Su corazón latía sin freno mientras por su teléfono escuchaba la clara y firme voz de Yoongi, era él sin duda no estaba equivocado ni estaba delirando ni mucho menos. Era su voz real.

El audio duraba solo 10 minutos y era obvio que eran fragmentos de conversaciones añadidas  una después de otra, como un tipo de recopilación bizarro, pero la voz seguía siendo la de Yoongi y se le detuvo el corazón cuando oyo aquellas palabras que el Señor Min Gong-yoo le decía a Yoongi y más le dolió  la respuesta a ellas por parte de su novio.

"Una cosa es creerte Gay hijo otra cosa es condenar una vida a ello. Además... ya sé que lo de ese muchacho sólo fue una pantalla para evitar tu matrimonio con Francesca Giordano. Estoy enterado de que sólo lo usaste para eso, ¿Ahora te niegas a que nos ayude en el negocio cuando tú mismo lo usaste a tu beneficio? Una mente brillante como él necesitamos, hay que sacarle provecho."

"Si padre lo utilicé, yo use a Jimin para no casarme y fingí ser Gay, él para mí no fue más que un peón en mi juego de ajedrez para ganar"

"Llegó a mi como agua del cielo en el desierto, estaba desesperado por encontrar una solución al problema y justo apareció él"

"Sólo lo usé a mi beneficio"

     —¿M-me uso? —Susurró mientras se llevaba una mano al pecho. Estaba hiperventilando y su corazón estaba siendo partido en mil pedazos. ¡Todo era una mentira! Yoongi sólo lo habia estado utilizando para no casarse con esa mujer. ¡Lo usó! Como un juguete, como una cosa desechable.

Las lágrimas del castaño no tardaron en salir, sentía como  la garganta se le iba cerrando poco a poco y sus piernas temblaron haciéndolo tambalear,  una corriente de electricidad le recorrió el pecho llegando hasta su cabeza y sintió que la visión se le nubló, caminó a tientas hasta toparse con algo duro y tropezar provocando que su teléfono se le escapara de las manos.

¡No veía nada! ¡Estaba ciego!

     —¡Jimin! ¡Dios Jimin! ¿estas bien? —La voz era de Solar quien trataba de levantarlo pero simplemente su cuerpo no reaccionaba.

     —¿Jimin querido estás bien? —Preguntó la señora Min preocupada al ver como el castaño se derrumbaba y topaba con todo a su alrededor antes de caer al suelo.

Negaba con las lágrimas empapando su rostro. 

     —Y-yoongi... T-todo es mentira N-no veo estoy c-ciego. —balbuceaba Jimin agarrándose fuerte a Solar quien se había agachado a su lado.

Las dos mujeres se llevaron las manos a la boca asustadas de lo que le estaba pasando a Jimin.

     —Voy a llamar a Yoongi. —Solar trató de levantarse pero el agarre fuerte de Jimin en su mano le impedía separarse.

     —¡No! N-no por lo que más quieras no lo llames a él no quiero que venga.  —Rogaba el mayor sin dejar de llorar.

     —¿P-pero Jimin?

El castaño se abrazó a ella llorando sin poder recuperar la vista aún.

     —¡Qué no quiero que esté aquí, es un mentiroso, maldito, mil veces maldito Min Yoongi!

     —¿Pero...pero que cosas dices cariño? —La señora Min parecía que volvería a tener un colapso.

Solar logró levantarlo y llevarlo a un sofá mientras a gritos llamaba a las enfermeras.

     —Jimin Oppa... No entiendo nada de lo que dices... ¿Yoongi? ¿Tú Yoongi?

Jimin negó con el alma abandonando su cuerpo.

     —No Solar, no es mi Yoongi nunca fue mi Yoongi.  —Susurró tratando de contener más lagrimas.

     —Pero hijo... yo no comprendo mi muchacho esta enamorado de ti, ¿Por qué dices eso?

Jimin señaló para alguna parte en la habitación.

     —Mi celular...¿Dónde está? ahí esta la respuesta de todo.

Las enfermeras entraron y comenzaron a revisar a Jimin según las indicaciones de Solar. Una de ellas pasó una luz en sus pupilas.

     —¿No mira nada? —Preguntó la mujer.

Jimin negó repetidamente.

     —Vamos a internarlo de inmediato. 

Una silla de ruedas y dos enfermeras bastaron para llevarse al castaño quien le había pedido y suplicado a Solar y a La señora Min que no le dijeran nada a Yoongi. 

Jimin solo sentía como era trasladado por los pasillos en la silla de ruedas, su llanto se había calmado un poco pero aún en su mente retumbaba aquellas palabras.

¿Cómo Yoongi pudo ser tan cruel? Se sentía sucio,  usado, mancillado de cualquier forma posible. ¿Por qué tuvo que haberse enamorado de nuevo de él? Si ya una vez le había roto el corazón. ¿Cómo había caído nuevamente ante él? Sus ojos nuevamente comenzaron a aguarse y se llevó el rostro al dorso de su brazo para esconderse ahí y  no quebrarse otra vez.

No quería llorar él quería ser fuerte, no debía llorar Yoongi no merecía sus lagrimas.

     —Muy bien vamos a moverlo a una camilla. —Le informó una de las enfermeras. 

El asintió sin más.

Volvió a sentir como lo ayudaban a levantarse de la silla de ruedas y luego a subir unas pequeñas escaleritas para finalmente acostarlo en una camilla.

     —¿Aún no vuelve su visión? —Preguntó otra voz.

     —No.

     —Entonces vamos a llevarlo al área de emergencia y que lo revise de inmediato el doctor. 

El movimiento en la camilla le indico que ya lo llevaban por los pasillos de nuevo. Luego habían murmullos a su alrededor y sintió a varias personas cerca de él.

     —Doctor, este joven estaba de visita con la Señora Min creo que es familiar de ella.

Al pobre de Jimin se le estrujó todo su corazoncito, volvió a recordar la boda, esa estúpida boda...

     —¿Cómo te llamas? —Una voz masculina y profunda le llegó a los oídos. Seguro ese era el doctor a Jimin le sonó familiar.

     —Park Jimin.

     —Park, Park, ah ya tu eres el jovencito que trajo hace casi un año el hijo de la señora Min ¿no es verdad? Min Yoongi.

Ahora entendía por qué reconoció la voz del doctor...Dios, ¿Por qué le dolía tanto escuchar su nombre? Maldijo mil veces a ese ser internamente.

Asintió sin ánimos de hablar nada.

     —No me vayas a decir que te has vuelto diabetico muchacho, ¿Recuerdas que te dije que debias cuidarte bastante porque por una impresión fuerte podías desarrollar diabetes tipo 1? La diabetes produce ceguera.

     —S-si... pero me cuidé tomé todos los medicamentos. —Yoongi le había obligado en realidad a tomar las medicinas y nuevamente una punzada se instaló en su pecho.

El doctor le tomó el rostro entre sus manos y lo examinó  de cerca.

     —Enfermera tomele una muestra de sangre y la envían al laboratorio de inmediato quiero una Emoglobina completa también una hemalotogia completa, necesito sabes sus niveles de azúcar, colesterol y trigliceridos. —Ordenó el hombre.

     —Enseguida doctor.

Jimin solo podía escuchar como a su alrededor se movían por un lado y por el otro.

La enfermera lo preparo para sacarse la sangre, sintió que le hurgaban en la mano.

     —Voy a ponerte esta banda para encontrar tu vena, ¿Esta bien?

Jimin asintió.

La enfermera le ható una banda elástica fuerte que le apretó duro.

     —Empuña tu mano. —Le pidió y Jimin así lo hizo.

Sintió un piquete en su mano justo donde se habían marcado las venas y se mareo un poco.

La enfermera llenó dos tubos de laboratorio y los dejo sobre la mesa mientras le ponia a Jimin una bandita en donde le había pinchado.

     —Bien en una hora estarán los resultados, para mientras descansa te pondré un suero.

Volvió a sentir como la enfermera le movía cosas por ahí y le puso una vía intravenosa por donde comenzó a pasar suero.

Luego todo quedó en silencio, el suero debía tener algo porque comenzó a sentir los párpados pesados.

¿Y si haberse enterado de todo eso le había causado la dichosa diabetes?

Sabía que esa enfermedad era muy dura de sobrellevar, ya no podría comer cualquier cosa y debía llevar un estilo de vida más calmado. En fin eso no importaba.

Ahora solo quería recuperar su vista e irse lejos de Yoongi, no quería volver a estar con él ni tampoco quería escuchar sus excusas ni más de sus mentiras, no quería nada de él. 

Ahí nuevamente sólo se permitió volver a llorar en silencio. Había estado tan ilusionado con la boda, con su luna de miel, se había creado en su mente que viviría una vida de maravilla al lado de Min Yoongi. En realidad nunca llegó a tenerle miedo a pesar de saber la clase de hombre que era y su estilo de vida pero jamás creyó que de verdad Yoongi era tan ruin como su padre, usando a todo el mundo a su beneficio. 

¿Cómo habia fingido todo tan bien? Hasta cuando tenían intimidad Yoongi parecía genuino. ¿Cómo se podía fingir ser Gay? No se podía ¿o si? ¿Arriesgar hasta su propia hombría y acostarse con un Gay para  realizar sus planes era capaz?

Bueno ahora que lo pensaba si Yoongi fue capaz de usarlo así, entonces era capaz de cualquier cosa. Quería arrancarse la ropa y la piel a pedazos para borrarse las falsas caricias que había recibido, esos besos falsos, se pasó las uñas por los brazos arañando fuerte y por el cuello también, quizá así podría borrar el olor de Yoongi en su piel... porque se sentía mancillado... como si hubiera sufrido un tipo de violación por parte de Yoongi. 

Quiso gritar de dolor y frustración, apretó los labios para no hacerlo mientras los espasmos lo envolvían nuevamente a causa del llanto. 

Se abrazó así mismo y se hizo una bolita en la camilla y no supo cuando se quedó dormido.

Una mano le acariciaba el cabello despacio.

     —Jiminie estarás bien... te lo prometo.

Tenía los ojos cerrados cuando la voz profunda de Yoongi lo despertó. Se levantó acelerado y Estiró sus manos para apartar las que le acariciaban.

     —¡No! ¡Déjame Aléjate!

     —Shhh Jimin Oppa soy yo... ¡soy Solar!

Jimin tranquilizo su corazón.

     —¿Yoongi está aquí?

     —No, estabas teniendo pesadillas y lo llamabas dormido. Pero estamos solos tu y yo, ah y el doctor que viene entrando.  —Aviso.

Jimin suspiró aliviado ya que había estado soñando con él, con su verdugo y cuando sintió las caricias su mente le jugó muy feo que lo hizo escuchar su voz. 

     —Joven Park Jimin tengo sus laboratorios y pues aquí no me sale nada anómalo, sus niveles de glucosa  en la sangre están normales así que su ceguera no se debe a una diabetes mal tratada, ahora mismo lo enviare a Rayos X para que le saquen un examen quizá el problema esta en su cerebro. 

El doctor volvió a salir para llamar a las enfermeras.

     —Todo estará bien Jimin Oppa ya veras. Te has arañado muy feo los brazos y el cuello.

Jimin volvió a llorar.

     —Yo si lo amé Solar... yo sí lo amé con mi alma.