Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💎33


Cuando Yoongi abrió los ojos los sentía pesados a penas podía mantenerlos abiertos por un par de segundos, su boca estaba seca y sentía nauseas. 

Trató de levantarse pero en el intento volvió a acostarse ya que no sentía de sus caderas hacia abajo.

Se giró un poco y su hombro estaba descubierto pero vendado y no le dolía pero presentía que al pasar el efecto de la anestesia le dolería mucho. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado si una, dos o tres horas, solo quería saber de Jimin.

¿Se había ido o lo había esperado? En verdad temía que se hubiese marchado sin escuchar lo que pasaba o peor aún, que se hubiese marchado asustado y teniendo miedo de él, porque  Yoongi no le haría daño nunca al castaño pero muy en su interior se recriminaba, se llamaba así mismo hipócrita pues sabía y estaba consciente de sobra que le había hecho daño desde un principio, desde que lo hizo su novio con otras intenciones e incluso mucho antes de ello, desde la vez que lo trató mal por prejuicioso y miedoso.

Pero ahora a estas alturas del partido no debía lamentarse de sus acciones más bien debía enfrentarse a Jimin y decirle lo que él quería escuchar,  más no todo. Por nada del mundo Jimin debía saber que Yoongi se había acercado a él para utilizarlo, no podía y aunque las cosas hubiesen cambiado un poco de rumbo no justificaba la manera en la que habían comenzado. Temía dañarlo si se enteraba de esa verdad.

La puerta de la habitación se abrió y entró el doctor quien le sonrió de inmediato al verlo despierto.

     —Ah Joven Min que bueno que ya despertó, como protocolo vengo a verificar que el efecto de la anestesia haya pasado total o al menos parcialmente. ¿Puede mover las piernas?

Yoongi intentó moverlas más estas aún seguían dormidas bajo el efecto del medicamento así que negó. 

     —Ah muy bien esperaremos unos minutos más, en cuanto ya se pueda mover por completo ya podremos ver si lo enviamos a su casa a cumplir con la recuperación y la terapia.

Yoongi asintió mecánicamente ya que no estaba prestando la mínima atención al médico solo deseaba saber su Jimin seguía ahí.

     —¿Doctor, sabe si Park Jimin está aquí?

     —No, se retiró en cuanto usted entró a la cirugía, iba apurado. —El hombre de bata blanca le sonrió un poco y luego lo volvió a dejar solo.

Yoongi sintió algo pesado en su estómago, si Jimin se había ido significaba que estaba asustado, ¿o que tenía miedo de él? ¿Y si volvía a perder a Jimin?

Un sentimiento de abandono se instaló en su pecho, la última vez que había sentido algo así fue el día que su padre había llegado por él a casa de sus abuelos y lo obligó a irse con él sin importarle las ganas que su hijo tenía por ir a despedirse de Jimin a su casa y Yoongi se había quedado con las palabras que había deseado decirle a Jimin antes de irse, con las disculpas que aún le debía por la última vez que se habían visto. 

Sólo le había quedado más remedio que guardarse para él la carta que había escrito para Jimin y había sentido una impotencia grande al no poder hacer nada por detener su destino, por no poder detener a su padre y decirle que no quería irse, que sentía cosas por su amigo, que no le importaba nada que quería quedarse ahí con él. El mismo sentimiento de abandono e impotencia que ahora sentía al saber que el castaño se había ido.

La anestesia iba pasando ya podía sentir la punta de los dedos de los pies poco a poco los iba moviendo,  se impacientaba cada vez más por no poder salir corriendo a buscarlo y ni si quiera tenia cerca su celular para marcarle y pedirle que vuelva. 

Una enfermera entró y llevaba con ella agua en una jarra y se acercó sirviéndole un vaso de líquido cristalino.

     —Beba el agua Joven Min,  debe estar sediento.  —La mujer no tuvo que rogarle, el pelinegro de inmediato se bebió el agua completa pues sentía como su laringe se pegaba y sus cuerdas vocales se raspaban cada vez que quería hablar debido a la sequedad.

Un alboroto en la puerta hizo sobresaltar  tanto a Yoongi como a la enfermera y la puerta fue abierta bruscamente.

     —¡Yoongi!

Una mujer de piel pálida, cabello negro  reluciente y nariz respingada entró empujando fuerte a  una enfermera que le impedía entrar.

Yoongi la reconoció de inmediato, ella misma le había ahorrado todo el trabajo que tenía por hacer así que ni si quiera se inmutó. 

Las enfermeras trataron de hacerla salir, pero ella les ignoraba.

     —Por favor señorita no puede entrara solo así...

     —¿Yoongi por Dios estas bien? ¡En cuanto me enteré de esto vine corriendo!

Yoongi la miró analizando a la mujer y soltó una sonrisa no podía creer que fuera tan cínica.

     —Podrían dejarme solo con ella, gracias.  —Pidió a las enfermeras y ellas aún bajo la orden de Yoongi se retiraron con cautela temiendo que la intrusa causara algún otro alboroto como el que había causado al entrar.

Cuando por fin estuvieron solos la mujer se dejó ir contra él para rodearlo con sus brazos, más Yoongi se soltó como pudo.

     —¿Tienes la cara para venir Francesca? —La mirada de Yoongi era dura sin ápice de alegría por verla.

     —¿De qué hablas Yoongi? Vine a verte Dios como te han dejado.  —La mujer extendió una mano para tocar el hombro del pelinegro más Yoongi le apartó de un manotazo y luego con la otra mano la sujetó del brazo acercándola a él.

     —¿Yoongi que te pasa?— Jadeó ante el apretado agarre que Yoongi ejercía en su brazo.

     —¿Qué pasa? Mandaste a tu gente a matar a Jimin... ¡A mi Jimin estúpida loca!

La mujer se logró apartar de Yoongi y se tocó el brazo seguramente le iba a quedar marcado pues Yoongi tuvo el sumo cuidado de sujetarla duro para porvocarle dolor.

     —No se de que hablas Yoongi, yo sólo vine a verte en cuanto supe que estabas aquí pe-pense que...

     —Cállate loca, agradece que no me puedo mover o juro que me levantaría a estrangularte con mis propias manos, ¿En que pensabas? ¿Si asesinas a Jimin yo me voy a casar contigo? ¡Estas demente! Jamás voy a casarme contigo te lo he dejado claro y ahora que se de lo que has sido capaz mucho menos.

    —P-pero...

     —Lárgate, Lárgate de aquí y escucha esto, si vuelves a si quiera pensar en hacerle daño a Jimin estas muerta ¿entiendes? ¡A Jimin nadie le toca un solo cabello! Yo mismo me encargaré de ir tras aquellos que  quieran arrancar a Jimin de mi lado.

La mujer trago duro al oír la amenaza, más no quiso demostrar frente a Yoongi lo profundo que habían calado sus palabras.

     —¿Tanto te importa ese mocoso? ¿Lo amas a caso? ¿Tanto te importa estar con él? ¿Más que conmigo?

Yoongi se incorporó como pudo para poder sentarse en la cama y ver así mejor a la mujer frente a él.

     —Me importa mucho, más que tu, deseo estar con él a estar contigo es más,  el me provoca más cosas que tú,  tú me provocas lástima Fran y fastidio, Jimin me provoca querer tenerlo conmigo todo el tiempo, me provoca querer besarlo, me provoca seguridad si está a mi lado, ¿y sabes qué? —Se acercó un poco a la mujer que le devolvía la mirada con horror. —Hasta me provoca querer follarmelo exquisitamente como tú tanto me lo has pedido, sólo que si me lo pide a él si se lo haría con gusto.  —Sonrió de lado al ver que las palabras dichas le habían hecho efecto a la mujer.

Ella estaba ahí parada apretando sus manos y el rostro caliente por la ira que estaba conteniendo. 

     —Te metiste con el equivocado Fran, entérate que te he enviado a vigilar y si vuelves a intentar otro atentado contra él lo sabré y entonces si date por muerta.

Ella retrocedió un par de pasos sin dejar de verlo.

     —Qué esperas lárgate me da pereza verte ahí.

La mujer le dedicó una última mirada a Yoongi y se dio la vuelta para salir de la habitación pero en ese momento la puerta fue abierta nuevamente dejando a la vista al ser que tanto Yoongi estaba deseando ver desde que despertó. 

     —¡Jimin! —Yoongi soltó su nombre con tanto anhelo de verle ahí parado.

Francesca le dedico una mirada de pies a  cabeza  a Jimin quien ni si quiera se detuvo a verla pues iba más ocupado por ver al pelinegro. 

     —¡Despertaste!

El castaño se acercó al mayor y se arrojo a sus brazos para fundirse en un abrazo que Yoongi volvió más profundo enredando un brazo al rededor de la cintura de Jimin y la otra mano sujetaba sus cabellos sin apartarlo de él.  El pecho del pelinegro vibraba de felicidad al ver al menor ahí.

     —Pensé que te habías ido de mi lado...

     —¿Qué? ¿estás loco Yoonie? Jamás,  después de casi dar tu vida por la mía jamás.

Ambos escucharon la puerta cerrarse, Yoongi supo que se habían quedado solos y aprovecho eso para unir sus labios en un beso tan profundo como delicado, demostrándole a Jimin que sí lo había echado de menos luego se separaron para unir así sus frentes.

     —Jimin... pensé que te habías ido para siempre, pensé que te había perdido, yo... —La voz de Yoongi se quebró, era la primera vez que le pasaba eso, la primera vez que se sentía débil ante alguien, la primera vez que sentía tanto alivio de ver a una persona.

     —Yoon yo quise... quise irme  me entró pánico al enterarme de cosas pero yo... t-te quiero Yoongi y no tuve el valor para dejarte, no lo tuve ni lo tendré. —Jimin se aferró al agarre de Yoongi soltando un pequeño jadeo por querer comenzar a llorar, más se contuvo.

Yoongi trago saliva, se sentía el ser con más suerte en el mundo al mismo tiempo que se sentía miserable por haberle mentido a Jimin desde un inicio y no deseo nada más en el mundo que haber hecho las cosas de otra manera con él, porque  inevitablemente había logrado enamorarse de Jimin como jamás imaginó que podría estarlo.

Las cosas que uno hace sean buenas o malas,  o malas disfrazadas de buenas tienen consecuencias... así como él minúsculo de los átomos al  moverse y fusionarse con otro provocando una reacción en cadena. Así sucedían las cosas entre aquellos dos seres, y Yoongi había movido las piezas para jugarlas a su favor pero había acabado por ser víctima de sus propios actos, y ahora estaba ahí enamorado, perdidamente enamorado de  Jimin.

     —Jiminie, mi Jiminie te amo, perdóname, perdóname el haberte mentido.

Jimin abrió los ojos que había mantenido cerrados pero no se despegó de Yoongi quien aún lo abrazaba. Sonrió con unas pequeñas lágrimas en sus ojos.

     —También te amo Yoongi, y no me pidas perdón te entiendo totalmente... sólo no vuelvas a mentirme Yoonie, tenme confianza.

Yoongi volvió a besarlo ahora con más pasión fundiendo sus bocas y saboreando la esencia de Jimin, saboreando su saliva, succionado su lengua, mordiendo sus labios.

No escucharon al doctor entrar.

     —Lo siento... ya se puede ir a casa Joven Min podrán tener más privacidad allá.

Ambos se separaron con sus mejillas rojas mientras el doctor sonreía cómplice. 

≫────°❅•𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓•❅°────≪

Hay me dolió tanto escribir este capítulo por Jimin. Si se entera de la verdad se muere bebé Mochi 🥺.










Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro