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💎71

Yoongi se levantó temprano ese día, debía si o si enfrentar  a Giordano quien se había estado negando en verlo.

Llevaba ya dos semanas en Italia y sólo había logrado reunirse con unas personas influyentes en Sicilia, podría sacarles provecho y apoyarse en ellos ya que, como bien lo había supuesto su padre se había negado en ayudarlo. 

Flashback

Hoseok se había quedado afuera de la oficina mientras Yoongi entraba de manera calmada para poder hablar con su padre.

El señor Min Gong-yoo le miró desde que su hijo entró. Era raro que Yoongi quisera hablar con él así que debía tratarse de un asunto urgente por eso fue que dejó lo que estaba haciendo para enfocarse en él.

     —Buenos días padre. —Saludó secamente. 

     —Buenos días Yoongi ¿Y ese milagro? ¿Qué te trae por aquí?

Sin rodeos, mucho mejor para él.

     —Bien, vine porque necesito tu ayuda padre, necesito que convenzas a Giordano para que olvide la boda que tú le prometiste la cual ya dejé en claro que no voy a cumplir. 

El mayor arrugó el ceño y junto sus manos uniendo la yema de sus dedos posando la vista fija en Yoongi. 

     —¿A qué viene eso? Tiene que ver con el atentado de ayer en tu departamento imagino... y el de la bomba en la camioneta.

Yoongi asintió.

     —Es su forma de presionarme para que me case, para formar un lazo entre Mafias padre le devolví todas y cada una de sus malditas joyas. ¿No le basta?

El mayor soltó una risita negando, era obvio que con las joyas Giordano no iba a quedarse tranquilo.  Él le había asegurado una boda y era lo único que no pudo darle.

     —¿Por qué eres tan necio Yoongi? Esa boda era el negocio perfecto, la expansión total del Clan Diamante en Sicilia la cuna de la Mafia italiana  es un gran desperdicio, recapacita aún hay tiempo. Somos la Mafia traficante de diamantes más importante en todo Asia... necesitamos entrar en el mercado Europeo y por la puerta grande.

Yoongi bufo molesto con aquella situación.

     —¿Y si hipotéticamente me caso con Francesca, que pasará con Jimin?

El mayor sonrió con brillo en sus ojos.

     —Lógicamente... me encantaría tenerlo en mi poder, es una mente brillante.

Yoongi tensó su mandíbula pero ya lo veía venir, su padre se aprovechaba de todo aquel que para él resultaba útil, y cuando ya no los necesitaba los deshechaba tal y como había hecho con Agust. La mayoría de los hombres que trabajaba con Min Gong-yoo estaba bajo coacción, amenazados, sin salida, sin opciones.  Y Jimin no iba a ser uno más de ellos, jamás, sobre su cadáver Jimin pasaría a ser objeto uso para Min Gong-yoo. 

     —Te volviste loco. —Fue lo único que respondió el pálido mirando a su padre.

     —por favor Hijo, tu trajiste al muchacho con engaños a esta guarida..  lo trajiste a la boca del lobo. No voy a desaprovechar la oportunidad de que sea útil dentro del Clan, deja que se una oficialmente, no te hagas tan cabeza dura. 

     —No lo haré.

     —Como quieras, entonces no puedo ayudarte Yoongi.  Tengo tres opciones para ti, elije la mejor.  Uno, Si no quieres que Giordano lo asesine déjamelo lo protegeré. Dos, cásate con Francesca y complace a Giordano para que lo deje vivo 3. No te cases y espera a que lo atrapen. —Expuso el patriarca Min sin pizca de pena hacia su hijo que le pedía ayuda.

Pero Yoongi lo sabía de antemano,  su padre se lo pondría difícil, era un maldito viejo desgraciado que se aprovechaba de la gente y Yoongi había sido el único que ahora no se dejaba abusar por él,  aunque contando el pasado Yoongi aún tenía una deuda que cobrarle a su padre.

     —Bien, si es tu última palabra. Gracias padre. Ah por cierto ¿Aún querrás a Jimin sabiendo que él fue el chico que me despertó la homosexualidad cuando era joven?

Los ojos de Gong-yoo se abrieron por la sorpresa.

     —¿Qué dices?

     —Lo que oyes,  el chico del que me separaste sin pensar en mi felicidad era Jimin, Park Jimin, el chico al que odiaste porque según tú me estaba convirtiendo en un marica, ese chico del que me separaste sin importarte nada, al final perdiste padre, porque lo volví a encontrar y ahora me casaré con el.

Min Gong-yoo apretó los puños. ¡Maldición eso nunca lo vio venir! Que gran jugada le había hecho su hijo.

     —Excelente jugada Yoongi  jamás lo vi venir... bien ya no importa ya no puedo encarrilarte, ahora solo veré mis dos opciones, esperar  a que Giordano lo encuentre o convencerlo de que se una a mi.

     —No vas a ganar padre, de eso me encargaré yo. Si es de hacer que Jimin se una al Clan primero me encargaré de que sea al mío.

     —¿Ya vas a hacer cosas estúpidas?

Yoongi sonrió de lado, su típica sonrisa que hacía cuando no se dejaba intimidar por nadie. Ya vería su padre quien era el estúpido después.

Fin del flashback

     —Yoongi ya llegamos. —Lo Interrumpió Jin de sus pensamientos. 

El pálido volteó a ver a Hoseok quien mantenía la vista fija hacia adelante, la gran casa Giordano. Custodiada por varios hombres armados.

Yoongi,  Hoseok, Jin y otro tres guardaespaldas se bajaron de la camioneta.

Llegaron a la entrada de la casa donde hablaron con uno de los guardias quien los dejó entrar, los otros tres guardaespaldas aguardaron en la entrada atentos a cualquier movimiento.

Una vez dentro de la propiedad de Giordano debían esperar a que alguien saliera a atenderlos.

Una de las sirvientas llegó hasta ellos.

     —Buenos días caballeros, el Señor Giordano no se encuentra disponible en este momento,  ¿podrían retirarse? —Habló la mujer sin mirarlos a los ojos, definitivamente muerta del miedo por el aura de superioridad que emanaba de  esos hombres asiáticos. 

     —No nos vamos a ir hasta que Alberto Giordano me atienda. —Gruñó Yoongi como respuesta.

La mujer hizo una reverencia y se perdió rápido por la casa.

     —¿Mi padre te ha negado de nuevo la visita?

Todos los hombres voltearon a ver  cómo un joven rubio de ojos azules electrizantes les hablaba a sus espaldas.

     —Maximiliano. —Saludó Yoongi.

     —Min... El Diamante reluciente.

Yoongi sonrió ante aquello, cada vez que ese par se veían sus ojos destellaban como chispas luminiscentes en el aire.

     —¿Y ellos son...?

     —Uhhm si. —Yoongi reaccionó.  —Mi hermano Hoseok  y Jin mi guardaespaldas. 

Maximiliano extendió la mano hacia cada uno poniendo especial cuidado en Hoseok quien permanecía frío e inexpresivo.

     —Bien, es un placer. —Yoongi, haré que mi padre te atienda, ahora esta en una reunión y me imagino que lo tuyo es urgente. Diré que nadie pudo detenerte.

Yoongi asintió en agradecimiento.

Los tres caminaron detrás de Maximiliano quien los guiaba a través de la Mansión. 

     —Dime que ese tipo no te está tirando los perros Yoongi.  —Susurró Hoseok mirando a su hermano.

Yoongi sonrió ladino.

     —Eso no lo voy a responder, no ahora. Quizá después. 

Se detuvieron frente a una gran puerta que Maximiliano abrió de golpe y entró llamando la atención de todos ahí.

     —¿Che diavolo sta succedendo? —Se levantó Giordano al ver a su hijo y a los Min en la puerta.

     —¡Scusa papà, sono entrato senza permesso e nessuno ha potuto impedirlo! —Falsamente se excuso Maximiliano.

Giordano miró a su alrededor, tenia varios socios ahí, personas importantes que estaban haciendo negocios ¿y llegan los Min así a Interrumpir?

     —Mie scuse. —Habló a sus socios y se dirigió a Yoongi. —¿Qué pasa  Yoongi? Creí que dejé claro que no podía atender.

     —¿Desde hace dos semanas no puedes atender Giordano? ¿No te da vergüenza? ¿Y así quieres formar alianza con la Mafia Coreana?

Las palabras de Yoongi dejaron congelado al Italiano quien no podía creer que Yoongi le estaba hablando así frente a todos.

     —¡Mide tus palabras Min!

Yoongi entró a la sala sin pedir permiso, sin importarle en lo más mínimo que hubieran más personas.

Se acercó hasta estar completamente cerca de Alberto Giordano y...sin previo aviso plantó un beso en su mejilla.

La sala entera se tensó,  Giordano se tensó,  Hoseok, Jin, Maximiliano se tensaron ante aquella escena Augurial de muerte.

     —Es por Park Jimin.  —Simplemente dijo y se dio la vuelta marchándose sin más.

Lo había hecho, ya estaba. La guerra declarada contra Alberto Giordano y La Cosa Nostra de Silicia el Clan de la Mafia italiana que ahora seguramente no iba a detenerse hasta verlo muerto.

Salieron de ahí rápido como habían llegado Maximiliano los llevó hasta la puerta y se subieron a la camioneta  y se pusieron en marcha de nuevo hacia él hotel.

     —Mierda Yoongi ¿En verdad perdiste la cabeza?

Hoseok lo veía de reojo asombrado, aun no podía creerse tal atrevimiento de su hermano.

     —Es Matar o Morir Hoseok, si quieres puedes dejarme sólo no es tu obligación ayudarme en esto.

El menor de los Min le miró boquiabierto.

     —¿Te crees idiota? ¡Mi padre te retiró su apoyo no voy a dejarte solo,  Mierda!

Yoongi sonrió satisfecho.

     —No les quiero aguar su fiesta pero... nos vienen siguiendo.  —Anunció Jin haciéndose oír.

Yoongi bufo, ya lo intuía.

     —Saquen sus juguetes señores, se viene la diversión.  —Ordenó  a todos ahí en la camioneta.

Y así lo hicieron todos, sacaron sus armas preparados cuando otra camioneta les dio alcance y les comenzó a rocear una enorme cantidad de balas que rebotaban en el blindado de la camioneta.

Jin manejaba rápido esquivando autos en la autopista y atrás les disparaban tratando de desestabilizarlos ya que no podían atravesar la camioneta. 

Hoseok abrió la ventana a su lado  Yoongi en a otra y también comenzaron a disparar a la camioneta de atrás haciéndola maniobrar peligrosamente. 

Los otros guardaespaldas de Yoongi también disparaban por la parte de atrás y por el descapotable.

Jin manejaba  a toda velocidad, viraba donde podía y se metía donde le era posible teniendo sumo cuidado de no chocar porque si lo hacían se verían expuestos.

     —Hoseok,  ¿traes granadas? Esto es estúpido,  no les podemos atravesar. 

Hoseok asintió sacando una maleta con bombas adentro.  Yoongi tomó una y con la boca quitó el seguro para no soltar su arma y luego por la ventana la arrojó dando en la llanta izquierda delantera haciendo que la camioneta se volteara.

Esa gran explosión les dió una ventaja enorme que Jin aprovechó para perderse entre los carros en la autopista. 

     —¡Uhhh, que adrenalina! —Gritó Hoseok haciendo reír a Yoongi quien cerraba la ventanilla y se dejaba caer en el respaldo de su asiento. 

     —Bien, vamos a casa. —Ordenó Yoongi.

Se le venía una guerra pero al menos en su territorio podía defenderse como era debido. Además extrañaba a su lindo y sexy novio al cual debía llegar a castigar. 

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