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24. ¿Celos? 🖋️


Narra Jeysi

Después de pasar un fin de semana feliz con mis hijos, Leandro y Susana.
Llegó el lunes, día donde me tengo que despedir de mis hijos ya que hoy salgo de viaje para la supervisión de la obra del nuevo hotel de la cadena hotelera Smith.
Derek y Josué empiezan hoy sus vacaciones escolares lo que quiere decir que puedo viajar con más tranquilidad ya que se quedarán en casa con la supervisión de Carmen y Eloísa junto con los dos policías y jean su chófer.

Los niños no querían que me fuera de viaje ya que comenzaron sus vacaciones, ellos querían disfrutar en mi compañía, pero les expliqué que es sólo una semana que cuando regrese la pasaremos bien y les dije que les traería una sorpresa, fue la única manera que me dejaran ir tranquila.

TOC TOC TOC.
Tocan la puerta de mi habitación.

— Si, pase.

— Mi niña ya Leandro te espera abajo — dice Eloísa en cuanto entra a la habitación.

— Ya estoy lista, dile que ya bajo por favor.

Eloísa sale de la habitación y yo tomo mi bolso, chequeo que no se me quedé nada, tomo la maleta y agradezco que tenga ruedas porque se me facilita  llevarla yo sola, pero cuando llegó a la escalera me detengo.

<< Esta maleta pesa mucho, pero hay que cargarla para poder bajar las escaleras. Bueno tengo que bajar, ¡andando! >> Me animo mentalmente.

Acomodo la maleta para cargarla pero un brazo fuerte pasa a mi lado dejando una exquisita fragancia y agarra la maleta, luego escuchó una voz en mi oído que hace que se me erice la piel.

— Yo la llevó preciosa —Volteo y veo el rostro de Leandro a pocos centímetros del mío con una sonrisa en sus labios.

— Gracias — le digo con algo de nervios, ya que su cercanía me produce un revuelo en el estómago.

Una vez estamos frente a la puerta me despido de Derek y Josué, con un fuerte abrazo y muchos besos.

— Carmen cualquier cosa me llamás — nunca me había separado por tanto tiempo de mis hijos, claro a excepción de los días del secuestro, los voy a extrañar mucho.

— Tranquila Jeysi, todo estará bien — me tranquiliza Carmen mientras me da un fuerte abrazo.
— Disfruta tu viaje. ¡Y de la compañía también! — eso último lo dice casi en susurros para no ser escuchada por nadie más y yo me pongo nerviosa en el acto por sus insinuaciones.

— ¡Carmen! — ella solo me aleja de sus brazos y suelta unas carcajadas.

Eloísa nos da un fuerte abrazo y luego nos permiten salir de la casa, ya Roque nos espera en el vehículo para irnos y cómo es de esperar él también viaja con nosotros para velar por nuestra seguridad.

Llegamos al aeropuerto justo a tiempo.

Luego de un viaje de tres horas ya estamos en nuestro destino.
Eros envió un chófer a recogernos en el aeropuerto para llevarnos al hotel donde nos quedaremos esta semana.

Llegamos al hotel y Leandro se va a recepción para registrarnos.

— Roque esta es tu llave — le entrega una tarjeta a Roque. Estamos en el mismo piso, el nuestro está al final del pasillo.

- ¿La... Nuestra? — repito.

— Si pedí la suite doble, prefiero tenerte cerca, disculpa si me excedí — me explica Leandro.

— No, no, tranquilo es perfecto.

<< Sola en una suite con el hombre más apuesto que conozco>> pienso
<< Si es perfecto >> me dice mi voz interior.

— Para que estés tranquila pedí la suite doble lo que quiere decir que cada uno tendrá su habitación — me dice mientras toma mi mano y entrelaza nuestros dedos — se que tú quieres ir con calma, confía en mí no te forzare a nada.

Le doy un poquito en los labios y le respondo.

—  Sé que tú no harías nada que yo no quiera, confío en ti.

<< El problema está en que pasa si yo quiero >>

Seguimos al botones a nuestra habitación y cuando entró me quedé en el umbral de la puerta viendo lo hermosa que es la suite.
Al entrar visualizo el fondo de la habitación donde se ve un balcón cuyas puertas son de vidrio y se visualiza el hermoso paisaje, al lado derecho hay un juego de cómodos sofás de color marrón claro, frente hay un televisor enorme y entre ambos una mesita de vidrio, al lado izquierdo una mesa para cuatro personas de forma redonda, al fondo un minibar.
de cada lado de la bella habitación hay una puerta de madera y asumo que son las habitaciones.

— Elige tú la que quieras — me dice Leandro muy divertido.

Camino a la puerta del lado izquierdo la abro y veo dos camas individuales con una mesita de noche a cada lado, al frente un televisor en la pared y debajo una peinadora caoba muy bella, a una esquina un espejo de cuerpo entero y en la pared a cada lado de una de las camas dos puertas.
Abro una de las puertas y es un clóset enorme y al abrir la otra veo un baño bellísimo, el piso, la tina, el lavamanos y el sanitario son de un color blanco, a un lado de la tina hay un cubículo con puerta corrediza transparente donde está la ducha, todo es muy elegante y bello.

— Ven, veamos la otra habitación — dice Leandro entrelazando nuestros dedos y me lleva casi a rastras a la otra habitación.

El abre la puerta y me hace señas para que ingresé, al entrar veo una cama king size cubierta por un edredón dorado con una mesita de noche a cada lado de la cama, un televisor en la pared y una peinadora,  un espejo, igual a la de la otra habitación, a un lado se ve las dos puertas, abro la primera y es el clóset, es igual de espacioso que el anterior, luego voy a la otra puerta y es el baño y me quedo de piedra, es más grande y bello. Al igual que el anterior visto, es de color blanco pero con detalles dorados, la ducha en un cubículo con puertas trasparente, está habitación en ves de una tina tiene un jacuzzi donde pueden entrar como 5 personas, todo se ve tan majestuoso.

— Y bien, ¿Cuál eliges? — me pregunta Leandro a mi espalda.

<< Leandro es el que corre con los gastos, lo ideal es que el se quede en esta habitación y yo me quedé en la doble >> razono mentalmente

Pero por lo visto Leandro es brujo, porque como si leyó mis pensamientos él vuelve a hablar.

— Como se que tú te guías por la razón y no por el corazón y al ver tus gestos en cada habitación. Tú te quedas en esta y yo me voy a la doble — yo abro la boca para protestar, pues él se merece estar en la mejor habitación, pero él vuelve a hablar.
— Ya está decidido Tú aquí y yo en la de allá — señala con su dedo hacia la otra habitación — no hay vuelta atrás a mi decisión... Bueno lo único que me haría cambiar de opinión y dormir aquí es que no sea yo solo, digo solo tu compañía me haría  cambiar de opinión — y dicho eso me dio un pequeño beso en la frente y se fue a buscar la maleta, entra nuevamente a la habitación con mi maleta y la monta en el maletero al lado del clóset.
— Te dejo para que arregles tu ropa — y sale dejándome sola en la habitación.

<< OMG qué fue eso. Parece una indirecta bien directa >>

Desdobló la ropa de mi maleta y las acomodo en el closets, ingreso en el baño para colocar mis insumos de uso personal, estoy colocando la laptop en la peinadora cuando escucho que tocan la puerta.

TOC, TOC, TOC
— Un momento — digo en voz alta para que me escuche Leandro.

— Jeysi ven a comer, pedí servicio a la habitación — escucho su voz a través de la puerta.

—  voy.

Terminó de arreglar rápidamente y salgo de la habitación, al salir me recibe un olor esquisto, veo la mesa ya arreglada con unos platos, una jarra de jugo y dos vasos de agua.

— Espero te guste la comida italiana — dice Leandro a un lado de la mesa.

— Se ve riquísimo Leandro — me acerco a la mesa viendo todo lo que está sobre ella.

Leandro se acerca a mi y me toma por la cintura y me pega a su fuerte pecho, se acerca lentamente uniendo nuestros labios en un beso tierno y necesitado, sé que le pedí ir despacio pero con estos besos intensos, se me complica cumplir mi palabra.

Nos sentamos a almorzar la rica comida que pidió Leandro y conversamos de todo y de nada.

— Jeysi hoy no iremos a la obra, el señor Smith nos invitó a una cena — me dice cuando yo le comento que me muero por ir a la obra.
— Pero mañana a primera hora iremos a supervisar .

Después de el almuerzo nos sentamos a ver una película y debo decir que me encantó y no solo por la película, sino por qué nos sentamos uno al lado del otro y a medida que avanzaba la película, Leandro se puso cómodo, me rodeo con sus cálidos y fuertes brazos y entre besos ocasionales algunos más fogosos que otros transcurrió la película.
¡Nunca en mi vida pasé un rato tan ameno con un hombre!
En todos los años de matrimonio, ni cuando era novia de José, viví algo tan tierno, de verdad que fui una ciega y estúpida por aguantar tanto desamor.

La noche llegó y me arreglé para ir a la cena, Leandro me dijo que es un lugar muy elegante y me sugirió que me vista para la ocasión, luego de buscar entre la ropa que traje elegí.
Un vestido negro que se adapta bien a mis curvas, tres dedos más arriba de las rodillas, con un escote de corazón de tirantes y me lo combiné con una chaqueta de tela negra con gris transparente con un botón en el cuello y abierto para el busto, dando un toque de seriedad evitando mostrar más de la cuenta, me coloque unos zapatos de tacón negro y un bolso de mano negro con detalles de color plateado, el cabello me lo dejé suelto y en cuanto al maquillaje algo natural, no me gusta recarga mucho el maquillaje.

Cuando salgo de mi habitación Leandro traga en secó, se levanta de donde estaba sentado, camina unos pasos a mi dirección y dice.

— Wau... Estás hermosa — me ve de arriba para abajo una y otra vez, para luego enfocarse en mis ojos.

— Gracias, tú también te ves muy bien — y es cierto los trajes a Leandro le quedan perfecto de cualquier color y modelo le queda bien.

Leandro me abraza y me deja un beso en la frente para no arruinar mi maquillaje.

— Bien vamos que estamos sobre la hora — salimos de la suite y ya Roque nos esperaba frente al ascensor.

Una vez en el lobby Roque sale por el vehículo que alquiló Leandro para poder trasladarnos cómodamente.

Llegamos al restaurante, y cabe destacar que es hermoso y también se ve muy costoso y elegante, es uno de esos sitios donde solo entra la gente con mucho dinero, los hombres van de traje y las mujeres con bellos vestidos, Leandro le da el nombre de la reservación a la chica de la entrada y ella envía a un chico para que nos lleve a nuestra mesa, subimos al segundo piso a un reservado y al entrar ya Eros está en la mesa esperándonos.

— Señor Smith — saluda Leandro y le estrecha la maño a Eros.

— Jeysi, estás espléndida — me dice Eros mientras toma mi mano y deja un beso en el dorso de la misma, inmediatamente me sonrojo por tal acción.

— Hola Eros, ¿Cómo has estado? — le respondo.

Leandro se aclara la garganta llamando la atención y se ve más serio de lo normal.

— Muy bien Jeysi, pero debo decirte que me alegra que hayas podido venir. Pero que esperan tomen asiento— dice para luego separar una silla del lado izquierdo para que yo me siente en ella.

Eros nos comenta de cómo va la obra y aunque él no sabe mucho de eso, la ve adelantada, nos dice que él solo se quedará cuatro días ya que no puede descuidar los demás hoteles. El me informa que pidió mi presencia ya que ese hotel fue casi en la totalidad mi diseño y nadie mejor que yo para ver los avances del mismo.

La cena transcurre entre pláticas sobre el hotel, Leandro se ve un poco serio y distraído pero yo asumo que es cansancio por el viaje.

Al terminar la cena nos despedimos. Eros me dió un abrazo de despedida y aprovechó para decirme en voz baja que tenemos que hablar y yo le respondo que cuando él quiera.

La verdad es que nuestra amistad nació de una manera muy extraña, pero lo considero un buen amigo, sus consejos me han ayudado mucho, en ocasiones nos escribimos por Wasap y hablamos de nuestro asuntos y nos apoyamos, aunque sea a la distancia.
Sé que el engaño que vivió Eros por parte de su ex prometida y su mejor amigo, lo marcó de por vida  y hoy en día no confía en nadie, pero creo que mis consejos lo ayudará a sobrellevar la situación y tengo fe que un día, él encontrara a la persona indicada para estar a su lado.

Salimos del restaurante, vemos a Roque en la entrada el nos abre la puerta trasera del auto subo yo primero y luego Leandro.

— ¿Leandro mi amor te pasa algo? — ya me preocupa el no estaba así temprano, todo lo contrario, pasamos una tarde inolvidable, algo le pasa.

— No, nada, no te preocupes — me contestó con voz cortante.

— Algo te pasa y me preocupa, tú no eres así, nunca me avisas hablado en ese tono — le contestó en voz baja, no se porque pero me recordó a las veces que José me gritaba.

— Oye, no me pasa nada, solo estoy cansado, perdoname preciosa — el pasa un brazo por mí hombro y me besó la coronilla, luego se pierde en sus pensamientos.

No quise indagar más, la verdad que me preocupa su cambio de ánimo tan repentinamente, pero quizá sí es el cansancio y el estrés.
Recuesto mi cabeza en su hombro y en un silencio extraño seguimos nuestro camino al hotel donde nos estamos quedando.


**************

¿Que opinan será la imaginación de Jeysi o Leandro está celoso?

Aquí otro capítulo, gracias mis queridos lectores por la aceptación que le han dado a mi historia.

Si les gusto dejen una ⭐

Se les quiere ❤️

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