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𝟙𝟟: 𝕐𝕠𝕦'𝕣𝕖 𝕞𝕪 𝕙𝕖𝕣𝕠.

Por más que pensaba e intentaba creer, no lo lograba. Johnny y Araíd parecían tan sinceros, y cada cosa que decían parecían ser real cada vez más, pero aun así me hacían dudar un poco.

A pesar de las situaciones y de las palabras, de las acciones y de los gestos de Johnny, necesita pruebas verídicas que me demostraran que todo eso que decía era verdad, puede que estaba pidiendo demasiado, pero creía que era necesario.


El que una persona te diga que es un ángel y ese tipo de situaciones, no era algo que sucedía todos los días. Por ello, seguí caminando por la cabaña hasta estar frente de mi captor que permanecía sentado en el suelo cerca de la mesa, acomodando las cuerdas de su guitarra.


Su guitarra.


Sabía que el hombre tocaba y cantaba, pero no entendía cuando la había traído consigo. Lo miré confundida y caminé poco a poco hacia él, posicionándome a unos pocos centímetros de Johnny atrayendo su atención por eso.


—Necesito pruebas —aclaré de inmediato provocando que me mirará con diversión—. Debes de tener eso, ¿o no?


El hombre suspiro dejando la guitarra recargada en la pared y parándose frente a mí -ya que este permanecía sentado en el suelo-.


—Eres más un dolor de cabeza en mi vida, ¿lo sabías? —comentó en un suspiro provocando que rodará los ojos.


El hombre suspiró nuevamente y sujeto mi mano. Al principio, me negué a dársela, pero cuando una serie de imágenes aparecieron en mi mente con rapidez, permití que siguiera dándome la mano. Por mi mente pasaban ciertas visualizaciones sobre André y mías. Muchas de estas visualizaciones yo me acordaba haberlas vivido, de hecho, cada una de ellas eran tan precisas, pero no era producto de mi imaginación esto, de eso estaba segura.

Porque cada una de esas cosas que observé cuando él me dio la mano, parecía que habían sido vistas en los ojos de otra persona y eso era... fascinante, como también, me era el observar que había hecho André mientras según trabajaba, porque en realidad él estaba solo en un hotel o en una cabaña en el bosque planeando cosas que no parecían realmente buenas.


Fue algo inusual el contemplar todas esas escenas, pero cuando Johnny soltó mi mano todas esas visiones desaparecieron. Haciendo así que me diera cuenta que era posible que él tuviera poderes.


La cabeza me comenzó a dar vueltas mientras más fichas se unían en el rompecabezas.


Era increíble como todo esto me estaba sucediendo y como él era real.


Mi vista se empezó a tornar en negro mientras sentía que las náuseas invadían mi cuerpo, estaba cerrando mis ojos lentamente hasta que Johnny me sostuvo entre sus brazos y abrí los ojos de inmediato dejando de sentir todo eso que me había invadido.


—Hey. Ya no te puedes estar desmayando cada que descubres algo, ¿te alimentas bien? —comentó mirándome con preocupación todavía sosteniéndome en sus brazos.


Suspiré y me aparté de Evanson acomodando mi cabello, actuando normal.


—Claro que lo hago. Además, si tú eres todo lo que me demuestras, sabrías como me alimento y todo eso.


—Tampoco soy un ser omnipresente.


—¿Y eres omnipotente? —cuestioné burlona, haciendo que él alzará una ceja viéndome burlón, haciéndome reír—. Era una broma, Johnny. Perdón por no hacerte reír.


—A veces lo haces.


—Gracias, entonces.


Johnny rio levemente, negado con la cabeza y alzando su mirada hacía mí, burlón.


—Come algo.


—Yo me alimentó muy bien.


Entonces, Johnny me miró con extrañes cruzando sus brazos en su pecho.


—Lo dudo.


Suspire entrecerrando los ojos, imitando su posición mientras que él me miraba con la diversión en sus ojos hasta que su mirada se oscureció y me miró con la melancolía recorriéndole.


—En cualquier momento pueden venir por mí —aclaró de repente mirándome con enojo—. Deberías estar agradecida.


Lo miré confundida sin entender su cambio drástico de conversación.


—¿Por qué vendrían por ti?


—Ya nunca me verás —aclaró sin más acercándose a la mesa para sentarse en ella, sin contestar mi pregunta.


Resoplé y me acerqué a él sentándome en la silla que se encontraba a su lado para mirarlo de más cerca sin entender sus palabras. Sabía que tenía problemas de bipolaridad y que mis decisiones en ocasiones no eran las más acertadas, pero en este momento estaba segura de lo que sentía y quería en esos instantes.


—¿Por qué no quisiera ver a mi héroe? —cuestioné en un susurró atrayendo su mirada—. Tú eres mi héroe.


Johnny me miró con la confusión recorriendo su rostro para después mirarme con una sonrisa.


—¿Ahora soy tu héroe? —preguntó sorprendido y yo asentí con una sonrisa—. Eso es increíble. Lo bueno de todo, es que mi trabajo contigo a finalizado —aclaró fijando su vista a sus manos apartando la vista de mí provocando que un escalofrío me invadiera.


—¿Te irás? —cuestioné con timidez a Evanson y este volvió a fijar su vista a mí con una mirada triste.


—Vendrán por mí —confesó con tristeza, se notaba en su voz y en las expresiones en su rostro—. Además, hay más personas que necesitan de mi ayuda. Siempre hay más gente que me necesita.


Johnny parecía tranquilo mientras lo decía, aunque a su vez, se mostraba triste. Como sino quisiera que notara sus cambios de humor, aun así, lo hacía. Por ello, ahora era un manojo de nervios que no sabía cómo actuar ni que hacer.


Desde siempre no podía estar sola. Cuando era niña necesitaba estar con alguien para no tener miedo, porque cualquier cosa lograba que mis pelos se pusieran de punta. En mi adolescencia casi siempre estuve sola en casa. En ocasiones, venían mis hermanos con sus hijos y eso era de las únicas cosas alegres que me pasaba. Y cada que tenía un novio era muy dependiente de él de forma emocional.


No me podía sentir cómoda si no hay nadie cerca de mí que me dé amor. Y, aunque Johnny en ocasiones era un tanto extraño, era la única persona que podía hacerme sentir el amor que quería. Y si él no estaba, no sabría qué haría.


Aun no aprendía a estar sola sin alguien que me diera un poco de amor. Así que no me podía imaginar si Johnny despareciera.


No podía quedarme sola.


—Tengo que ir contigo —aclaré provocando que me mirará con duda.


—¿Ahora quieres estar conmigo y me crees? —cuestionó extrañado dándome una sonrisa—. Eres imposible.


Suspire rodando los ojos y restándole importancia a lo que dijo. Olvidando mis pensamientos anteriores.


—Necesito ir contigo.


—¿Por qué? —preguntó con curiosidad.


¿Era correcto decir lo que pensaba? ¿de verdad valía la pena decirle todo aquello a Johnny? Si era verdad todo lo que me decía, él ya sabría que yo era así y deberá creer que soy muy tonta. Qué pena. Mis manos comenzaron a sudar por la vergüenza. En serio, sentía mucha pena el admitir lo que pensaba.



Miré a Johnny para después mirar el suelo nerviosa, moviendo mis pies de un lado a otro con duda. ¿Qué podría hacer ahora? Nada, tal vez sólo quedarme tiesa o enfrentar lo que tenía en mente, además, no sabía porqué me sentía de esa manera, sí tal vez Johnny me conocería mejor que yo. Quizá... suspiré y me animé a fijar mi vista a Evanson una vez más y él me miraba con detenimiento. 


Mi corazón comenzó a latir con rapidez mientras lo miraba a los ojos.


Sentía que mi corazón explotaría en cualquier momento. Y lo hice. Me abalance hacia él pegando mis labios a los de Johnny, y, aunque al principio Evanson parecía negarse terminó siguiendo el beso.


Me paré de mi silla y me acerqué más a él mientras este también se paraba y comenzaba a besarme cada vez con más profundidad y deseo, hasta que este se separó de mí, dejando atrás aquel beso desesperado que comenzaba a consumirnos a ambos.


—Espera. No podemos seguir —aclaró separándose de mí.


—¿Y por qué no? —pregunté con sorpresa acercándome a él, pero este retrocedió—. ¿Por qué me evitas?


—Está prohibido —aclaró en un susurró—. Tú eres una humana y yo... —levantó la mirada—, simplemente no se puede.


—Yo... te quiero.


Mis palabras habían salido en un susurro casi inaudible, pero él logró oírme y me sonrió. Lo hizo con ternura, no en forma de burla, lo hizo de forma tierna y volvió a pegar sus labios a los míos. Ahora sí, besándome con amor.


Y llenando cada parte de mi ser con su amor y ternura, porque, a pesar de que antes de él había besado a otras personas, y, a pesar que antes ya lo había besado, aquel beso que nos estábamos dando se sentía tan único y tan especial; como si de verdad estaba siendo amada por primera vez.

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La melodía de la guitarra siendo tocada hizo que abriera los ojos al instante por lo extraño que era para mí despertarme con ese sonido. Miré a todos lados buscando de donde provenía aquel ruido dándome cuenta que venía del exterior de la habitación. Entonces, me estiré en la cama tapando mi cuerpo con la sabana.

People say we got it made, don't they know we're so afraid; Isolation. We're afraid to be alone, everybody got to have a home; Isolation...

La voz de Johnny provocó que soltara una sonrisa mientras me levantaba de la cama, agarrando del suelo la camisa de mi vecino para ponérmela y no estar completamente desnuda, para después caminar hacia la salida de la habitación detrás de la voz de ese increíble hombre.

Just boy and a little girl, trying to change the whole wide world: Isolation. The world is just a little town, everybody trying to put us down... Isolation.

Finalmente estaba detrás de él apreciando su voz y la forma en que tocaba esa guitarra. Deleitándome por la forma en que lo hacia.

I don't expect you, to understand after you caused so much pain, but then again, you're not to blame. You're just a human, a victim of the insane.

Era increíble la voz de Evanson y como este sabía cantar después de todo. En definitiva, me sorprendía lo hábil que podía ser ese hombre.

Suspiré y atraje la atención del hombre provocando que este dejará de tocar y cantar para mirarme con timidez. Aunque realmente no entendía la razón por la cual tener vergüenza, ya qué lo hacía de maravilla.

—Por favor, continúa —expresé con una sonrisa y este me la regreso para regresar con su labor, pero ahora mirándome alegre.

Curioso, ya que la canción transmitía tristeza.

We're afraid of everyone, afraid of the sun... Isolation. The sun will never disappear, but the world may not have many years. Isolation.

El hombre terminó de tocar y cantar con una sonrisa mirándome atentamente esperando que dijera algo.

—Es algo así como un himno de ángeles, ¿o estoy mal? —pregunté con diversión eliminado la sonrisa de su rostro de Evanson.

—Eres muy extraña —aclaró el hombre haciendo a un lado su guitarra para acercarse a mí y sostenerme de la cintura—. Estoy haciendo un cover de una canción de John Lennon. ¿Lo conoces?

—Creo que no... —murmuré mirándolo con una sonrisa penosa, pero él me miró con mucha sorpresa sin creer lo que estaba diciendo—. ¡Perdón!

—Necesitas saber más de clásicos —susurró negando con diversión para caminar hacia mí y darme un casto beso en los labios—. Te recomiendo escuchar We'll meet again. Fue hecha en una época muy triste de la humanidad.

—¿Es de John Lennon? —pregunté curiosa y él sólo negó colocando sus manos en mi cintura pegando sus labios con los míos, metiendo su lengua en mi boca como dando una caricia tan dulce que logro derretir mi corazón, que hizo que me sintiera incompleta cuando se separó de mí.

—No es de John Lennon, pequeña. La canta una mujer.

—¿También fue tu amante? —cuestioné, sonriendo divertida, sintiendo una vez más, los labios de Johnny con los míos, dándome una dulce caricia, mientras los devoraba, para después, separarse de mí.

—Yo no tengo amantes. Además, nunca conocí a Vera Lynn.

—Tiene lindo nombre. ¿Era bonita?

—Era rubia —contestó, besando una vez más mis labios, e introduciendo sus manos debajo de la camisa que tenía de él, recorriendo mi piel desnuda, haciéndome estremecer.

—Te amo —solté en un gemido, amarrando su cuello con mis manos de una manera más firme, pero antes de continuar, Johnny se apartó un poco de mí, tomándome por sorpresa, y asustándome por ello.

Johnny me miró a los ojos con curiosidad, dándome una leve sonrisa para después alejarse de mí sin mirarme a los ojos, haciéndome sentir insegura por mis palabras.

—Perdón por...

—Deberíamos ir a comer.

Sus palabras habían sido tan secas que me callo la boca y yo asentí ignorando aquello, tratando de actuar como si sus palabras no me afectaran, pero de verdad me estaban lastimando.

—Hey. —me llamó Johnny levantando mi rostro con sus manos—. Sabes que no soy... humano, pero eso no quiere decir que yo no siento, ángel. Te amo.

Y sonreí con sus palabras, alegrándome por completo.

—Sólo... nunca había dicho esas palabras antes.

Asentí a sus palabras y el hombre dejo la guitarra a un lado y me sonrió alegre, para después darme un beso en la frente, haciéndome sentir protegida.

En el misterio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

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