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Unos suaves toquecitos en su hombro lo asustaron porque dormido realmente no estaba, le costaba conciliar el sueño en esa cama, su antigua cama en su antigua habitación.
Volteó hacia un lado y ahí estaba Luca con su oso de peluche que Yoongi había comprado para poner en sus camas el último día que estuvieron todos juntos en esa casa.
-¿Sucede algo mi vida? ¿No puedes dormir?
El pequeño negó repetidamente con su cabecita y se metió en la cama con su padre.
-Es que extraño mucho a papá Yoongi papi Jimin, esta casa huele a él.
Jimin se estremeció porque si, efectivamente la casa olía a él toda la habitación olía a él y por ello no podía pegar un ojo imaginando que en cualquier momento podía entrar por esa puerta.
-Ya pequeño él... está trabajando muy duro.
-Ya se tardó mucho es esa misión super secreta que dijo tío Agust.
Jimin sonrió, de seguro Agust les había inventado algo así para que no lo extrañaran demasiado.
-Si, de seguro esta muy ocupado.
-¿Por eso no llama?
Jimin negó.
-No pequeño, pero él los ama mucho así como yo, pero también amo dormir y tu también debes dormir.
El pequeño Luca sonrió acomodándose en la cama y cerro los ojos mientras su cabello era acariciado por Jimin quien también intentó dormir.
A penas llevaba pocas horas de haber vuelto a casa y ya se sentía muy ansioso.
Luca tardó unos minutos más en dormirse y se levantó para ir al balcón que daba directo hacia el jardín trasero, habia una silla ahí de madera donde Jimin solía sentarse en las noches y esperar a Yoongi.
Suspiró pasando los dedos por la madera pulida y luego se sentó mirando el cielo estaba nublado no se podían ver las estrellas.
La brisa que soplaba estaba cargada de humedad por la época lluviosa en la que estaban así que sintió frío pero no le impidio seguir ahí.
No pensó que volvería a esa casa, no así. No huyendo del que creyó era su amigo, su familia, el hermano de su amado esposo quien en realidad era solo un traidor. Con razón comprendió Jimin el por que Hoseok se había retirado así de fácil del poder él permitió todo. ¿Pero que ganaba con ello? Absolutamente nada.
Sacó del bolsillo de su suéter un cigarrillo y su encendedor y lo prendió, no fumaba, jamás lo hizo no hasta que la ansiedad lo invadió por completo.
Se lo llevó a los labios inhalando el humo y luego sacándolo y repitiendo la acción.
Luca había dejado la puerta abierta y la luz del corredor entraba en la habitación y Jimin pudo distinguir ahí la silueta de Yoongi... estaba soñando de seguro así que cerro los ojos y los Volvió a abrir, ¡Si era Yoongi! y caminaba hacia él con su típico caminado lento y elegante, con su sonrisa de lado tan coqueto y serio.
-Yoonie...
Fue sólo un murmullo su voz que fue arrastrasa por la brisa de la noche. Se sintió tonto cuando Agust apareció frente a él y le quitó el cigarrillo para inhalar la nicotina también él.
-¿Ahora fumas? -Dijo soltando el humo.
Jimin estaba tan perdido en esa persona que estaba frente a él en ese momento ¿Por qué lo había confundido con Yoongi? ¿Quisa era porque llevaba ropa de dormir similar a la que solía usar Yoongi?
-¿Qué?
-Que no sabía que tenías este hábito Jimin. -Respondió llevándose de nuevo nuevo cigarrillo de Jimin a los labios.
Jimin negó riendo un poco, sentía que estaba viviendo un sueño.
-Pues es un hábito nuevo, sólo lo empecé por la ansiedad ya lo había dejado pero volver aquí me dio un poco de ansiedad y sentí que lo necesitaba.
Agust le devolvió su cigarrillo a Jimin y él le dio un último jalón y lo arrojó al suelo para luego pisarlo.
-¿No puedes dormir?
Jimin negó.
-Todo aquí tiene su olor, la cama, las sábanas... la casa entera incluso tú.
Sus ojos comenzaron a arder, su pecho le quemaba Jamás superaría la muerte de Yoongi, lo amaba lo extrañaba, habían pasado tantas cosas juntos.
-Dios es q-que l-lo extraño t-tanto. -Lloró poniéndose de pie y acercándose al balcón, sujetó con fuerza el hierro frío que se hizo daño en las manos pero no importaba. -Lo amé desde niño fue mi primer amor y el único hasta que se fue, le perdoné cosas y él las mías, luchamos juntos por estar bien, escapamos de morir muchas veces juntos, no es justo que yo siga aquí y él no y todo por mi, por mi culpa Agust no es justo a veces quisiera ir a la orilla y saltar porque sin él no estoy completo. -Lloró sin contenerse.
Se acercó más hacia adelante como queriendo saltar, porque a veces eso deseaba saltar y correr hacia sus brazos como solía hacerlo cuando lo veía.
-Yo te entiendo Jimin, pero no tienes por qué saltar aún. -Agust lo tomó de la cintura para alejarlo un poco del balcón, pudo percibir como el pequeño cuerpo del castaño temblaba de pies a cabeza y no era precisamente por el frío.
Lo atrajo hacia él y lo abrazó, Jimin enterró su rostro en el cuello de Agust y volvió a sentir su cuerpo estremecer, para Jimin era como estar abrazando a Yoongi. No supo en qué momento Agust acercó su rostro al del menor y rozó suavemente sus labios, Jimin sintió de nuevo esa corriente eléctrica invadir todo su cuerpo, solo era un suave y sutil roce de labios con labios pero sintió que volaba alto y volvía a caer con fuerza y era azotado una y otra vez en el aire.
Quizá él en su subconsciente no quiso hacerlo pero en su interior le llamaba aquella necesidad de besarle y así lo hizo rompió el espacio que existía entre ambos y Agust terminó por unir de nuevo sus labios y envolverlos a ambos en un momento muy íntimo y personal, los labios de Agust eran extrañamente muy adictivos y cómodos tan suaves como un trozo del más dulce pedazo de melocotón, pero había algo y era que mientras besaba a Agust la imagen de Yoongi se le interponía en su mente, porque él estaba besando a Agust pensando que estaba con Yoongi.
Abrió los ojos cuando sintió que su cintura era tan fuertemente apretada por las manos de Agust como si no quisiera soltarlo nunca.
Cuando el beso se cortó las mejillas de Jimin estaban encendidas y quiso correr y esconderse.
-¡Agust vete! Lo siento mucho debes irte yo... esto fue un error no debimos. -El castaño se aferró nuevamente al frío hierro del balcón con su corazón latiendo rápidamente. ¿Cómo había pasado eso?
-Lo lamento Jimin sólo quería ver si estabas bien.
Agust no dijo más y se alejó de Jimin entrando de nuevo en la habitación para poder irse y en cuanto Agust se había ido Jimin se dejó caer en la silla totalmente destrozado aún, cuando volvió a la cama iba con muchas emociones en su interior.
¿Cómo fue que su mente se confundió tanto y lo hizo creer que estaba con Yoongi? Sus besos sabían a los besos de Yoongi, sus manos, el agarre en su cintura, su aroma todo Agust era Yoongi incluso cuando entró en la habitación y vio su silueta.
¿Era posible? No no lo era y no quería pensar en eso porque no queria hacerse ilusiones. Su Yoongi estaba muerto y no iba a volver. Se hizo un ovillo en la cama al lado de Luca y trató de calmar su corazón. Su mente le estaba jugando feo, muy feo porque le hacían pensar y sentir cosas que no existían.
¿Pero de verdad se estaba imaginando cosas?
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No había pegado el ojo en toda la noche por estar pensando en lo que había ocurrido, había sido un sueño sin duda, si, un sueño confuso lindo y confuso porque creyó ver a Yoongi.
En la cocina no había nadie así que bajó a beber un café, Solar iría por él más tarde para llevarlo a un lugar y no quería estar con sueño y cansado. Sólo esperaba que Agust no estuviera ahí no sabía con qué cara verlo.
Se preparó su café aún con su rostro crispado en duda y confusión sería mejor dejar de pensar en eso o pasaría el día intranquilo.
Decidió preparar el desayuno para sus pequeños ya que no tardarían en bajar con hambre, unos deliciosos huevos con tocino, algo de fruta picada y pan tostado no estaría mal, sonrió al escuchar el bullicio de sus pequeños acercándose tal y como lo había previsto. Luca, Jinho y Adora entraban al comedor para tomar su respectivo desayuno así que se apresuró a servir.
-Buenos días a los pequeños más lindos del mundo. -Canturreo llevando la bandeja con comida.
Los tres pequeños sonrieron al verlo y saludaron con emoción como cada día.
-Hola papi Jimin. -La vocesita de la dulce Adora lo hizo voltear a verla.
-¿Dormiste bien cariño? -Preguntó.
-Si, extrañaba la casa.
-Papi Jimin, Jinhoo no me cree que tuve un sueño muy realista. -Se quejó Luca haciendo puchero.
Jimin terminó de dejar el desayuno de cada uno y se sentó a beber su café y comer algo de fruta. Puso interés en la pelea que tenían sus dos pequeños.
-¿A qué te refieres cariño? -Cuestionó dando un sorbo largo a su café.
-Dice Luca que Papá Yoongi vino anoche, pero eso no es verdad ¿Cómo podría venir e irse así de fácil y sin decirnos nada? -Se quejó el pequeño.
-¡Te digo que siii, era él lo vi era real! ¡Me habló!
Jimin también arrugó la frente, ¿No había sido todo aquello un sueño o una confusión?
-¿Te habló papá en sueños amor?
-Si abrí los ojos cuando no estabas en la cama y él estaba ahí vi su sombra y me dijo "duerme bien pequeño" era su voz, no fue un sueño.
Jimin estaba temblando, sudaba frío de pronto todos los recuerdos de la noche anterior le golpearon como un mazo gigante.
-Ahora vuelvo terminen de desayunar.
Se levantó muy de prisa, tanto que se mareo un poco. ¡Había sido todo un sueño! Debía serlo.
Subió a la habitación casi corriendo y fue directo al balcón, la silla estaba ahí entonces buscó con la mirada la colilla de su cigarrillo, la encontró tirada y aplastada.
La tomó con sus dedos y se quedó ahí meditando... Agust estuvo ahí anoche con él, Agust y él se habían besado. ¿Y si Agust era Yoongi?
Su corazón casi se le sale de la boca ¿Por qué? ¿Cómo?
Debía quitarse esa duda, pero si le preguntaba directamente era obvio que le diría que no... sólo había una manera de hacerlo.
Salió de la habitación y recorrió el pasillo en busca de la habitación de Agust, Jimin siempre tuvo el presentimiento de que Yoongi estaba vivo, nunca quiso creer lo contrario. Era hora de averiguar la verdad.
Entró en la habitación de Agust y lo vio en su cama aún con su ropa de dormir, su corazón latía con fuerza cuando acercó sus manos y lo movió.
-¿Agust?
El cuerpo del mayor se movió y al abrir los ojos se asombro de ver a Jimin ahí.
-¿Pasa algo Jimin?
Se sentó aún somnoliento en la cama, Jimin no dejaba de mirarlo y se sintió hasta intimidado.
El castaño detallaba cada parte del rostro del hombre, sus ojos azules oscuro no grises... sus labios finos y rosados eran similares, su nariz también, su cabello negro, incluso los lunares en su cuello, era todo igual excepto por sus ojos y las perforaciones y tatuajes. Pero había algo que marcaba una diferencia...
Una cicatriz de bala no se podía ocultar ¿Cierto?
Acercó sus manos temblorosas al cuerpo de Agust quién lo miraba con el ceño fruncido lleno de confusión, y le sujetó de la camisa de dormir quitando cada botón y a medida que lo hacía su corazón se aceleraba mucho más.
-¡Hey oye niño Salvaje... ¿Qué haces? -Agust trató de evitar que Jimin le quitase su camisa.
-D-dejame... se que eres tú, ¡todo el tiempo eras tú!
-¿De que hablas?
Jimin quitó otro botón.
-Anoche, los besos ¿Cómo podrías besarme tal y como lo hacía Yoongi? Tus manos en mi cintura... ¿Cómo podrías?
Un tercer botón fue quitado, ahora podría saber la verdad...
-Tú eres Yoongi.
-S-soy Agust...
-No te creo, tienes la cicatriz de la bala en el hombro de cuando me salvaste la vida yo lo sé.
Agust se apartó, se alejó de Jimin cubriendo su pecho, pero él castaño era insistente así que rápidamente volvió a tomarlo del brazo y lo jaló duro solo así pudo alcanzar el borde de su camisa y por fin tiró de ella dejando el pecho desnudo del pelinegro a la vista.
Jimin tragó saliva y enfocó sus ojos en el hombro justo donde su Yoongi tenia aquella cicatriz y entonces como un loco volvió a llorar.
-¿Entonces... no eres él?
Agust miraba con pena al castaño cubrió de nuevo su cuerpo y acercó a Jimin para abrazarlo con fuerza.
-Jimin pequeño, deja de llorar siento mucho haberte confundido así. No debí besarte. No soy Yoongi está claro que aún no lo superas y que debo mantenerme alejado de ti.
-Es que mi mente me juega sucio...creí que eras tú, hasta Luca creyó escuchar su voz cuando le has hablado en la noche.
Jimin estaba más triste aún porque en verdad creyó y se hizo la falsa ilusión de que anoche había estado con Yoongi, pero él hombro liso y sin marca de Agust le confirmó todo lo contrario.
Listo, se estaba volviendo loco, debía tomar medidas, iría a terapia porque el recuerdo de Yoongi lo atormentaba y si seguía así no podría continuar con su vida.
-Lo siento mucho salvaje.
Jimin negó aún dejándose abrazar por Agust.
Debía acabar con todo eso ya porque no solo se dañaba él si no también a los demás.
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No saben lo que me duele escribir estos capítulos 😣 pero son muy necesarios...
Nuestro Jimin se está volviendo loco.
Besos 💋 mandarinas.
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