ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙
𝕊𝕚𝕖𝕞𝕡𝕣𝕖 𝕙𝕒𝕔𝕖𝕟 𝕖𝕤𝕥𝕠 𝕖𝕟 𝕝𝕠𝕤 𝕗𝕦𝕟𝕖𝕣𝕒𝕝𝕖𝕤
En un banco en la ciudad, un grupo de ladrones intentaron robar millones de dólares del edificio. Dentro del banco los criminales estaban apuntando a los civiles con sus armas, mientras uno de ellos estaba dando órdenes al mismo tiempo de que hablaba por un radio.
- ¡oye! ¡ponlos detrás del mostrador! -ordeno el jefe a uno de los tipos que obedeció rápidamente moviendo a los rehenes, mientras él seguía hablando por la radio-ahora me has puesto en una posición difícil donde debo hacer algo que no quiero hacer...Mierda-exclamo enojado, dejando de hablar por la radio, al voltear se encontró con una niña no mayor de 13 años con un extraño uniforme escolar y antifaz en el rostro-oye. ¡vuelve con los otros! -le dijo a la niña creyendo que era una de los rehenes.
-oí un rumor-dijo la niña es voz baja.
- ¿Qué? ¿Qué dijiste? -pregunto confundido el hombre. La niña sonrió para acercarse al hombre el cual, igual se acercó esperando oírla mejor.
-oí el rumor, de que le disparaste a tu amigo-dijo la niña al oído del hombre, el cual sus ojos se volvieron blancos. Obedeciendo a la niña, el hombre se volteó apuntando su arma a su compañero, quien se encontraba gritando a los rehenes.
-oye... ¿Qué haces? -pregunto confundido el ladrón, al notar que le estaban apuntando con un arma. El jefe disparo al hombre en la pierna ocasionando que callera, presionando el gatillo del arma que traía en la mano. Otro niño con el mismo uniforme y antifaz, corrió rápidamente hacia los rehenes, elevando los brazos, creó un escudo verde brillante que los protegió de las balas.
Después se escuchó el sonido de vidrio rompiéndose. otro chico con uniforme y antifaz callo del techo hasta el mostrador, tomo rápidamente a uno de los delincuentes del cuello azotándolo en el mostrador, para después lanzarlo por la ventana del banco con una fuerza impresionante, ocasionando gritos de los rehenes.
- ¡las pistolas son para cobardes! ¡los hombres lanzan cuchillos! –grito uno de los chicos lanzando dos cuchillas que, de manera extraña, se desviaron de su curso dándole a uno de los ladrones que corría hacia él. El jefe se paró en el mostrador viéndose acorralados por los niños, rápidamente apunto su arma hacia ellos asustado por lo que hacen.
- ¡retrocedan! ¡fenómenos! -grito el hombre con miedo.
-cuidado ahí arriba, amigo-dijo uno de los chicos burlonamente.
- ¡retrocedan ya!
- ¿o qué? -pregunto la chica con diversión.
De repente detrás del ladrón, un niño apareció con una luz azul, asustando el ladrón que disparo rápidamente al niño, el cual desapareció antes de que le llegaran las balas. El mismo chico apareció frente al hombre, quien levanto la mano para dispararle, lo que no pudo suceder ya que, en vez de un arma, traía una engrapadora en la mano.
- ¡es una engrapadora genial! -dijo el chico con burla ante la confusión del hombre. El chico rápidamente le arrebato la engrapadora de la mano y lo golpeo con ella en la cabeza dejándolo inconsciente (o muerto) en el suelo. Otro asaltante corrió rápidamente hacia el chico, pero una luz verde lo mando volando por el aire, haciéndolo chocar contra una pared.
-tienes que fijarte en tu entorno-reprocho uno de los niños uniformados al chico con la engrapadora en la mano, el cual le dirigió una mirada divertida
- ¿Por qué? Para eso te tengo-pregunto con diversión bajándose del mostrador.
Los siete niños uniformados se encontraban enfrente de las puertas que conducían a las bóvedas del banco, el resto de los ladrones se encontraban allí. El niño más bajito del grupo miraba con nerviosismo las puertas frente a él.
- ¿de verdad debo hacer esto? -pregunto el niño, mirando a sus hermanos.
-anda, Ben. Hay más tipos en las bóvedas-dijo uno de los uniformados.
-entre más rápido terminemos con esto, más rápido nos iremos-alentó el chico que creó el campo de fuerza, poniendo una mano en su hombro.
-no quiero hacer esto-dijo el chico resignado con la cabeza gacha, entrando a la bóveda con los sujetos. Dentro de esta se escuchaban los estridentes gritos de los hombres, algunos disparos, pero principalmente se veían a través del vidrio de la puerta, unos gigantes tentáculos que destruían todo desde adentro. Después de que todos los ladrones hubieran muerto, el bajito niño salió temblando, con todo el cuerpo bañado en sangre
- ¿ya podemos ir a casa? -pregunto con voz temblorosa.
Afuera del banco se observaba como todas las personas encerradas, salían aterradas siendo atendidas por los policías afuera del edificio, justo después de ellos salieron los siete niños uniformados, parándose frente del banco. todos los reporteros les hacían preguntas y les tomaban fotos, mientras los niños sonreían orgullosos de lo que habían hecho.
-nuestro mundo está cambiando-anuncio con voz autoritaria, el señor Reginald Hargreeves parándose junto a los niños, captando la atención de la multitud-ha cambiado. Hay algunos entre nosotros que fueron dotados con habilidades que van más allá de lo ordinario. He adoptado a siete de estos niños-dijo señalando a sus hijos adoptivos-les presento a la clase inaugural...de Umbrella Academy-nombro finalmente, desencadenando la emoción de los reporteros que hicieron cientos de preguntas.
-señor Hargreeves...
- ¿Cuáles son las habilidades de estos niños?
-noticias del canal 9 ¿y los padres?
-fueron adecuadamente compensados-dijo el señor con seriedad.
- ¿se preocupa el bienestar de los niños?
-por supuesto, al igual que el destino del mundo-dijo el hombre con orgullo. Uno de los chicos se paró junto al de rulos castaños, pasando su brazo por sus hombros.
-gracias por lo de antes-le susurro al castaño, agradeciendo por haberlo salvado de ese tipo.
-para eso estoy-dijo el castaño sonriéndole al más alto, tomándolo de la mano. Los niños uniformados posaron para las fotos con una sonrisa en sus rostros, ignorando a una niña en alto de un edificio que se encontraba observando todo desde unos binoculares, añorando ser incluida por sus hermanos.
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Bien puedo hacer esto, solo tengo que entrar, soportar a mis hermanos hasta el funeral y seguir con mi vida. No es algo del otro mundo.
Me encuentro enfrente de las grandes y elegantes puertas de la casa, llevo un minuto entero apreciando el símbolo del paraguas grabado en las puertas. No había pensado que llegaría a volver aquí, hay tantos recuerdos que me están abrumando. No sabía cómo actuar y es algo que nunca me pasaba.
Tome una bocanada de aire, intentando huir de mis pensamientos, gire las perillas de las puertas para entraren a la casa. Un golpe de nostalgia llego en cuanto entre, todo se conservaba igual de lo que recuerdo, las mismas decoraciones, los mismos muebles, las mismas pinturas, la única diferencia es el silencio que reinaba.
-Xander-llamo una vos a mis espaldas.
Allison y Vanya se encontraban de tras de mí, Allison con una pequeña sonrisa con los brazos cruzados junto con la tímida Vanya, quien tenía la cabeza baja temiendo encontrarse con mi mirada.
-hola-conteste con el rostro neutro, al no saber que más decir.
-hola, me alegra que vinieras-contesto Allison acercándose, Vanya empezó alejarse intentando evitar cruzar palabras.
-igualmente...me gusta lo que hiciste con tu cabello-dije intentando romper el silencio. Señalando los risos rubios en su cabeza.
-gracias, tú te vez igual-bromeo con una sonrisa incomoda, refiriéndose a mi apariencia. El ambiente se está volviendo incomodo por lo que tuve que romper el silencio.
- ¿ya llegaron todos? -pregunte al no notar a mis demás hermanos.
-Luther y Diego se encuentran arriba, conociéndolos van a tardar en bajar-es cierto, esos dos no pueden estar en una sola habitación sin que mínimo se desate una discusión-el único que falta es Klaus, el cual no creo que venga.
-cierto-Klaus rara vez está en sus cables, por lo que no se puede esperar mucho de él-es un gusto verte-confesé acercándome para abrasarla.
-también es un gusto verte-contesto devolviéndome el abrazo-okey, yo voy a ver si esos dos no se han matado aún-dijo separándose, empezando a subir las escaleras. Iba a darme la vuelta, pero su voz me detuve-Xander. Te extrañe-confeso con una triste sonrisa. Antes ella y yo nos juntábamos mucho en nuestra juventud, pero cuando nos fuimos de casa empezamos a distanciarnos hasta perder contacto.
-yo igual-conteste de vuelta, caminando a la sala de estar, encontrando a mama en ella. Se encontraba igual que siempre, con su cabello rubio perfecto y su vestimenta que la hace parecer una mujer de los años 50.
-mamá-la llame, pero no contesto. Estaba sentada en un sillón frente la chimenea, contemplándola como si fuera lo más interesante del mundo- ¿mamá? -volví a intentar recibiendo el mismo silencio a cambio. Decidí no volver a intentar, es casi seguro que se estaba quedando sin baterías, cuando esto sucedo a veces no funciona correctamente. En cambio, dirigí mi mirada al retrato colgado en la chimenea, con la imagen de Cinco en ella.
Una mirada triste se instaló en mi rostro, han pasado quince años desde que se fue, estaba seguro que si viera su retrato lo odiaría y me diría algo como "el que pinto esto es pésimo, no me representa para nada" él siempre fue muy perfeccionista, recuerdo lo callada que se volvió la academia los primeros días después de su desaparición, nadie quería hablar, todos estábamos expectantes por si algún día volvía, incluso una vez en la noche descubrí a Vanya haciendo unos sándwiches por si llegaba, no tuviera hambre. Con el tiempo la esperanza se fue perdiendo.
El sonido de unos pasos me sacó de mis pensamientos, al voltearme pude ver a Luther y wow, él siempre ha sido algo grande, pero.
-mierda, estas enorme-exclame con los ojos abiertos por la impresión, Luther solo me miro con exasperación como si ya se lo hubieran dicho varias veces.
-vamos a tener una reunión sobre el funeral-explico ignorando mi comentario, Luther siempre fue el más apegado a papa, por lo que era obvio que iba a querer hacer algo en su honor. Lo único que en realidad escuche fue reunión ya que significaba básicamente, mis hermanos en una habitación hablando sobre papa. El único resultado de esto, es caos.
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-supongo que deberíamos comenzar-dijo Luther levantándose del sillón, nos encontrábamos en la sala de estar a petición de él. Diego y Allison estaban en dos sillas junto a la chimenea, Vanya y yo nos encontrábamos en un sillón frente a Luther, ella estaba en la orilla del sillón lo más alejada de mí. el único que hacía sonido además de Luther, era Klaus quien se encontraba al otro lado de la habitación, hurgando en la reserva de alcohol de papa-pensé que podríamos hacer una especie de funeral, en el patio, al anochecer-nos siguió explicando con coz monótona. yo solo seguía luchando contra el aburrimiento, no podía esperar para llegar a casa, dormir en mi cama, me pregunto si le he dejado suficiente comida a Lucifer.
- ¿papa tenía un sitio favorito? -pregunto una voz confundida. Supongo que me perdí un rato en mis pensamientos, la vos pertenecía a Allison quien miraba confundida a Luther.
-sí, bajo el roble-contesto como si fuera algo obvio- nos solíamos sentar ahí siempre. ¿ustedes no? –pregunto impresionado.
-yo solía evitar a papa cuanto pudiera, por lo que no estaba al tanto de lo que hacía o no hacía-conteste con un tono aburrido, encogiéndome de hombros. Luther me regaño con la mirada, como si mis palabras estuvieran irrespetando la memoria de papa, si tan solo me importara la memoria del viejo.
- ¿habrá refrigerios? ¿té? ¿bizcochos? -pregunto animadamente Klaus, caminando al centro de la habitación rompiendo con el ambiente serio-los sándwiches de pepino son lo mejor.
-no. Y apaga eso, Papá no permitía fumar-negó Luther, enfadado por la actitud de Klaus.
- ¿esa es mi falda? -pregunto Allison con una ceja arqueada, apuntando a la falda negra que Klaus traía puesta.
- ¿Qué? Ah, si-dijo Klaus mirando la falda negra para luego asentir con una rara sonrisa, metiéndose un cigarro a la boca-La encontré en tu habitación. Es un poco anticuada, pero...deja fluir el aire.
-te queda bien-le dije con el pulgar arriba, siguiéndole el juego. el solo volteo conmigo dándome una sonrisa divertida.
-gracias chiquitín-me contesto con un guiño juguetón, haciéndome reír.
-escuchen. Hay cosas importantes que discutir-interrumpió Luther con voz autoritaria.
- ¿Cómo qué? -pregunto diego de repente interesado en la conversación.
-como en la forma en que murió Papá-explico con las manos en las caderas, los demás parecían confundidos, yo solo rodé los ojos ante lo que insinuaba, Luther siempre buscaba en donde no hay nada que buscar.
-no entiendo. Dijeron que fue un ataque cardiaco-cuestionó tranquilamente Vanya a mi lado.
-si de acuerdo al forense.
- ¿no lo sabría? -pregunto irónicamente Allison al no entender a donde iba Luther con esto.
-en teoría-le restó importancia.
- ¿en teoría? –pregunte ya cansado con sus indirectas, conociéndolo va a culpar a una conspiración o algo así.
-solo digo que al menos algo paso-se excusó tratando de apaciguar el ambiente-la última vez que hable con papá sonó extraño-como si alguna vez no sonara así.
- ¡oh! ¡Quelle surprise! -dijo Klaus haciendo gárgaras con el alcohol, yo solo lo mire con asco ante lo que hace.
- ¿extraño cómo? -pregunto Allison ya queriendo que Luther llegue al grano.
-sonaba nervioso. Dijo que tuviera cuidado en quien confío-explico como si eso fuera razón suficiente. Ese fue literalmente nuestro mantra mientras crecíamos, papá era la persona más desconfiada que he conocido.
-Luther, era un viejo loco y amargado que estaba por perder la cordura-explico diego lentamente como si hablara con un niño, parándose de su asiento.
ya van a empezar.
-no. Él debe haber sabido que algo iba a pasar-negó Luther tercamente, para luego dirigirse a Klaus-mira, sé que no te gusta hacerlo, pero necesito que hables con papá-le pidió a Klaus, quien obviamente no está en las condiciones para hacer algo.
-no puedo solo llamar a papá al más allá y decirle: ¿papá podrías...dejar de jugar tenis con Hitler un rato y hacerme caso? –dijo Klaus con cansancio. En mi opinión, esto se está demorando más de lo que creí.
- ¿desde cuándo? ¡Es lo tuyo! -reclamo con desesperación.
-no estoy en el estado mental correcto-explico Klaus calando de su cigarro. Luther lo seguía mirando, esperando una explicación.
-esta drogado-afirme a Luther, cansado de su necedad.
- ¡exacto! -me señalo Klaus con emoción- ¿Cómo no lo están ustedes, escuchando estas tonterías? -pregunto en broma siguiendo con su cigarro.
- ¡desintoxícate! Es importante-exigió Luther, cansado de las tonterías de Klaus-y tenemos el problema del monóculo perdido.
- ¿a quién le importa un maldito monóculo? –pregunto diego con exasperación.
-exacto. No vale nada. Así que quien lo tomo, creo que fue personal-nos explicó con cuidado, como si esperara una reacción-alguien cercano a él, quien le tenía rencor- espera no estará insinuando...
- ¿adónde vas con esto?
- ¿no es obvio, Klaus? -pregunto diego con calma-cree que uno de nosotros mato a papá-acuso diego parándose frente a él. El silencio de Luther ante la acusación, fue la gota que derramo el vaso.
- ¡eso piensa!
- ¿Cómo puedes creer eso?
- ¿en serio?
-buen trabajo Luther. Así se lidera-dijo diego con altanería.
-no es lo que digo...
- ¡estás loco, hombre! ¡estás loco! -exclamo Klaus parándose enfadado.
-no he terminado...-quiso decir, con voz autoritaria.
-disculpa, voy a matar a mamá. Ya vuelvo-dijo Klaus con sarcasmo saliendo de la sala, siendo seguido por nosotros.
-no es lo que decía. Yo no...
-esto fue el colmo-interrumpí con enojo para salir de la sala. Luther siempre había sido un idiota ególatra, pero esta es la cúspide de su estupidez. Cada uno tomo su camino alrededor de la casa, estaba considerando ir a mi habitación, pero deseche rápidamente esa idea. después de irme me llevé cada una de mis cosas, cada prenda de ropa, cada pertenencia, lo único que había en ese espacio era una cama, por lo que decidí dar un paseo por la casa.
En mi camino no podía dejar de pensar en lo que había pasado, en el peso de las insinuaciones de Luther sobre la muerte del viejo. Y si tenía razón al sospechar de nosotros, razones no faltan, nuestro padre era una persona horrible, que experimento en niños solo para fines personales, recordar los entrenamientos todavía me causa escalofríos.
Fue una habitación la que me llamo la atención, era la oficina de papa. El siempre pasaba aquí la mayor parte del día, recuerdo que mis hermanos y yo pasábamos casi en puntillas frente la puerta para no ganarnos una reprimenda de su parte. Llámenlo curiosidad o nostalgia por romper las reglas del viejo, pero no pude parar el impulso de entrar a la oficina. En cuanto puse un pie adentro, sentí que iba a recibir un regaño en cualquier momento, pero todo quedo en segundo plano cuando observe con atención el cuarto. Había tantas cosas que gritaban "el viejo estuvo aquí", había muchos libros amontonados en su escritorio, un par de armas, un aterrador retrato de el mismo colgado en la pared. Pero lo que más me llamaron la atención fueron los comics enmarcados en la pared, todos con el mismo título "The Umbrella Academy"
Yo y mis hermanos solíamos leerlos para burlarnos de lo irreales que eran y como nos retrataban ahí. Allison siempre se molestaba de que la pintaran como la damisela en apuros, y cinco se burlaba de los poco inteligentes diálogos, pero por alguna razón a papá les encantaba, decía que era una muestra de su triunfo, por más irreales que fueran.
Iba a seguir hurgando en la habitación, cuando una melodía empezó a sonar en la casa, no pude evitar sonreír ante esa táctica de Luther. "I Think We're Alone Now" era la única canción que nos gustaba a mis hermanos y a mí por igual, solíamos tirar las inhibiciones por la ventana y bailar esa canción en nuestros cuartos, era la única parte del dia en que podíamos divertirnos sin peleas o entrenamientos. Lo intente, les juro que lo hice, pero es muy difícil no rendirse ante la voz de tiffany.
Sentía que no controlaba mis propios pies, los cuales estaban golpeando el piso al ritmo de la canción. Poco a poco sentí que todo desaparecía, mis preocupaciones, la ira, mi nostalgia. Todo mi cuerpo y mi mente eran mandados por esa canción. Ya nada importaba, que se jodan todos. Empecé a bailar como hace mucho no lo hacía, incluso tome una de las decoraciones de papa y la use como micrófono, puede sonar irónico, pero nunca me sentí más joven, bailaba con libertad y cantaba (horrible) pero emocionado.
Incluso me subí al escritorio de papa aun bailando al ritmo de la canción, estaba seguro que había pateado varias de sus cosas, pero daba igual. Sentí que ya nada me podía derribar.
De repente un fuerte estruendo sonó por toda la casa, ocasionando que la música parara, por las ventanas se veía una luz azul proveniente del patio. Mis hermanos y yo salimos de la casa, encontrando un extraño agujero azul que se empezaba a formar, salían rayos azules de este y ocasionaba una fuerte ventisca.
- ¡¿Qué es eso?! –grito Vanya al ver el vórtice, su voz apenas se escuchó con el ruido de viento.
- ¡no se acerquen! –advirtió Allison sujetando el brazo de Luther y poniendo el otro enfrente de mí, evitando que sigamos acercándonos a esa cosa.
- ¡parece una anomalía temporal! -nos explico Luther, sorprendentemente inteligente, mirando el vórtice azul-es eso o un agujero negro miniatura. Una de dos-cuando por fin creo que dice algo inteligente, suelta una estupidez.
- ¡qué diferencia Paul Bunyan! –dijo Diego con sarcasmo.
- ¡apártense! –grito una voz a nuestras espaldas, era Klaus que salía de la casa con un extintor en los brazos.
- ¡Klaus!, ¡¿Qué haces?! –le grite cuando corrió cerca del vórtice. Mi pregunta se contestó cuando aventó el extintor adentro de esa cosa- ¡¿Qué se supone que hará eso?!
- ¡no sé! ¡¿tienes una mejor idea?! –me pregunto volteándome a ver alterado, asustándose cuando otro rayo sonó haciéndolo retroceder.
- ¡todos detrás de mí! –nos gritó Luther cubriéndonos con su cuerpo.
- ¡si, detrás de nosotros! –dijo Diego poniéndose a un lado Luther, queriendo tener el mando. Les parece olvidar que soy el único que puede crear escudos impenetrables.
- ¡yo voto por correr! ¡vamos! –exclamo Klaus, queriendo huir de la escena. Quien lo culpaba, yo quiero hacer lo mismo. Todos parecían considerar la propuesta de Klaus cuando una figura se vio adentro del vórtice, era un hombre, de la tercera edad, que en segundos pareció rejuvenecer, para después caer con un ruido sordo al suelo, justo cuando el vórtice se cerró. La persona se paró del suelo dejando ver su rostro.
- ¿alguien más ve...al pequeño número cinco o solo yo? -pregunto Klaus perplejo, al ver a su hermano. Sentí un par de miradas de lastima en mi persona. De mi parte, mi mente estaba en blanco.
-mierda-soltó número Cinco al verse así mismo, pero cuando su mirada se puso en mí, parecía tan perplejo como yo, poco a poco se fue acercando. Yo seguía en shock, quería con todas mis fuerzas pellizcarme para ver si no es un sueño, pero mis manos no respondían. Ni siquiera noté cuando ya se encontraba frente a mí, solo lo hice cuando sentí una presión en mis labios. Me estaba besando.
Escuche ruidos de impresión de parte de mis hermanos, Cinco tenía sus manos en mis mejillas mientras me besaba. Eran cálidas, una calidez que no había sentido en años. Sentía que mi mente había estallado, quería llorar, quería gritar, quería abrazarlo, quería golpearlo. Cuando se separo de mí, pude ver sus ojos y en ese momento reaccioné.
- ¡Ow!, eso debió doler-exclamo Klaus al ver la escena frente a él. Cinco tenía su mano sosteniendo su mejilla mientras yo lo miraba con enojo.
Le había dado una bofetada en su estúpida cara.
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Esta historia está escrita por mí y editada por dos amigas con las que comparto esta cuenta.
Este capítulo fue más difícil de lo que creí, en especial la escena de acción. Pero bueno espero que les guste
-ℍ𝕒𝕤𝕥𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕝𝕒 𝕆𝕤𝕔𝕦𝕣𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕟𝕠𝕤 𝕝𝕝𝕒𝕞𝕖
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