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Jimin no podía creer lo que estaba pasando, Yoongi su Yoongi se estaba entregando como si fuese cualquier cosa a las manos de Giordano y nadie hacia nada.
Jungkook no hacia nada, Jin no hacia nada, Ni Wonho ni Jackson hacían algo, tampoco Hyung Sik ni Seo joon.
Solamente Hoseok quien se había ofrecido a ir con él más que todo porque Jimin se lo suplicó.
—Pero Yoongi por favor es una trampa, si vas con ellos seguro van a matarte. —Jimin lloraba sin querer soltarse de Yoongi, no podía permitir que él hiciera algo como eso.
—Jimin Jiminie bebé, escúchame si, amor bebé óyeme, Mírame...—Yoongi trataba de que Jimin levantara su rostro. —Yo iré y sólo así podre matar a ese hombre que no nos dejará vivir tranquilos, lo mataré y volveré aquí contigo amor, con nuestros pequeños, a nuestra casa. Te lo prometo que voy a volver.
Maximiliano esperaba cerca del avión no comercial que estaba escondido en una de las bodegas que los llevaría a Italia.
—Min no son vacaciones, ya es hora. —Habló mirando su reloj en su muñeca.
—Jimin debo irme no te preocupes por mí yo volveré, y Hoseok va conmigo él me va a cuidar.
Jimin lo soltó y se limpio las lágrimas con el dorso de su brazo, no podía hacer nada, solo él no podía convencerlo de no ir así que simplemente no podía hacer nada.
—Volverás vivo Yoonie... juralo. —Susurró.
—Lo juro bebé volveré por ti.
Jimin levantó el dedo meñique en el aire.
—¿Por la garrita?
Yoongi sonrió un poco y también levantó su dedo y lo enlazó con el de Jimin.
—Por la garrita.
Jimin volvió a abrazarlo esta vez más fuerte y Yoongi buscó sus labios para besarlo antes de marcharse.
—Te amo bebé nunca lo olvides.
Jimin sonrió mientras oprimía su pecho y se tragaba las lágrimas. Sentía algo feo en su corazón, le decía que corriera tras él e impidiera que se fuera pero sabía que no seria posible.
Se dejó caer de rodillas mientras veía como Yoongi subía a ese avión seguido de Hoseok y de Maximiliano.
Jungkook corrió a su lado y lo abrazó tratando de controlar un poco el triste y adolorido corazón de Jimin.
El avión partió y el equipo de inteligencia de Yoongi se retiró, la policía llegaría en cualquier momento y los cuerpos de los hombres que ellos habían asesinado ya habían sido desaparecidos.
Jin lo llevó hasta la camioneta y se fueron de nuevo rumbo a la Mansión. En todo el camino Jimin Lloró sin parar, se había ido su amor, era temporal pero aún así le daba miedo ya que no iba voluntariamente y podían hacerle daño, solo esperaba y confiaba en que Hoseok lo cuidara y protegiera.
Cuando llegaron a la Mansión Jin tuvo que sacarlo de la camioneta porque Jimin no quería salir era como si quedándose ahí adentro haría que Yoongi volviera rápido.
—Vamos Jimin adentro te esperan. —Jimin no se movió ni un palmo.
Las demás camionetas con los guardaespaldas también se estacionaron y cuando Hyung Sik bajo corrió rápido hacia el castaño.
—A ver bebé bonito vamos adentro si, te hará daño estar afuera pasando frío.
El pelinegro lo levantó en sus brazos y lo cargó hasta llevarlo a dentro y sentarlo en el sofá de la sala de estar.
—¡Alguien que le traiga a Jimin un té relajante caliente! —Llamó la atención y una de las sirvientas corrió a la cocina.
Jimin estaba con la mirada perdida.
—Volverá verdad Hyung... Yoongi va a volver ¿Cierto?
Hyung Sik se acercó a Jimin lo hizo sentarse en su regazo y lo abrazó con tanto cariño, lo envolvió en ese abrazó reconfortante y acarició sus cabellos.
—Jimin bebé Yoongi es el mejor amigo que tengo de toda la vida y también quiero que regrese pero debes levantar ese animo amorcito, se fuerte por él, él tuvo sus razones para aceptar ir allá y enfrentar a ese viejo rancio.
Jimin asintió, Yoongi sólo quería que los dejara en paz.
—Jimin, los niños están en la casa de tu suegra dice Tae tae que están bien, Solar está con ellos cuidándolos. —Dijo Jungkook sentándose a su lado.
—Gracias Kookie. —Sonrió el castaño un poco más animado. —Mañana iré por ellos.
—Excelente, podre conocer a mis sobrinos y los voy a llevar a la Estación de Policía, les mostraré como funciona la silla eléctrica.
—Ni se te ocurra Hyung estas loco. —Sonrió Jimin rodando los ojos.
Hyung Sik sonrió desordenando los cabellos de Jimin.
—Así esta mucho mejor, sonríe bebé.
El té que le habían llevado lo relajó bastante.
—N-necesito subir quiero un baño, necesito quitarme el aroma de ese imbécil. —Murmuró dolido recordando que Namjoon había abusado de él.
Hyung frunció el ceño con duda en sus ojos.
—¿De qué imbécil? ¿De que hablas?
Jimin se encogió en los brazos de Hyung Sik, no quería llorar, no cuando lo más importante ahora era Yoongi.
—Jimin muñequito ¿Te hicieron algo?
Jimin asintió.
—¡Mierda! ¿Quién fue el maldito? Dímelo voy a matarlo.
Jungkook apretó los puños y la mandíbula mientas oía todo aquello.
—Maldición cuando Yoongi se entere...
—¡No! No le digan nada, n-no quiero que sepa...además ese imbécil está muerto ya.
—Deja voy y lo revivo para matarlo otra vez. —Dijo Hyung Sik enfurecido.
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Cuando estaba por cerrar los ojos Hyung Sik se levantó para subir con él en sus brazos hasta la habitación y lo ayudó a alistar la tina, donde Jimin permaneció por más de una hora tallando su cuerpo como si con ello iba a arrancar las huellas de Namjoon.
Hyung Sik esperaba afuera nervioso y ansioso porque Jimin se tardaba mucho, tenía miedo de que el castaño hiciera una locura. Cuando Jimin finalmente salió ya listo con su ropa de dormir dejó salir el aire que retenía.
—Seo-joon y Yo vamos a quedarnos hasta que Yoongi vuelva así que si necesitas algo estaremos abajo.
Jimin asintió y Hyung Sik lo ayudó a meterse en la cama y lo arropó, se quedó con él hasta que por fin cerró los ojos.
Al día siguiente cuando despertó con aquel vacío y esa sensación de que algo faltaba en su vida ya era pasado el medio día.
Se levantó sin muchos ánimos pero debía ir por los niños así que se vistió lento y perezosamente hasta que por fin estuvo listo bajó pero se llevó tremenda sorpresa.
—¡Papá Jimin! —La dulce Adora corría hacia él con un lindo vestido rosa y su oso de felpa que Yoongi le había regalado.
Jimin esbozo una enorme sonrisa dudando vio a la niña y luego a los otros dos chiquillos.
—¡Papá! —Gritaron Jinhoo y Luca al unísono.
Esa palabra le causaba millones de emociones a Jimin, jamás pensó en ser padre tan Joven pero eso lo hacía feliz.
Abrió los brazos para recibir a sus niños.
—Dios, ¿pero que ven mis ojos? bebés los extrañe mucho.
Jungkook y Taehyung entraron después de ellos sonriendo los dos. En cuanto amaneció Kook había ido por Tae y los niños.
—Pensé que seria buena idea. —Kook se encogió de hombros y Tae le sonrió dulcemente. Sin esperar más Tae también se acercó a abrazar a su amigo.
—Mimi que alivio que estés aquí otra vez, me tenias con el Jesús en la boca.
Jimin sonrio abrazándo a su mejor amigo.
—¿Por qué tardabas tanto en el trabajo papi? —Preguntó Adora haciendo puchero.
Jimin miró a Tae y entendió que esa había sido la excusa que les habían dado por su ausencia y esa misma daría el por Yoongi.
—Es que Papá Jimin tenía mucho por hacer cariño. —Acarició el cabello de Adora.
—¿Y Papá Yoongi? Dijo que iría por ti ¿Por qué no vino contigo? —Preguntó Jinhoo arrugando la frente.
Jimin pasó saliva y se forzo a sonreír como si nada.
—Él tuvo que quedarse más tiempo bebé, pero ya vendrá. ¿Quieren ir de paseo?
Los tres niños Gritaron con emoción, era la primera vez desde que los habían adoptado que irían de paseo con Papá Jimin.
—Jungkook y Yo vamos con ustedes. —Anunció Taehyung y Jimin agradeció la compañía.
—Tío Hyung Sik también va. —Gritó el pelinegro desde la cocina donde había estado robando comida.
Jimin se sintió afortunado de tener amigos y familia que lo hicieran sonreír en momentos como ese, era feliz pero seria plenamente feliz cuando Yoongi volviera a casa.
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El pelinegro sabía a lo que iba y no tenía miedo, él no iba a temerle a un simple mortal. Los Min jamás tenían miedo y él no era la excepción.
Cuando la camioneta blindada que los trasladaba a la Mansión Giordano estacionó sonrió mirando por la ventana, esa sería su última oportunidad para acabar con el Clan de Giordano. Su sonrisa de suficiencia era evidente.
Hoseok a su lado permanecía pasivo y callado, recordaba las palabras que tanto le repetía su padre, "Debes ser mejor que tu hermano" "Debes sacar a Yoongi de tu camino"
Él no quería ser como su padre, amaba a su hermano y sabía que no podría hacer nada si todo salia mal. Rezaba porque el plan saliera a la perfección. El plan para acabar a los Giordano estaba dando inicio.
En cuanto pusieran un pie en esa Mansión no había marcha atrás.
—¿Estás bien? —Preguntó Hoseok al bajar, el pelinegro asintió.
—Mejor que nunca Hoseoki. —Contestó.
Hoseok asintió y caminaron detrás de Giordano jr quien los presidía.
La Mansión era la de siempre, tipo italiana con grandes arcos y fuentes, fuertemente resguardada por hombres armados.
Entraron directo a la Mansión donde una comitiva los esperaba.
—¡Yoongi mi amor veniste!
—No vine estúpida, me trajeron a la fuerza. —Rodó los ojos.
Francesca arrugó la frente, era la primera vez que Yoongi la llamaba así pero eso no le importó. Se casaría con él aún así.
—Te extrañe. —Dijo colgándose de su brazo.
—Yo no. —Respondió cortante. —Aléjate de mi mujerzuela.
Maximiliano Giordano fulminó a su hermana con la mirada y ella de mala gana se apartó.
No importaba, finalmente Yoongi estaba en Italia y todo para la boda estaba listo. Al día siguiente ya sería la nueva Señora de Min. No le importaba que ya estuviera casado eso se podía arreglar.
—Min mi padre te espera. —Indicó Maximiliano señalando el estudio de su padre.
El rubio ajiazul lo tomó del brazo y lo empujó hacia adentro.
—Puedo caminar solo imbécil. —Se quejó soltándose bruscamente.
Hoseok lo miró duramente.
La puerta fue abierta y entraron a la estancia, Giordano estaba parado mirando por la ventana y sonrió ampliamente cuando los vio llegar.
—Vaya vaya sorpresa, Maxi me sorprendes con mi regalo de cumpleaños adelantado. —Sonrió.
El muchacho asintió.
—Como te lo prometí padre.
—Min mi enemigo declarado...¿Listo para unirte a mi o para ver morir a tu noviecito?
Yoongi apretó los puños con fuerza.
—Ninguna de las dos viejo decrépito, yo no trabajo para nadie, todos trabajan para mi. —Se mofó altanero.
—¿Aún tienes agallas verdad? Aún cuando estas a mi merced. Veamos... no es una sugerencia, ni una opción Min, o te unes o mato a Park Jimin y a toda tu familia. Es tu castigo por desafiarme, por traicionarme, por declarame la guerra.
Yoongi sonrió ladino sus ojos no demostraban una pizca de temor.
Hoseok por el contrario se moria del miedo pero tampoco lo demostraba.
—Tú castigo querrás decir Giordano porque mientras yo esté aquí será más fácil acabar contigo. —Escupió a sus pies.
Maximiliano miró a su padre.
—Te unes o lo mato no hay opción o bueno...si prefieres dar tu vida por la de él... y tu familia, no me molestaría.
Yoongi lo miró desafiante, jamás iba a permitir que le dijeran que hacer pero...
—Déjalo en paz, me quieres a mí no a él. —Bufó.
Giordano se carcajeo sonoramente parecía que había dado en el punto débil de Min Yoongi.
—Somos de la Mafia min nos han tejido con el mismo hilo, tenemos palabra y cumplimos la palabra, entrégate a mi y Park Jimin y todos los que conoces serán libres, ya no hay Dinastía Min Diamante porque tu padre murió, no tienes nada que perder.
Yoongi soltó una sonrisa nasal, no tenía nada que perder.
—Bien... si es tu palabra viejo estúpido. ¡Matame si tienes el coraje!
Hoseok se tensó y Giordano río.
—Si eso quieres, Maximiliano... por favor.
—¡No! ¿Qué haces Yoongi! —Hoseok lo miraba a los ojos esperando alguna indicación o algo.
—Vamos viejo inútil ¿ni eso puedes haces tú? Tu hijo tiene que hacerlo todo por ti...
Giordano se acercó a Yoongi y le dio un golpe.
—¡Mátalo!
—¡No!
Maximiliano sacó su arma y miró por última vez a Yoongi antes de dispararle tres veces en el pecho. Yoongi solamente sonrió mientras se llevaba una mano a donde había comenzado a salir la sangre y cayó de rodillas.
Hoseok se arrodilló a su lado tratándo de contener la sangre que brotaba del pecho de su hermano.
—¡Yoongi! Yoongi...
—Hoseok... en el teléfono que te di...dáselo a Jimin.
Maximiliano miraba la escena sin sentir absolutamente nada mientras que Giordano sonreía complacido.
—¡Yoongi hermano!
Hoseok se levantó y sacó su arma pero Maximiliano también le apuntó.
—Lárgate a Corea muchacho y prepárate porque desde hoy lo que quedó del Clan Diamante es parte de la Mafia italiana. —Escupió Alberto Giordano.
—Maldito traidor, dijiste que si él moría todo acababa. —Soltó Hoseok.
Giordano sonrió triunfante y se acercó a Yoongi quien se movía en el suelo derramando bastante sangre y le colocó un dedo en el cuello.
—Aún respiras chico, que molesto eres, Maximiliano asegúrate que este muerto y envíalo con un moño en una caja a su familia.
Hoseok estaba lívido.
Maximiliano espero ahí parado mirando a Yoongi en el suelo, la puerta se abrió y entró un hombre, era el médico de la familia. Examinó el cuerpo de Yoongi y tras unos minutos dió su veredicto.
—Min Yoongi hora de fallecimiento a las 3 de la tarde del 15 de este mes. Listo señor, no respira.
Alberto Giordano se acercó y buscó el pulso pero no había, verdaderamente Min Yoongi estaba muerto.
—¡NOOOOOOO NOOOOOO YOONGI! ¡PAPAAAAA! LO MATASTE!
La pelinegra estaba parada en la puerta y sus ojos fuera de órbita al ver a Yoongi muerto en el suelo. Se suponía que iba a casarse con él. Y lo habían asesinado.
—Bien hecho hijo estoy orgulloso, si sigues así pronto te daré mi lugar.
Maximiliano sonrió feliz, había logrado su cometido.
Giordano salio de la estancia mirando por última vez a Yoongi y se fue.
Hoseok se acercó a Yoongi y también le tocó el cuello para sentir el pulso pero efectivamente no había nada. Luego miró a Maximiliano y sonrió.
—Bien hecho amor.
Maximiliano le guiñó un ojo y sonrió. Todo había salido a la perfección.
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