fue a mediodía, cuando sonaba la campana del primer receso, la alarma contra incendios apago la monótona paz del lugar, como era de esperarse la mayoría empezó a salir despavorida de los salones y pasillos.

él siempre se quedaba atrás, le gustaba disfrutar del caos en cada oportunidad que tenía. sin mencionar que aquello le permitía distinguir a los que terminaban llorando en posición fetal en alguna parte del suelo. tan patéticos; y a su vez, potenciales objetivos con los que podría experimentar el día siguiente.

mientras gozaba del momento algo captó su atención, algunos compañeros parecían estar rodeando un accidente, y unas maestras gritaban completamente alteradas. supuso que algún estúpido tropezó mientras intentaba  escapar, nada que valiera la pena mirar, no fue hasta que notó la presencia de unos paramédicos que su curiosidad lo incitó a acercarse.

se desilusionó un poco al ver que tan solo eran quemaduras, estaba por regresar pero... en medio del caos, la reconoció.

¿cómo? era la única niña que estaba sonriendo, era sutil, pero él lo notaba.

temía estarse precipitando, pero escuchar el nombre "Amelia" salir de la boca de las profesoras, fue la confirmación que necesitaba.

Lucy, la primera persona que logró impresionarlo.