y determinación crecían en Aleksander, debido a que cada paso que daban lo acercaban a encontrar a Alina y al Ciervo.
También se sentía cada vez más atraído por Cersei, deseando, anhelando estar a su lado.
Si tan solo ella no lo hubiera querido abandonar por el ladrón de Ketterdam. Si tan solo ella hubiera sido leal, él le hubiera dicho toda la verdad. Si tan solo Alina no hubiera escapado. Nunca renunciaría a ser el General del Segundo Ejército, incluso si eso significara poder estar con ella. No habría arrepentimiento si pudiera simplemente estar con Cersei como un marido con su esposa.
Pero ella lo había traicionado —al igual que Alina— y él era un soldado. Ninguno de los dos podía abandonar nada, no ahora.
Aleksander se preguntó qué pensaría su madre. Sin duda estaba muy disgustada.
Aun así, no hacía bien en pensar en los sueños, y sin embargo lo hizo. Se quedó pensando en sueños en los que a él y a Cersei se les hubiera permitido tener una vida juntos.
En el sueño, ella era su reina. Ella era suya y sólo suya y él era suyo. Dioses, él era de ella. La única mujer a la que podría amar tanto como a ella sería la hija que ella le diera.
Deseó que los santos no hubieran sido crueles y que las cosas hubieran sido diferentes.
Pero eso no cambió la situación.
✧✦✧
Cersei seguía muy indispuesta, pero se negaba a hablar de ello, alegando que se estaba tratando mientras viajaban en busca del Ciervo de Morozova.
Aun así, Zoya se preocupaba por la muchacha.
Lo había hecho desde que se dio cuenta de que la chica necesitaba una mujer que la cuidara. Kirigan podía darle casi todo lo que podía a la joven, pero Cersei necesitaba una madre, necesitaba una mujer que la ayudara en lo que fuera que necesitara en la vida.
Zoya siempre había creído entender lo que había sucedido cuando el General llegó al Pequeño Palacio con una chiquilla de cabello negro y brillas ojos verdes envuelta en una kefta negra. Siempre había creído que entendía lo que había pasado en ese tiempo, lo que su General había hecho. Había creído entender, en cierto modo, lo que debía ser encontrar a una joven igual a él. Pero ahora sabía que no entendía nada.
Su General le había otorgado a la chiquilla una kefta negra con bordados plateados y en consecuencia, esa misma chiquilla fue excluida por ser diferente. Esa adolescente había crecido y madurado, pero aún así, cayó presa de los encantos del otro Invocador de Sombras.
Zoya aún intentaba pensar en una forma de proteger a Cersei.
Y entonces los pensamientos de la vendaval se dirigieron a su propia familia. Su dulce familia.
En un futuro no muy lejano, Zoya pensaría que ella debió haber matado a Kirigan cuando tuvo la oportunidad.
✧✦✧
Alina Starkov fue llevada a al campamento del Segundo Ejército por El Oscuro y un escuadrón de grisha, con una fila de estandartes volando detrás de ellos, y es la primera visión de la ambición de Aleksander que Cersei ha visto realmente. Los estandartes negros flameaban con la brisa, con los extremos un poco desgarrados, como si estuvieran acostumbrados a vientos más fuertes que los del verano en Ravka. Un eclipse de color gris brillante adornaba cada uno de ellos, y los ojos de Cersei siguieron el emblema mientras la comitiva se dirigía con paso firme hacia el campamento.
El regreso de Alina solo podía significar una cosa: el Ciervo estaba muerto.
Cersei rechinó los dientes al recordarlo. Ella no había tenido nada que decir en el asunto, aunque duda que lo hubiera hecho incluso si siguiera siéndole leal a Aleksander.
"La favorita" la llamaban algunos en la corte, pero Cersei sabía que no era así. Ningún grisha, incluso una con el poder de invocar sombras, sería jamás favorecido sobre la Invocadora del Sol.
Cersei resentía a Alina todavía un poco por eso.
El caballo de la susodicha quedó ligeramente oculto justo detrás de ellos, y Cersei no estaba lo suficientemente interesada como para molestarse en estirar el cuello para verla mejor.
Sin embargo, un destello de marrón caoba le llamó la atención, el pelo medio trenzado de Alina deslizándose sobre un hombro, las mangas sucias sobre las ásperas manos, que aún están sujetas a las riendas, y que denotan una fuerza y un dominio que no concuerdan con la fragilidad de sus delgadas muñecas y sus finos dedos cuando ella dejó las riendas a un lado para alcanzar al grisha que tenía los brazos extendidos para ayudarla a bajar de la silla. Ella se deslizó hacia él con facilidad, con las manos en los hombros de él y las de él en la cintura de ella, agachó la cabeza en señal de agradecimiento, y luego él la tomó de la mano y la acompañó alrededor de los caballos, un hombre que tiraba de los corceles por las bridas.
Cersei vio la cara de la joven Starkov por primera vez en algunos días.
Había sudor brillando en su frente, unos pocos y tenues mechones caoba pegados a la piel. Sus ojos estaban fijos en la tierra que había debajo de ella mientras los otros grisha comenzaban a subir, pero de vez en cuando parpadeaban hacia arriba, sin fijarse en ella, e incluso desde donde está, Cersei podía ver el marrón escarchado de sus ojos, similar al color del chocolate, y sin embargo, sorprendentemente diferente. Casi negro en la oscuridad. Su cuerpo era ágil y alto, las caderas se abrían sutilmente bajo la pesada lana del norte de sus ropas, una mano delicada sujeta sus faldas mientras seguía subiendo, una urgencia y pesar en su paso denotando que no quería estar aquí.
Cersei casi se rió. No, ésta no era la ingenua y valiente muchacha de Keramzin que Aleksander había manipulado. Y cuando por fin llegó a la cima, con las manos alisando sus faldas, la ojiverde captó la forma en que su boca rosada tembló a punto de fruncir el ceño, para convertirse en una mueca de malestar, aunque todo parecía ser aplomo y elegancia, con los hombros tensos y la espalda recta.
Alina Starkov había cambiado y ella le iba a sacar todas las verdades que ocultaba.
✧✦✧
—Suelta a Alina Starkov —ordenó Cersei con firmeza mientras estaba ante el General Kirigan en su tienda.
—¿Y por qué debería hacerlo? — preguntó Aleksander, sin levantar la vista de su escritorio. —Huyó del Pequeño Palacio y la dejé ir sin castigo y ahora ha intentado evitar que matara al Ciervo. Parece haber un patrón y ¿está tan mal que me preocupe por la vida de la Señorita Starkov? — Entonces levantó la vista. —Seguramente entiendes esa preocupación.
—Sabes que Alina ama demasiado a Malyen como para huir en esta situación, ahora déjalo ir. Quítale algunos de sus privilegios durante unas semanas como castigo. Eso es todo lo que tienes que hacer.
—¿Tienes idea de lo que planeo hacer con ella? — preguntó El Oscuro, poniéndose de pie.
Cersei agarró a Aleksander por el cuello y lo empujó contra su escritorio.
—No la toques—, susurró. —Déjala a ella y a Oretsev solos.
—Realmente eres más intimidante cuando no hablas—, dijo el ojigris con crueldad.
—No me pongas a prueba, Alek— siseó Cersei, apretando con fuerza el cuello del azabache.
El Oscuro la examinó detenidamente y negó con la cabeza.
—Realmente no tienes remedio. — Apartó las manos de Cersei de él y la empujó hacia atrás. Aleksander se enderezó el cuello de la camisa. —No mataré al rastreador. Pero lo alejaré de la Señorita Starkov para que no vuelva a vigilarla ni a estar a solas con ella. No podemos tener un bastardo ahora, ¿verdad?
—Ya basta.
El labio del ojigris se crispó en un gruñido.
—Casi has sonado amenazante—, se mofó. —Dile a tu nueva amiga mi veredicto. Tal vez incluso te recompense por tu buen comportamiento.
—Escribe la orden para su liberación y yo iré.
Aleksander resopló, volvió a su escritorio y escribió la orden. Cersei la tomó, inclinó la cabeza y se fue rápidamente, con el corazón palpitante de dolor.
✧✦✧
Con la promesa de la liberación de Mal, Cersei se dirigió la tienda improvisada de Alina antes de que Aleksander pudiera hablarle o intentar algo.
Cuando ella entró en su tienda, Alina estaba de pie, con los ojos muy abiertos por la preocupación.
—Hola— musitó Cersei.
La Invocadora del Sol soltó un suspiro de alivio al notar que no era el General y le sonrió.
Alina se precipitó hacia Cersei.
—¡Estás aquí! —murmuró—. Creí que escaparías.
Cersei se derrumbó en los brazos de la otra joven y Alina le abrazó tentativamente, su toque frío como el hielo.
—¿Por qué habría de escapar? —Preguntó la ojiverde en una exhalación.
—¿No lo sabes? —Inquirió Alina sorprendida. La expresión sombría y confundida en el rostro de Cersei le indicó que no tenía conocimiento del secreto mejor guardado de Kirigan. Su corazón se apretujó dolorosamente en su pecho ante la idea de revelar semejante cosa. Ese secreto casi la destruía a ella, no quería imaginar cómo le afectaría a la Invocadora de Sombras—. Él es el Hereje Negro, ¿me entiendes? —Los ojos verdes de Cersei la miraron horrorizada, como si estuviera uniendo los puntos en su cabeza—. Él creó la Sombra y ha estado engañando a todos, incluyéndonos.
—¿Cómo lo sabes? —Inquirió la Comandante y se separó de la otra invocadora, como si esta le hubiera quemado.
—Baghra —confesó Alina.
La expresión de la ojiverde cayó al oír la confesión. En todo su tiempo en el Pequeño Palacio, Baghra había sido muy honesta con ella, y aunque a Cersei no le gustara admitirlo, hasta el momento no se había equivocado. La expresión de la joven se endureció como mármol al procesarlo, actuando como si la información que había soltado Alina no la estuviera rompiendo por dentro. Dolía reconocer que nunca había sido importante para Aleksander, al menos no realmente.
—¿Estás enojada? —Preguntó la Invocadora del Sol en voz baja, como si temiera despertar su furia.
—No estoy enojada —explicó Cersei—. Estoy herida. Hay una diferencia.
Los ojos marrones de Alina se tornaron tristes y le apretó el hombro a la otra joven en un intento de brindarle consuelo. El contacto de su mano con la kefta negra le recordó vagamente a Aleksander, pero ese pensamiento se esfumó cuando sintió estrellas danzando en su piel, filtrándose en sus venas.
La intimidad se trata de la verdad. Cuando te das cuenta de que puedes decirle a alguien tu verdad, cuando puedes mostrarte a esa persona, cuando te paras frente a él o ella y su respuesta es: "estás a salvo conmigo", eso es intimidad.
Y Alina sonrió, porque entendió la verdadera naturaleza de la Comandante de la Muerte.
✧✦✧
—¿Qué haces? —Cuestionó la muchacha al vislumbrar las astas del Ciervo.
—Te lo pondré en el cuello —replicó el materialki, caminando hacia Alina.
—Pero ¿por qué? —Preguntó la joven, retorciéndose en el piso junto a Cersei, la cual estaba arrodillada a la fuerza—. Yo no maté al Ciervo. No es mi amplificador. Él lo mató. Él tendrá su poder.
—Sabes que ella tiene razón, Aleksander —se aventuró a comentar Cersei, aún con la cabeza gacha.
—Tú pediste esto cuando nos conocimos —espetó El Oscuro, molesto. Él ignoró las palabras de su Comandante deliberadamente—. Transferirle tu poder a alguien que pudiera usarlo.
—Ahora puedo usarlo—gruñó Alina.
—Sabes tan poco... Ya aprenderás —corrigió Aleksander, acercándose a ambas grisha.
—Sé algunas cosas. General Kirigan, ¿no? —se burló la muchacha. A su derecha, las manos de Cersei formaron puños —. ¿Aleksander también es falso?
—Cuidado con lo que dices, Alina—le advirtió el ojigris acomodándose su kefta. La fisonomía de Cersei le indicaba que ella también sabía de su oscuro pasado y casi se rió ante la ironía—. Tienes una vida en tus manos —reveló.
—Dijiste que lo soltarías —le recriminó la ojiverde con tono molesto—. Escribiste la orden de liberación. Yo te vi.
—Es verdad, pero a Alina le prometí que lo sanaría. —Aleksander sonrió cruelmente, disfrutando del conflicto que estaba orquestando—. Lo que pase a partir de ahora depende de ella.
—¡Nada de esto dependió de mi! —le recordó Alina inmediatamente.
El Oscuro borró su sonrisa y se arrodilló frente a la Invocadora del Sol, la cual se alejó todo lo que pudo de él. El asco se reflejaba a la perfección en el rostro de la joven.
—¿Sabes lo único que es más poderoso que tú y yo? —Le preguntó el ojigris con calma—. Tú y yo. Juntos —él respondió su propia pregunta. —Juntos, podemos terminar todas las guerras. Podemos proteger a los nuestros. ¿No es eso lo que quieres?
—¿Vamos a destruir la Sombra?
—Podemos hacer lo que sea —respondió el azabache—. Juntos. —Le ofreció a Alina sus manos y ella las tomó para levantarse.
El materialki le colocó las astas a Alina en el cuello y le ofreció otra parte sólida al Oscuro. Sin embargo, a la joven mestiza no se le pasó que a Cersei no le ofrecieron nada.
—¿Qué está ocurriendo? Espera, no comprendo. ¿Y Cersei...?
—Solo se necesita un Invocador de Sombras —le respondió Aleksander con calma—. Ella no juega ningún papel en esto.
La fusión con su piel no fue dolorosa, pero Alina sintió horror al comprender las palabras del hombre frente a ella.
—Eso debería cerrar la...
—¿La grieta?
—Ahora tiene acceso total a su luz. En teoría.
—Bien. —Kirigan asintió y le hizo una seña al materialki—. Saca a la Comandante de aquí.
—¿Qué? ¡No! —Preguntó Alina, temblando aún en su lugar. El materialki ayudó a Cersei a ponerse de pie y la ojiverde le dio una mirada cansada a la Invocadora del Sol—. ¡No, por favor! ¡Quédate!
—¡Alina...!
Sin embargo, los oprichniki sacaron a la fuerza a Cersei y al materialki de un tirón.
Y el lugar explotó con luz.
┏━━━━•°•°•❈•°•°•━━━━┓
NOTAS
┗━━━━•°•°•❈•°•°•━━━━┛
¿Acaso Cersei y Alina acabarán juntas? No lo sabremos hasta el próximo capítulo.
¡Espero que les haya gustado! Literal falta un episodio y medio para acabar la serie.
❛ i l o v e y o u ❜
• ﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌ •
❛ i h a t e y o u ❜
· · ·
✦ . * ˚ ✦
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro