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𝟙𝟘: 𝔸𝕣𝕒í𝕕 𝕄𝕚𝕝𝕝𝕖𝕣.

"Close in on my black eye

I feel safe at times

Certain emblems

Tell me it's time

Serpents in my mind

Looking for your crimes

Everything changes"

"You enjoy sucking on dreams

So I will fall asleep with someone other than you

I had a thought you would take me seriously

And listen on"

"I hope he changes this time"

Serpents de Sharon Van Etten.

Era oficial; necesitaba mis pastillas urgentemente. Anteriormente me negaba a tomarlas y creía que eran innecesarias para mí, creía que ya estaba bien, que ya no era necesario, porque ya comenzaba a notar mejorías en mi estado de salud, pero ahora posiblemente ya no pueda identificar de nuevo lo que era real y lo que no. Pero, si todo esto era real, la mujer con la cual había convivido en estos días y era mi vecina; era un fantasma, y eso era una total locura.

¿Existían los fantasmas? ¿y por qué ella convivía conmigo si no la había conocido en su vida pasada? ¿todo esto eral, o había comenzado a perder la cabeza?

Mi cabeza.

Ya no soportaba mi cabeza, está comenzaba a darme vueltas y me dolía constantemente, dejando así que no me concentrara completamente. No entendía que pasaba, no entendía nada. Todo era confuso que me hacía dudar de todo.

¿Johnny también era un fantasma?

Eso no era probable... o, tal vez si lo era. Era posible, era una posibilidad que temía. Me daba miedo enfrentar esa realidad y más al imaginarme que últimamente había compartido mi tiempo con fantasmas, y no solamente eso, también había pasado la noche con uno, e inclusive había sentido algo por él.

Cerré los ojos con fuerza y seguí navegando por el internet, ingresando a diversas páginas con el temor recorriendo por todo mi cuerpo. Hasta que, finalmente, encontré un artículo nuevo dónde hablaban de las personas que eran sospechosos de ese crimen tan atroz hacia Araíd.

En este artículo había retratos elaborados por internet de los sospechosos, ya que nunca hubo una persona en físico que lo hayan acusado, además de su novio, pero de este no había fotos.

Seguí observando las imágenes con detenimiento mientras no dejaba de pensar en aquella información que estaba en internet. Era cierto que yo no era una persona que solía usar mucho de las tecnologías, por ello me sorprendía que todo esto estuviera disponible para cualquier persona y se me hacia un poco ético el ver todo esto tan explícito, pero aun así agradecía poder tener esta información para llegar a la verdad.

Entonces, seguí observando las imágenes y leyendo el artículo hasta llegar a la última imagen. En este dibujo mostraba a un hombre que tenía ciertas características de Johnny Evanson.

Exactamente era la misma nariz, mismos labios, ojos y cejas; principalmente, misma mirada que te llega hasta el ser.

Tragué saliva nerviosa y salí de inmediato de la página, apagando el aparato al instante mientras que un escalofrío me invadió y volteé a ver a la ventana con miedo.

Sí, tenía miedo.

No quería salir de mi habitación y ni quería abrir las ventanas de esta. Quería mantenerme encerrada sin tener que ver de nuevo a mis vecinos y a nadie más hasta que me tranquilizara.

Quería mandarle mensajes a Samantha y André, pero tenía miedo de tomar el móvil de nuevo. Tenía mucho miedo mientras los escalofríos me invadían y el sudor frio recorría mi cuerpo.

No paraba de temblar y sentir que todo me daba vueltas; estaba agotada.

Cerré los ojos con fuerza y agarré el valor suficiente para sostener mi celular de nuevo para comenzar a escribir mensajes con rapidez para Samantha y para mi novio.

Comencé a escribir sin pensar, tratando de llamar su atención enviándoles muchos mensajes explicándoles la situación, y después de unos instantes, ambos comenzaron a contestarme, pero no decían nada que me ayudara, solo querían justificar el porqué de mis palabras. Ambos me decían cosas como: ¿Has tomado algo indebido? ¿has tomado tus pastillas?

Era increíble.

La desesperación comenzó a invadirme cuando me di cuenta de que ninguno de los dos me creía. Los mensajes siguieron llegando por parte de ellos, pero decidí ignorarlos, dejando mi celular a un lado y acostándome en la cama mientras tapaba mi rostro con mis manos tratando de tranquilizarme.

Era increíble como tu vida podía cambiar de un día para otro, o de un minuto a otro.

Hace más de un día compartía cama con Johnny hasta el punto de casi compartir intimidad y hace unas horas fui abrazada por un fantasma...

Un fantasma.

No entendía que pasaba con Araíd, no entendía lo que era, no entendía nada. Si había visto su cuerpo muerto en aquellas fotografías, ¿qué era lo que estaba conviviendo conmigo hace unos días? Probablemente por eso el vecino de enfrente me miró extraño cuando platiqué y dejé entrar a Araíd a mi casa. En realidad, existía la posibilidad de que mi vecino me había visto hablar con nadie y dejar entrar a nadie a mi casa. Tal vez mi vecina era nadie. No era nadie.

Siempre estuve con nadie.

Pero eso no era lo que importaba realmente, todo eso era teoría y deducciones. Nada estaba claro aún. Antes de comenzar con mis teorías conspirativas, tenía que plantearme la verdadera pregunta: ¿qué era real?

Eso era primordial para saber o resolver las dudas que me invadía. Tenía que resolver esa pregunta. Así que, nuevamente observé la imagen del cadáver de Araíd Miller y un escalofrío invadió mi cuerpo.

En definitiva, era ella.

Ahora entendía porque el color de piel de ella era tan pálido y parecía ser una persona muy sensible con una mirada tan dulce. También como era muy fría su piel...

Pero, si Araíd estaba muerta, ¿qué era Johnny Evanson?

Agarré el celular y comencé a buscar entre páginas e imágenes de internet sobre el caso y sobre el sospechoso que se parecía a Johnny, encontrándome con muchos artículos y carteles de búsqueda que cumplían con su descripción, hasta incluso había unos que contaban con un dibujo casi real de él.

¿El hombre con el que me bese era real?

Bufé y volví a apagar el celular dejándolo a un lado, pegando mi frente con mi mano de forma constante.

Esto era un sueño.

Necesitaba ayuda, necesitaba contarle esto a alguien. Suspire levantándome de la cama, comenzando a recorrer la casa, dirigiéndome al baño, a la cocina y a los diversos lugares en dónde escondía mis pastillas. Pero no estaban en ningún lado.

Siempre tenía pastillas, no sabía porque ahora no había. La cabeza me comenzó a palpitar y comencé a sentir demasiado caliente todo el cuerpo; sintiéndome perdida y con mareos. A ciegas -por culpa del mareo-, caminé hacia mi cuarto tratando de encontrar el celular para llamar al 911 para que viniera por mí. Mientras que los mareos seguían en mi cuerpo, y antes de que pudiera agarrar mi celular, este de repente sonó anunciando un nuevo mensaje. Y como pude, corrí hacia el celular en espera de algo bueno, pero no fue así.

"Deja de investigar, Eliane. No quiero que arruine mis planes.

Quiero que estés bien.

Tu amigo buscado..."

Una y otra vez leía el mensaje, sin entender que pasaba. Una y otra vez leí creyendo que estaba leyendo mal, pero no era así. Así estaba escrito esto.

¿Qué estaba pasando?

Mi corazón comenzó a acelerarse mientras que mis manos temblaban, y el miedo aumentaba.

Nada de esto era real.

Mi corazón latía constantemente, mientras el miedo recorría cada parte de mi cuerpo, comencé a sudar frio hasta que todo se volvió negro.

─✾───∆ ~ ✡ ~ ∆───✾─

Los días habían pasado tan lentos y tristes que sentía que estaba viviendo en el infierno. No tenía ánimos de nada; ni de comer, ni de salir y ni de hablar. Mantenía mis ventanas cerradas con una cortina, ya que no quería ver a nadie. En especial a Johnny Evanson y Araíd Miller o Evanson, ya ni sabía quién era realmente; ni sabía si estaba viva o muerta.

Lo bueno de todo esto era que André por fin estaba en la casa, al parecer mis mensajes lo habían preocupado y había decidido pedir permiso en el trabajo para volver conmigo casa, y cuando él estuvo a mi lado, le conté todo lo que había pasado, pero este lo había tomado para mal. Me creía una loca y trataba de verificar mi temperatura y que estuviera tomando mis pastillas en todo momento.

Cada día que pasaba, este parecía más preocupado por mí. Lo amaba, a pesar de que estaba posiblemente "perdiendo la cabeza", él estaba conmigo.

Suspire disfrutando de la cama que se sentía cómoda y cálida, disfrutando de mi soledad, hasta que André ingresó a la habitación sosteniendo un vaso con agua y las pastillas.

Me senté en la cama y acepté lo que traía y me lo tomé. Realmente dudaba si estás servían, porque desde que las había comenzado a tomar sólo había logrado permanecer cansada y con sueño, y no era feliz ni alegre como antes lo era.

Y eso se me hacía algo malo.

El hombre se sentó a lado de mí y comenzó a acariciar de mi cabello con dulzura, pegándome a su pecho con cariño, dándome apoyo.

—Cariño, ¿qué tienes? —cuestionó el hombre con preocupación—. ¿Desde cuándo has estado así?

—No tengo nada.

Definitivamente no quería volver a decirle mis inquietudes, lo que quería era que él creyera que estaba bien y no estaba demente. Quería que dejara de darme esas pastillas y se quedara conmigo como ahora lo estaba.

Quería dejar de estar triste.

—Has estado muy extraña —comentó el hombre dándome un beso en la cabeza y sonreí a medias—. ¿Qué tienes cariño? —volvió a preguntar con preocupación notoria.

—Los vecinos... —susurré esperando que ahora fuera diferente. Que no creyera que estaba loca, que me creyera de verdad.

Pero aquellos pensamientos desaparecieron cuando el hombre se apartó de mí y me miró a los ojos confundido, sin creer mis palabras.

—¿De qué hablas?

—El vecino, Johnny es un asesino y un secuestrador —comencé a relatar con voz temblorosa, tratando de decir lo que estaba pensando desde hace días. Esperando que ahora sí me creyera: —Todo está en internet, y Araíd es una víctima de él. Creo que está muerta...

Comencé a decir todo muy rápido mientras lo miraba a los ojos y este me miraba incrédulo. Nuevamente no me había creído...

—¿Araíd? —dijo sorprendido—. ¿Por qué sigues hablando de ella? ¿dónde sacaste ese nombre?

—¡Araíd, la vecina! —exclamé levantándome de la cama y mirándolo cansada, cansada de que no me escuchara de verdad—. Es ella, Araíd, pero... lo que no entiendo es porque en las noticias sale que ella está muerta..., yo sigo sin entender que hace con vida y que hace fingiendo ser la hermana de Evanson —aclaré con temblor en mis palabras que no sabía si me había entendido en algo.

Él seguía mirándome con la preocupación y la confusión reflejada en su rostro como hace unos días cuando le conté esta historia. Era cierto que era un poco difícil de creer todo esto, pero era cierto lo que decía.

—¿Has tomado tus pastillas? —preguntó con el ceño fruncido y sólo rodé los ojos.

Era ilógico que me preguntará esto, ya que él era el que me había estado dando las pastillas y se quedaba hasta verme que lo hiciera. Además, comenzaba a cansarme esa pregunta.

—¡Estoy bien! —grité con estrés y cansancio—. ¡Escúchame al menos una maldita vez, André! —solté con enojo.

André seguía frente a mí sorprendido, hasta que esa sorpresa desapareció mostrando un semblante de enojo.

Pero no era cualquier otro, este me daba miedo, provocaba tantas sensaciones en mí que me hacían dudar. Y en ese instante, sólo pude ver como levantaba la mano sosteniendo la lampara de noche que estaba en la mesita a lado de la cama, para que después todo se volviera negro.

QLSMMB VH IVZO B VHGZ KZIZ XFRWZI Z ZOZMMZ.

En el misterio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

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