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Nota: Este capítulo contiene lenguaje sexual explícito lee bajo tu discreción.

No hacía mucho que Jungkook había vuelto de viaje, había sido algo tan cansado y tedioso pero finalmente había cumplido la misión, había encontrado al traidor que había estado robando en sus narices.

Él se había quedado tan sorprendido pero no le fue difícil entender la situación, ahora solo debía encontrar a Yoongi para darle toda la información que había recaudado, temía a la reacción de Min Yoongi pero solo el sabría que hacer al respecto. 

Pero ahora lo único que le importaba y más prisa tenía por hacer era ver a cierto castaño de piel canela. Moría por verlo. Así que se apresuró a vestir después de la larga ducha, las horas de avión eran tan desgastantes que la ducha fría lo había llenado de nuevo de vitalidad y fuerza. Tomó sus llaves para salir pero justo en la puerta apareció su "adorada" esposa Lisa.

Ella portaba un  semblante apático como siempre, con esa mujer nunca podía Jungkook quedar bien pero él de verdad quería cumplir con su deber como esposo aunque ella le ponía la tarea muy difícil.  Ahora enfrente de ella no sabía cómo manejar sus emociones ni sus pensamientos. Ahora la mayor parte de su raciocinio era poseída por Taehyung.

     —¿Ah ya has venido de tu viaje de "negocios" Kook? —Le Cuestionó haciendo resonar sus tacones de Chanel por el piso de la recámara, mientras caminaba lento hacia él.

Jungkook se había quedado inmóvil ante ella, sabía que Lisa había estado investigando su paradero estas últimas 3 semanas, según ella y según todos Jungkook estaba de viaje en Las Vegas, le habían contado que Lisa había llamado al aeropuerto varias veces para saber su ubicación real, afortunadamente tenía buenos contactos los cuales no solían dar información de su persona ni si quiera a Lisa.  Excepto si se trataba de Min Yoongi.

     —Si, vine esta mañana pero debo reunirme con Yoongi. —Respondió volviendo a caminar y pasar a su lado sin detenerse.

     —Lo sé todo...

El azabache se detuvo abruptamente en el umbral de la puerta y se dio la vuelta lentamente, Lisa le veía con una sonrisa ladeada y una ceja alzada como era común cuando ella creía tener información justa para hacerte sentir peor que cucaracha.

     —¿De qué? —Simplemente no estaba para juegos como aquel, además a estas alturas nada importaba ya.

Lisa se sentó en la cama y se quitó uno por uno los zapatos lanzandolos por el suelo sin dejar de ver a su esposo.

     —Se la verdad Jungkook, se que me estás engañando... ¿Crees que soy estúpida para creer que habías ido a Las Vegas de "Negocios" —Lisa hizo comillas con sus dedos. —¡Ja! es el viejo cuento.

Jungkook sacó el aire que estaba reteniendo, ¿Era eso?

     —¿Dices que te engaño?

Ella asintió sin apartar la mirada.

     —¿Estás tan segura? —Jungkook fue ahora el que se acercó despacio hasta quedar parado a escasa distancia de ella.

     —Lo estoy,  se que sales con alguien Kook pero no se quién es aunque puedo averiguarlo y cuando lo haga créeme lo van a pasar muy mal. No sólo todo el mundo sabrá la verdad,  si no que podrías perder a tu amante. ¿Cómo puedes engañarme? ¿Cómo te atreves? ¿Se te olvidó que soy miembro del Clan Min? ¿Que puedo hacerte pedazos al tronar de mis dedos? —Soltó con veneno la joven mujer.

Jungkook de verdad estaba reteniendo mucho las ganas de hacerle daño a Lisa, la había soportado por mucho tiempo tanto sus temperamentos como sus berrinches de niña rica, pero jamás iba a tolerar que quisiera mandar sobre él ¿A caso se le olvidaba de donde venía Jungkook?

     —Eres estúpida Lisa...

     —¿Qué dices? —Ella tenía sus ojos muy abiertos, Jungkook no solía hablarle así jamás.

     —Lo que oyes, vienes y me investigas cuando sabes muy bien que ando de trabajo, crees que tengo un amantes y luego me amenazas... está bien puedo pasar por alto eso, pero se te olvidó que yo soy de mayor rango que tú cielo, ¿No te acuerdas bajo que cartas tu padre nos obligó a Casarnos? Claro... lo olvidaste. Tengo más poder que tú,  tengo más dinero que tú, incluso al ser socio en creces con el Clan Diamante soy más poderoso que tú, tanto o igual que tu hermano Yoongi... no me retes maldita mujer ¿Sabes por qué? Porque sé perfectamente que lo que te da miedo perder si me voy es el dinero y el poder que te otorga mi apellido,  porque es lo que te gusta ¿no? Estar bañanda en oro es lo que te importa más que yo. Así que puedes hacer lo que quieras. —Jungkook tomó a Lisa de las manos apretando con fuerza sus muñecas provocando que ella jadeara del dolor. —Dos saben jugar estos juegos "esposa mía"

Jungkook soltó con brusquedad a su esposa y salio de la habitación, estaba harto de ella y de fingir un matrimonio que desde el principio se veía el fracaso al ser arreglado por el Líder del Clan Diamante, el padre de Lisa.

Pero no estaba dispuesto a soportar más esta situación, iba a jugar todas sus cartas si era necesario pero debía deshacerse de esa fastidiosa mujer. 

Condujo su auto como un loco por la cuidad, esperaba ver a Taehyung en su casa no le había dicho que iría a verlo. Al llegar estacionó frente a la vivienda del piel canela. ¿Estarían sus padres? Prefería verlo a solas.

Sacó su teléfono para marcarle pero se detuvo al ver  a un auto no conocido estacionar cerca, era un Bentley Continental blanco perla, de él se bajó Taehyung y con la mano se despidió de quien sea que manejaba regalandole una tierna sonrisa. Una punzada le dio de golpe en su estómago. ¿Quién rayos sería ese?

El auto se fue y Taehyung se entretuvo buscado sus llaves para entrar a su casa, tiempo necesario para que Jungkook pudiera  bajar de su auto y llegar hasta él y rodearlo por la cintura. El castaño se tensó al ser tomado por sorpresa pero sonrió al ver que una de las manos que lo habían aprisionado llevaba un sin fin de tatuajes.

     —¡Kookie! —Dijo feliz dándose la vuelta para abrazarse al cuello del azabache.  Jungkook sonrió satisfecho al saber que el castaño lo había extrañado como él. 

     —Tae Tae corazón, me has hecho mucha falta. —El azabache unió sus frentes sin soltar el agarre firme que tenía sobre la cintura contraria.

Taehyung sonrió y se separó despacio de Jungkook para terminar de abrir la puerta de su casa.
—Entra, nadie puede verte aquí afuera ni así, te meterás en líos.  — Taehyung cerró la puerta tras él jalando con la mano Al azabache. 

Jungkook dió una rápida mirada a la casa del castaño piel canela, había estado muchas veces ahí desde que habían iniciado con esta aventura.

     —¿Y tus padres? —Preguntó sin dejar de ver por todos lados.

     —Mi padre aún en el trabajo y madre debería estar aquí y si no está seguramente anda jugando canasta con sus amigas y tomando el té. ¡Maaaaa ya vine! —Gritó el castaño pero no obtuvo respuesta. 

     —Creo que no está.

     —Mejor para mi, podre hacer todo el ruido que quiera mientras te follo duro en tu habitación.  —Susurró con su rostro hundido en el cuello de Taehyung quien se retorció por las cosquillas que la voz del azabache le provocaba.

Taehyung se separó de Jungkook con su mejillas  rojas, sentía su rostro arder pero no más que la llama viva de la pasión que ambos sentían.

El castaño por fin unió sus labios con los de Jk, saboreando la esencia del otro con suavidad, repasando los finos labios contrarios, rozando delicadamente su lengua en ellos, y el azabache devolvía el ferviente beso impregnado con el aroma a fragancia de hombre que emanaba del castaño. Las manos de Taehyung subieron despacio hasta quedar atrapadas en la nuca de Jungkook para atraerlo más hacia él y hacer más profundo en beso, mientras que las manos del contrario le apretaban de la cintura provocando suaves roces entre sus miembros despertándose mutuamente. 

Se separaron para tomar oxígeno mientras Tae conducía de la mano a Jungkook por la casa para llevarlo a su habitación.  Ese encuentro debía terminar como se merecía: En la cama.

Al ser cerrada la puerta tras Taehyung Jungkook no demoró en pegarlo contra ésta para volverlo a besar con ansias y con fuego. A Taehyung de apoco le fueron arrancadas las prendas de vestir, mientras que a él le estaba costando trabajo desaparecer el botón del pantalón de vestir que Jungkook llevaba, Gruñó molesto hasta que finalmente lo logró, así pudo bajar de golpe el pantalón junto a la ropa interior dejando expuesta la enorme y dura polla del azabache la cual palpitaba por la presión de la sangre acumulada ahí.

Taehyung con una mano lo delineó palpando cuidadosamente a lo largo de todo el trozo de carne y luego se dejó caer de rodillas, Jeon jadeo al ver las intenciones de Taehyung.  Nunca en el tiempo que llevaban con esa relación a escondidas el castaño le había hecho una felacion y no iba a mentir, moría de ganas por sentirlo y Taehyung sabía lo ansiado que estaba Jeon porque abrió la boca y sacó la lengua rozandola superficialmente sobre el glande saboreando el líquido pre seminal que emanaba del miembro de Jungkook quien jadeo ante el humedo contacto cerrando los ojos.

     —T-tae...

El castaño solamente afianzó su boca sobre la polla del otro comenzando así un suave vaivén que involucraba lengua y saliva provocandole a Jungkook un sinfín de corrientes eléctricas. Succionaba y lamia sin parar escuchando la melodía sensual que la boca del azabache producía con sus gemidos y jadeos.

Las manos de Jungkook aferraban a Tae de su cabello y su caderas daban suaves embestidas ya que el calor de su cuerpo lo solicitaba. El azabache no sabía cuánto tiempo iba a aguantar sin apoderarse por completo del cuerpo de su castaño.

     —Mmm Tae, quiero tenerte cariño...

El castaño jadeo con deseo, también lo necesitaba quería cada beso, cada gemido de Jungkook,  quería ser dueño de cada caricia, cada poro de su cuerpo lo necesitaba.

Jungkook lo detuvo antes de correrse en su boca. —Ven cariño. —Lo levantó en sus brazos y lo llevó hasta la cama luego con prisa y sin cuidado se terminó de quitar la ropa para después inclinarse sobre él. Besó sus labios saboreando y mordiendo cada uno y bajando lento por la barbilla y el cuello, dejando su huella  y su olor en su piel. Una mano acariciaba la cintura del castaño y la otra subía hasta la boca de Tae, Jungkook con cuidado metió sus dedos en su boca donde Kim tuvo sumo cuidado de lamer eroticamente esos finos y largos dedos hasta dejarlos empapados en su saliva y Jungkook los sacó después para introducirlos uno a uno en la entrada del castaño.

     —¡Ahhh Kookie! 

     —¿T-te gusta cariño? —El azabache movía sus dedos con insistencia dentro de Taehyung quien se removió inquieto bajo el cuerpo de Jk.

     —Mmm ¡Si!

La voz de Tae salió casi ahogada en deseo, añorando por completo a su amante. Mordía su labio inferior conteniendo los jadeos que peleaban por salir. El azabache sacó sus dedos y se preparó para lo que venía, la intromisión; se acomodó bien sobre él y separó delicadamente sus piernas dejando al aire ese delicioso culo que tanto le encantaba partir y poseer con locura y lujuria.

De una sola vez  dejó tragar su miembro por el  estrecho agujero que lo envolvió por completo y apretaba de manera delirantemente deliciosa.

     —¡Ahh Tae Dios... eres tan delicioso cariño.  —Gimió al ser tragado totalmente. Sin perder tiempo comenzó a embestir al castaño, provocando que la cama chocase contra la pared.

     —¡Ohh Jungkookie! —Gemía Taehyung sin parar el nombre del otro.

Aquella vez Jungkook tenía razón, Tae no había olvidado su nombre de tanto haberlo repetido con pasión  y desenfreno en ese automóvil que fue el único testigo del deseo que ambos se  tenían esa vez y así mismo era ahora, el castaño no dejaba de gemir combinando los jadeos con su dulce nombre.

     —Jungkookie...

El azabache se movía rudo y sin delicadeza sobre Tae, sus dedos se enterraban en las caderas del castaño con fuerza marcando ahí sus huellas. Los dos cuerpos que se habían convertido en uno solo se convulsionaban sobre aquella cama mientras cada uno alcanzaba el orgasmo arremetedor.

Taehyung había dejado salir un potente chorro de líquido blanco, espeso y caliente sobre su vientre empapando también a Jungkook y el azabache se había corrido dentro de Tae.

Jungkook se dejó caer pesadamente sobre Tae y dejó un beso en la frente sudada del castaño. 

     —Tae Tae, estoy loco. —Logró articular debido al esfuerzo anterior.

    —¿Loco?

     —Muy muy loco cariño, me traes muy loco porque siento que me estoy enamorando de ti.

Aquellas palabras hicieron un eco profundo en la cabeza de Taehyung, temblo ante aquella confesión, no sabía descifrar si su corazón saltaba de felicidad, de miedo o de incertidumbre. 

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