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Sus párpados pesaban, pero se sentía muy cómodo en esa posición donde se encontraba, en aquella cama y junto a ese cuerpo cálido que lo envolvía en sus brazos... ¿Un momento? Esa no era su cama, tampoco aquellos brazos podían ser de Jimin pues él estaba a miles de kilómetros lejos allá en Corea y él se hallaba en ese momento en Italia.

Abrió sus ojos abruptamente y se encontró de frente con una cabellera larga negra, la figura femenina de pestañas alargadas y finas facciones Inglesas parecía profundamente dormida. ¿Cómo demonios había llegado a esa cama?

Apretó los ojos fuertemente tratando de recordar los últimos acontecimientos de la noche anterior,  se había despedido de Giordano, luego había hablado brevemente con Maximiliano Giordano y luego de ello Francesca había bajado con un regalo, sí,  una botella de fino Whisky, el más caro. Pero no lo bebió. 

Sabía con qué intenciones le pidió Francesca beber con ella un trago para quedar en buenos términos cuando le dijo que finalmente no habría compromiso.

Recordó como ella lejos de enfadarse y ponerse a hacer sus típicos berrinches le había dado la botella y le pidió compartir un trago a lo cual él se había negado. No era estúpido, sabía sus intenciones pues a Francesca era fácil leerla como libro abierto y sabía que no se iba a dar por vencida muy fácilmente.  Por ello no comprendía como había llegado hasta ahí, se incorporó en la cama y de dió cuenta que estaba desnudo a excepción de su ropa interior.

La mujer se removió a su lado y abrió los ojos sonriéndole.

     —Hola cariño buenos días.

Yoongi se llevó ambas manos al rostro pues no comprendía como había llegado a esa situación. 

     —¿Qué me hiciste Fran?

La mujer sonrió abiertamente.

     —¿Qué me hiciste tú durante la noche no querrás decir?

Yoongi se levantó con furia recorriendo sus venas, jamás estando en sus cinco sentidos habría acabado en aquella situación menos estando ya comprometido con su castaño de mejillas adorables. Se vistió con su ropa la cual estaba esparcida por todo el lugar. 

     —¿Dónde está Jin? ¿D-onde demonios está SeokJin? —Gritó a la mujer quien no paraba de sonreír.

Ella se levantó también provocando que la delgada sabana que cubría su cuerpo se deslizara sobre su cuerpo desnudo.

     —¿No recuerdas nuestra noche cariño? — Cuestionó ésta sonriéndole. 

Yoongi negó, definitivamente nada había pasado, él no sería capaz.

     —¿Qué me hiciste?

Terminó de colocarse bien su ropa mientras tras trataba de recordar si de verdad había caído en uno de los juegos sucios de Francesca.  Porque estando sobrio jamás lo haría.

     —Por favor recuerda lo bien que la pasamos, bebimos vino, bebimos mucho vino y terminamos aquí. 

Yoongi negó,  no, el no había bebido vino con ella.

     —¿Bebimos vino dices? ¿Quieres decir que me embriague?

Ella asintió mostrando varias botellas de vino vacías sobre una mesita y dos copas.

     —Entonces si bebimos vino y me embrague... —Yoongi se acercó a ella y le acarició el cabello lentamente con una mano para con la otra sujetarla de la cintura desnuda. —¿Por qué no me siento con la resaca del día después de beber hasta perder el conocimiento? ¿Es curioso no crees? —Soltó con furia mientras la caricia que le hacía en el cabello se transformaba en un agarre fuerte, tanto que Francesca creyó que iba a arrancarle el cabello de raíz.

La mujer dejó de sonreír para convertir su semblante en uno serio, de derrota.

     —¿Crees que soy estúpido Francesca?

     —¡Tenía que hacer algo para evitar a toda costa que te cases con él! ¡Maldita sea Yoongi cásate conmigo!

Yoongi La Soltó con demasiada fuerza y ella fue a parar al suelo soltando un jadeo de dolor al dar duro contra la fría losa.

     —¿Cómo sabes que voy a casarme?

     —Por favor Yoongi todo mundo lo sabe ya. —Ella trató de levantarse pero fue arrojada de nuevo al suelo por el pelinegro con desprecio. 

     —Entonces que lo sepa todo el mundo, me voy a casar con él les guste o no.

Caminó decidido a irse de esa habitación,  de esa casa que lo asfixiaba tanto.

     —¿Crees que Jimin se casará contigo si se entera de nuestra aventura de anoche? —Gritó.

     —No pasó nada anoche, no tengo de qué preocuparme. —Dió dos pasos apresurados.

     —Él no lo sabe.

¡Maldición!

Yoongi cerró la puerta furioso que no se percató que cierto rubio de ojos verdes le veía de lejos.

Bajó las escaleras, se sacó el teléfono para llamar a Jin cuando lo vio tendido en el sofá de la sala de estar. Tan dormido como él hace un momento.  Se acercó a él y lo zarandeó fuertemente hasta despertarlo.

     —¡Jin! ¿También te durmió esa maldita?

El guardaespaldas se restregó los ojos tratando de despavilarse pero sus párpados aún pesaban.

     —¿No entiendo? ¿Cómo es que...

     —La comida. —La voz del hijo mayor de Giordano los hizo voltear a verle. El Joven bajaba las escaleras con sus manos detrás de su espalda mirando a ambos asiáticos como la cosa más interesante y divertida.

     —¿Dices que nos puso algo en la comida? —Cuestionó Yoongi apretando los puños.

El rubio asintió, él había visto como su hermana se empeñó en ayudar a preparar esa comida y movido por la curiosidad se había dado cuenta que le había colocado unas gotas de algo incoloro e inoloro a la comida de ambos asiáticos. Pero le pareció que había sido una petición de su padre sin embargo al ver a Yoongi caer dormido como si de un ataque al corazón se tratase a los pies de Francesca se dió cuenta que había sido todo obra de ella.

     —Vi como hizo que te subieran a su habitación sin embargo ella no durmió contigo ahí, hasta hoy temprano llegó antes que despiertes Min.

Yoongi negó apretando los labios para no maldecir a la mujer delante su hermano. Jin parecía desorientado.

     —Está loca. —Murmuró el pálido.

     —No te imaginas cuanto Min, pero no te confíes porque aunque no haya pasado nada entre tu y ella, yo se que saldrá con algún juego sucio.

Yoongi asintió, estaba consciente de ello.

     —Gracias por decirme lo que pasó Maxi...

El rubio caminó hasta acercarse a Yoongi y cuando estuvo a centímetros de su rostro habló con una voz suave y pegajosa.

     —No fue un favor ni algo gratis Min, sabes a lo que me refiero. —Levantó una ceja sonriendo de lado.

Yoongi asintió y también sonrió ladino. 

Jin seguía sin aterrizar.

     —Me voy antes de que algo más pase en esta casa. —Se despidió con la mano y salió de ahí con Jin detrás de él.

     —¿Qué fue todo eso? —Jin subió al auto para manejar rumbo al hotel para hacer maletas y volver a Corea.

     —Cosas... —Respondió el pelinegro sonriendo.


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Jimin se mordia el labio nervioso y de vez en cuando la uña del dedo meñique, eran justamente las 6 de la tarde del domingo y Yoongi no volvía.

Estaban en el aeropuerto esperando junto a Taehyung y Solar, acompañados de Jackson y de Tom, el guardaespaldas quien lo cuido cuando estaban en Francia ya que Wonho por algún motivo no había podido cubrir su turno. 

     —¡Ya se tardó tengo hambre! —Se quejó Taehyung haciendo puchero.

     —Yo tengo comida en mi bolso, unas galletas de dieta. —La chica se movió rápido para ir hacía el automóvil, ese día utilizaban una de las camionetas de Yoongi porque llevaban muchas bolsas con compras para el miércoles en la noche que sería la fiesta  de compromiso.

     —Será mejor que vaya yo. —Se ofreció Jimin tomando las llaves que Tom tenia en su poder ya que era el designado para conducir. —Dejé mi teléfono adentro y quiza Yoongi llame.

Tom asintió observando como Jimin iba hacia la camioneta, sólo esperó el tiempo justo,  Jimin debía estar a la distancia correcta...

El castaño se acercó y abrió la puerta sin embargo ver a Yoongi aparecer a lo lejos lo distrajo de su objetivo, así que salió corriendo hacia los brazos de su amado novio cuando la camioneta voló en mil pedazos, haciendo que Jimin saliera expulsado por la fuerza de la explosión.

Sus oídos pitaban fuerte y su cabeza dolió al caer al frío suelo.

Yoongi al ver aquella escena corrió hasta su dulce novio que estaba en Shock mirando como donde había estado parado segundos antes no había más que un auto hecho trizas y envuelto en llamas.

     —¡Jimin! Dios Jiminie ¿Te encuentras bien? —Se arrodilló en el suelo junto al castaño.

A su alrededor Jin y Jackson ayudaban a Taehyung y a Solar a ponerse de pie pues habían sido sorprendidos por la honda  expansiva del coche bomba que acababa de estallar a solo metros de ellos.

     —¡Y-yoongi! Yo-yo casi... —Sus ojos se llenaron rápidamente de lagrimas y se aferró fuerte al pecho de Yoongi. 

Yoongi estaba furioso, realmente habían querido hacer volar a Jimin en mil pedazos. Lo apretó fuerte entre sus brazos, no iba a permitir que nadie le dañara un solo cabello a su lindo Jiminie.

     —Tranquilo amor estoy aquí, nadie te hara daño  ya bebé,  ya. —Repetía ante los sollozos de su castaño.

     —¿Jimin estas bien? —El castaño piel canela se acercó a ver si su amigo estaba bien. Se arrodilló también junto a él y Yoongi para examinarlo.

     —Jin, llama de inmediato a Hyung sik no necesito que esto sea escándalo de prensa ni policial.

Jin acató las órdenes de su jefe y rápidamente hizo las llamadas necesarias.

Con un par de llamadas más otra de las camionetas de Yoongi había llegado por ellos, todos irían a la casa de Yoongi a donde Hyung sik iría para darles apoyo como jefe del departamento de detectives de la policía y amigo de Yoongi que era no tendría policías molestos investigando la vida secreta de Min Yoongi o podría tener problemas con la ley.

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