
17. El 🖋️
Narra Jeysi.
Al salir del baño lo veo en mi habitación.
— ¿Qué haces aquí? — le pregunto.
— Derek está muy preocupado, él me estaba esperando en la entrada de la casa, en cuanto me vio se acercó y me dijo que vio a su papá tratarte mal y...
El niño tiene miedo Jeysi y con toda razón, ve tu linda cara como la tienes — mientras hablaba se acercaba para cuando concluyó de hablar ya estaba frente a mi, con el dorso de su mano rozó mi mejilla enrojecida e hinchada.
— De esta no se salva, lo voy a matar — Leandro dio media vuelta para salir de la habitación pero yo lo tomé del brazo y lo jalé hacia mí, él se volteó y yo lo abracé.
— No te vayas por favor, no quiero estar sola — y sin poder evitar gotas saladas rodaban por mis mejillas.
Leandro me correspondió el abrazo sobándose la espalda una y otra vez.
— No entiendo como un hombre se atreve a ponerle la mano encima a una mujer, es imperdonable — me dice con la voz baja y un poco más calmado.
Leandro se movió hacia la cama e hizo que me sentará en ella.
— Ahora dime, qué fue lo que pasó — me dice con voz firme.
— Cuando estaba llegando a casa de Carmen, alguien me agarró y me empujó a la cerca lateral entre la casa de José y la de Carmen, cuando reaccione José me tenía aprisionada, al intentar separarlo lo mordí en su mano y él me abofeteó — lágrimas bajan por mí mejilla y tiemblo sin querer.
— Él me llevaba a su casa, pero en ese momento apareció Derek, José me soltó y yo aproveche y me fuí con Derek a casa de Carmen.
Leandro me escucha, se pasa la mano por su cabello una y otra vez en señal de frustración.
— Jeysi el ya se pasó de la raya, si tú hijo no hubiera llegado, quién sabe lo que ese hombre te abría hecho — me toma por los hombros y prosigue — si te pasa algo Jeysi, yo, no sé qué haría, tú y tus hijos son muy importantes para mi.
Yo no sé qué decir. ¿él acaba de decir que somos muy importante para él?. Estoy tan asombrada de sus palabras, tan sumida en mis pensamientos que no me doy cuenta que Leandro cada vez está más cerca de mi, cuando me percato de su cercanía, nuestras narices casi se rozan, el me mira en intervalos entre mis ojos y mi boca, no sé porqué pero siento mis labios resecos y me humedezca los labios, Leandro me ve y termina de unir nuestros labios en un beso tierno y dulce.
Él me transmite amor, seguridad, cariño, nos besamos despacio pero por la falta de oxígeno nos separamos lentamente.
Mantenemos unidas nuestra frentes y entonces lo escuchó decir.
— ¿Qué me hiciste Jeysi? ¿Cómo te metiste aquí sin mi permiso?— me dice tomando mi mano y llevándola a su pecho.
Yo no sé qué decir, pues tengo no mariposas en mi estómago, si no un zoológico bailando taf en el.
— Yo..., Yo no te quiero arrastrar en mis problemas Leandro. José se ha vuelto loco yo — Leandro impide que siga hablando pues me calla con otro beso, pero esta vez el beso es más intenso, más demandante.
— Tú nada, ya te lo he dicho mil veces, tú no estás sola — está vez me besa la mejilla herida con mucha delicadeza.
— Desde el primer día que te vi me llamaste la atención, cada día creció mi admiración por ti y en un momento y si te soy sincero no sé cuándo, dejó de ser admiración y pasó a ser cariño y te puedo asegurar que hoy me doy cuenta que el sentimiento ha crecido cada día más.
Y aquí en este momento te prometo que ese hombre no te volverá a lastimar.
Lo abrazo, no puedo decir nada ya que solo siento un nudo en mi garganta. Pero sé que todo lo que él me dice es verdad.
— Voy a salir para que te vistas, te espero afuera — se levanta y sale de la habitación sin dejarme hablar.
<< Esto parece un sueño, el me besó y siente cosas por mí >>
Me visto rápido con un mono holgado y una camisa de tiro, salgo y lo veo recostado de la pared frente a mi puerta.
— Ven — toma mi mano y me lleva al piso de abajo, sigue caminando a la cocina en silencio, una vez llegamos me suelta y va a la nevera y saca un paquete de garbanzos del refrigerador y me lo coloca en la mejilla.
— Esto te ayudará.
— Mi niño ya..., ¿Que le pasó? — pregunta Eloísa viéndome con asombro.
— El. — fue lo único que salió de los labios de Leandro, apretó los puños y se puso tenso de nuevo.
— José me golpeó — le digo casi en susurros — pero no sé preocupe, en un rato estaré bien.
— ¡Qué!, No puedo creerlo.
— Eloísa tiene algún antiinflamatorio para Jeysi.
— Si mi niño ya lo traigo — Eloisa se va a buscar la pastilla dejándonos solos otra vez.
— Leandro yo… No creo que sea bueno que te acerques tanto a mi. Digo, yo aún estoy casada y no creo que sea bien visto que tú, y que yo.
— No digas más, si es por lo que pasó hace rato, quiero que sepas que no me arrepiento, pero si te daré tu tiempo y espacio, mientras solucionas tus problemas. Pero como te dije antes no te dejaré sola, estaré a tu lado como amigos, hasta que tú decidas lo contrario.
llegó Eloísa con una pastilla y con ella los niño.
— Mamá te sientes mejor— pregunta Josué.
— Si mi niño.
Derek en cambio me mira, con una seriedad nueva en él.
Eloísa se da cuenta e interviene pidiendo que nos sentemos a cenar.
La cena fue más tranquila hablando de la escuela de los niños, ya en una semana saldrían de vacaciones y estaban muy contentos.
Luego de acompañar a los niños a dormir, me fui a mi habitación, recordando todo lo sucedido hoy.
Eros aprobó nuestra presentación, José se volvió loco de remate y muy peligroso, Leandro me beso y no una vez, si no dos veces, además me dijo que siente cosas por mí.
Estoy triste pero feliz a la vez, ahora como debo tratar a Leandro mañana, después de todo lo que me dijo y de los besos.
Pero se que lo mejor es seguir así por un tiempo, no quiero que la gente lo señale por salir con una mujer casada, él tiene que preservar su imagen intachable para que su carrera siga subiendo.
Me despierto y me quedo acostada en la cama, hoy es sábado y estamos libres. Estiro mi mano a la mesita de noche y tomo mi celular al ver la hora me asombro, ya son las ocho de la mañana, debí quedarme dormida muy tarde por pensar en todo lo que me está pasando.
Me levanto voy al baño y hago mis necesidades, me visto con ropa cómoda y voy a la habitación de los niños, los encuentro dibujando.
— Buen día mis niños.
— Bendición mamá — dicen los dos sin despegar la vista de sus dibujos.
— Dios me los bendiga, ¿Vamos a desayunar?
— Ya comimos mami — contesta Josué y Derek solo asiente con la cabeza.
— Bueno en un rato subo.
— Ajá.— dicen los dos sin dejar de dibujar.
bajo a la cocina.
Al entrar veo a Eloisa limpiando el mesón.
— ¿Hija cómo te sientes?
— Buen día Eloisa, mejor — ella se acerca y ve mi mejilla.
— Solo se te ve algo roja y ya no está hinchada, ven a desayunar— me sirve unas panqueques con queso y un vaso de jugó de naranja.
— UNN, está delicioso Eloisa — ella solo sonríe.
— ¿Eloisa ya Leandro desayuno?
— Si él salió temprano, dijo que tenía que hacer muchas diligencias.
Termino de desayunar y voy a la habitación de los niños, en cuanto entro me muestran sus dibujos ya terminados.
— Están preciosos — les digo mientras veo como le quedaron, les doy un beso en la mejilla a cada uno.
— Derek, Josué que tal si vamos donde Carmen.
— Yo quiero dibujar — dice Josué.
— Yo no quiero ir — dice Derek.
— No quiero encontrarme con él.
Josué siguió dibujando pero Derek me miró muy serio.
— Derek vamos un momento a mi habitación si — le digo lo más calmada y con una sonrisa fingida en mis labios.
Él asiente y salimos rumbo a mi habitación, entramos y cierro la puerta, nos sentamos en la cama.
— Hijo en ocasiones los papás discuten, pero sin importar los fuertes de las peleas siempre querremos a nuestros hijos.
¿Si entiendes eso verdad?
— Sí mamá, pero yo ví como papá te trato desde que te jalo al callejón yo...,— no pudo seguir hablando ya que empezó a llorar.
Y yo no pude evitar que mis lágrimas salieran, al ver a mi hijo mal.
Lo abrazó y le acarició la espalda.
— Tranquilo si, tu papá está algo confundido pero él no nos haría daño. Y eso lo sabes verdad.
— Mami yo ví que te golpeó duro, él es malo. No quiero ir más dónde Carmen, el vive al lado y te puede hacer más daño, ¡NO QUIERO! — gritó entre lágrimas, yo solo lo abracé.
— Mi niño tranquilo si, no iremos más para allá — él se tranquiliza.
— Pero quiero que sepas que los problema que tengamos tu papá y yo, no los mete a ustedes, él los quiere tanto como yo — él no dice nada, solo me mirá.
— Qué te parece si llamo a Carmen para que ella venga para acá.
— Si
— Bien ven a lavarte la carita — vamos al baño de mi habitación y se lava la cara.
— Mami podemos ir a la piscina.
— No sé... Un — le digo poniendo el dedo índice y meñique en mi quijada y simuló pensar, Derek me mira esperando la tan anhelada respuesta — sí vamos, dile a Josué, yo llamo a Carmen y luego vamos a la piscina.
— SI!!!! — y sale corriendo a su habitación.
Me alegra verlo reír, él no tiene que ser absorbido por los problemas de los adultos, él es un ángel.
Llame a Carmen le resumí lo sucedido y acepto venir, luego me puse mi traje de baño de una pieza color negro.
Me veo en el espejo y creo que me queda bien, me cubro con un vestido de tirantes y voy a ver si los niños están listos.
Bajamos y le digo a Eloisa que estaremos en la piscina y que Carmen vendrá, ella me da un protector solar para los niños y de hay a la piscina.
Necesito que Derek olvide ese mal momento por el bien de él.
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Después de un tiempo les dejo otro capítulo, esperando que sea de su agrado.
Si les gusto dejen una ⭐
Se les quiere 😘
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