Su paso era apresurado, el camino hasta su destino era algo largo, pero en todo el trayecto mantuvo una sonrisa constante en su rostro, su emoción era más que obvia.

No había mucha gente el los pasillos, solo un par de chicos que tenían la cabeza agacha, con la vista pegada al suelo, como si algo estuviera colgado de sus nucas y su caminar era lento, como si les pesaran los pies. A Jimin le pareció extraño, pero decidió ignorarlo. Tal vez habían recibido una mala noticia o más bien, recordado algo que no era algo demasiado alegre...

Frenó su paso, y desvío su mirada, pensativo: ¿qué tal si él terminaba igual?, si su primer recuerdo era uno horrible, e incluso traumático... Su respiración comenzó a agitarse, apretó su puño por la frustración. ¿Qué clase de cosas habría pasado ante de terminar ahí?, ¿qué habría hecho para no recordar nada...?

La frustración y dudas inundaron su mente, su corazón estaba desbocado, y su respiración era cada vez más errática.

De pronto pudo escuchar el suave maullido de un gato, lo que lo sacó de esos pensamientos.

Alzó la vista y pudo ver como el pequeño gato negro se pegaba a sus piernas para dejar su aroma mientras ronroneaba. Jimin lo alzó y lo acomodó entre sus brazos.

—Hey, ¿qué haces pequeño? —acarició la barriga del felino con suavidad —¿Acaso eres el gato del señor Lee?

El animal respondió con un pequeño maullido suave, pero algo más largo.

—¿Entoces eso es un sí? —contestó entre risas, desviándose de su destino original, yendo ahora donde el consultorio del señor Lee.

Cuando se encontró frente a la puerta, tocó dos veces y esperó paciente a la respuesta.

Cuando la puerta se abrió, vio al señor Lee y Jungkook y Taehyung sentados cómodamente en el sillón.

—¿Si?, ¿qué nesecitas Jimin? —dijo sonriente.

Jimin le mostró y pequeño gato que llevaba entre brazos.

—Encontré a su gato de camino a la sala de música, y quise traerlo.

Lee hizo una mueca y alzó las cejas extrañado.

—No, no es mío, y ni de nadie de aquí.

Jimin suspiró desanimado sin soltar al pequeño animal.

—Mmm, ¿entonces? —preguntó con algo de desánimo.

El hombre le sonrió nuevamente y acarició la cabeza de ambos.

—Puedes tenerlo, pero con una condición. Que Wonho no se entere, ¿sí?

Jimin movió la cabeza de lado, algo extrañado, pero decidió que era mejor no preguntar, luego asintió con una suave sonrisa en sus labios.

—Sí, está bien.

—Bien, tan solo dame al pequeño por un día, lo llevaré a un veterinario para que lo revise, además de comprarle comida y demás cosas para que así esté cómodo.

—¿No es mucho problema? Si se lo lleva a su casa también sería buena opción, eso es mejor a que esté vagando por los pasillos

—No, está bien. No te preocupes, yo feliz de ayudar, da igual si es persona o animal —acarició la barbilla del felino que le ronroneaba gustoso —Bien pequeño, vendrás conmigo por un día, ¿sí?

—Señor Lee, ¿ya nos podemos ir? —preguntó algo cansado Taehyung mientras se levantaba del sillón en el que parecía estar desplomado.

Lee vio por sobre su hombro y asintió.

Los hermanos se levantaron de forma instantánea, Taehyung fue el primero en levantarse, parecía que estaba ansioso de irse de allí. Saludó a Lee  mientras se alejaba, Jungkook siguió sus pasos, pero él se detuvo por un segundo para saludar de forma adecuada inclinándose para luego seguir a su hermano.

Lee soltó una pequeña risa. Luego continuo la conversación con Jimin.

—Ve a disfrutar de lo que queda del día, dentro de unas horas nos volveremos a ver.

—Sí, nos vemos, señor Lee. ¡Muchas gracias por todo! —saludó, entregando al felino, no sin antes darle una pequeña caricia.

Quería ir con los mellizos, pero donde quería ir quedaba del otro lado, así que, sin más, siguió su camino.

Cuando pasó por la librería, vio de reojo lo que había dentro, y puedo ver a Yoongi, sentado en el suelo, apoyado en una de las estanterías, inmerso en el libro, tal y como lo había visto siempre.

No pudo evitar suspirar de mala gana al verlo, en verdad ese tipo era un idiota... Aunque agradeció que fuera el único que conocía hasta ahora. Rodeó los ojos y siguió hacia adelante.

Apenas abrió la puerta, se encontró con el salón vacío. El piano ocupaba el centro del espacio, destacando por encima de los demás instrumentos, como si quisiera acaparar la atención. Sin pensarlo dos veces, se sentó en el taburete y pulsó la primera tecla. Era una de las muchas teclas del lado derecho, y sonó aguda. Luego, presionó una del centro, un poco más grave que la anterior, pero apenas había diferencia. Finalmente, pulsó una del extremo izquierdo, tan grave que retumbó en la sala por un segundo.

Jimin empezó a tocar al azar; no sabía tocar el piano, pero había querido intentarlo desde que lo vio. En realidad, no le importaba lo malo que fuera, ni siquiera la palabra "malo" era suficiente para describirlo. Aun así, continuó tocando hasta que se cansó.

Cuando finalmente se levantó del taburete, notó que la luz del día se estaba desvaneciendo. Miró el reloj en la sala y se sorprendió al darse cuenta de que había pasado todo el día allí. Le quedaban apenas 10 minutos para su reunión con Lee.

Hizo una mueca; no estaba precisamente emocionado por verlo.

Holis, actualización más rápida de lo habitual.

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy.

❥

¿Teorias?

Cuídense.

💜