Maldita la hora en que esa mujer había entrado en su oficina, ahora gracias a ella y su estúpida intromisión tenía dos tareas difíciles, 1. Encontrar a Jimin y 2. Darle una explicación coherente y convincente de lo que realmente había pasado allí adentro.

Manejaba como loco por los alrededores de su edificio buscándolo ¿Dónde demonios iría Jimin a las 10 de la mañana en el centro de Seúl? A cualquier lado en realidad, Seúl era una cuidad muy viva llena de movimiento constante.

Había llamado a su celular varias veces pero no le contestaba.

Pegó duro contra el volante del auto, volvió a dar vueltas por donde había pasado ya antes.

Tomó su celular y marcó rápido el número de Jin.

        —¡Jin! ¿Alguna novedad?

     —No Yoongi, no lo encontré por ningún lado.

Yoongi bufó desesperado, debía encontrarlo antes que cometiera alguna locura.

De pronto una llamada nueva  entrante interrumpió la que tenía con Jin.

     —Jin, escucha sigue buscándolo yo también lo buscaré.

     —Si Yoongi claro.

El pelinegro corto la llamada para contestar la de Taehyung, ¿Por qué lo llamaría a esta hora?

     —¿Taehyung?

     —Escucha Yoni no se que le hayas hecho a mi mejor amigo pero exijo una explicación, no deja de llorar y decir que ahora si va a patearte las bolas si te ve, aunque no se quien lo haga primero si él o yo. —Sonó la voz enfadada de Taehyung   del otro lado de la línea.

Yoongi no pudo haber estado más feliz al oír que Jimin estaba ahí con Taehyung.

     —Oye Tae, dejaré que me pateen ambos las bolas, solo dime que Jiminie está ahí contigo y voy ahora mismo.

Del otro lado de la línea se oía como Tae intentaba hablar y como Jimin susurraba un "No" varias veces.

     —Emmm Yoni, Jimin ya no está se acaba de ir.

     —Dile a Jimin qué no se mueva de ahí ahora mismo voy.

Yoongi volvió a colgar la llamada y manejó como loco por la cuidad hasta llegar al lugar donde vivía Taehyung. 

Antes de bajar del automóvil llamó de nuevo a Jin para avisarle que ya lo había encontrado. Luego bajó a toda prisa y llegó a la casa de Taehyung y tocó el timbre. 

Tuvo que tocar varias veces porque al parecer no tenian demasiada prisa para abrir la puerta.

Al buen rato finalmente se abrió la puerta y Taehyung estaba en el umbral.

     —¿Puedo pasar? —Preguntó Yoongi al castañito piel canela.

Taehyung dudó un momento, había estado discutiendo con Jimin adentro porque su amigo no quería ver a Yoongi. 

     —Sólo dime una cosa,  ¿De verdad pasó algo significativo entre tú y esa modelo? —Taehyung tenía una ceja alzada y los brazos cruzados. 

Yoongi bufó algo exasperado, eso significaba que Jimin ya le había comentado todo lo que había pasado a Taehyung. 

     —No. —Respondió rotundamente, quería que Taehyung supiera que de verdad no mentía y que le dejara ver a Jimin. 

Entonces Taehyung comprendió y confío en él porque lo dejó pasar a su casa.

     —No lo hago por ti sabes, lo hago por mi mejor amigo y odio verlo sufrir y si me dices que NADA paso con ella yo creeré por el bien de Jimin que NADA paso con ella ¿Está claro Yoni?

Yoongi asintió,  lo que menos quería era oír sermones de nadie solo de Jimin.

     —Está en mi habitación.

Taehyung condujo a Yoongi por las escaleras y lo llevó hasta la planta alta a la que era su habitación. Abrió la puerta y lo dejó entrar, lo primero que Yoongi vió fue a Jimin metido en la cama de Taehyung cubierto con la sabana hasta los ojos.

Entró en silencio y se sentó en la orilla.

     —Jiminie. —Susurró acariciando sus castaños cabellos.

El mencionado se descubrió y luego se sentó mirando con severidad a Taehyung quien seguía parado en la puerta.

     —Tae Tae, dije que no lo dejaras entrar.  —Refunfuñó.

El castaño en la puerta suspiró encogiendo los hombros. —Sólo quiero verte bien Mimi, se que pueden arreglar esto.

Y dicho eso se fue dejando sola a la pareja, Jimin miraba para el techo pero sentía la mirada de Yoongi clavada en él. 

     —Vete Yoongi...

El pelinegro no se movió, en lugar de eso se acercó más a Jimin. 

     —Jimin, necesito que me escuches antes que cualquier cosa, quiero que sepas que nada de lo que hayas visto allá en mi oficina fue buscado por mí.

Jimin ahora enfocó sus ojos en Yoongi, oiría su excusa o su explicación o lo que sea pero ¿Cómo estaría seguro que lo que decía era cierto?

     —¿No me crees verdad?

Jimin negó. —¿Por qué lo haría?

Yoongi trató de tomar la mano del castaño que reposaba sobre su rodilla pero Jimin la quitó rápidamente. 

     —Jiminie por favor...

     —¿Cómo se que es verdad lo que me dices? —Cuestionó tratando de no volver a llorar.  —¿Cómo hago? Si ya se bien que con ella te acostabas antes.

Yoongi agachó la cabeza,  eso era verdad. Jimin tenía un  buen punto pero estaba siendo sincero con él, después de encontrar a Jimin y hacerlo su novio no volvió a tener aventuras con nadie más, ni si quiera con Irene, por eso también sentía que le dolía un poco que Jimin pensara que lo había engañado cuando en realidad no, ni si quiera se le cruzaba por la cabeza hacerlo.

     —No lo sé... sólo créeme Jiminie, no pasó nada. ¿Quieres escuchar lo que sucedió?

El menor hizo un leve puchero con sus labios, estaba ansioso por oír la versión de Yoongi pero también quería golpearlo. 

     —¿Según tú  lo que vi no fue cierto? O cómo hago para creer que esa mujer no estaba sobre ti casi teniendo un orgasmo Yoongi  porque eso fue lo que vi. —Lo acusó Jimin.

     —Pero no viste como traté de sacarla de encima de mí, ni como le pedí que se fuera viste solo lo que te convenía Jiminie... me pones como el malo cuando yo fui la víctima. —La voz de Yoongi salió de golpe y dolida por la manera  en que el castaño trataba de culparlo de algo que definitivamente no estaba en sus manos.

Los ojos de Jimin se cristalizaron por la manera tan dura con la que su novio le había hablado, no estaba acusándolo solo decía lo que habían visto  sus ojos.

El mayor se dio cuenta y trató de suavizar su voz, ambos debían controlarse para poder hablar bien y aclarar lo sucedido. 

     —Jiminie bebé, debes creerme cuando te digo que no pasó nada excepto que esa loca intento casi violarme juro que no supe cuando entró a la oficina, no la busque ella lo hizo y no tuve ni tengo ninguna intención de estar con ella.

Jimin limpió con el dorso de su mano un par de lagrimas que se le habían escapado.

     —Es-es que Yoonie, yo sentí feo con lo que ví, creí que me engañabas.

     —No amor no lo haría, te amo a ti.

Yoongi se acercó al menor y por fin lo abrazó sin que Jimin opusiera resistencia, lo estrujó entre sus brazos y depositó un beso en su cabeza.

     —¿Lo juras?

     —Lo juro amor, Te amo, y también juro que Irene se va a arrepentir de lo que hizo.

Jimin tembló, cada vez que Yoongi lanzaba una amenaza como aquella sabía que no estaba bromeando.

     —¿Que vas a hacer Yoonie?

     —De eso me encargaré después bebé,  ahora dime, ¿Tu collar? No lo traes puesto.

Jimin frunció la frente y luego recordó que había salido corriendo del baño y se le olvidó.

     —Lo deje en el baño, ¿Por qué amor?

     —No te lo vi puesto y como se que lo usas siempre,  ¿Vamos a casa? Tu madre está preocupada.

Jimin saltó de la cama, se le había olvidado por completo su madre por el drama que había hecho.

     —¡Mi mamá! Dijo que haría algo por mi cumpleaños y yo aquí...

Yoongi sonrió y sin esperar más nada atacó los labios de su novio con un beso delicado y sublime, dulce como Jimin, quien suspiró ya que por fin todo había quedado aclarado.

Se fueron de la casa de Taehyung ya ambos más tranquilos,  tomados de la mano en todo el camino de regreso a casa. Lo cierto es que ninguno de los dos podía estar lejos del otro por mucho tiempo.

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Un hombre mayor estaba parado frente a otros dos quienes estaban esperando una orden.

     —¿Señor?

El hombre dejó de inspeccionar a sus hombres y se sentó cómodamente en su silla, había tomado la decisión de hacer lo que estaba a punto de ordenar para salvar en honor de su apellido. Con él nadie jugaba así de esa manera.

     —Quiero que lo maten, traiganme su cabeza le haré un lindo espacio en mi pared de trofeos.

     —¿Se-señor e-está seguro? Sería declarar la guerra a los Min...

El hombre mayor ni si quiera se inmutó.

     —Dije que lo maten, ese Park Jimin es una piedra en el zapato, matenlo.

Los hombres asintieron sin titubear.

     —¿Y qué pasará con Min Yoongi  Señor?

El mayor se llevó una mano a la barbilla.

     —Claro que deben dejarlo vivo idiotas, lo necesito vivo.

Los hombres asintieron nuevamente y salieron rumbo a su nueva tarea. Asesinar  Park Jimin.