La luna llena estaba presente iluminando como si estuvieran solo ellos con el cielo completamente oscuro. La brisa movía sus cabellos y sentían sus cuerpos muy frescos.
El bosque en la que se encontraban hacía que sus corazones se escuchara fácilmente a pesar del ruido de algunos grillos y un búho, el rubio estaba de miedo pero más que eso los nervios y la confusión es lo que corría por todo su cuerpo.
Él estaba apoyado en el tronco de un pino acorralado por el pelinegro mirándolo fijamente.

— ¿Qué piensas que soy ahora? Después de lo que viste — cuestionó al momento que cambiaba sus ojos.

El rubio sabía perfectamente lo que realmente era el pelinegro pero tenía miedo en decirlo. Temía equivocarse y que sólo era un simple sueño de esas que parecían reales.

— ¿Acaso el gato te comió la lengua?... ¿O es que aún no puedes creerlo todavía?.

— Es que esto es... imposible.

— ¿Imposible? — río — Aún sigues creyendo que es imposible cuando mis ojos cambiaron — el rubio negó — Entonces dilo... ¿qué soy yo?.

— Vam- — el pelinegro alzó sus cejas esperando su respuesta — Eres un vam-... Eres un vampiro.

El pelinegro dió un suspiro para no seguir intimidando al rubio, llevó sus dos manos a sus bolsillos cambiando sus ojos a negros nuevamente.

— Perdón si te asusté — declaró.

— Yo aún estoy procesando por lo que acabo de pasar... — habló bajo.

— Sé que esto es muy confuso para ti pero no quiero que me tengas miedo ahora que sabes lo que realmente soy yo — sonrió triste.

El rubio se sentía abrumado por todo. Y a decir todo no solamente era por lo que acaba de confesar el pelinegro sino por presenciar algo que lo dejaría con un trauma por el resto de su vida. Tenía la oportunidad de escapar pero no tendría ventaja porque sabía que sería alcanzado en menos de 1 segundo por el pelinegro.

— No te tengo miedo — habló tímidamente.

— ¿Sabes que ya no podrás escapar de mi verdad?.

— Lo sé.

Rápidamente el pelinegro lo tomo de la cintura acercándolo más a él.

— ¿Y que también seré el único y primero que probará tu sangre? — acercó su rostro a su cuello lamiéndole desde su clavícula.

— ~Lo sé~ — gimió por la sensación que el contrario le proporcionaba.

— ¿Estás seguro de esto? — cuestionó volviendo a mirarlo fijamente.

El rubio lo miró por unos minutos para luego besar esos labios que a pesar de ser fríos para él eran cálidos. Él ya no quería estar lejos del chico que se enamoró a primera vista simplemente no quería irse de su lado. Y que sabía que más adelante habría más problemas pero que lo solucionaría porque ya no estaba solo.

— Estoy seguro — sentenció con seguridad tras romper con el beso.

— Haré que no te arrepientas por tomar esta decisión — sonrió para besarlo con ternura.

Tras unos minutos de besarse los dos se miraron por un largo tiempo.

— No permitiré que te alejen de mi y te lastimen — rompió el silencio el pelinegro.

— Lo sé muy bien — sonrió — Pero, ¿porque piensas que alguien nos va separar? — preguntó.

El pelinegro soltó su cintura para luego tomar las manos del rubio.

— Eso es lo que te lo voy a explicar cuando estemos con Namjoon y los demás...

— Está bien.

Sin que tuviera tiempo en reaccionar el pelinegro lo abrazó.

— Escúchame sé que no recuerdas pero déjame decirte esto... — tomó aire para luego soltarla — Está vez no permitiré que te alejen de mi y mi deber desde un principio fue protegerte Park Jimin.

CONTINUARÁ...