Dios, esto dolió. La forma en que Beomgyu tenía tu cabello apretado entre sus dedos, atado tan apretado que el dolor te daba dolor de cabeza, y la forma en que su gruesa cabeza de pene se estrelló contra la parte posterior de tu garganta sin respiro presionó tus ojos con lágrimas, te mareó por la falta de oxígeno. No parabas de tener arcadas y dejaba a Beomgyu tan aturdido.

La forma en que Beomgyu tenía tu cabeza presionada contra la pared mientras te follaba en la cara como si no fueras un humano que necesitara aire te tenía la cara roja. Te dolía la mandíbula como si te estuvieran golpeando repetidamente y tus pulmones ardían de pánico por el aire. "Joder, tan bien por mi polla". Beomgyu gimió mientras presionaba tu cara contra su pelvis, los pelos recortados te hacían cosquillas en la nariz mocosa antes de que se retirara por completo y permitiera que el aire entrara en tus pulmones.

La forma en que tu cabeza cayó inmediatamente con saliva burbujeante manteniéndolos conectados, las mejillas, la barbilla y bueno, toda tu cara sucia en tu saliva. Tosías, desesperado por respirar, pero nadie te dijo que bajaras la cabeza. "Qué coño". Beomgyu maldijo antes de tirar de la cabeza hacia atrás y clavarla de nuevo contra la pared. Justo cuando ibas a abrir los ojos, Beomgyu escupió, un pegote de saliva se mezcló con el suyo y hizo que te doliera el corazón, pero también se te pinchara.

"Mantén tu puta cabeza quieta, aún no me corrí". Exige antes de volver a meter su polla en tu boca. La forma en que las lágrimas caían por tus mejillas y se mezclaban con todos los fluidos que ya ensuciaban tenías a Beomgyu tan cerca. "Dios, quédate quieto". Él gime antes de usar ambas manos para sostener tu cabeza, obligando a tu cabeza a recibir sus embestidas hasta que se detiene hasta las pelotas, obligándote a dar cada chorro de su polla. "Joder. Llévatelo todo, puta. Gruñe antes de retirarse y masturbarse el resto en la cara.

Tu garganta y tu cara ardían, tan sucias y sucias, violadas tan perfectamente a los ojos de Beomgyu, la forma en que tragabas a pesar de que sabía que no querías nada más que escupirlo lo hizo sonreír. Él sabe que te encanta que te traten como si no sirvieras para nada, pero eres demasiado linda. "Buen trabajo, vamos a limpiarte, bebé". Susurra mientras acaricia tu cuero cabelludo dolorido, pequeños gemidos te seguían cuando sus dedos rozaban un área sensible de tu cuero cabelludo. "¿Eso duele? Está bien, papá te tiene, yo te cuidaré ahora". Tu corazón, que tanto te dolía, revoloteaba. ¿No es tan dulce tu mejor amigo?

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