Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟘𝟠: ℂ𝕣𝕒𝕨𝕝𝕚𝕟𝕘 𝕓𝕒𝕔𝕜 𝕥𝕠 𝕪𝕠𝕦.

"I've dreamt about you nearly every night this week

How many secrets can you keep?

'Cause there's this tune I found

That makes me think of you somehow and I play it on repeat

Until I fall asleep, spillin' drinks on my settee

If this feelin' flows both ways?

(Sad to see you go) Was sorta hopin' that you'd stay

(Baby, we both know) That the nights were mainly made

For sayin' things that you can't say tomorrow day

Crawlin' back to you"

"Been wonderin' if your heart's still open

And if so, I wanna know what time it shuts

Simmer down an' pucker up, I'm sorry to interrupt

It's just I'm constantly on the cusp of tryin' to kiss you

I don't know if you feel the same as I do

But we could be together if you wanted to"

Do I wanna know? de Artic Monkeys.

"Johnny estaba frente a mí, mirándome atentamente, con aquella mirada penetrante que me hacía sentir temor e inseguridad, pero en esta ocasión, aquella mirada me tenía cautivada, aunque a la vez, me hacía sentir pequeña y frágil; realmente temía un poco de su mirada, ya que me preocupaba lo que aquella significaba, pero a la vez, también me excitaba.

Era algo extraño y magnífico como en mi interior, todo era una bomba de sentimientos que me hacían sentirme extasiada. Porque Johnny Evanson era un hombre misterioso, extraño y encantador, que me atraía de una forma tan peculiar. Y aquello era algo increíble, porque significaba que aquel hombre tenía poder hacia mí con una simple mirada o con su sola presencia.

La habitación cada vez se me hacía más pequeña, o tal vez, me estaba sofocando cada vez más. Tenía que salir de aquella habitación, pero no sabía dónde estaba la salida porque todo era oscuridad. Sin embargo, a pesar de aquella oscuridad, sentía la presencia de Johnny por su olor tan hechizante que me atraía. Era como magia, era algo escalofriante, que me hacía enloquecer.

—¿Qué haces aquí? —pregunté en un susurró tratando de moverme o salir de la habitación, pero no podía hacerlo.

Porque, por más que intentaba, la mirada de Johnny me lo prohibía y me mantenía en un sólo lugar, y, de igual forma, no encontraba una salida. Johnny, al parecer, esto lo tomaba como una forma de aprovecharse para acercarse cada vez más a mí, quitándome el aliento.

—Johnny, no deberías estar aquí —murmuré con nervios mientras tragaba saliva y limpiaba mis manos entre mis ropas por el sudor que había en ellas—. Es muy tarde, no quiero hablarle a la policía —dije tratando de sonar amenazante, pero fue todo un fracaso por el temblor de mi voz.

A Evanson parecía no importarle mis palabras, y más por la forma en que las dije. Entonces, el hombre comenzó a acercarse más y más a mí, hasta finalmente quedar a pocos centímetros de mi cuerpo. Los nervios aumentaban junto con el sudor y el temblor de mi cuerpo cuando me di cuenta que estaba pegada a la pared y ya no tenía otra salida.

El hombre sonrió divertido colocando sus manos en mis caderas pegándome a él y tomándome por la fuerza. Haciendo que sintiera su aliento pegar a mi piel.

—No lo harás.

El murmullo que salió de los labios de Evanson cerca de mi rostro, estremeció todo mi cuerpo, y más cuando sentí su frente estar pegada a la mía mientras sus manos sostenían con más fuerza mis caderas. Tragué saliva nerviosa, tratando de apartarlo de mí sin éxito, pero aquello era inútil. Él aun me tenía en sus brazos.

—No deberías estar aquí —susurré impaciente tratando de que se apartara de mí.

—Pero te gusta que este aquí —murmuró observando mis labios, para después, pegar los suyos con los míos, llenándome de éxtasis."

Abrí los ojos de inmediato, dándome cuenta que ya eran las cuatro de la tarde y que había dormido demasiado.

El sonido del timbre de la casa llamó mi atención. Así que, suspiré todavía somnolienta y froté mi rostro con mis manos frustrada agarrando mis cosas para cambiarme rápidamente, ya que el timbre seguía siendo constante.

Por la insistencia, sólo agarré una bata larga de tela delgada fina de color rosa pálido, y me la coloqué arriba de mi pijama, mientras me dirigía a la puerta peinando mi cabello con mis manos.

Bostecé estirando mi cuerpo por el cansancio dirigiéndome a la puerta para abrirla, y al momento de hacerlo, observé a Johnny que estaba frente a mí.

Era demasiado extraño tenerlo frente mío y más por el sueño que había tenido de él hace tan sólo unos minutos. Por ello, lo miré sorprendida, tratando de calmar el rubor de mis mejillas.

—¿Qué haces...? —traté de preguntar con nervios, pero el hombre se aproximó a mí.

Y tomándome por sorpresa, agarró mi rostro con fuerza para juntar sus labios con los míos en un beso que parecía ser tan desesperado. Al principio me espanté y traté de apartarlo de mí, pero por más que iba recorriendo mi boca, dejé de intentarlo y comencé a disfrutar del beso y de su calor.

Mi corazón se comenzó a acelerar mientras comenzaba a querer más de él. Johnny seguía pegado a mis labios y como pudo, cerró la puerta de la casa llevándome hacía el sillón de la sala, en donde, me acostó delicadamente manteniéndose arriba de mí, sin apartar sus labios de los míos.

Al parecer, él estaba tan centrado en mi boca que parecía ignorar que necesitábamos tomar aire, o tal vez era la única que comenzaba a quedarse sin este, ya que él no quería detener este beso.

El joven dejó de sostener mis mejillas con fuerza para comenzar a sostener mi cintura con delicadeza, tratando de apartar la bata de mi cuerpo. Mientras que mi mente se mantenía en blanco sin poder pensar bien lo que sucedía, porque mi mente sólo se enfocaba en seguir aquel maravilloso beso que estaba viviendo. Y, en ese momento, Johnny se separó de mí dejándome por fin poder respirar. De hecho, creí que sólo tomaría aire y volveríamos a juntar nuestros labios, pero Johnny se levantó apartándose de mí y dejándome sola en el sillón acostada.

Lo miré confundida sin entender su acción mientras que comenzaba a acomodar mi ropa, para después acercarme a él, pero este retrocedió asustado.

—Perdóname tanto —comentó con angustia—. No era mi intención.

Seguí mirándolo confundida y lamí mis labios nerviosa sentándome en el sillón fijando mi vista al suelo por la pena y la vergüenza que comenzaba a invadirme por la anterior sesión de besos que habíamos tenido, y peor aún, ¡sin habernos conocido!

—No creas que me arrepiento. Desde que te mire quería hacerlo, pero esto es incorrecto —dijo rápidamente sentándose en el sofá, para después sostener mis manos con delicadeza, para luego soltarlas y alejarse un poco de mí—. Yo no puedo...

—¿Por qué no? —cuestioné interrumpiéndolo, levantando la voz—. Creí que no te agradaba André.

Bien, eso no había sido de todo prudente de mi parte, pero mi corazón no dejaba de palpitar y mi conmoción seguía latente por aquel espléndido beso.

—No me agrada, pero yo estoy aquí para alejarte de él —aclaró de inmediato parándose del sillón y tomándome por sorpresa, y más que nada por sus palabras que me dejaron en shock—. Estoy aquí por eso, no para quedarme contigo.

Definitivamente, Johnny Evanson era un hombre muy extraño y más con los comentarios que decía. Enserio, ¿a qué se refería con ello? ¿dónde estaba Araíd?

Suspire mirándolo extrañada, sin entender completamente a este hombre, ya que, en ocasiones, solía ser tan extraño. Y peor aún, era extraño en los peores momentos.

—Aunque no me agrade André, te pido que pienses en él. —volvió a decir el hombre atrayendo mi atención, principalmente por cómo decía aquellas palabras; con preocupación y susto.

Solté un bufido y comencé a jugar con la tela de mi ropa tratando de evitar la incomodidad del ambiente, pero nada parecía quitarlo. Volví a mirar al hombre con el ceño fruncido tratando de descifrar que pasaba por su mente, pero por más que intentaba, no lo lograba.

Él era alguien extraño.

Fijé mi vista a sus manos y brazos dándome cuenta que no tenía la venda que le había puesta ayer. ¿Por qué no la tendría? ¿había venido a decirme sobre eso?

—Esperaba que me explicaras lo de hace rato en vez de besarme —aclaré refiriéndome a cuando se lastimó.

—¿De qué hablas? —cuestionó el pelinegro fijando su vista a mí.

—Ayer te cortaste y estuviste en mi casa —contesté restándole importancia—. ¿Acaso no te acuerdas?

—Estás equivocada, Eliane —aclaró mirándome confundido—. Sí, corte mis arbustos ayer, pero nunca me corte y nunca estuve en tu casa —mencionó mirándome a los ojos—. Mira, no tengo nada —confesó levantando sus brazos y sus manos, dándome a conocer que, en efecto, no había nada.

Coloqué una mano en mi boca sorprendida mientras mi corazón se aceleraba nuevamente con rapidez por lo que miraba. ¿Cómo era posible que no tenía ninguna cicatriz? Estaba segura de lo que había pasado. Muy segura.

—¿Estás bien? —cuestionó el hombre con preocupación y negué con la cabeza colocando mi mano en mi pecho tratando de calmar mi corazón—. Mira, yo olvidaré ese comentario y tú olvidadas el beso, ¿te parece?

Lo miré extrañada sin entender porque quería olvidar aquel beso, y el hombre pareció darse cuenta de mi desagrado porque soltó un suspiro y comenzó a caminar hacia la puerta, alejándose de mí.

—¿Te tienes que ir? —cuestioné extrañada, levantándome del sofá, acercándome a este, pero él no me miró.

—Debo de hacerlo —susurró a punto de abrir la puerta.

—No quiero que te vayas, ¿quieres quedarte a dormir? —ofrecí sin pensar y me mordí la lengua de inmediato.

Apenas eran las cuatro de la tarde y si aceptaba, iba a estar todo el día con él, y como si esto fuera poco, también pasaría la noche con él. Y eso era obviamente inapropiado.

Realmente no sabía con exactitud que pensaba Johnny, ni como actuaría y eso me causaba incertidumbre. Así que, tragué saliva nerviosa y comencé a morderme la lengua con fuerza sin apartar la vista del moreno, hasta que este dio la vuelta con una sonrisa.

—Acepto.

─✾───∆ ~ ✡ ~ ∆───✾─

Aunque parezca increíble e imposible, la tarde se me había pasado de inmediato y la incomodidad entre los dos, en ningún momento se hizo presente.

Johnny era muy simpático y divertido, además de que era un buen chef y sabía dar buenas conversaciones. En todo momento tuvo una historia para contar o dar a conocer, haciendo un buen ambiente entre nosotros, lleno de risas y de diversión. Incluso podía apostar que era un hombre muy inteligente y sabio, ya que parecía que toda su vida había estado estudiando.

En definitiva, todo había estado perfecto e increíble, hasta que llegó la noche. Y, aunque estaba el sillón de la sala, Johnny se negó en dormir ahí y yo no me negué a que durmiera conmigo, provocando una pequeña desconformidad entre los dos, pero, por desgracia, Johnny termino ganando diciendo que él era el invitado como para dormir en sofá. Y por eso, ahora ambos nos encontrábamos acostados en la misma cama, con una sola almohada separándonos.

Me sentía nerviosa, alegre y con miedo.

Nerviosa al estar tan cerca de un hombre como Johnny Evanson; alegre porque se podría repetir el momento de la tarde, e incluso algo más, pero a la vez también tenía miedo de que André se enterara que estuve con un hombre sola en una casa. Además, sin contar que, también me había besado con él.

Sólo había sido una vez, pero, aun así, había pasado. Por eso solté un suspiro nerviosa observando con atención el techo mientras trataba de eliminar el sudor de mis manos y trataba de crear saliva en mi boca porque la tenía tan seca por los nervios que me invadían ahora.

Esto era muy diferente a estar sola con él en la sala. Demasiado diferente.

—Eliane...

La voz de Johnny me sacó de mis pensamientos y no podía evitar sonreír mientras lo observaba por el rabillo del ojo dándome cuenta que estaba en la misma posición que yo; mirando el techo.

—¿Sí? —dije casi inaudible.

—Yo... me gusta mucho leer —confesó con duda, provocando que soltara una carcajada por lo inusual que había sido su forma de sacar conversación.

—Lo sé —aclaré con una sonrisa—. Bueno, lo suponía por todo lo que me dijiste hoy que sabías.

Johnny solamente soltó una leve carcajada alegrando el lugar y el ambiente.

—Me recuerdas a las criaturas que solían mencionar en los libros del océano —comentó y me moví de la cama para mirarlo, y este de igual forma se movió para vernos directamente a los ojos—. Esas criaturas que hipnotizaban a los marineros.

Lo miré con diversión negando con la cabeza sin creer lo que decía.

—¿Sirenas? No creí que pensarás en que existían esas cosas.

—Realmente ellas existían. Existen, mejor dicho. —se corrigió con una mirada divertida—. Son criaturas fantásticas y muy inteligentes. Y si te soy sincero, el concepto que hay de ellas es muy erróneo —aclaró haciendo gestos divertidos provocando que me sintiera una pequeña a la que le están contando un cuento—. Ellas tenían miedo a los hombres, a los humanos, mejor dicho. Y todas esas cosas de que ellas son malas, son falacias.

Terminó de decir mirándome a los ojos con intensidad mientras mantenía su sonrisa, por ello, cerré de estos soltando una carcajada.

Tenía que confesar que hubo un tiempo en el que creía en las sirenas, pero nunca había leído sobre esa ideología tan increíble y extraña a la vez. Sonreí nuevamente recordando mi niñez y como imaginaba a las sirenas y mis creencias que tenía de ellas, hasta que decidí juntar lo que decía Johnny con lo mío haciendo que un gran sentimiento de alegría me recorriera.

Tal vez la idea de Johnny Evanson sobre esas criaturas, era una descripción ideal.

Είστε ένα υπέροχο πλάσμα (Eres una criatura encantadora) —susurró mi vecino provocando que abriera los ojos y lo mirara directamente.

—¿Qué idioma es ese? —pregunté mirándolo con curiosidad—. ¿Qué otras cosas sabes hacer?

El hombre sonrió orgulloso mientras lo miraba asombrada. Tenía que admitir que estaba muy sorprendida del hombre, ya que él era una cajita llena de sorpresas: una que acababa de descubrir.

—Te sorprenderías si te dijera —contestó mostrando sus dientes con una enorme sonrisa.

Abrí la boca dispuesta a seguir interrogándolo, pero por más que intentaba, no podía decir nada, porque un extraño cansancio comenzó a invadirme.

—Descansa, ángel —susurró con ternura y quedé completamente dormida.

─✾───∆ ~ ✡ ~ ∆───✾─

Abrí los de inmediato asustada, dándome cuenta que estaba sola en la cama y en el lugar en donde estaba anteriormente Johnny, sólo había una nota. La cuál, agarré y comencé a leer con una sonrisa.

"Me gustó pasar la noche contigo. Fue increíble cada momento.

Espero pasar más noches así.

Atentamente, un amigo, JE."

Suspire con mi corazón latiendo rápidamente, manteniendo mi sonrisa. La nota podría ser insignificante para muchos, pero había provocado algo enorme dentro de mí..., hasta que me di cuenta de su despedida.

Esa despedida me recordaba algo.

Al instante, busque mi celular entre mis cosas hasta encontrarlo, para después buscar el mensaje y compararlo con la nota provocando que mi corazón se detuviera.

Era igual.

Corrí a la ventana de mi cuarto que daba a la suya esperando encontrarlo,
pero por desgracia, estaba cerrada.

¿Johnny era el mismo hombre que me había mandado ese mensaje amenazante?

Era más que claro que cuando recibí el mensaje él estaba despierto. No había dudas, pero tampoco tenía pruebas suficientes, sin embargo, si todo lo que pensaba era cierto, había cometido un gran error en haber pasado la noche con él. 

¿17-21-9-5-18-5-19 19-1-2-518 13-1-19 4-5 8-9-19-20-15-18-9-1?

4-5-2-5-18-9-1-19 13-1-14-20-5-14-5-18 21-14-1 3-15-14-22-5-18-19-1-18 3-15-14 10-15-8-14-14-25 17-1-19-1 19-1-2-5-18 20-15-4-15 19-15-2-18-5 5-12 16-1-19-1-4-15.

En el misterio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro