La camioneta negra se estacionó en la enorme Mansión, la residencia estaba tenuemente iluminada apenas. Una figura delgada y alta bajó de la camioneta y comenzó a andar seguido de dos hombres que cuidaban de él.

El primero, el alto y delgado iba en ropajes negros,  capa negra  guantes negros de seda y una máscara cubriendo su rostro, sólo podía verse su cabello  plateado blanquecino.

     —Señor Black... ¿Está bien? —Cuestionó uno de sus hombres detrás de él. 

El de la máscara asintió. —Si, sólo necesito un respiro Mark. —Su voz suave que era amortiguada por la máscara sonaba agitada y ansiosa a la vez. No era por nada, acababa de venir de una reunión de última hora con alguien que había llegado hasta él con un pedido especial.

Flashback

     —No puedo decirte mi nombre, pero yo si se que a ti te llaman Diamante negro... se que haces favores. Quiero...quiero vengar a mi madre.

El hombre de la máscara suspiró, conocía a aquella chiquilla que osaba pedirle tal favor.

     —¿Venganza de qué?

La pequeña mujer apretó sus puños y su mandíbula. —Mi madre murió   sola y abandonada hace unos años. Yo  guardo mucho rencor. Nunca conocí a mi padre, mi madre  decía que era un hombre misterioso y muy ocupado. Cuando mi madre enfermó yo busqué entre sus pertenecias algo para localizar a ese  hombre y lo encontré,  un  número al cual llamé con la esperanza de conseguir la medicina para salvarla.  Cuando el hombre finalmente contestó se negó reconocer que haya tenido una hija con mi madre, que sólo la vio una vez  a pesar de las pruebas que  había encontrado en esa vieja caja, como cartas y pequeños detalles  una dirección y muchas cosas más aparte del número.

     —Recuerdo como le  suplique por ayuda, y la respuesta fría fue "No te conozco y si ella está enferma no soy Dios para salvarla, no vuelvas a llamar porque ya tengo una familia a quien cuidar"

Una lágrima rodó por su mejilla y ella la limpió mientras el Diamante negro la veía.

Ella guardo ese odio y rencor  hacia aquel hombre que no conocía, el día que su madre murió ella fue la única en la capilla, la única en el funeral y la única en el cementerio. Así fue que se quedó sin nadie en el mundo. 

     —Quiero venganza del hombre que se negó a ayudar a mi madre mientras ella pedía por ayuda.

     —¿Y dónde está?

     —Mi padre... no lo conozco y no sé dónde puede estar pero se que usted puede ayudarme con eso y después...

El Diamante miraba atentamente a aquella chica desde detrás de su máscara, podía ver en sus ojos dolor, desesperación. Él la conocía muy bien y jamás se imaginaba que ella guardaba tanto rencor, y si, él sabía toda aquella historia muy bien. Demasiado bien.

     —¿Sabes cuanto te va a costar ese favor?

Ella asintió.

    
—Ss-si, he reunido mucho dinero, podré pagarte.

El hombre de la máscara soltó una sonrisita de suficiencia.

¿Qué le tocaba hacer ahora?

Fin del flashback

     —¿Que va a hacer con esa muchacha señor?

El aludido negó pensativo, era un trabajo algo complicado y debía pensar muy bien como hacer aquello ya que involucraba personas que él conocía muy bien.

Suspiró cansado, a veces ser ese personaje misterioso era demasiado agotador. Pero era su trabajo, eso solía hacer, recordaba favores más difíciles que había hecho antes.

Pero ahora aparte de esa encomienda que le había hecho esta chica había algo más importante que definitivamente le quitaría el sueño por el resto de sus días, una tarea que definitivamente no estaba en sus planes y esa era: Asesinar a Min Yoongi. 

Se dejó caer en el sofá, debía descansar un poco se le venían días muy cargados.

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Jimin abrió los ojos lentamente, oficialmente su cumpleaños había comenzado a las 00:00 horas de ese díay eran exactamentelas 4 de la mañana, pero se había quedado dormido mientras esperaba a Yoongi.  Su novio había estado misterioso el día anterior.

Al removerse en su cama sintió el cuerpo cálido  del mayor a su lado e inmediatamente lo abrazó aspirando su aroma.

No importaba todo el pasado doloroso que haya dejado rastro en el corazón de Jimin si había algo que el castaño sabía hacer muy bien era ser bondadoso y de corazón noble y ya lo que haya pasado antes no tenía importancia, como decía Yoongi,  eran unos críos inmaduros antes. Lo que ahora guardaba Jimin en su interior era amor infinito que sentía hacia su novio al cuál no se arrepentía de haberle dado una  oportunidad. 

Dejó suaves besos por las mejillas de Yoongi que poco a poco fue bajando hacia abajo por el cuello, el pelinegro se movió un poco pero no abrió sus ojos, la verdad había llegado tarde y solo deseaba descansar para poder pasar el día de cumpleaños de su adorado novio juntos y felices.

Jimin insistió no iba a rendirse fácilmente, iba por su primer regalo de cumpleaños.

Se metió entra las sábanas y se colocó sobre Yoongi y poco a poco se deslizó por todo su cuerpo hasta quedar de cara en la cintura del mayor.
Pasó lentamente una mano sobre la tela tocando la  hombría del pelinegro, teniendo el cuidado de apretar un poco el paquete que en estos momentos se encontraba suave y encogido.

Jimin bajó un poco el pantalón de dormir chándal de Yoongi junto al bóxer dejando descubierto su pelvis llena de fino bello obscuro el cuál adornaba eroticamente esa parte, se acercó lentamente y pasó su lengua por la entrepierna hasta llegar al pene y con cuidado se lo introdujo en la boca que en ese momento si cabía por completo y lo lamió y mojó todo, Yoongi aún dormido se movió un poco soltando un quejido mientras Jimin lo sacaba y se lo volvía a meter, sintiendo como lentamente el pedazo de carne tibia comenzaba a estirarse y sonrió con satisfacción. 

Con el miembro ya completamente despierto de Yoongi ahora Jimin había empezado a chupar con ahínco, quería obtener su recompensa.

     —Mmm Jiminie bebé travieso... —Susurró el mayor aun adormilado. Su castaño estaba metido bajo las sábanas de seda comiéndole la polla.

     —Bebé Minie quiere su leche Daddy. —Murmuró sin demorarse demasiado en volver a chupar.

     —Di-diablos. —Fue lo único que Yoongi pudo decir antes aquellas palabras tan candentes.

Las succiones del castaño aumentaron de velocidad, haciéndole una deliciosa fricción a Yoongi que lo estaba matando lentamente, ya que aparte de ello Jimin masajeaba sus testículos con una mano y con el dedo pulgar daba suaves  toquecitos en el esfínter del mayor con lo cuál le  provocaba suaves convulsiones.

     —¡Joder Park...! —Gritó Yoongi cuando el castaño se lo introdujo todo hasta la garganta y se lo dejó ahí por unos segundos aguantando las enormes ganas que tenia de vomitar debido a que el pene le oprimía la campanilla. Luego lo soltó y volvió a hacerlo unas 4 veces más hasta que Yoongi se tensó y liberó su simiente en la garganta de Jimin, quien tragó la sustancia espesa, caliente  y levemente amarga que dejaba una sensación picante en la lengua. 

Se deslizó de nuevo sobre Yoongi hasta quedar cara a cara. El mayor tenía el rostro sudoroso y los labios rojos e hinchados por morderse.

     —Feliz cumpleaños a mi. —Canturreo Jimin con sus mejillas rojas como tomatito. 

Yoongi sonrió dándose la vuelta agilmente dejándo a su chico debajo de él. 

     —Y aún no te doy tu primer obsequio amor. —Besó sus labios de manera lasciva y sugerente introduciendo su lengua para saborear toda la boca de Jimin.

De manera demandante y brusca  arrancó el pijama del menor haciendo que los botones de la camisa saltaran por el aire. Jimin jadeó ante la desesperación de Yoongi por poseerlo ya que él se encontraba de la misma forma.

Los labios de Yoongi pasaron por su cuello mordiendo la fina y delicada piel, y se entretuvieron en sus dos botoncitos mordiéndolos suavemente  con lo cual Jimin soltó un quejido desesperado.

     —Ahh Yoongi amor... t-te necesito adentro. —Rogó.

Yoongi sonrío de lado complacido y le daría a su pequeño lo que le pedía. 

Bajó de golpe sus pantalones de dormir y le separó las piernas viendo esa hermosa vista de su culo rosadito para él. Se mordió los labios de gusto al saber qué sólo él se devoraba aquel agujero delicioso.

Sacó el frasco de lubricante con mucha prisa y esparció un poco por su miembro y por la entrada de Jimin luego alineó su polla y se introdujo suavemente, no había preparado al menor pero es que ambos estaban tan calientes y necesitados que no haría falta.

Después se dejó ir de una sola estocada haciendo al castaño gritar de dolor y placer al mismo tiempo. 

     —¡Ahh Yoongi Mmm!

Esos gemidos que Yoongi amaba y salían de la boca de Jimin lo ponían más.

Se dejó caer sobre Jimin para alcanzar así su boca y comerse esos gemidos tan llenos de placer total.  Sus besos humedos renosaban en la habitación pero no más que el sonido de sus cuerpos chocantes.

     —Mmm Yoonie Te amo mi amor.  —Susurró Jimin arañandole la espalda y enredando sus piernas alrededor de la cintura del mayor.

     —Mi amor, Mi pequeño Jiminie, eres mío, sólo mío  Mío. —Gemia Yoongi mientras embestía sin parar a Jimin, el sudor les recorría por completo los cuerpos desnudos.

     —Y-yoongi siii soy t-tuyo, sólo tuyo.

El mayor Gimió complacido por aquellas palabras.

Jimin sintió de apoco extenderse en su interior una burbuja de aire llena de placer, el extasis llegaba a la cima.

De pronto Yoongi jadeo y se corrió en su interior y Jimin fue detrás de él. 

     —Feliz cumpleaños amor mío. —Dijo dejándose caer rendido sobre el cuerpo tembloroso de Jimin, el menor sonrió satisfecho. 

Luego de aquella placentera depertada de la madrugada se habían quedado dormidos de nuevo y al Jimin abrir nuevamente los ojos Yoongi no estaba, iba a levantarse cuando lo vio entrando a la habitación con comida sobre una bandeja y unas rosas rojas.

Sonrió enamorado, era un detalle muy lindo de su frívolo novio.

     —Lindo día bebé.  —Dijo alegremente. 

     —Gracias Yoonie, es un lindo detalle. 

Se acomodó en la cama y juntos comenzaron a comer el desayuno que Yoongi había hecho, fruta fresca picada acompañada de granola de semillas, unos hotckaques con jarabe de maple y un jugo de naranja recién exprimido.

     —Esto es muy lindo amor.

Yoongi sonrió de lado. —Y aún falta amor, tu verdadero regalo de cumpleaños espera por ahí. 

A Jimin le brillaron sus ojitos, seria su primer cumpleaños con Yoongi y también el primer cumpleaños lleno de sorpresas para él.  Siempre solía pasarlo sólo o con Taehyung. 

Luego del desayuno y de hacer el amor nuevamente en la tina Yoongi llevó a Jimin  a por su siguiente sorpresa de cumpleaños. Ambos estaban preciosos en sus trajes que hacia poco habían ido a comprar para la ocasión,  Jimin en un bello traje de Prada palo-rosa muy elegante y Yoongi con un conjunto elegante de Coco Chanel.

     —¿A donde iremos Yoonie? —Preguntó el menor emocionado.

Yoongi sólo sonrió, Jin le había estado preparando el encargo especial desde hacía días, era lo que más llevaba tiempo, ya los demás detalles él se encargaría. Por ello había estado ausentado por momentos al igual que Jin.

Bajaron por el ascensor, Jimin aprovechó la ocasión para pegarse al cuerpo de su amado novio y dejarle pequeños besitos en el cuello.

     —Mmm Jiminie si sigues así ahora mismo volvemos al departamento y nos olvidamos de tu regalo.

     —No me importaría Yoonie amor, hacer el amor contigo todo el día seria el mejor regalo.

Yoongi lo pegó a él y lo apretó al mismo tiempo que sus manos bajaban por su trasero y lo apretaban.

Desafortunadamente las puertas del ascensor se abrieron y no les quedó más que salir.

     —Espera amor cierra los ojos. —Pidió Yoongi, a lo cualel menor obedeció.

La mano suave del mayor lo condujo lentamente por el estacionamiento y luego le pidió que abriera los ojos. 

Jimin los abrió lentamente y frente a ellos estaba un automóvil, nuevo y brillante para él.

     —¿Un Bentley? ¿P-para mi? —Preguntó con asombro. 

Yoongi le tendió las llaves del automóvil, era un Bentley Continental GT2022 color blanco aperlado muy elegante y hermoso.

     —Feliz cumpleaños  cariño, ¿Manejas a nuestro próximo destino?

Jimin sonrió feliz y se abalanzó sobre Yoongi para darle besos en todo el rostro y luego tomó las llaves y dando pequeños saltitos se fue hacia su nuevo automóvil.