Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟚𝟙: 𝕋𝕙𝕖 𝕔𝕒𝕤𝕖 𝕠𝕗 𝕥𝕙𝕖 𝕨𝕒𝕟𝕥𝕖𝕕 𝕞𝕒𝕟.

"El lugar no tenía la suficiente iluminación; una simple lámpara era la única fuente de luz en esta habitación semi oscura y vacía. El oficial Jeffrey que anteriormente había estado en el hospital conmigo, estaba acompañado del oficial Antonio y ambos estaban sentados frente a mí con la mesa de metal dividiéndonos solamente.

En realidad, yo no debería estar aquí. Por mi estado y por mi condición tenía prohibido recibir estas preguntas, pero los oficiales estaban desesperados en saber la verdad y yo ya no quería volver a estar en este lugar una vez más, ya que comenzaba a ser una total tortura el recordar mi pasado y como esté parecía ser muy diferente a lo que yo recordaba o tenía en mi mente. Era muy difícil para mí, el hacerlo entender que lo que decía no era ninguna mentira, simplemente era algo agotador dar vueltas al asunto, terminando siendo como una total demente.

Por eso mismo, solté un soplido y coloqué mis manos en la mesa frustrada. Esperando que me dejarán libre, porque por más que dijera la verdad, ellos no la aceptaban y provocaban un círculo vicioso al cual no podíamos escapar, y al cual, yo ya no quería volver.

Señorita Brown, lo diré por última vez...

Yo sé lo que viví confesé cansada acercándome a la mesa, mirando de forma retadora a Jeffrey. Él es real.

Jeffrey simplemente soltó un suspiró y se levantó de la silla caminando alrededor de la mesa con sus brazos en sus caderas como lo solía hacer para verse autoritario, sin embargo, aquella pose ya no me intimidaba. Aquella pose ya no me hacía sentirme nerviosa o me provocaba una pizca de inseguridad, ya no más...

Eso es imposible repitió nuevamente Jeffrey colocándose atrás de mí, pero ni así logró intimidarme. No hay registros de él y de la casa; Araíd está muerta desde hace años. Es probable que todo fuera una fantasía por las condiciones en las que te encontrabas, Eliane.

Y con aquellas palabras del policía, con aquellas simples palabas, logró que mi corazón recibiría miles de navajas ante lo cruel que podía ser.

Odiaba y me dolía que me dijeran eso, porque temía que todo eso que me decían fuera real, pero algo en mí me aseguraba que ellos querían ocultar a Johnny por alguna extraña razón. Y, a pesar del tiempo, de los dos meses de aquel incidente, de aquel tiempo en el cual era constantemente seguida por esas palabras e incluso de mi propia amiga, que aseguraba y me decía que todo lo que creía y decía era mentira, yo estaba segura que no era así; Johnny era real, lo que viví era real. Y nadie me haría cambiar de opinión.

El oficial Jeffrey con su mirada seria se colocó detrás de su compañero observándome con atención, mientras yo lo miraba directo a sus ojos, sin dejarme intimidar por el policía.

Todo eso fue creado por Evanson para protegerme... susurré mirándolos con seguridad, sin embargo, los oficiales sonrieron con diversión. Sin creer lo que decía.

¿Por qué Evanson te dejaría en esas condiciones sí te amaba? cuestionó interrumpiéndome el oficial moreno, haciendo que me quedará sin argumentos por la verdad de sus palabras. Todo eso fue creado por tu mente para protegerte de lo que realmente sucedía.

Y nuevamente salían con lo mismo. Estaba cansada de ser tachada como una demente y de una mujer indefensa, que con ayuda de su mente logró sobrevivir por imaginar gente y situaciones inexistentes, pero ellos estaban completamente equivocados. Porque los días que ellos describían como un infierno, para mí habían sido el paraíso.

No saben lo que dicen susurré apretando mis manos con enojo.

Hay testimonios de tus vecinos que dicen que te vieron hablando sola en tu patio y en ese patio abandonado que está a un lado de tu casa...

No es verdad interrumpí a Antonio cansada de que siguieran hablando y siguieran queriéndome confundir.

Estás pensando las cosas mal articuló Jeffrey metiéndose entre la conversación de Antonio y yo.

Pero yo ya me estaba cansando de aquello; me estaba cansando de que me quisieran confundir. Por ello, me levanté de la silla con furia y ambos de forma despistada colocaron su mano en su arma que estaba en su cinturón atentos a mis movimientos, pero yo no pensaba hacer algo estúpido. Sólo esperaba que me dejarán en paz.

¡Ustedes no entienden! grité y me volví a sentar con miedo a que me hicieran daño con sus armas. Yo sé lo que pasó, yo sé que Johnny es real y lo que les conté también lo es declaré, segura de mí, pero, aun así, Jeffrey soltó una carcajada atrayendo mi atención y provocando que mi irá aumentará con cada segundo.

¿Qué lo demuestra? cuestionó Jeffrey con una enorme sonrisa sentándose frente a mí con diversión.

El bebé que estoy esperando solté con enojo. Ese bebé es de Johnny Evanson.

Los hombres soltaron un suspiró mientras se miraban entre sí cansados de mis argumentos y de mí. Al igual que yo estaba de ellos."

Cinco meses después.

Mi vida había pasado tan rápida después de ese día y lo agradecía completamente. No me gustaba estar recordando y reviviendo cada momento dentro de la comisaría siendo cuestionada, ya que era feliz dejando ese recuerdo atrás.

Estaba a punto de cumplir los ocho meses de embarazo y estaba muy feliz mientras vivía con mi amiga Samantha. Pues, a pesar de las situaciones y de los problemas que se habían avecinado a mi vida desde que Johnny Evanson apareció en está, este pequeño momento de tener un bebé dentro de mí, que dentro de poco saldrá y podré cargar y disfrutar, era algo mágico, que me alegra mi pequeña y triste vida.

Todavía no sabía el sexo del bebé, ya que este cada que iba con el ginecólogo no dejaba que se viera, pero no me importaba aquello. Amaba a mi bebé a pesar de sí era niño o niña. Porque yo era una mujer feliz desde que mi caso fue cerrado y olvidado, aunque, por desgracia, parecía que todo lo que les dije pareció no importarles porque al final se dijo lo que ellos creían que pasó y que mi hijo según era de André.

Además, según los oficiales, todo lo que decía era producto de drogas y por eso todo lo que decía parecía tan confuso e ilógico.

La policía era una mierda y siempre se quería ir por lo lógico, cuando los verdaderos misterios estaban frente a ellos, preferían ignorarlos. A pesar de lo que la gente solía decir y quería que creyera, yo sabía lo que había sucedido porque había ido nuevamente a la cabaña para rectificar si fue ese el lugar donde viví mi historia, y ahí encontré un sobre con mi nombre el cual abrí con emoción dándome cuenta que no estaba loca.

Ese día que fui a la cabaña encontré algo que hizo que mi esperanza no muriera y con amor la guardaba, permaneciéndola oculta de mi amiga y del mundo siendo guardada debajo de mi cama.

Me aparté de la ventana de mi habitación y caminé hacia mi cama colocando mi mano debajo de está sacando de allí el sobre con mi carta, que cuando estuvo en mis manos, saqué la carta y la desdoblé para poder leerla una vez más, sintiendo como sin importar las veces, el tiempo, y los sucesos, siempre que la leía, mi corazón se volvía loco y una sonrisa se disparaba de mi rostro. Pues, esto era la evidencia perfecta que me dejaba claro que no era una demente, sin embargo, no pensaba enseñarle esto a esos idiotas, pues esto era sólo mío. Y con disfruté, lo leí:

"A partir de ahora toda tu vida va a cambiar y todos te harán dudar de lo que realmente pasó. Pero tu sigue adelante y sigue creyendo en lo que pasó conmigo.

Prometo que nos volveremos a encontrar para cantarte y apoyarte en todo momento, pero por mientras, te cuidaré entre las sombras hasta el día en que pueda cantarte frente a frente.

Tu amigo, JE."

Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos mientras prendía la laptop que estaba en la mesita de noche, buscando en YouTube aquella canción que tanto disfrutaba.

We'll meet again de Vera Lynn comenzó a escucharse en mi habitación con un volumen considerable mientras mis lágrimas seguían bajando por mis mejillas. Y con aquellas lágrimas aun saliendo de mis ojos, saque un pequeño cuaderno que estaba debajo de mi cama, para poder releer mis notas que tenía de lo que había sucedido en esos días. Porque desde que encontré esa carta, hice este cuaderno para tener vivo aquellos recuerdos describiendo cada día y cada cosa que hicimos juntos.

Mis lágrimas me impedían seguir leyendo y comenzaba a mojar las hojas cuando tocaron la puerta de mi habitación y de inmediato guardé la carta y el cuaderno debajo de la cama y caminé rápidamente hacia la puerta para poder abrirla encontrándome a Samantha que parecía preocupada.

Le sonreí y ella ingresó a la habitación mirándome con tristeza, pues la mujer sabía que desde que todo esto ocurrió, había surgido un cambio dentro de mí tanto como en ella. Nuestras vidas no eran las mismas, y ella había madurado y cambiado. Ya no quería ser tan divertida como antes y parecía actuar como una madre para mí siendo a veces muy frustrante, pero a pesar de todo eso la quería, y apreciaba sus tratos atentos hacia mí.

—¿Qué tiene esa canción de especial? Es muy vieja —comentó la mujer sentándose en mi cama, tratando de regalarme una sonrisa alegre, pero se miraba triste.

—Tiene valor sentimental —contesté sentándome a lado de ella, sintiendo el ambiente tenso, sin embargo, traté de ignorar aquello.

—La segunda guerra mundial me provoca escalofríos —mencionó la mujer con una leve sonrisa—. No encuentro lo sentimental en eso.

Entonces, la mujer caminó hacia la laptop y la apago para después volverse a dirigir hacia mí con una sonrisa triste.

—¿Cómo te sien...?

—Quiero ver a André.

La mirada de Samantha fue épica cuando me miró con sorpresa, abriendo levemente sus labios sin creer lo que decían mis palabras. Pero finalmente puso sus labios en una fina línea mirándome con seriedad.

—¿Estás segura? —cuestionó con temblor en sus palabras.

—Nunca he ido a verlo. Sólo esa vez del jurado, pero siempre mantuve la mirada baja ante él —aclaré con media sonrisa mirando el suelo y jugando con mis manos con temblor—. Necesito verlo...

Samantha me miró con comprensión y asintió insegura. Y entendía porque, él me había hecho mucho daño como para volver a verlo, pero necesitaba hacerlo. Necesitaba hacerlo en este preciso instante.

─✾───∆ ~ ✡ ~ ∆───✾─

Él estaba frente a mí, sentado en la mesa con sus manos puestas arriba de esta, mostrando sus esposas. Había un policía en la puerta y otro en una esquina de la habitación observándonos con atención.

André no quería levantar la mirada, parecía estar muy concentrado en el suelo, pero cuando empecé a caminar hacia él con pasos firmes, este me observó con seriedad. No pestañaba ni sonreía, y eso me aterraba.

—Hola.

Mi boca se sentía seca y tuve que pasar saliva en ella para no sentir esa sensación en mi boca. El hombre parecía divertido, al notar mi boca seca, pero decidí no tomarla importancia a eso y sentarme en una silla frente a la mesa y frente a él.

La puerta se abrió y volteé a esa dirección, encontrándome a Samantha que caminaba insegura, pegándose a una pared de la habitación y le sonreí. Sabía que ella tenía miedo que me pasara algo y por eso estaba aquí, y se lo agradecía. Volví a fijar mi vista en André y este se encontraba serio, mirando mi torso, me removí incomoda en mi asiento acomodando mi suéter con mis manos para tapar de este, hasta que me di cuenta que el hombre miraba mi panza y mi notorio embarazo.

Comencé a morder mis labios con nervios esperando que el hombre no hiciera ningún comentario sobre ello, pero, al parecer, él le daba curiosidad saber lo que me pasaba.

—Estoy sorprendido por tu embarazo —soltó con una sonrisa divertida relamiendo sus labios, pero él no parecía divertido; daba miedo—. Siempre éramos cuidadosos.

—No importa eso —solté tratando de evitar que notara mi temor a él—. Quiero que me cuentes tu versión de esos días.

—La sabes desde el día de la corte, ¿lo recuerdas?

—Creo que pudiste mentir...

—¿Cómo por qué mentiría en algo así? —preguntó alzando la voz y levantándose de su asiento enojado, aunque al instante, se sentó mirando con seriedad al policía cerca de la puerta—. Es más, tú no deberías estar aquí. Debo estar varios metros lejos de ti.

André parecía fastidiado mientras jugaba con sus manos, pero a mí tampoco me gustaba estar con él. Sin embargo, necesitaba hacerlo.

—Pero yo quise estar cerca de ti —dije y el hombre sonrió con picardía—. No por lo que tú crees, sino porque necesito la verdad.

—Después de estos meses, ¿apenas vienes a eso? —cuestionó levantando su ceja confundido y yo asentí—. Ya está claro eso, ahora vete al infierno.

El hombre bufo, pero yo coloqué mi mano en la suya, provocando que levantara su vista y me viera consternado.

—Por favor...

André me miraba fijamente a los ojos sin entender mi insistencia, mientras que mi corazón latía sin parar, esperando su respuesta.

—Te secuestre, te lleve a la cabaña con la idea de deshacerme de ti porque ya no me amabas. Ya no era lo mismo, eras tan distante...

—No me interesa tus razones, quiero los hechos —mencioné fastidiada por la posición en que se estaba poniendo de "víctima".

André rodó los ojos y apartó su mano de la mía mirando el suelo con cansancio.

—Estuviste conmigo y todo se volvió oscuro —mencionó sin interés—. De repente ya estaba con la policía..., el recuerdo es muy borroso.

—¿Por qué no lo mencionaste?

—¿El que? Sobre: "el recuerdo es muy borroso" —susurró haciendo comillas en sus manos y asentí sin pestañear—. Eso no hace la diferencia.

—Para mí sí.

—¡A mí no me importa lo que te haga mejor! —gritó alterando empujando la mesa un poco hacia a mí, pegándome en mi estómago.

Solté un grito de dolor mientras ambos policías sostenían a André y se lo llevaban, y mi amiga corría hacia mí y me envolvía en sus brazos con preocupación, tocando mi panza.

—¿Estás bien? —preguntó con miedo y asentí, cerrando los ojos con fuerza y tratando de resistir las punzadas que comenzaba a sentir en donde me había pegado.

Coloqué con miedo mi mano en mi panza, con la atenta mirada de Samantha en mí, que comenzó a gritar por ayuda con desesperación al ver como sufría de dolores. Un hombre entonces, vestido de policía corrió hacia mí, con el rostro de Johnny, pero al estar frente a mí me di cuenta que no era; era un policía normal.

El dolor aun invadía mi cuerpo y las lágrimas comenzaron a salir de mi rostro con miedo de que a mi bebé le haya pasado algo malo. Tenía miedo, mucho miedo. Temía perder a mi bebé y temía que todo sobre Johnny fuera mentira. Tenía temor, pero yo debía resistir con ello y seguir mi vida como podía; sólo tenía que permanecer viva.

5-18-20-5 14-15 5-19 5-12 6-9-14-1-12. 5-12-12-15-19 19-5 22-15-22-5-18-1-14 1 22-5-18

En el misterio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro