El viaje que había hecho desde Corea hasta Italia había sido un poco tedioso pero valía la pena podría matar  varios pájaros de un tiro. Se acomodó en la cama del Hotel cinco estrellas en el que se había quedado estaba tan cansado pero el trabajo lo llamaba. Solo se permitió cinco minutos más y después se levantó para ir a hacer sus trabajos pendientes.

Tenía varios hombres que iban con él a la gran Reunión que Giordano tenia reparada. Según tenia entendido estarían los más de 200 hombres que servian al Clan de la Mafia y el llevaba a penas solo 10. Pero para él era el 10  de la suerte.

Se sabía ya el camino de la Mansión Giordano de memoria con tantas veces que había ido ya ahí con su hermano pero ahora le tocaba ir sólo. Cuando Yoongi era el jefe él era su perrito guardián y ahora que iba solo sentía una especie de poder que nunca sintió, ser el segundo no era tan malo pero ser el primero daba cierto poder.

Estacionó y fue recibido por la persona que más deseaba ver desde hacía días.

     —Cariño te extrañaba.

El rubio ojos azules le sonrió mientras lo veía bajar de la camioneta. 

     —Hola precioso. —Saludó Hoseok a Maximiliano Giordano con un beso en la mejilla.

¿Desde cuando eran Amantes? Desde antes de planear todo el asesinato de Yoongi, desde la primera vez que vino  a Italia y lo conoció, se habían enamorado ambos y para ambos era exactamente la misma historia: No podían tener una relación homosexual porque sus padres jamás iban a permitirlo  a ninguno de los dos. 

Entonces ¿Por qué Yoongi si podía? Pues porque Yoongi siempre hacia todo lo contrario a lo que su padre le ordenaba. Yoongi siempre hacia lo que se le venía en gana, en cambio Hoseok no él si era de acatar órdenes pero ahora no estaba su padre así que por su parte ya no tenía a quien entregar cuentas pero Maximiliano si  y por eso era tan complicado.

     —¡Los hombres que has traído ordénales que entren por el área sur. Ahí se quedarán hasta mañana.

Hoseok asintió.

El día de mañana habría por fin una reunión donde todo el Clan Giordano en Pleno estaría reunido ya que se formaría una nueva alianza, se uniría cuatro clanes más a la mafia italiana pero los dos más importantes  pertenecían al  Clan Madalayet de España que era el mas grande de esa nación y el Clan desconocido que era el que más deseaba Giordano poseer. Su socio oculto.

     —¿Y tú padre?

     —En una reunión, está en una llamada como su socio más esperado.

Hoseok asintió y entraron ambos a la fortaleza Giordano que por donde quiera que se volteara a ver habían hombres con armas.

Llegaron a la oficina principal y Maximiliano tocó la puerta recibiendo la señal para poder pasar.

Alberto Giordano estaba frente a una pantalla hablando con el socio misterioso, aquel que poseía grandes territorios y al que ansiaba unir a él.

     —Ahh llegas a tiempo Hoseok, voy  presentarte a mi más querido socio. Para el clan Giordano adquirir sociedad con él es un regalo muy ansiado.

Hoseok se acercó a la gran pantalla y observó a aquel hombre que estaba del otro lado.

Era alto de porte elegante, cabello rubio y delgado de hombros anchos podría decirse que hasta apuesto pero no se le veía en rostro por aquella máscara con diamantes negros.

     —Es Diamante negro el nuevo Clan que se unirá a nosotros, le estaba afinando detalles para la reunión de mañana donde habrán más clanes más pequeños por supuesto pero sirven.

Hoseok hizo una reverencia al hombre de la máscara.

     —Él es Min Hoseok,  el único heredero del desaparecido Clan Diamante, su líder desafortunadamente fue eliminado y él decidió entegar su Clan a nosotros, gracias a él es que tenemos dominio de más de la mitad de Corea y con usted señor Black tendremos dominio de la otra mitad de Corea y de varios continentes más, no sabe lo ansiosos que estamos de unificar... por fin el poder de las mafias será sin límites. 

Giordano río estrepitosamente y el hombre de la máscara se recostó en su silla donde estaba sentado.

     —Por cierto viejo amigo ¿Sabías que alguien pide tu cabeza?

Giordano dejó de reír al oír aquello, no tenía el conocimiento de que  alguien buscaba asesinarlo.

     —¿Mi cabeza? ¿Quién querría? Todos son aliados míos ahora.

     —Al parecer haz dejado un cabo suelto y ese pequeño cabo quiere venganza.  Min Jimin ¿Te suena?

Hoseok se movió inquieto en el lugar donde estaba y Giordano se rasco la barbilla pensando, analizando las palabras de Black.

     —¿A si? ¿Qué le dio por vengar al obsoleto de Min Yoongi? —Su carcajada fue enorme que invadió toda la sala.

     —Así es, vino a mi para pedir mi ayuda. Está sólo al parecer ese muchacho que tienes a tu lado lo abandonó a su suerte...

Hoseok soltó una risita nasal y recibió una palmada en el hombro de parte de Alberto Giordano.

     —¿Y que le has dicho?

El de la máscara tardó un momento en responder, tomó su vaso de whisky y bebió un largo sorbo.

     —Que si obviamente, no puedo levantar sospechas negándome  y se fue satisfecho, esperando a que yo le envíe noticias. —Sonrió.

Giordano se quedó un momento pensando. ¿Quisa si debió buscar más a Park y eliminarlo?

Pero es que siempre que creía estar cerca de él y poder hechale guante encima Park se le esfumaba. Era como si alguien lo ayudara pero no había nadie, Park estaba solo y desprotegido y aun así no había podido asesinarlo. Él no era de dejar cabos sueltos.

     —Sabes algo Black, he tratado de matar esa alimaña pero tiene más vidas que un gato... no he podido ¿Tú que estas más cerca podrías hacerlo por mi? Creo que lo que necesita es una reunión familiar. —Soltó una carcajada por el mal chiste que había dicho.

El de la máscara asintió.

     —Gracias Black veras que ese favor se te será bien recompensado.

     —Así lo creo Giordano, será satisfactorio ya lo verás.

La pantalla se apagó y quedaron solo los tres presentes en la oficina.

     —Ya están llegaron los demás clanes Padre. —Anunció Maximiliano.

Giordano asintió levantándose de su silla, estaba ansioso porque mañana por fin sería el todopoderoso de la Mafia el señor de señores, si ya de por sí era una Mafia grande la que dominaba ahora sería omnipotente y Omnipresente.

     —¿Y él estará aquí? —Fue Hoseok quien habló.

     —Black y su Clan Diamond Black no vendrán estarán por la pantalla como hoy, es una lastima que no venga pero será mejor así podrá sacarme a Park Jimin de encima lo más pronto posible.

     —¿Tan necesario es padre? Me refiero a que ya no son peligro para el clan... son nadie ahora.

Giordano negó, jamás debía subestimar a la más pequeña alimaña.

     —Jamás subestimes hijo, a veces te llevas sorpresas de donde menos las esperas y ese muchacho Park es una molestia y siempre lo ha sido, tu hermana estuviera viva si Min no se hubiera encaprichado con ese muchacho y se hubiera casado con ella, no obtuvimos ese clan por las buenas lo tuvimos a la mala eso ya no importa pero no voy a dejar vivo a nadie de esa familia... bueno omitiendo a Hoseok claro. —Sonrió mirando al pelinegro. 

Hoseok sonrió un poco nervioso ojalá confiara en las palabras de Giordano pero no debía, sabía la clase de hombre que tenía frente a él. 

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Jimin no quería despegarse del abrazo cálido que el contrario le daba.

     —¿Confías en mi?

Él asintió con sus ojos llenos de lagrimas.

     —Promete que Volverás Yoonie, prometelo.

El pelinegro que lo abrazaba asentía.

     —Lo prometo amor.

Jimin afianzó el agarre que tenia con sus brazos en el cuello del pelinegro aspirando su aroma que tanto amaba.

     —Te amo Yoonie.

     —También te amo tanto mi amor.

La bruma los envolvió y Yoongi desapareció en ella dejándolo solo.

Jimin abrió los ojos y al contrario de lo que se imaginó una gran sonrisa surcaba su rostro.  Había sido un sueño tan vivido y hermoso.

Se movió en su cama y acarició el espacio donde Yoongi solía dormir se  acomodó bien y suspiró. Ayer había tenido su primera sesión con el psiquiatra después de mucho tiempo de no ir y se había sentido muy bien.

Había curado una herida y ahora estaba listo para dejar ir... sólo se quedaría con el recuerdo de lo que un día fue su gran amor hacia Min Yoongi y de ahí en adelante seria feliz.

Su nueva vida comenzaba... o eso creía.