𝟙𝟠: ℝ𝕠𝕤𝕖𝕤.
"When you kiss me heaven sighs
And though I close my eyes I see la vie en rose
When you press me to your heart
I'm in a world apart, a world where roses bloom
And when you speak angels sing from above
Everyday words seems, to turn into love songs
Give your heart and soul to me
And life will always be la vie en rose"
La vie en rose de Louis Armstrong.
Las manos de Johnny recorrían mi brazo con ternura mientras más acercaba mi cuerpo al suyo, alegrándome un poco y dándome paz en el proceso. Definitivamente, me gustaba estar con Johnny de esta forma, porque sentía tantas cosas diferentes a diferencia de André que hacía que este momento sea uno tan mágico y único.
Evanson era muy atento y cariñoso, y me hacía sentir en las nubes con una simple caricia. Y aquello me encantaba.
Aunque no todo era estar juntos de esta forma. De eso no se trataba, sino también de conocernos y conversar sobre diversas cosas, logrando que me alegrará. En definitiva, me alegraba conocer más a este hombre y saber un poco más sobre su curiosa vida que cada vez me tenía más fascinada.
Johnny Evanson era una caja llena de sorpresas que me cautivaban y eso era increíble. Era algo que esperaba disfrutar por mucho tiempo más, aunque el hombre se negara, yo trataría de estar en su vida todo el momento, mientras él estuviera cerca de mí.
Cada que Johnny y yo éramos uno, era un deleite para mí, me hacía sentir especial y amada, como nunca antes me había sentido. Cuando él y yo éramos uno, lo amaba cada vez más. Por eso lo observaba atenta, observaba con una sonrisa su rostro tranquilo y tierno que me encantaba, su piel delicada y un tanto pálida; apreciaba su cabello negro que estaba levemente largo que se podía acomodar en donde sea, haciéndolo ver tan bien.
—¿Cuándo dejarás de verme de esa forma? —cuestionó divertido fijando su vista a mí, volteando su cuerpo hacia mi dirección para estar frente a mí y comenzar a acariciar mi rostro—. Me estás poniendo nervioso.
Ambos soltamos una leve risa por su comentario mientras él seguía acariciando mi mejilla con ternura, mirándome con dulzura y admiración.
—Lo haré cuando me contestes lo que te pedí —mencioné enredando mis piernas entre las suyas mientras permanecíamos acostados en la cama—. Y no aceptare un: "aún no estas lista".
La risa de Evanson se hizo presente haciendo que mis mejillas se pusieran rojas, por mi insistencia en aquello, aunque a la vez por escuchar lo melodiosa que podía ser su risa, que lograba que mi piel se erizara con ese simple gesto.
—Nunca imaginé que fueras tan terca —aclaró Johnny besando mi hombro y comenzando a jugar con mi cabello con diversión, o tal vez, tratando de distraerme. Pero no lo lograría.
No ahora, porque desde hace horas quería saber sobre aquello, sin embargo, siempre solía evitar esta conversación. Además, yo no miraba nada de malo que me compartiera sobre aquello, no miraba nada de malo en que me contará más sobre su vida y que me contestará preguntas como lo que había sido lo más peligroso en su vida, entre otras cosas. Pero este se negaba a hablar, y no entendía la razón por la cual lo hacía, sin embargo, yo no dejaría este tema así.
Seguiría insistiendo.
—Vamos, Johnny. ¿Qué tengo que hacer para que me contestes aquello? —cuestioné haciendo un puchero y robándole un beso en el proceso provocando una sonrisa en su rostro.
—Solamente porque eres un encanto lo haré —dijo él dándome un apretón leve en mis mejillas logrando que sacara un suspiro, mientras su mirada se apagaba cada vez más, probablemente por el nerviosismo o el miedo en que supiera aquellas respuestas, pero no debería de tener miedo de aquello, ya que yo sabía porque lo hacía y no debería de temer en ello.
—Johnny...
—Creo que lo más peligroso que he hecho..., es salvar a una mujer de un incendio —mencionó observando mi rostro, interrumpiendo mis palabras, mientras que yo me sentaba en la cama sujetando la sabana para tapar mi torso desnudo—. Simplemente sentí que tenía que estar ahí y lo hice.
—¿Es todo? —pregunté curiosa y este asintió.
Sonreí levemente y me volví a acostar a su lado, sin creer de todo de sus palabras mientras observaba el techo de la habitación. Yo estaba segura que el hombre había vivido cosas más peligrosas, e incluso, debió de matar a muchas personas antes de conocerme, sin embargo, no entendía porque no me lo quería contar.
Probablemente todavía no me tenía la suficiente confianza, aunque eso era extraño porque no creía que hubiera cosas que ocultar entre los dos. Tal vez sea algo más, pero no estaba del todo segura de ello.
—Cariño...
La voz de Johnny hizo que saliera de mis pensamientos y lo miré a él con una mirada seria.
—Creo que... eso no es todo —aclaré manteniendo mi mirada seria y este solo soltó un bufido, asintiendo a mis palabras, dándome la razón.
—Eliane, no me gustaría hablar de eso —soltó con tristeza acomodándose en la cama para pegarse más a mí.
—Me gustaría saber sobre eso.
—Aún no.
—Dame una buena razón.
—Aún no...
—Esa no es una razón. Siempre la dices, y es cansado.
—Entiéndeme...
—¿Prometes hacerlo? No ahora, quizá después.
El hombre me miró con firmeza a los ojos, haciéndome sentir un frío recorrerme, para después asentir a mis palabras, con su mirada latente a mí.
—¿Me contestarás otro tipo de pregunta en este momento? —cuestioné, sacándole una sonrisa al hombre, mientras negaba divertido.
—Quizá...
Asentí con una sonrisa mientras bajaba la mirada a su pecho sin saber que decir, o qué pregunta soltar en este instante. Comprendía la situación de Evanson y la razón por la cual no me decía muchas cosas, pero aun así sentía curiosidad por su vida y las cosas que había hecho, sospechaba de cosas, pero necesitaba confirmarlas porque la curiosidad me mataba sino encontraba las respuestas a estas.
Yo quería a Johnny y quería conocerlo más, probablemente sea insensato hacerlo, pero tarde o temprano quería saber sobre esto. Además, no me tenía que sorprender la respuesta que me diera. Ya que, varias cosas ya estaban claras para mí como para no procesarlas.
—¿Has matado gente en esta vida? —cuestioné levantando mi mirada hacia él con rapidez, esperando ansiosa esa respuesta.
El hombre en cambio, se removió nervioso de la cama y cerró los ojos frustrado mientras soltaba un suspiró y comenzaba a frotar su rostro con sus manos demostrando su cansancio. Tal vez había sido demasiado torpe en hacer esa pregunta. Aunque después Evanson volvió a fijar mi vista a mí y me miró todo el rostro con una media sonrisa.
—He matado gente en todas mis vidas —confesó tragando saliva nervioso, como si se arrepintiera de haberme dicho aquello—. Es mi naturaleza hacerlo.
—¿Por qué lo es? —pregunté al instante acercándome más al hombre, atenta de cualquier comentario que dijera.
—En ocasiones es necesario ensuciar tus manos para que la gente que amas este a salvo —aclaró el hombre acercándose a mí para abrazarme y pegarme a su cuerpo.
Yo me levanté y me acomodé en su pecho con una sonrisa, más atenta de lo que diría.
—¿La gente que amas? —pregunté comenzando a acariciar su torso desnudo mientras él tocaba mi espalda desnuda.
—Aunque no lo creas, siento cosas por la gente que salvo —confesó con la voz ronca.
Estaba confundida. Realmente no esperaba que Johnny sintiera cosas por la gente que salvaba, era extraño y me daba celos con sólo imaginarme cuantas mujeres habían estado en una situación como la mía con Evanson. Dentro de mi estomago algo se removió de coraje, aun así, trate de actuar normal.
—¿Qué sientes por mí? —cuestioné al instante sin pensar.
Y cerré los ojos con fuerza y mi corazón comenzó a acelerarse, por el miedo de la respuesta que podría provenir de sus labios.
—Eres mi ángel —soltó Evanson de repente—. Es lo único que deberías saber.
Una sonrisa salió de mis labios y me levanté del torso de Johnny, acercándome a su rostro para darle un pequeño beso en los labios con una sonrisa. Estaba feliz.
Feliz por estar viviendo todo esto acompañada de un hombre como él.
Sabía que Evanson me amaba, se miraba en sus ojos y lo agradecía. Porque cuando conocí a André ese brillo sólo estuvo cuando nos estábamos conociendo, tiempo después, este desapareció. Y, a pesar de que apenas conocía a Johnny, sabía que esto duraría más que lo que dure con André.
Aunque no sabía con exactitud lo que pasaría después, ya que ni sabía exactamente lo que pasaba ahora y no sabía si después de unos días se iría.
No sabía nada.
Mi sonrisa desapareció y Johnny me miró preocupado, pero antes de que me preguntará, hable.
—¿Nunca has tenido una vida real? —pregunté interesada y él me sonrió.
—Con sólo decirte que eres la primera mujer con la cual he tenido intimidad en todas mis vidas —susurró el hombre y me aparte de él de inmediato, cubriendo mi cuerpo con la sábana.
Estaba sorprendida. Realmente creí que él había estado con más mujeres, ahora me siento mal de haber estado con más hombres. Aunque posiblemente sea una mentira lo que me dijo, pero nada me aseguraba que era real y que no.
—Eres una mujer muy angelical —mencionó Johnny acercándose a mí, sosteniendo mis mejillas para darme un beso en los labios.
Al principio fue tierno y lento, como lo solía hacer, demostrándome en aquel beso el amor que sentía en mí, pero después de eso, Johnny comenzó a aumentar su intensidad colocando sus manos en mi cintura, agarrándome con firmeza y sujetando con fuerza mi piel, sin embargo, aunque disfrutará de su compañía, tenía que parar.
El hombre me miró confundido sin entender porque lo había hecho, pero cuando vio mi mirada pensativa, acaricio de mi rostro y me miró con dulzura, animándome a hablar.
—¿Matarás a André? —pregunté mirándolo directamente a los ojos, esperando ansiosa la respuesta de aquella pregunta.
—Él solo cabo su propia tumba —soltó acariciando mi cabello para después tomar mis manos.
Por extraño que parezca, la tristeza invadió mi cuerpo al saber el destino de André, aunque era cierto lo que decía Evanson, él solo había provocado esto.
Bajé la mirada tratando de calmar las lágrimas, sin entender porque sentía lástima por él, hasta que Evanson me habló, ayudándome a tranquilizar aquello que comenzaba a sentir.
—Είστε το πιο όμορφο πλάσμα που έχω δει ποτέ σε όλη μου τη ζωή (Eres la criatura más hermosa que he visto en todas mis vidas) —susurró levantando mi rostro, provocando que mi corazón se detuviera ante sus palabras, porque, aunque no las entendiera de todo, me habían cautivado: —Αυτή η ομορφιά δεν πρέπει να είναι θανατηφόρα (Tal belleza no debe ser mortal).
Mis mejillas se pusieron rojas al instante por la intensidad en la cual había dicho esas palabras, provocando demasiado en mí.
—¿Qué idioma es ese? —cuestioné tratando de disminuir el rubor de mis mejillas, pero el hombre sonrió y apretó de estas, fascinado por ellas.
—Griego.
Lo miré confundida sin saber cómo él sabía aquel idioma tan viejo, aunque era probable que por los años y las vidas que él tenía, por eso sabía diversos idiomas. Era una posibilidad aquello.
—¿Por qué sabes griego? —cuestioné curiosa, manteniendo mi mirada de fascinación ante él.
—Los filósofos lo saben —respondió besando mi frente y tomando mi mano con dulzura.
—¿Conociste a unos filósofos? —cuestioné más asombrada de lo que me encontraba anteriormente.
En definitiva, Evanson era una caja de sorpresas.
—Yo ayude a los filósofos con sus teorías acertadas —mencionó con aires de superioridad provocando que la emoción invadiera todo mi cuerpo.
— No te creo —solté con asombro.
—Después de todo, sigues dudando —mencionó Evanson con una sonrisa—. Eres increíble.
Suspire rodando los ojos y abrazándolo feliz; feliz por todo lo que me estaba pasando y por mis momentos junto a este hombre, porque cada uno de esos, eran maravillosos.
—Creo que podría acostumbrarme a estar en una vida de rosas contigo —susurró Johnny en mi oído mientras me abrazaba con más fuerza, provocando que mi corazón latiera emocionado, por aquella confesión de amor que tanto había esperado en toda mi vida.
VH FM TFZIWRZM WV ZMTVOVH
En el misterio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro