Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟚𝟘: 𝕎𝕙𝕒𝕥 𝕚𝕤 𝕣𝕖𝕒𝕝?

Días después.

Estaba cansada y desorientada, porque cuando abrí los ojos, me di cuenta que todo era blanco. Comencé a parpadear rápidamente hasta acostumbrarme a la luz de la habitación y fue ahí cuando observé a todos los lados que había, poniendo atención en los detalles que miraba para darme cuenta que estaba en la habitación de un hospital.

¿Cómo había llegado aquí?

La cabeza me daba vueltas aún y no recordaba nada con exactitud. Me senté en la cama y sostuve mi cabeza cerrando los ojos con fuerza esperando que todo esto fuera una pesadilla, pero no era así.

Todo esto era real.

—Por fin ha despertado, señorita Brown.

La voz de una mujer atrajo mi atención y la miré confundida. Era una mujer morena con una enorme sonrisa que parecía ser una enfermera; ella comenzó a verificar los artefactos que estaban conectados a mi cuerpo mientras apuntaba cosas en su carpeta tratando de verse tranquila.

—¿Dónde estoy? —pregunté atrayendo su mirada y ella sólo me sonrió y siguió con su actividad.

Suspiré y pasé mi mano por mi frente dándome cuenta del sudor que comenzaba a resbalarse por esta. Y eso era extraño, ya que los aires estaban prendidos y sentía mi cuero frío.

Pasé nuevamente mi mano por la cabeza y observé el lugar con detenimiento, dándome cuenta que la mujer seguía a mi lado apuntando algo en una carpeta. Entonces, carraspeé tratando de atraer su atención, cosa que logré con facilidad.

—¿No recuerda nada? —cuestionó y asentí de inmediato.

La mujer me miró con pena y abrió sus labios tratando de hablar, pero se detuvo y colocó una mano arriba de la mía, apretando de está.

—Tranquila —susurró y la miré confundida—. Diré que ya despertó.

La mujer se alejó de mí hasta que ya no lo podía observar. Suspire y esperé impaciente al doctor para que hiciera algo o me dijera que pasaba, hasta que de repente apareció un señor ya mayor con poco cabello y unos lentes, que vestía la típica bata de un doctor. Aquel hombre de tez blanca se acercó a mí con una sonrisa tratando de verse amable mientras que en sus manos cargaba la misma carpeta que la enfermera. Pero ese doctor no venía solo, ya que atrás venía un hombre alto y con tez blanca, que tenía un traje de policía, con sus cabellos ligeramente pelirrojos, que mantenía su rostro serio provocando que el miedo me invadiera con su simple presencia.

El doctor sólo asintió a dirección del policía y salió de la habitación sin más, dejándome sola con ese hombre misterioso. Cosa que provocó que me comenzara a remover en mi camilla con nerviosismo, mientras el hombre me miraba atento con cada paso que daba hacía a mí.

—Buenas tardes, señorita Brown, ¿cómo se siente? —cuestionó con una sonrisa colocando sus manos en sus caderas dando un porte de autoridad.

—Creo que mejor... —susurré temerosa y este bajo la mirada manteniendo su sonrisa.

—Me alegró —soltó volviéndome a mirar—. Yo soy el oficial encargado de su caso y no estoy aquí por simple cordialidad, estoy aquí por mi trabajo —aclaró con seriedad, haciéndolo ver más terrorífico por su poco interés a mi condición actual—. Es necesario que me contesté unas preguntas señorita sobre lo que pasó en la cabaña, ¿qué es lo último que recuerda?

Tragué saliva nerviosa y bajé la mirada a mis manos comenzando a jugar con ellas tratando de recordar algo, pero nada parecía tener sentido. Recordaba a Johnny y todo lo vivido con él, aunque no entendía cómo había llegado aquí y como ciertas cosas parecían borrosas o confusas.

Cerré los ojos con fuerza tratando de aclarar mis ideas, pero no lo lograba. Nuevamente abrí los ojos y negué con la cabeza al no tener nada preciso.

—Vamos, señorita, debe recordar algo. —volvió a insistir el policía acercándose más a mí.

Asentí y miré un punto en el suelo tratando de buscar una forma de explicar todo lo que había vivido. Hasta darme cuenta de algo muy importante, un punto fundamental. Nadie me había dicho nada sobre Johnny, ¿el policía quería hablar sobre él? No lo sabía con exactitud, probablemente me tenía que haber mencionado su nombre, o algo por el estilo, pero no había hecho nada de eso y aquello me preocupaba. Más que nada, al no saber dónde estaba Johnny ni la condición en la cual se encontraba.

—¿Dónde está Johnny? —pregunté rápidamente mirándolo con atención.

El policía me miró con el ceño fruncido y se sentó en la camilla manteniendo la distancia de mí, pero viéndome directamente a los ojos. Como si estuviera tratando de analizarme.

—¿Quién es ese Johnny? —cuestionó sacando un cuadernillo y un bolígrafo del bolsillo de su pantalón—. ¿Cómo es ese hombre?

Sus preguntas me tomaron por sorpresa, ya que era imposible que no supiera quién era. Porque por lo poco que recordaba, yo había estado con Johnny antes de estar aquí.

—Johnny es el hombre con el que estaba en la cabaña —aclaré sin dudar, dando la respuesta muy clara. Sin embargo, el hombre suspiró y colocó sus manos en el puente de su nariz con frustración, como si esto fuera difícil de procesar para él.

—En la cabaña no había ningún Johnny —aclaró con fastidio, haciéndome sentir como si fuera una retrasada—. Usted estaba secuestrada.

Relamí mis labios soltando una pequeña risa que atrajo la mirada confundida del oficial. Sabía yo que por la condición en la cual me encontraron, esta se podía confundir con un secuestro, y probablemente no creían las palabras de Evanson, por ello, este oficial estaba conmigo, para sacarse de dudas de lo que sucedía. Y, ahora había confundido al oficial, por eso me mantuve una vez más seria, dispuesta a aclararle las cosas al policía.

—Sí. Pero no. A mí me gustaba estar con Johnny —aclaré con rapidez, siendo clara.

Pero el oficial bufó y me miró con atención. Y ahí fue cuando comprendí que sucedía algo grave; su mirada lo decía todo.

Comencé a encajar mis uñas en mis manos en espera de las palabras del hombre, pero este parecía dudar en hablar. Como si no estuviera seguro de decir lo que tenía en su mente, pero no entendía porque temía hablar.

—Necesito que tome esto con calma —soltó sin apartar su mirada de mis ojos y asentí atenta—. Usted fue encontraba en una cabaña en medio del bosque en pésimas condiciones. Su novio, André, la había encerrado ahí por días. Él mismo lo confesó.

Comencé a procesar cada cosa que me decían mientras mi corazón se aceleraba cada vez más al no entender las palabras que decía el hombre, ni mucho menos lo que me pasaba. Me sentía confundida y cansada, como si el tiempo se había congelado en tan solo un segundo, provocando que todo lo que yo creía real, se desvaneciera.

¿Qué era real?

Tenía miedo a esa repuesta, pero tarde o temprano la tenía que enfrentar. Y como si estuviera programado, mi corazón volvió a convertirse en una bomba a punto de explotar, hasta que un recuerdo invadió mi mente de mis conversaciones que tenía con Johnny, haciéndome reaccionar y dejar el miedo atrás. Era cierto que Johnny era especial, él podía hacer creer que algo sucedía cuando la realidad era otra. Por eso, traté de controlar mi sonrisa y fijé mi vista al oficial con aquel pensamiento en mi cabeza.

—¿Y cómo supieron que estaba en peligro? —cuestioné con diversión, cosa que extraño al policía, por eso me miró con confusión. Sin embargo, yo aún mantenía en mi mente a Johnny.

—Lo siento, pero esa información no la debe saber por el momento.

—¿Por qué no? —pregunté de forma retadora, sorprendiendo al oficial, que al instante apartó la vista de mí y comenzó a hacer anotaciones en su pequeño cuadernillo con naturalidad, tratando de pasar nuestra situación. Hasta finalmente, volver a verme.

—Creo que tiene mucho que procesar —mencionó el oficial—. Pronto saldrá del hospital y podremos hablar más sobre su caso.

Y tenía razón el hombre, tenía mucho que procesar aún.

─✾───∆ ~ ✡ ~ ∆───✾─

La salida del hospital fue irrelevante al igual a cuando me transportaron a la casa de Samantha. Mi vieja amiga castaña, había vuelto y ella se había encargado de todo lo que me sucedía tratándome con gentileza en todo el proceso.

Cuando salí del auto e ingresé a su hogar, podía observar como mi casa era rodeada por un listón amarillo que marcaba que nadie podía pasar y a lado de mi casa estaba un terreno vacío.

No estaba la casa de Johnny.

Aun así, a pesar de la sorpresa que me trajo ver aquello, seguí caminando ignorando la gente que quería hacerme preguntas hasta estar dentro de la casa de Samantha. Al momento de entrar, ella comenzó a hablar demasiado dándome a conocer la confusión y el misterio que había provocado mi caso en todo el vecindario, pero yo simplemente la ignoré.

Por mi mente sólo pasaban las mismas preguntas que no me dejaban seguir con mi vida.

Comencé caminar por la casa hasta encerrarme en el baño y quitarme toda la ropa dejando sola a mi amiga en la sala, sin poner atención a sus palabras. Aunque, aun así, su voz se llegaba a escuchar en el baño, ya que su casa era más pequeña que la mía.

Así que, todavía podía oírla hablar mientras yo me miraba frente al espejo dándome cuenta de ciertas marcas en mi cuerpo. Unas habían sido provocadas por Johnny, pero otras eran horribles y dolorosos que no entendían de donde habían salido.

Samantha comenzó a llamarme por toda la casa y agarré una bata de baño que había ahí y me la coloqué de inmediato tratando de eliminar el llanto que comenzaba a surgir en mí, por ver mi cuerpo tan dañado.

—Alanna, ¿estás bien? —llamó afuera de la puerta Samantha.

Limpié mis lágrimas y abrí la puerta del baño para abrazarla, cosa que la sorprendió, pero al final me sostuvo en sus brazos. Hasta que el sonido del teléfono nos separó. Samantha se alejó de mí y camino hasta la sala mientras yo comencé a preparar la tina del baño para poderme asear hasta que de repente ingresó mi amiga y le sonreí mientras dejaba que la tina se llenará de agua.

—El policía llamó —aclaró con una sonrisa recargándose en la pared del baño—. Quiere hablar contigo.

—¿Dónde está Johnny?

Mi amiga me miró confundida y se acercó a la tina, cerrando la llave del agua mirándome con seriedad. Como si estuviera loca o como si algo de lo que había dicho, no era normal.

—Necesitas tranquilizarte.

—¿Tú no te acuerdas de él? —pregunté al instante acercándome a ella haciendo que estuviéramos frente a frente.

Samantha me miró con tristeza y me abrazo con fuerza, pero yo la aparté con rapidez. Provocando que mi amiga me mirara con extrañez y con pena, como si temiera el decirme algo, pero no entendía la razón.

—Eliane, yo me fui y no me despedí de ti porque mi vuelo se me hacía tarde y tú estabas de compras —aclaró y la miré sin entender—. Estuve con mi familia todo este tiempo, sólo cuando me llamabas sabía de esto...

—No. —la interrumpí levantando la voz—. Tú me hablaste de su llegada.

—Debes estar confundida —susurró la mujer con pena, disfrazada de ternura—. Mira, habla con la policía y despeja tu mente.

—¿De qué hablas?

—Sé que puede ser confuso ahora...

—Sal —ordené señalando la puerta—. Quiero tomar un baño.

Samantha me miró con pena, pero aun así accedió y salió del baño, dejándome sola con mi mente y mis recuerdos confusos.

En el misterio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro