El menor de los Min estaba sentado frente a su padre quien parecía más interesado en ver sus papeles sobre la mesa que en él. Odiaba ser ignorado a veces por su padre ya que el importante ahí era Yoongi, su perfecto hermano mayor.

Llevaba más de media hora ahí tratando de ser útil pero nada pasaba. Chasqueó la lengua molesto y aburrido.

Su hermano Yoongi había dejado de asistir a la Empresa y el trabajo se le juntaba. Se había enterado por Jin que Jimin se había ido sin rastro de la Mansión y que Yoongi estaba muy mal, quiso verlo pero su hermano simplemente lo rechazó.

Aun así trató de buscar a Jimin por sus medios, era peligroso que Jimin estuviera por ahí sólo. Pero tampoco lo encontró por ningún lado.

     —¿Sigues aquí?

Hoseok miró a su padre con una mirada fría e hiriente que calaba hasta los huesos, una miraba que dejaba helado...paralizado a cualquiera.

     —¿No te importa el estado de Yoongi padre? —Bramó.

El Min mayor suspiró dejando por fin los papeles en paz.

     —Lo que pase en la vida personal de Yoongi no me interesa ya. —Respondió recargandose en el respaldo de su silla.

Hoseok volvió a fulminarlo con sus oscuros ojos negros como los de su padre.

     —Padre... ¿Por qué dices eso? Antes si te interesaba tanto que hasta planteaste su matrimonio con la hija de otro Mafioso.

     —Eso era lo que me interesaba, pero el estúpido de tu hermano lo arruinó todo con sus aires de imparable... arruinó todos mis planes y se atrevió a declararse la guerra contra Giordano... afortunadamente logré llegar a un acuerdo con él,  toda esa estupidez no afectará mi trato con él, media vez sea solo a Yoongi y a Park Jimin lo que él quiera, nuestra empresa, nuestro dinero y el Clan Diamante están protegidos.

Hoseok apretó sus puños debajo de la mesa.

     —¿V-volviste a vender a mi hermano? —Exclamó sin poder creerlo. Su padre no tenía escrúpulos.

El Mayor Min sonrió satisfecho.

     —Yoongi ya no me sirve Hijo, su valor dejó de ser importante par mi cuando decidió hacer lo que se le diera en gana.

     —¿O sea que... ya no lo consideras parte del Clan?

El hombre negó.

     —No para nada, Yoongi sigue siendo parte del clan solo que ya no me es Imprescindible... se volvió obsoleto Hoseoki, ahora me centraré en alguien mejor para que lleve la cabeza de la organización...

Hoseok temía esa conjetura que se le venía a la cabeza.

     —¿A-a quien te refieres?

     —A ti por supuesto,  eres mi único hijo ahora... tu serás la cabeza cuando yo me retire. Pero antes debes hacer algo importante.

Hoseok tragó saliva.

     —¿Q-qué cosa?

     —Quitar a tu hermano del camino.

Hoseok se levantó de la silla como si hubiese sido levantado por una fuerza invisible y miró con enojo a su padre.

     —¿Cómo me puedes pedir eso? —Cuestionó.

     —Pues, Yoongi esta tomando valor y fuerza por sí solo y así ya no puedo controlarlo así que debes quitarlo del camino para abrirte paso tu mismo y tomar el control que Yoongi posee ahora.

Hoseok se giró mirando hacia la pared, él había querido siempre ser tan importante como Yoongi pero no así, no eliminando a su hermano. Pero no podía revelarse contra su padre eso sería contraproducente.

     —Sabes bien que no soy el único hijo que queda.

Min Gong-yoo enfocó sus oscuros ojos en Hoseok.

     —Si te refieres a Lisa, el Clan me está reclamando su cabeza.

Hoseok sonrió con tristeza, ¿Por qué su padre insistía en mantener en el olvido a su hermano mayor, el gemelo de Yoongi.

     —Sabes que no me refiero a Lisa papá estoy hablando de Agust. Sigue siendo tu hijo, mi hermano el que está en la prisión por ti, por que le tendiste una trampa... porque al igual que pasó con Yoongi, Agust dejó de ser útil y pasó a ser obsoleto para ti, ¿Lo mismo le harás a Yoongi? ¿Lo mismo me pasara a mi?

Min Gong-yoo lo miró taladrando a su hijo, ¿Cómo sabía todo eso? Se suponía que el único que sabía de la artimaña que usó para deshacerse de su hijo era él y el Jefe de la prisión donde lo había refundido. 

     —¿Cómo sabes eso? —Cuestionó.

     —También tengo influencias padre, no soy un inútil.

Gong-yoo sonrió para sí, si enfocaba todo su poder en Hoseok podría serle muy útil. 

     —Eres una caja de sorpresas hijo por eso mismo debes quitar a Yoongi del camino y obtener el poder que tanto deseas.

     —Está bien padre haré lo que tú pides, voy a sacar a Yoongi de mi camino y tomaré su lugar en todo... incluso en su vida. Tomaré a Jimin para mi. —Sonrió malignamente.

El padre del muchacho sonrió con suficiencia.

     —Ese es el muchacho que Yo quiero como heredero del Clan. —Alardeó satisfecho. —Uno cruel capaz de pasar por todo aquel que le estorbe en el camino.

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La estancia estaba casi en penumbra como solía estar siempre,  a él no le gustaba mucho exponerse a la Luz y no porque fuera un vampiro o algo raro. La sombra era su mejor aliada.

Siempre aprendió a moverse entre las sombras por ello era llamado Black, el Señor de las sombras o Diamante negro.

Se acomodó en su caro y fino asiento mientras la pequeña mujer frente a él temblaba. En ese momento no debía estar ahí, tenía asuntos más importantes que tratar y eran de urgencia pero ella había insistido tanto.

     —¿Qué te trae de nuevo por aquí? —Cuestionó por debajo de su máscara. —Sus finos labios no mostraban atisbo de emoción alguna y sus oscuros ojos tampoco.

Ella se sobresaltó al oír esa voz como salida del infierno.

     —Ya tengo el dinero completo para lo que le pedí... reuní mucho más para que haga ese trabajo por mí. ¡Quiero que mate a ese hombre!

El de la máscara suspiró cansinamente sin despegar sus ojos de ella.

     —¿Por qué recurres a mi para ello? ¿No puedes pagarle a un simple sicario?

Ella negó.

     —No es trabajo de un sicario señor Black... es un hombre muy peligroso y tiene poder y muchas influencias.

     — A caso ¿Ya sabes quien es? ¿No debiste esperar a que yo lo encontrara?

Ella negó perdiendo el temor.

     —La verdad me llego a la palma de la mano señor Black.

El hombre asintió tomando el dinero que ella le dejó sobre la mesa, era un maletín repleto que hasta se sorprendió que alguien como ella tuviera tanto.

     —¿Lo robaste? —Cuestionó.

     —Al principio iba a hacerlo... ellos tienen tanto dinero que sería fácil sin que se dieran cuenta, para mi hubiera sido perfecto mandarlo a matar con su propio dinero sucio y asqueroso.  Pero me dí cuenta que no sería tan fácil robarle y menos ahora que quien llevaba el control de todo el dinero era un muchacho muy inteligente que nada se le pasa por alto.

El hombre asintió interesado.

     —¿Es ese Min Gong-yoo? El Mafioso...

Ella asintió.

     —¿Y ese muchacho del que hablas quién es?

Ella se estremeció ante la pregunta.

     —¡S-se llama Park Jimin pero a él no le haga nada! Es mi único amigo...es buena persona.

El hombre sonrió.

     —No le hago daño a las personas buenas pequeña... ¿Dime que tan importante es ese amigo tuyo? Necesito toda la información de las personas más cercanas a ti.

Ella asintió más calmada. Ese hombre enmascarado le transmitía una confianza extraña. 

     —Mucho, por eso no quiero que a él le pase nada suficiente tiene con sus problemas ahora.

Ella agachó la cabeza, los últimos días con Jimin habían sido difíciles para ella, verlo así en ese estado la ponía muy mal.

     —Cuéntame...

Ella dudó, era la vida privada de Jimin pero pensándolo bien ella tenía sed de venganza y sabía que muy en el fondo Jimin también ¿Y si le presentaba a Black? Podría darle su merecido a Min Yoongi. Pero ella también apreciaba a su jefe/hermano. Su cabeza se volvió un caos.

     —Bueno le hicieron daño y ahora esta...dolido y destrozado. —Sus palabras se quebraron.

     —También puedo ayudarlo a vengarse si eso lo pondrá de mejor ánimo.  Puedo... desaparecer a aquel que haya osado en lastimarlo.

Ella negó nerviosa.

     —L-le diré pero no creo que acepte.

El hombre asintió de nuevo.

     —¿A quien más debo mantener al margen de todo esto? —Cuestionó.

     —A la señora Min Yoonji y  a mi jefe Min Yoongi, los demás no me importan pero el principal es Min Gong-yoo.

Su sed de venganza era cada vez más grande al irse enterando de lo malditamente malvado que era ese ser que le había dado la vida. Era un monstruo que nadie se atrevía a destruir, ni sus hijos con lo fuertes que eran. Lo haría ella para liberar a toda esa familia de ese ser inicuo lleno de vacuidad.  Ella sería la que destruiría a Min Gong-yoo,  Min Solar, porque sólo hacía un  día se había enterado que ella era una Min.

Jimin se lo había revelado en un arranque de ira y desesperación y ella no pudo estar más que feliz y satisfecha de saber que prácticamente la venganza le había llegado a la palma de la mano.

     —Bien..  tendrás tu Venganza Min Solar.

La joven asintió satisfecha de sí misma.