Adhara, amor mío. Los hermanos Riorson tendrán la respuesta que tanto buscas. No tengas miedo de las respuestas que te darán.
CORRESPONDENCIA NO ENVIADA DEL GENERAL BLAKE. ENCONTRADA EN EL DESPACHO DE LA GENERAL SORRENGEIL.

SAOIRSE RIORSON se sentó frente mío una semana después de la pelea que tuve con Arwen (la cuál me ignoraba), tenía altura e imponía respeto con sólo verla, su uniforme se ajustaba a su cuerpo y del lado contrario de donde bajaba la reliquia se veía un gran dragón tatuado, sus ojos al contrario de Xaden eran dorados y podía jurar ver unas motas lilas ¿O era azul?, tenía unos labios formados y cabello negro largo ondulado, al contrario de muchos cadetes ella solía llevarlo suelto incluso volando. Saoirse Riorson era preciosa, y estaba segura que nadie podía negar eso. Pero lo que tenía de preciosa lo tenía de despiadada y eso me asustaba un poco. Violet a mi lado apretó mi muslo.

— ¡Hola! —sonrió. Se sentó frente a nosotras con una sonrisa, tenía en la mano un plato con frutas, comió algunas antes de seguir hablando —. Xaden me comentó sobre tu encuentro con él. Y Bodhi por otro lado me comentó sobre tu pelea con Arwen. Lo cual también noté porque solían estar juntas —río con suavidad. Miró a Violet y pareció estudiarla —. Liam me ha mencionado que eres muy buena con los estudios. Eso es fantástico Violet —se acercó —. Pero me he dado cuenta que en los venenos eres letal —murmuró. Violet palideció y estaba segura que yo también.

—Yo... Saoirse...

Ella pareció encantada de la situación, acercó nuestras bandejas.

—Coman, tienen que entrenarse. Y tú no eres muy buena. Pero con un poquito de entrenamiento estoy segura que lo lograrás —señaló a Violet —. Y tú eres buena, pero muy temperamental y eso te puede jugar en contra muchas veces bonita —comió un poco más y se limpió —. Les haré una propuesta. Violet se entrenará con Liam, el cual es como un hermano para mí y le confiaría mi vida. Y tú Adhara, serás entrenada por mí.

Iba a negarme pero ella rió.

—No es una decisión, es una orden. Mañana su entrenamiento empezará antes de que salga el sol, para que puedan prepararse —sonrió. Tenía una sonrisa encantadora y pareciera que uno de su grupo parecía cautivado cada vez que ella hacía algo pero estaba segura que Arwen había mencionado que tanto Saoirse como Xaden estaban solteros.

— ¿Que sucede si me niego? —preguntó Violet. Saoirse parecía esperar esa interrupción, sólo se encogió de hombros.

— Para mí un problema menos, pero sinceramente no quiero que ni Arwen ni Liam sufran por tu ausencia pequeña Sorrengeil. Pareces agradarle a mis hermanos y realmente no me gusta interferir en las relaciones esa es más obra de Xaden y Garrick. No eres débil Sorrengeil pero te falta entrenamiento para fortalecer esos músculos y que esos huesos se rompan menos. Y no lo lograrás si lo haces con tu amiga —me señaló —, que trata de evitar que te rompas un dedo y con tu amigo raro —señaló a Dain—, que desea que te vayas con los escribas. Ustedes no son santo de mi devoción, pero en este momento están siendo una pequeña piedra en mi camino y eso me molesta. Usualmente a esas piedras las acabo con algo de ayudita de Kaelen pero está vez prometí hacer las cosas de manera diplomática. ¿Está funcionando no? ¿Que dicen?

— ¿Por qué tengo que confiar en tu palabra? —pregunté. Ella apoyó su rostro en su mano.

—Porque aún estás viva ¿No?

Violet me miró.

Ridoc se encontraba vendando las manos de Arwen mientras que Rhiannon lo hacia con Violet. Habíamos comenzado el entrenamiento del Guantelete y con suerte habíamos podido terminar, el único que parecía hacerlo con éxito había sido Sawyer el cual era su segunda vez haciendo primer año luego de que ningún dragón lo eligiera el año anterior. Me acerqué a Arwen algo dudosa, Ridoc me miró y asintió para que pudiera conversar con ella. Su rostro estaba serio, y la sangre ya había pasado la primera capa del vendaje, me acerqué para arreglarlo.

—Lo siento —dije incapaz de mirarla. Mis músculos dolían luego del entrenamiento con Saoirse —. No quería decir las palabras que dije, pero aún así lo hice y estuvo mal.  No quiero que nuestra amistad termine Arwen.

—Yo tampoco quiero eso Adhara —ambas nos miramos y sonreímos. Arwen me abrazó con fuerza, reí ante su tacto —. Te extrañé.

—Yo igual Arwen.

Xaden estaba un poco más allá, ambos nos miramos y pude jurar ver un atisbo de sonrisa. Arwen siguió mi mirada y río.

— ¿En serio? ¿Que tienen ustedes con los marcados? —murmuró para luego señalar a Violet y Liam hablar.

— ¿Acaso Bodhi no es Marcado?

Arwen se sonrojo y me empujó levemente.

—Y sólo para evitar confusiones, Riorson no me gusta.

—Obviamente no te gusta Saoirse, te gusta Xaden —dijo. Negué con una risa. Ridoc se acercó y dejó un brazo sobre el hombro de Arwen.

—Ustedes... ¿En serio no tienen nada? Son tan... Unidos.

Ambos parecieron horrorizados.

—Por Dunne, ¡No! —negó Ridoc.

—Mejores amigos —corrigió Arwen —. Ridoc un día apareció para preguntarme si de verdad tenía la marca en el brazo y pregunto si podía tocarla, lo dejé. Nuestras manos se tocaron y por el mismísimo Zihnal encontramos un pastel de chocolate.

Espera, estaban hablando del pastel de chocolate que con mucho esfuerzo había conseguido. Malditos idiotas.

— ¡Ustedes se comieron mi pastel de chocolate!

Ambos se miraron.

— ¿Era tuyo? ¿Cómo vamos a confiar en ti Blake? —dijo Ridoc —. Nuestro pastel tenía chispitas.

— ¡De colores! —agregó Arwen. Ahora quería matarlos más.

—Era. Mío.

—Oh...

Sí, ahora entendía su conexión cósmica. Eran tal para cuál de idiotas.