PRÓLOGO
ঌ𝐸𝐿 𝑆𝑂𝑁𝐼𝐷𝑂 𝐷𝐸𝐿 𝑆𝐼𝐿𝐸𝑁𝐶𝐼𝑂 ࿐
Lentamente empezaba a moverme de la cama, queriendo seguir con la postura en la que estaba descansando, no me percate si aún seguía siendo de día o las horas del día, solo los abrí por unos segundos notando que recién estaba saliendo el sol, creo que estaba amaneciendo yá, había dormido por un largo rato luego de... Luego de... Vaya, no recordaba nada del ayer, con el sueño aún manifestándose en mi, me levanté de la cama aferrado al pequeño mueble de la cama de a lado.
Había un sereno silencio en el cuarto, pasé mis manos por mi largo cabello dejándolo aún lado como si tuviera un fleco, opinaba que se miraba genial en mí. Restregaba con ambas manos mi decaído rostro solo con el tallar de mis ojos podía aclarar mi vista nublada, sentado en la orilla de la cama con la mirada hacia el suelo, revisé mis manos curioso pero a la ves rara razón ya por incomodidad, más las sentía calientes, inquietas y adoliridas.
Ya hacía un buen rato desde que estaba levantado de la cama, miré a mi alrededor observando la habitación en la que me encontraba, estaba en mi habitación, en una habitación bastante infantil, las paredes eran decoradas con muchas hojas con diversos dibujos los cuales creí que serían míos, digo que creí que eran míos ya que los dibujos estaban raramente firmados, con el nombre de quién sabe, tomé uno de ellos admirando el retrato realizado.
En la hoja se mostraban a una familia conformada por 4 personas, un hombre de una edad algo avanzada, con el vestuario diría que este era como un doctor o no se cómo describirían a una persona por una bata blanca, junto a una bella mujer de color, con unos enormes y llamativos ojos algo mal coloreados, que tonto me sentía al juzgar el trabajo de un niño.
Hablando de niños, habían dos niños, un niño y una niña, la niña siendo cargada por los brazos de la mujer, mientras que el niño sostenía la mano de su padre, yo no recordaba haber emprendido un dibujo así, nisiquiera recordaba el día de ayer, honestamente mi cabeza estaba en blanco, lo único que recorría por mi mente y estaba seguro era el fuerte viento que escuchaba a las afuera de la casa.
Tomé la hoja guardandolas entre mis bolsillos, abrí la puerta salvajemente, no se por que había echo eso pero por alguna razón quería llamar la atención de alguien de la casa, pero nisiquiera los pasos de una persona acercándose a la habitación escuché, solo el fuerte aire emitido de afuera era el que sonaba. Merodeando por la casa que antes de mencionar otra cosa, estaba dudando está vez sobre el sitio y creo que estaba seguro que está no era mi casa.
No había visto ninguna pertenencia que despertara mi interés o recordara en que o en dónde lo había obtenido, todo era desconocido para mí y más al haber llegado a lo que pareciera la sala de estar, la sala estaba en completo silencio, ninguna presencia en la casa había notado, algún ruido de acá, pasando a ver todas las fotos de la sala dónde una de ellas llamó toda mi atención.
En la foto se mostraba la imagen de un perro, si sabía por qué me había llamado la atención por en mi mente hacia memoria o pensaba en ello y si estaba seguro que el perro lo había visto en algún sitio, tomé la foto colgada de la pared, se que son fotos familiares pero si no es mi casa pues no tengo problemas en robarme la foto del perro.
Obteniendo la foto en mis manos empezaba a inspeccionar cada extremo de esta, por alguna razón la imagen me empezaba a dar inquietudes no solo en mi cuerpo, también mentalmente, creo que yo no debería de estar aquí, metí la foto entre mi camisa dándole un par de dobles para que no me incomodara, vaya, no me importó que la foto fuera de alguien, solamente la tome sin preguntar.
Antes de salir de la casa, entre la entrada de la puerta habia un enorme espejo, pasando frente al espejo pude chequear mi cuerpo, mi... ¿Viejo cuerpo...? Esto no era lo que miraba, estaba impactado, muy impactado sin creer que lo miraba ante el espejo, yo era un adulto, soy un maldito adulto, ¿Pero que tanto hice el día de ayer para no recordar nada el día de hoy, tenía barba, mi cabello natural pero estaba grande, parecía que no me lo había cortado en mucho tiempo, físicamente diría que estaba bien pero a la vez no, yo no tenía idea que me vería tan así de jodido.
Tenía enormes ojeras, mi camisa rasguñada de las mangas largas, pero que demonios me estaba pasando, rápidamente me aparte del espejo, golpeando y jalando de mi cabello, tratando de hacer memoria del como había llegado hasta la casa de un desconocido.
¡Estoy enloqueciendo!.
Salí de la casa dándole una fuerte patada cayendo en un suave césped delante de muchos objetos tirados al rededor, miré con mucha confusión pero a la vez desesperado a mis alrededores solo para toparme con un vecindario callado, observaba a los costados en busca de alguna persona que pudiera ayudarme a ubicarme, no estaba en "si". Me dirigí a la carretera en busca de algún auto que pasara por el lugar, tal vez un motociclista, un camión, un taxi, o una señal de alguien pero tenía que ser de una persona.
¿En verdad estaba pasando esto...? Me sorprendió ver las calles desoladas, el sonido del silencio era algo incómodo de presenciar, te hacía pensar que estás solo en el lugar aunque con todo este ambiente podía afirmar que lo estaba.
Me arrodille en medio de la carretera con la mirada al frente viendo hasta el fondo de la carretera, no había ningún movimiento en ninguna sola casa, todo estaba tan silencioso, tan quieto, tan solitario y tan misterioso... ¿Pero que está pasando? ¿Que estoy presenciando? ¿Por qué de repente la ciudad estaba tan callada?, Debía por aclarar que estaba en las típicas calles donde casas son separadas con sus respectivos jardines dividendolas así con cercas, con un espacioso jardín apuntando al frente de la carretera, por lo que me dejaba visualizar y tal vez así podía lograr ver la presencia de alguien.
— ¿Pero que paso...? — mi voz sonaba como la de una persona ronca, llevé mis manos a mi cuello sobando por todo el alrededor, me ardía la garganta pero no tanto como para quejarme mucho —.
Bien, esto tal vez tenía una explicación, debía buscar respuestas para esta situación, unas que tuvieran sentido, no como por ejemplo, había llegado el día como lo dice la biblia, el arrebatamiento, eso no tendría sentido ya que habrían más personas como yo, pecadoras, una parte de mi se ofendió pero la otra también sabía que era verdad.
Seguramente las personas habían sido evacuadas por la noche y no me había dado cuenta, no, esa menos, eso no explicaría nada que había despertado en una casa de una familia desconocida.
Basta de pensar.
Me levanté del suelo seguro de la siguiente conclusión que se me acabada de ocurrir ya que está tenía más sentido y las probabilidades eran tan altas, esto era un sueño, simplemente estaba soñando, este lugar no lo conocía en primer lugar, en ninguna de las casas podrían a ver personas ya que si es un sueño sería obra de solamente de mí imaginación, claramente estaba teniendo esos tipos de pesadillas dónde estás solo sin el acompañamiento de alguien y sobre todo estar en lugares extraños.
Quería estar completamente seguro que estaba viviendo solamente un sueño sin sentido, diría que este sueño es bastante raro, si los sueños tienen un significado o aveces te suelen avisar cosas, ¿Que significado tendrá el mío y que me estará diciendo? No hay nadie a mi alrededor más que solo yo caminando por la solitaria carretera.
Pasaba de auto en auto en busca de objetos que me ayudarán en este instante, la mayoría estaban realmente vacíos, otros nisiquiera tenía sentido registrar ya que estaban quemados, cosa que me llamo la atención.
Caminé por varias calles, cuadras, casas, sin señal de alguna persona, sin ningún sonido por escuchar más que mis pasos que sonaban por el caluroso suelo, el cielo estaba tan despejado que el sol emitía unos fuertes rayos que la piel la iba sintiendo a una temperatura fea, ¿Cómo puedo estar sudando en un sueño?.
— Necesito hidratarme... — Me dije acercándome a una de más casas con la puerta abierta — Agua, agua, agua...
Me acerque a la cocina de la casa, está vez estaba tan desesperado por probar del agua aunque no tuviera sabor, acerque mi boca al grifo empezando a tomar con desesperación mientras que a la vez limpiaba mi rostro caliente.
Cada gota de agua chocando contra mi rostro me hacía jadear de la desesperación no solo por la enorme sed que sentía, si no por lo que estaba pasando, el no encontrar a una persona me haría volverme loco, necesitaba despertar ya de este loco, raro y sin sentido sueño.
Terminando de tomar la suficiente agua me estiré al refrigerador de la cocina en busca está vez de algo de comida, necesitaba tener algo en el estómago si iba seguir avanzando, entre muchas cosas que miraba en el refri pude encontrar un plato con trozos de pizzas, estaban algo frías pero a estás alturas ya no me importaba como estuviesen, me comí una tras la otra de manera rápida incluso hasta chupaba mis dedos de los restos que quedaban, se me hizo tan raro el poder saborear la comida, si esto era un sueño no tenía por qué sentir cosas adentro como el cansancio, dolores o el sabor de la comida, normalmente sueles tratar de comer algo en sueños pero simplemente no puedes, o cuando masticas te das cuenta que solo haces la mueca mientras duermes y en realidad no comes nada.
Por acciones desesperadas túbe que registrar la casa tomando un par de cosas para sobrevivir, que digo un par, fueron muchas cosas, tomé una de mochila táctica que había en una de las habitaciones de la casa, con eso metiendo un par de botellas de aguas, me serviría mucho estar con solo bebidas, de la comida pues no había mucho que decir, había solo latas de atún y yo odiaba esas cosas.
No tuve de otra más que llevarme las latas de atún, la cosa no era que tanta comida podía llevar, solo tenía que mantener mi estómago con algo de comida o no sobreviviría.
Me detuve por un rato al momento te salir de la casa, la mochila me incomodaba por las posiciones en las que estaban colocadas las latas de comida, mientras bajaba y registraba note algo en el ambiente, era que el cielo empezó a tornarse a un color oscuro, la mitad del cielo estaba claro mientras que en el otro estaba nublado pero de un tono tan oscuro y tenebroso y lo peor no era eso.
Del camino de donde yo había venido merodeador, al fondo pude ver una enorme pared de niebla, la niebla alcanzaba una altura tan alta que con decir que parecía ser como un tsunami pero con la diferencia que se trataría de la niebla, no recuerdo haber visto el cielo tan oscuro al salir de la casa donde había despertado, el enorme muro de niebla se desplazaba cálidamente por todo el lugar cubriendo cada cosa que llegara a tocar, era tan escalofriante ver cómo avanzaba.
Corrí alarmado hacia un camión situado en un jardín destrozado, estando sobre el pude aclarar la situación, la niebla cubría cada extremo de dónde viera, no importara que lugar fuera a ver, la niebla lo estaba cubriendo todo a una velocidad increíble, era como el agua, se desplazaba rápidamente pero no a esa misma velocidad, hagan de cuenta que le pones camara lenta a una ola a unos cuantos puntos, se desplazaba de esa manera, para mí suerte el camino que tomaba estaba libre y con el cielo despejado, solo debía de caminar al frente y tal vez así solo podía esperar a que la niebla se disolviera.
Con el nuevo plan en mente, empecé a trotar a un ritmo que pudiera alejarme poco a poco de la niebla, no debía ir con tanta prisa si solo se trataba de niebla, seguro un mal clima le esperaba este día, el trotar jamás había sido tan espectacular, tal vez por qué están en medio de la carretera con el camino libre sin el molestar de alguien más que solo de mí, tanta fue la emoción que gritaba y llamaba por nombres aleatorios pasando cerca de las casas.
— ¡¿Se encuentra un tal, Carlos, en esta cuadra?! ¡¿No?! ¡Tal vez una chica llamada Lucía! ¡¿Tampoco?! ¡Pues que mal!
Llámenme loco pero loco ya lo estaba desde que abrí los ojos y me di cuenta que las personas habían desaparecido.
__________TIEMPO DESPUÉS__________
Estube tan equivocado sobre la niebla sobre su desplazamiento, la niebla cubría toda la ciudad, inclusive caminando al frente pude ver a lo lejos como otro muro de niebla se desplazaba rápidamente por los enormes edificios, había estado corriendo por mucho tiempo, diría que fueron un par de horas, 2 horas, si, estaba seguro que fueron 2 horas, mi comida se había agotado, bueno, mejor dicho las botellas de agua ya que había estado deteniendome a tomar de ellas.
El tiempo y las ideas se me estaban agotando, está vez no tenía escapatoria sobre la niebla, está vez me aterraba saber que era lo que había del otro lado de ellas, me imaginaba en lo peor, cosas raras, monstruos, o tal vez la nada, un gran vacío donde desaparece si llego a caer en ello.
— ¡Mierda, se me acaba el camino! — grite aterrado al ver cómo la niebla del frente empezó a devorar el edificio — ¡No puede estar pasando!
¡Estoy tan aterrado!
El edificio había desaparecido de un solo parpadeo, nisiquiera había sido cubierto por completo, al verlo y al mismo tiempo parpadear este edificio había desaparecido, literalmente había sido de un abrir y cerrar de ojos. Me di la vuelta rápidamente aterrado por lo que la niebla mostraba, corrí hacia la única vía que me quedaba, la carretera apuntaba en línea recta hacia una subida que dirigía a quien sabe que lugar.
La escena me recordó a un suceso de la biblia parecido, el mar fue partido en dos, estaba pasando exactamente lo mismo con la niebla, el único camino que me quedaba era correr por la carretera hacia la subida, la niebla parecía haber bajado su velocidad de desplazamiento.
Me armé de valor y empecé a correr desesperado hacia la subida de la carretera, volteaba a ver a mis costados en busca de algo que tal vez pudiera ayudarme en acelerar mi pasó, sin darme cuenta me había pasado por una bicicleta tirada en el suelo, al recordar esa imagen en ese mismo segundo me detuve por completo.
Decidí regresar por la bicicleta que por lo que podía decir que era la única esperanza de salvar mi vida, al instante de llegar a levantar la bicicleta, ví algo que atrajo toda mi atención al fondo de donde yo había corrido, 2 cuadras al frente empecé a escuchar el fuerte golpe de algo impactando contra un objeto, lo pude escuchar ya que como anteriormente lo dije, no se escuchaba nada en todo lugar que yo estuviera, así que pude darme cuenta del fuerte golpe, la niebla del costado donde miraba empezó a unirse rápidamente dejándome en medio de la niebla, quise seguir corriendo y escaparme de la niebla pero el golpe había atraído mi atención y si se trataba de alguien, no podía avanzar así.
— ¡Corre, quien sea que este en la niebla corre hacia mi! — grité a todo pulmón dándome la vuelta junto a la bicicleta —.
La niebla como si conspirará empezó a tornarse un color negro, el enorme tamaño de esa niebla y su color me hizo lagrimear del terror, por lo que deje de esperar a lo que estuviera detrás mío, empecé a bicicletear lejos del cierre de la niebla, se estaban uniendo justo detrás mío haciendo que su tamaño fuera grande de su estatura, para librar más peso túbe que empezar a sacar cosas de la mochila.
En el proceso y por un descuido me impacte contra un auto que estaba en medio del camino, mi cabeza había dado un fuerte impacto contra el cristal haciendo que me quedarán pedazos de cristales rotos en mi rostro, fui ahí cuando pude notar algo que provenía de mis espaldas, al levantarme y ver por el retrovisor izquierdo note como una sombra se formaba en la niebla.
Voltee rápidamente a verlo mientras levantaba la bicicleta dañada, se trataba de un perro, por extraño de suene me alegre de ver al perro correr hacia mi, había atraído también su atención y parecía que el también estaba escapando de la terrible niebla, el perro se encontraba gravemente lastimado, corriendo entre 3 patas ya que la otra parecía tenerla lastima trayendola colgada, saque la basura que traía en la mochila táctica, gracias al cielo y el perro llegó hacia mi.
Olfateo con desesperación la mochila y supo lo que yo quería que hiciera, era meterse en la mochila y llevarlo de espaldas mientras manejaba de la bici, al principio fue algo pesado manejar la bicicleta y más si se trataba de camino arriba, estábamos tan cerca, solo era de pedalear más y lograr subir el camino, ese fue el reto que me propuse hacer, levanté mi cuerpo del asiento de la bicicleta y empecé a pedalear con más ganas tambaleando de un lado a otro esperando ser más liviano al subir cada vez más.
La niebla por desgracia nos logro alcanzar pero la suerte fue que había logrado llegar a subir el camino, fue por un segundo cuando ví como la bicicleta empezaba a perder su color, con ojos de terror pude ver cómo está de iba haciendo más pálida y transparente, la niebla estaba cubriéndonos aún y creí que si al subir de este camino abría uno rumbo abajo, y creanme que así fue pero la cosa era que estaba lejos de nosotros y era al frente, la bicicleta dejo de parpadear y fue recuperando su color.
Creo que esto sería lo más raro, aterrador y confuso que había visto en este día, si nisiquiera recordaba cuál era mi nombre y mucho menos que fue lo que había echo el día de ayer, estaba tan perdido en mis pensamientos y a la vez concentrado en escapar de la niebla, estando en altura alta por la carretera pude ver a los lejos como se mostraba la neblina cubriendo el resto de edificios y estos por arte de magia desaparecían al instante.
El perro que llevaba detrás mío empezó a soltar muchos chillidos seguido de eso moverse con desesperación como que si quisiera escapar de una vez por todas del sitio, entendía su lugar y lo único que podía hacer era pedalear hasta llegar camino abajo, eso nos daría algo de velocidad para escapar de la niebla que se cerraba con nosotros dentro.
Estaba tan cerca, pero tan cerca de llegar al otro extremo de la carretera donde el caminó nos llevaría rumbo abajo, con las pocas fuerzas que tenía empecé a pedalear y incline mi rostro al frente, estaba tan desesperado por escapar que empecé a desafiar a las leyes, si tal vez me inclinaba más perdería todo el peso y me iría en cuestión de segundos pero era obvio que no funcionaría y menos con el peso del perro a mis espaldas.
— ¡Si, solo un poco más, lo vamos a lograr amigo! — exclamé con desesperación al llegar hacia el camino — ¡S-si... ¡No, no, no, no!
Mis esfuerzos por correr de la niebla, mis esfuerzos por pedalear de la niebla, mis esfuerzo por creer que iba a lograr fueron en vano, no entendía que clase de escenario estaba viviendo pero fuera lo que sea, era toda una mierda. Habia estado seguro de ver el camino hacia abajo libre, libre de la niebla, pero por pura casualidad, de pura puta casualidad apareció otra enorme pared de neblina al frente mío, está nisiquiera se movía, solamente estaba ahí como si se tratara de una maldita pared, no se movía para nada.
Mi camino había llegado hasta ese punto, empecé a desender rápidamente del camino, no podía frenar ya que lo más seguro era que terminaría muerto por el fuerte impacto contra algún objeto del camino, el perro de mis espaldas dejó salir un fuerte aullido interminable, se había quedado aullando hacia la niebla, yo por mi lado solo opte por dejar de pedalear que los pedales dejaron a mis pies afuera por su velocidad.
No sé que clase de sueño este viviendo o si esto no es un sueño entonces que era, por qué de repente las personas de mi alrededor desaparecieron de un día a otro y si fue así entonces que clase de destino me espera al ser el único humano aquí.
ঌ𝑃𝑅𝑂́𝑋𝐼𝑀𝐴𝑀𝐸𝑁𝑇𝐸 ࿐.
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