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El pulso de Jimin se aceleraba aún más cuando los no tan sutiles movimientos de cadera de Yoongi lo hacían penetrarlo hasta el fondo. Jimin yacía boca abajo en la cama con la cabeza apoyada en la almohada y el trasero elevado hacía arriba de donde Yoongi lo sujetaba por las caderas y lo embestía con fuerza. Tenía sus manos en puño apretando las sábanas gozando de la satisfacción que le provocaba el mayor en su interior mientras su próstata era brutalmente maltratada con gusto.
El sudor le recorría haciendo que su cabello se adhiera a su rostro. Sentía las manos de Yoongi acariciar su espalda y jalar sutilmente su cabello.
—¡Mmmgh Min Yoongi Dios! —Soltó en un gemido agudo y ahogado por la almohada.
Yoongi tembló y Jadeó, amaba escuchar su nombre ser pronunciado con tanta lujuria en cada sílaba pero más amaba a quien lo pronunciaba, amaba al pequeño ser dueño esa boca de labios carnosos, rojos y esponjosos que repetían una y otra vez su nombre con la voz rebosante de placer. Era su perdición definitivamente, Yoongi podría morir de felicidad y satisfecho escuchando a Jimin diciendo su nombre una y otra vez.
Echó su cuerpo sin dejar caer todo el peso sobre el cuerpo de Jimin solo para logar acercar sus labios al cuello y hombros del menor y lamer dejando suaves mordidas, aspirando ese aroma natural del castaño que lo embriagaba de amor, de cariño, de pasión desenfrenada.
—Te amo tanto Jiminie. —Jadeo en su cuello, su aliento caliente golpeó contra la piel del menor haciendolo estremecer aún más.
—T-también te amo mucho Yoonie. —Logró articular con la respiración entrecortada y su corazón bombeando a mil.
El pelinegro salió de su interior y le dio la vuelta al menor despacio sobre la cama dejándolo aún debajo de él y luego volvió a introducirse y siguió con sus movimientos, su respiración era errática, Jimin lo jaló hacia abajo y unió sus labios provocando una danza con sus lenguas, bebiendo de la boca del otro sin dejar de moverse al mismo ritmo, en una danza sincronizada de amor, sexo y pasión.
Yoongi sintió su miembro ser apretado cuando el interior de Jimin se contrajo, el menor se corrió soltando un gemido ahogado enterrando su cabeza en el cuello del mayor, mientras que Yoongi aún seguía con su trabajo embistiendo sin control. Al poco rato también se corrió jadeando y convulsionado de placer sin dejar de ver a los ojos a su amado prometido.
—Mañana viajarás adolorido. —Susurró en su oído Yoongi.
Jimin soltó un suspiro y una risita, no le importaba eso en lo más mínimo. Solo estaba feliz de haber ayudado a disipar todo ese torbellino que había invadido a Yoongi por lo que habían descubierto de su cuñada.
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Jimin se sentía extraño, viajó en un vuelo privado él sólo junto a Taehyung y sus guardaespaldas sin la compañía de Yoongi.
El vuelo a las Islas caimán había sido cansado y agotador pero la adrenalina de lo que estaba por pasar lo tenia en guardia.
—¿Estas nervioso? —Preguntó Taehyung dejándose caer sobre el hombro de su amigo. Jimin le acarició sus hebras sedosas de cabello castaño ondulado.
—Un poco ¿Crees que saldrá todo bien?
Taehyung asintió seguro de si mismo.
—Hemos repasado el plan de arriba abajo muy bien muchas veces Mimi, todo saldrá bien no te preocupes. Como dijo Kookie es pan comido.
El automóvil que iba a trasladarlos al banco era conducido por uno de los guardaespaldas, Jackson. Eran muy leales, Jimin no había olvidado el día en que entre Jackson y Wonho habían ayudado a Yoongi y Jin a salvarlo de los secuestradores.
No podía decir lo mismo de Tom, a quien por cierto aún no habían atrapado, parecía que la tierra se lo había tragado.
Suspiró relajando totalmente su cuerpo, el camino hacia el banco era totalmente tranquilo la carretra bordeada de altas palmeras, el aire fresco desordenaba sus cabellos rebeldes.
De pronto el automóvil se detuvo y se dio cuenta de que ya estaban frente al gran edificio del banco.
Taehyung le dio una ligera mirada y Jimin le devolvió una sonrisa para tranquilizarlo y tranquilizarse a si mismo y a su acelerado corazón.
—Vamos. —Apremió.
Así lo hicieron, ambos bajaron lentamente. Iban vestidos con sendos trajes de Armani finos al igual que los zapatos y sus accesorios como corbatas y relojes igualmente finos y delicados. Los dos parecían hijos de magnates millonarios similares a los que solían pasearse por ahí llenándose los bolsillos de dinero robado y malversado.
Por eso nadie los miró con desdén y menos con sospecha cuando entraron y el guardia de seguridad les hizo una reverencia para dejarlos pasar.
—Parece que nos mezclamos a la perfección. —Susurró Taehyung sonriendo y el castaño asintió.
—Ok, ¿tienes la tarjeta? —Preguntó a su amigo quien levemente asintió para no ser muy obvio. Era la tarjeta que poseía el encargado de la bóveda claro que solo era un clon exacto.
—Bien, tenemos exactamente media hora, ¡ve rápido! —Jimin dijo a Tae mientras él se sentaba en un sillón de la gran recepción y rápidamente una empleada le llevaba café.
Taehyung se alejó y recordando claramente las indicaciones que Jungkook le había dado recorrió la recepción, tomó el ascensor y apretó el botón número 5, y subió hasta encontrase en la planta con dicho número.
Al salir se vio en un largo pasillo lleno de puertas.
Busco la que decía "Secretaría" y tocó suavemente esperando a que abrieran y unos pasos adentro le indicaron que pronto lo harían.
—Buenos días. —Saludó amablemente listo para decirle lo que en su mente tanto había practicado. —Vine a presentarme a mi nuevo día de trabajo.
El joven lo miró extrañado.
—¿Nuevo? No tengo conocimiento de que habrían nuevos empleados. —Habló un poco con recelo mirando a Taehyung.
—¿No? Pero mi hoja dice que hoy es mi primer día... Steven. —Sonrió mirando el nombre en la placa del joven.
—¿Me muestras la hoja? —Pidió extendiendo la mano hacia Taehyung.
—Por supuesto. —Sonrió Taehyung sacando una carpeta pero de pronto hizo una mueca de dolor tocandose el corazón con las manos.
—¿Qué te pasa? ¿Estás bien? —Se alarmó el joven mirando a Taehyung con aflicción.
El castaño se desvaneció en el suelo sin dejar de tocarse el pecho.
—¡E-el c-corazón, padezco d-del corazón! —Gimoteo comenzando a convulsionar en el suelo junto al Joven.
El empleado también se desplomó a su lado tomándolo de la cabeza.
—¿Qué hago? Llamaré a una ambulancia, espera aquí... ¿Cómo te llamas? —Indagó nervioso mirando a Taehyung.
—S-sejah me llamo Ming Sejah. —Susurró apenas un muy delicado Taehyung a punto de desmayarse.
El joven asintió y salió del despacho corriendo dejando a Taehyung ahí, lo cual aprovecho para levantarse del suelo y correr a la mesa en busca de la tarjeta clon que él llevaba. Rebuscó en todos lados y no la encontró. ¿Acaso la llevaba siempre con él?
Abrió una de las gabetas y ¡Eureka! Ahí estaba la tarjeta real, la tomó rápidamente y dejó la suya en su lugar justo a tiempo cuando escuchó los pasos del joven afuera y entonces volvió a su sitio en el suelo agarrándose nuevamente el corazón.
—Ya llamé, pero deberás bajar ya que por reglas internas no dejan subir a los paramedicos te ayudaré vamos. —Explicó rápidamente ayudado a Taehyung a levantarse.
El se levantó despacio. —Puedo sólo no te preocupes bajaré despacio.
—¿E-estas seguro?
Taehyung asintió y caminando lentamente hasta la puerta cerró, luego corrió para el ascensor y así encontrase con Jimin para la segunda fase del plan.
Al llegar al pasillo correcto vio a Jimin quien estaba apoyado en la pared y le entregó la tarjeta.
—Ten, ve rápido antes que eche de menos la tarjeta. —Susurró.
Jimin asintió sin perder el tiempo en hablar, y busco la bóveda con desesperación. Cuando la ubicó se cercioró de que nadie pasara por ahí para poder entrar y buscar el número de bóveda que Jungkook le había dado. La número 13613 la cual buscó y buscó hasta que el la esquina la encontró, sacó la tarjeta y la pasó por el lector de código, una luz verde le indicó que había sido abierta y de ahí sacó uno de los formularios en blanco y guardó rápido en una carpeta. Salió de ahí corriendo para encontrar a Taehyung y devolverle la tarjeta.
—Listo. —Susurró.
Taehyung al igual que Jimin no gastó tiempo en hablar, simplemente tomó la tarjeta y subió hacia el nivel 5 para dejar la tarjeta y esperar a Jimin.
El mayor por su parte espero 5 minutos desde que se marchó Taehyung para subir tras él a la oficina de secretaría y al estar afuera respiró profundo y solamente entró sin tocar la puerta.
—¿A caso no hay personal competente aquí? —Bramó mirando a su alrededor omitiendo el hecho de que Taehyung tenia al Joven Steven acorralado contra la pared.
El empleado dio un brinco asustado al oír la interrupción e hizo mala cara.
—¿Y tú quien eres? —Gruñó.
—¿Que quién soy? Pues nadie, solamente soy el coordinador de recursos humanos de este maldito banco, donde la recepción es incompetente, la seguridad pésima y por si fuera poco la Secretaría de gestiones tiene citas en horarios de trabajo. —Bufó molesto mostrando una identificación falsa obviamente que tenía su foto y su nombre: Yan Hiroshi.
—¿Coordinador? Pero...
—Veamos que dice Dickenson cuando lleve el reporte de este Lugar, los despidos masivos seguro no harán esperar más.
La cara del Joven inmediatamente cambió a una de terror al oír la amenaza de Jimin. Taehyung mientras tanto a sus espaldas dejaba de nuevo la tarjeta en su lugar y tomaba la falsa para guardarla en su saco.
—¿D-dickenson? ¿Es verdad?
—Deja el parloteo quieres y llena bien este formulario lo necesitan a las 12 exactamente en 10 minutos y esta mal ¿Eres un inepto?
El joven tomó el formulario y lo revisó.
—¿Dickenson autorizo llenar esto antes de que venga el cliente? —Preguntó.
Tomó el teléfono y marcó un número, Jimin apretó los labios nervioso y deseo con todo su ser que esto funcionara o estarían fritos.
—¿Señor Dickenson? ¡P-perdón no lo llamaría si no fuera importante... E-Es ¿Usted autorizó llenar un formulario sin la presencia del cliente?
—¡Claro que sí, hazlo rápido no estoy de humor o comenzaré a despedir gente inepta! —Sonó del otro lado de la línea. Obviamente la llamada intervenidas y desviada para que entrara en el telefono de Yoongi.
—¡Si señor ahora mismo!
El joven se fue a su computadora donde comenzó a llenar el formulario, en ese momento Taehyung llamó su atención.
—Emm Steven... tenias razón mira esto, me había confundido de banco no era éste donde debo empezar a trabajar. —Taehyung sacó una hoja e hizo que el joven se levantara a verla, momento que fue aprovechado por Jimin para sigilosamente introducir el nuevo número de cuenta.
—Ah ya decía yo, ¿bien entonces te vas?
—Así es, pero te llamaré, precioso. —Taehyung le guiñó un ojo y salió de la oficina. Ahora tocaba esperar a que el resto lo hiciera Jimin.
Jimin esperó paciente a que el Joven acabara de llenar el formulario y cuando estuvo listo se lo entregó.
—Gracias lindo que eficiencia, hablaré por ti para que no te despidan y te den un contrato más largo. —Le guiñó un ojo sonriendole.
—¿De verdad? ¡Wow gracias! —Contestó sonrojado. No sé podía creer la suerte que tenía de haber conocido a dos bellos asiáticos casualmente el mismo día.
Jimin se despidió y salió apresurado de la oficina, debía esperar a que el cómplice de Mingyu llegara, según las indicaciones era Americano, con cara de pocos amigos, rubio de ojos azules con aires de grandeza.
Se paró en el balcón mirando desde arriba para la puerta de la entrada, espero por unos 5 minutos cuando lo vio entrar, su corazón se aceleró ante la última y la más importante fase de la operación.
Bajó por el ascensor y espero a que el hombre entrara y pidiera su formulario para hacer la transacción, cuando el encargado de llenar los formularios se lo hubo entregado y se dirigió a la caja Jimin chocó estrepitosamente con él, provocando que las hojas salieron volando por el aire.
—Ohh, lo lamento que torpe. —Jimin estaba en el suelo y el hombre lo miraba a punto de querer matarlo.
Jimin sin embargo comenzó a recoger todas las hojas del suelo y luego de haber cambiado su formulario por el del hombre, le entregó las hojas y éste las tomó bruscamente sin mirarlo.
Vio como se dirigía de nuevo a la caja y Jimin se fue a sentar a la recepción mirando los movimientos del hombre, esperaba que realmente todo funcionara. Tomó una revista para cubrirse el rostro y vio cómo el hombre sonreía y salía del banco.
Suspiró profundo y espero anque se fuera de ahí para salir y reunirse con Taehyung en la camioneta.
—Se acaba de ir, ¿Crees que lo hicimos bien? —Preguntó Taehyung nervioso.
—Eso espero, ¿Qué procede ahora?
—La llamada de Kookie, si no llama es que no funcionó. —Taehyung se mordió los labios.
Esperaron ahí por un tiempo, minutos que pronto se convirtieron en diez, luego en quince, después en media hora, finalmente en una hora cuando los jóvenes se comenzaron a desesperar.
—No salio bien... Taehyung hemos fallado. —Jimin se sentía fatal al haber fracasado, no pudo ayudar a Yoongi.
Taehyung bufó negando, una hora y media había marcado ya el reloj desde que había salido el hombre Americano del banco, cuando de pronto el teléfono de Taehyung sonó, contestó rápidamente.
—¡Kookie!
—Bien hecho Tae, tenemos el dinero en nuestra cuenta.
Los dos chicos sonrieron al fin, lo habían conseguido y resultó ser pan comido como había dicho Jungkook.
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