Vueltas, vueltas y más vueltas dentro de la cama. No lograba dormir y el cansancio se estaba adueñado de mi cuerpo, pero, a pesar de eso, no lograba descansar.

Cansada y rendida dejé de intentar dormir y agarré mi celular para poder pasar la noche, hasta que mis ojos comenzaron a arder por la falta del sueño y por el brillo del celular.

Anteriormente ya me había levantado a tomar mis pastillas, pero ni eso me ayudaba en mi insomnio. Comúnmente esto sólo me pasaba cuando miraba películas de terror, o cosas por el estilo; pero el día anterior lo había pasado como cualquier otro, y no había escuchado ruidos ni había visto nada antes de dormir que me provocará este insomnio.

Suspiré frustrada y seguí mirando las fotos de mi galería, ya que sólo eso podía hacer. No contaba con ninguna red social desde hace un año, y, aunque las extrañaba, ya podía vivir sin estar cargando el celular en todo momento.

Sonreí observando las fotos, ya que era bueno recordar viejos momentos y más porqué en cada uno de ellos estaba mi familia; la amaba y la extrañaba.

La foto que miraba en estos momentos fue cuando cumplí veinte años y todavía no conocía a André, ese año habíamos ido a un restaurante un poco costoso y elegante para festejar mi cumpleaños, y me la había pasado muy bien.

Continúe apreciando las fotos con más lágrimas bajando por mis mejillas, porque tenía que admitir que en ocasiones me arrepentía de haberme alejado de ellos, pues con ellos era tan feliz.

Mi familia era mi todo.

En momentos me gustaría ir a mirar a mi familia, pero no creía ser recibida; más que nada porqué había preferido alguien que no me merecía en vez de mi familia. Según las palabras de mi padre.

La última vez que los miré me dijeron que estaba demente si lo prefería a él. Y probablemente sea cierto.

André había recibido el odio de todas las personas que eran cercanas a mí, por ciertas actitudes que él poseía que eran inadecuadas, y eso era cierto, porque muchas actitudes de mi pareja eran incorrectas y malas, pero también con esa forma de ser se establecía y mantenía un orden perfecto en nuestra relación.

André era alguien incomprendido.

Bostecé cansada dándome cuenta que ya estaba delirando de más y miré la hora; ya eran las 3:35 am. Relamí mis labios dispuesta a dejar el celular en la mesilla de noche cuando este comenzó a vibrar mostrando un nuevo mensaje. De inmediato agarré mi celular esperando que fuera André o Samantha, ya que cualquiera sería perfecto para que me acompañara en la noche.

Así que prendí el celular y me arrepentí al instante al leer el contenido del mensaje.

"¿Crees que estás segura con tu pareja? ¿crees que estás segura viviendo en ese techo?
Realmente ignoras el hecho de que estás en gran peligro con la gente que te rodea.

Atentamente, un amigo."

Mi corazón empezó a acelerarse de forma inmediata y mis manos comenzaron a temblar. Ese mensaje no podía ser de André quien me jugará una broma o algo así, Samantha mucho menos, y ellos eran los únicos que sabían mi número de teléfono.

Inhala y exhala. Inhala y exhala.

Trataba de hacerlo, pero no lograba calmarme. Me levanté de mi cama, poniendo una mano en mi corazón tratando de guardar la calma.

Era cierto que tenía muchos problemas con mi estabilidad de salud y emocional, haciendo que cualquier situación de este estilo me alterará más de lo normal. Por eso, comúnmente tenía ataques de miedo y este era uno, lo malo era que estaba sola en ello.

Comencé a caminar de inmediato a la ventana, haciendo a un lado la cortina y abriendo de está, para encontrarme con Johnny sentado frente a la ventana en su escritorio escribiendo algo. Era cierto que era extraño y peculiar encontrarse a su vecino en la madrugada trabajando en algo, y probablemente eso lo podía hacer como alguien sospechoso, pero necesitaba hablar con alguien para relajarme y él era mi única opción.

La ventaja era que el hombre tenía la ventana abierta.

—¡Hey! —llamé tratando de atraer la atención del hombre con un tono de voz leve para no despertar a los vecinos, pero no lo logré. El hombre seguía atento escribiendo—. ¡Hey, Johnny!

—Ya es demasiado tarde, vecina —contestó sin dejar de ver el cuaderno en donde escribía—. Deberías descansar.

Bufé enojada por su respuesta. Aunque quisiera, no podía descansar, además, él también debería descansar.

—Digo lo mismo —dije colocando mi mano en mi pecho dándome cuenta que mi corazón se había calmado junto con mi cuerpo. Sonreí aliviada y me recargué a mi ventana mirando con atención y curiosidad a mi vecino—. ¿Qué haces?

—Nada.

Rodé los ojos frustrada por ese hombre. En los otros días él siempre quería platicar y hace unas horas él andaba muy juguetón, y ahora estaba de amargado.

Posiblemente estaba trabajando.

Miré el suelo manteniendo mis labios en una firme recta dándome cuenta de que era cierto lo que creía. A André no le gustaba ser molestado cuando trabajaba, probablemente Evanson sea igual. Pero, aun así, quería mantenerme cerca de él por si mi ataque volvía.

—¿En qué trabajas? —pregunté con una sonrisa—. Digo, somos vecinos. Creo que es importante saber en dónde trabajas y eso —mencioné esperando que el hombre me viera, pero nunca se animó a levantar la vista para observarme.

Y así permaneció el hombre, frustrándome en el proceso. Aun así, ya me estaba calmando un poco con su "compañía".

—¿Por qué tan callado tan de repente? —cuestioné divertida tratando de hacer que el otro Johnny volviera.

—¿Por qué tan interesada en mí? —preguntó con seriedad manteniendo su mirada en el cuaderno donde escribía.

Mi ánimo decayó al instante, ya que sus palabras habían sido muy duras para mi gusto. No me había sentido cómoda con su desprecio, y más porque no lo esperaba de él.

—Debo ir a descansar —dije sin más, apartándome un poco de la ventana. Esperando así, atraer su atención.

—Lo suponía.

Mordí mi lengua conteniendo las ansias de decirle cosas. Estaba actuando de una forma insoportable, pero al menos, agradecía que había quitado el ataque que había tenido.

Bufé y cerré con fuerza la ventana de mi habitación. Estaba claro que ya no quería hablarle, y ahora si hablaba enserio.

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Habían pasado los días y mi aburrimiento aumentaba. Mi novio había llegado de sus viajes y una nueva rutina había vuelto, aunque ahora tenía con quien hablar.

André casi todo el día se la había pasado hablando de su serie favorita, de deportes, de noticias, de sus viajes, entre otras cosas, pero comúnmente no le prestaba atención, ya que mi mente estaba enfocada en Johnny Evanson. Porque, aunque fuera extraño, desde el día del mensaje, ya no lo había visto ni había hablado con él, y eso provocaba que mi curiosidad sobre él aumentara.

Y, aunque debería estar más preocupada por el mensaje que por el vecino, pensaba más en Johnny. Ya que, aunque nuestras conversaciones habían sido breves y no nos habíamos familiarizado tanto, me daba curiosidad su presencia y su forma inusual de ser.

Posiblemente no conocía a muchas personas, pero él tenía algo en especial que me hacía creer que era diferente a los demás.

Suspire siguiendo con mi labor de lavar los platos mientras André platicaba sin parar. Mantenía mi mirada en esos platos hasta que levanté mi vista a la ventana que daba hacia el patio que había frente a mi casa. En realidad, no había mucho que ver en aquel patio, ya que no solía cuidarlo mucho, pero el de Johnny sí era interesante.

Había notado que últimamente él junto con su hermana comenzaban a cuidar de su patio, y les estaba quedando muy bien por las diversas flores que comenzaban a arreglar el lugar. Daba una buena vista y hacia hablar bien de ellos.

—El trabajo ha sido muy pesado, posiblemente vuelva a salir de viaje..., ¿me estás escuchando? —la voz de André me hizo volver a la realidad y baje la mirada continuando con lo que hacía.

—Sí amor, sólo que he estado pensando mucho —susurré—. Últimamente he estado sola, estoy acostumbrada a pensar, no en hacer plática.

André se aproximó a mí colocándose atrás mío y tragué saliva nerviosa esperando que este se alejara, pero él no lo hacía.

—¿Dónde están los vecinos de los que hablas tanto? —preguntó André provocando que levantará la mirada para mirar el exterior—. No los he visto.

Miré con curiosidad a Johnny que acababa de aparecer en el jardín junto con Araíd que estaban frente al arbusto con las flores rojas, que se localizaba cerca de nuestra propiedad.

—Están ahí, ambos. Son hermanos —aclaré con una risa burlona siguiendo con mi labor.

—¿Hermanos? —cuestionó con duda.

—Sí, son hermanos. Aunque no se parecen mucho que digamos —contesté mirándolo con una sonrisa divertida.

El hombre rodó los ojos y se apartó de mí saliendo de la cocina sin más. Provocando que soltara un suspiró y volví a fijar mi mirada a los vecinos, dándome cuenta que ahora sólo estaba Johnny cuidando de sus plantas provocando que sonriera.

Anteriormente había dicho que ya no pensaba hablarle, pero en estos días había pensado mucho en él y me negaba a dejar de hablarle. Entonces, sequé mis manos de inmediato y me dirigí a la salida de mi casa para ir con él.

Al abrir la puerta y comenzar a caminar hacia él, comencé a sentir como un ataque por los nervios me invadía, aunque, al sentir la mirada de Evanson hacía mí, está desapareció.

—¡Hola, Alanna! —saludó con una sonrisa cuando estaba cerca de él.

—Hola, Evanson —susurré colocándome frente a él. Aunque nos separaba su arbusto, lograba sentir su calor corporal—. Bonito día para cuidar el patio, ¿verdad? —comenté con una sonrisa tratando de hacer plática, pero realmente era mala para hacerlo.

—Todos los días son buenos para hacerlo, Eliane —aclaró Evanson de forma juguetona—. Es uno de mis pasatiempos favoritos.

—Se nota que es de tus favoritos —mencioné tocando una flor.

—Me gusta invertir mi tiempo en cosas positivas —comentó cortando la flor qué tenía en mis manos con unas pinzas haciendo que ahora la flor sólo estuviera en mis manos y no unida a ese arbusto—. Este es un clavel común, y es para ti —susurró y le sonreí tratando de calmar el rubor de mis mejillas.

No quería que se diera cuenta de que me había puesto roja por su detalle. Era vergonzoso, pero no me podía irme así sin más y no sabía cómo despedirme de él. No sabía qué hacer.

—Gracias —susurré con timidez y él soltó una carcajada.

—No es nada. También me gusta hacer música, cantar... cocinar —mencionó de forma seria tratando de continuar la conversación.

—Al menos tú lo haces —susurré y me miró atento—. Me refiero al invertir tu tiempo en cosas positivas.

—También podrías hacerlo tú —aclaró mientras yo olía del clavel—. Eres joven y no trabajas.

Suspire sin más escuchándolo. Samantha muchas veces me había dicho que quería hacer ese tipo de cosas y yo le decía que también me gustaría. Y, exactamente ella me contestaba lo mismo que Johnny. Definitivamente estaba harta de que me dijeran eso. Pero, después me di cuenta de otra cosa; yo no le había dicho que no trabajaba. Y aunque esto ya había pasado, esto se parecía a la vez que Johnny y Araíd mencionaron mi nombre sin que yo se los haya dicho.

—¿Cómo sabes que no trabajo? —cuestioné dando un paso hacia atrás entrecerrando los ojos provocando una risa del hombre.

—Eres un poco extraña, ¿lo sabías? —comentó con burla—. Lo digo por suposición. Siempre estás en casa.

Estaba a punto de decirle algo cuando el llamado de mi novio atrajo mi atención. Volteé de inmediato a la puerta de la casa observando como André estaba recargado en el marco de está.

—Me tengo que ir —susurré mirando nuevamente a Johnny y este bajo la mirada a sus flores—. En otros momentos te podría presentar a mi novio, es que creo que no está de humor ahora —comenté con nerviosismo atrayendo la atención de Evanson.

Este me miró de una forma extraña, que podría confundir con enojo o furia, pero no estaba segura de eso. Además, sus ojos tenían un brillo peculiar.

—No es necesario que lo hagas —mencionó con cara de fastidio—. No es el tipo de persona que me gusta socializar.

—¿Y cuál es tu tipo? —cuestioné enojada al recordar que tenía la misma actitud de mi padre al conocer a André.

Nuevamente el llamado de mi novio otra vez se hizo presente y bufé frustrada dándole la flor a Johnny, y está la aceptó enojado.

—Mi tipo son las personas como tú —confesó serio—. Deberías irte ya con él, o podrías sufrir graves consecuencias.

Trague saliva nerviosa procesando sus palabras y la forma en que lo había hecho. Comencé a retroceder, hasta darme vuelta y caminar rápidamente hacía el marco de la puerta donde estaba André.

—¿Qué hacías? —preguntó el pelinegro cuándo pasé a su lado sosteniendo de mi brazo con fuerza, pero me solté de inmediato.

—Estaba hablando —aclaré y él me miró extrañado—. Es el vecino —contesté restándole importancia, pero en mi mente las ideas no paraban de fluir.

—¿El vecino? —preguntó, pero yo lo ignoré. Dejándolo hablando solo.

¿Existía la posibilidad de que Johnny me escribiera ese mensaje en la madrugada, y por ello estaba despierto cuando lo vi? Probablemente era demasiado tarde para pensar en eso, pero la forma en que había reaccionado al mirar a André y lo que sucedió esa noche era extraño que no parecía ser una simple coincidencia.

Mi corazón comenzó a latir de nuevo y comenzó a faltarme el aire mientras me dirigía a mi habitación con mi mano en mi pecho.

Necesitaba respuestas.

Nota: Posiblemente sea demasiado pronto pero, ¿cuál sería el nombre para el shipp de Johnny y Alanna Eliane? 👀 Espero que me ayuden ♡

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En el misterio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧