Washington D. C., Estados Unidos.

06 – Febrero – 2023, 9:57 am.

»»————> 1⃝3 <————««

El silencio llenaba la oficina, tan absoluto que hasta el más mínimo sonido parecía amplificado. La respiración del celeste era el único distractor en el profundo silencio.

—¿Estás mejor? —preguntó su hermano, con la voz suave que siempre buscaba tranquilizar.

—. . .Sí, creo que sí —respondió ONU mientras exhalaba, acomodándose en el sillón—. Perdón por llamarte tan repentinamente.

—Oh, no te preocupes. Estaba libre.

—Lo sé, pero casi nunca estás libre y te estoy molestando.

—Deja de disculparte. Es mi trabajo como Organización de la Salud. Ahora... —Lo miró fijamente—. ¿Qué te ha causado tanto estrés ahora?

—EU convocó una reunión de emergencia.

—. . .

—¿Ya lo sabías?

—Sí, me avisó que quería hablar sobre la salud de algunos countrys. Parece que las evaluaciones mensuales no salieron bien.

—Ya veo.

OMS asintió—. Pero, ¿por qué te estresa tanto? Estamos acostumbrados a que UE convoque reuniones de emergencia a última hora.

—El problema es que mi asistente renunció ayer y ella era la encargada de ayudarme en estos casos. . . —Miró el reloj, viendo la hora con creciente preocupación—. EU no tarda en llegar, y no tengo a nadie disponible. FBI y CIA están con ella, Italia no puedo localizarlo y Centro ya está ocupado, pero necesito a un planificador para coordinar a todos. Y yo aún no he terminado el informe ni la presentación —Se cubrió el rostro—. No puedo más. . .

—Primero, volvamos a los ejercicios de respiración y relájate. Ahora, ¿qué countries que no trabajan en las instalaciones podrían ayudarte? —Ambos pensaron en los países que no estaban presentes en las instalaciones, pero no encontraron ninguno disponible. La mayoría estaba aún en sus países o en tránsito, a menos que. . . —¿Qué me dices de tu novio?

—¿Te refieres a Reich? —OMS asintió. ONU quedó en silencio.

—Sí, él es el único que está disponible.

—Lo sé, pero. . . no estoy seguro de si él se sentiría cómodo haciendo esto. Además, no quiero que EU se enoje, eso es lo último que necesito ahora.

—Bueno, es eso o enfrentar un informe de incumplimiento por parte de EU y los superiores —ONU se encogió en el sillón, tratando de ocultar su angustia.

—Eso sería muy malo.

—Demasiado malo.

—Podría despedirme y buscar un reemplazo.

—Exactamente. . . ¿y sabes lo que significa tener un reemplazo?

—Moriría. . .

Hubo un momento de silencio en el que ONU se vio abrumado por sus pensamientos, imaginando su propia despedida y la muerte que podría seguir.

—Aunque. . . no debemos ser tan extremos. Aún no tienes reportes negativos. Uno no sería tan grave —OMS trató de consolar a su hermano, frotándole la espalda en círculos y entregándole un vaso de agua —Bebe esto, yo llamaré a Reich, ¿de acuerdo?

ONU tomó el agua de un trago y suspiró—. Está bien, solo no lo presiones demasiado si no quiere.

—Entendido, ya vuelvo —OMS salió de la oficina de ONU. El mayor dejó su cabeza sobre el escritorio, abrumado por la situación. No podía creer que, justo cuando su personal estaba ausente, EU decidiera convocar una reunión de emergencia.

Fuera de la oficina, OMS también se sentía al borde de la desesperación. La renuncia de la asistente de ONU estaba retrasando muchas proyecciones, y el hecho de que Italia no estuviera disponible complicaba aún más las cosas. Se detuvo, estrellando su cabeza contra la pared repetidamente para intentar pensar con claridad.

—¡OMS! ¡¿TE ENCUENTRAS BIEN?! ¡NO TE LASTIMES ASÍ! —La mano de alguien se posó sobre la pared, impidiendo que siguiera con sus acciones autodestructivas. OMS giró la cabeza y encontró a su cuñado, Reich, y a URSS, mirándolo con gran preocupación.

—Buenos días, Reich, URSS.

—¡Nada de buenos días! ¿Por qué estás haciendo esto? —Pregunto Reich muy preocupado.

—Puede ser muy malo para su salud —URSS dijo con firmeza.

—No es nada —respondió OMS, reincorporándose y mirando a Reich y URSS con una mezcla de frustración y cansancio.

—URSS, ¿ya están los informes de economía? —preguntó OMS.

—Sí, ya los terminé. Iba a entregárselos a ONU.

—Muy bien —OMS mirando a Reich —Reich, necesito hablar contigo.

—Ah. . . sí, claro, por supuesto —dijo Reich, notando la preocupación en el tono de OMS, que no era el habitual, cansada y tranquila. Eso le preocupó.

OMS condujo a Reich a la oficina de ONU—. ¿Qué pasa? Suenas preocupado —preguntó Reich al entrar en la oficina. Vio a ONU tecleando rápidamente en su computadora, tan concentrado y apurado que ni siquiera notó su llegada.

—Y no podría estarlo más —dijo OMS con un suspiro pesado—. Como sabes, Mina, la asistente de ONU, renunció la semana pasada y estábamos buscando un reemplazo.

Reich asintió, reconociendo que estaba al tanto de la situación, ya que ONU se lo había mencionado.

—El problema es que EU solicitó una reunión urgente, y hay poco personal disponible para ayudar con los preparativos para ambas juntas. EU no tarda en llegar.

—¿Ya intentaron contactar a Italia?

—Lamentablemente, sí, y no responde. Por eso enviamos a Imperio a buscarlo.

—Hmm, ¿quieren que los ayude a organizar?

—Sí. . . no solo eso, sino que te encargarías de ser el asistente de ONU por hoy —OMS vio cómo Reich mostró una expresión de asombro y miedo—. S-sólo será por hoy, hasta que encontremos un nuevo asistente —se apresuró a explicar para no alarmar demasiado a Reich.

—¿Qué? Espera, ¿saben lo mal que me llevo con EU?

—Lo sabemos, Reich, pero realmente necesitamos tu ayuda —ONU lo miró con una expresión suplicante.

Reich cerró los ojos y respiró profundamente—. Ok, les ayudaré —aceptó finalmente, decidido a ayudar a ONU en lo que pudiera.

—Muchas, muchas gracias, angelito —ONU se acercó y lo abrazó con fuerza.

OMS tosió de manera deliberada para que se separaran y luego le entregó a Reich una carpeta—. Aquí está todo lo que necesitas hacer. Organiza a la gente para que todo esté listo en una hora. ¿Alguna duda?

—No, ninguna —sonriendo mientras revisaba la carpeta. Aunque estaba nervioso por no poder cumplir con todo en una hora.

ೋ❀❀ೋ═══ ✠ ═══ೋ❀❀ೋ

—Respira. . . respira, Reich —se decía a sí mismo, tocándose el pecho y apretando su ropa. La ansiedad lo consumía mientras observaba la sala casi en penumbra, donde todas las organizaciones ya estaban sentadas alrededor de una mesa circular, aguardando el inicio de la presentación y, por ende, de la junta.

Reich miraba desde el final de las escaleras, sintiendo el peso de la mirada de EU, que parecía lista para atacar a su siguiente presa.

—Lo harás bien —susurró ONU, colocando una mano tranquilizadora sobre su hombro. Su voz cálida y su sonrisa hicieron que Reich girara para encontrarse con ella. El simple contacto de sus manos le brindó algo de calma.

—Gracias —murmuró con una sonrisa agradecida. Se besaron brevemente, un roce fugaz antes de que ONU se dirigiera junto a OMS para tomar su lugar en la mesa.

—Ya es hora —dijo Reich, apareciendo detrás de ellos. Respiró hondo, tomó el micrófono y comenzó la presentación.

ೋ❀❀ೋ═══ ✠ ═══ೋ❀❀ೋ

—Bien hecho, Reich.

—Gracias —respondió Reich, su rostro iluminado por una sonrisa de satisfacción.

Las organizaciones se despedían, felicitando a Reich por la excelente presentación y la impecable planificación de la junta. La seguridad en que la reunión con los países sería igual de exitosa le dio una sensación de orgullo, pero había algo más: una extraña energía lo envolvía, diferente a la habitual.

La euforia de Reich se desvaneció cuando EU dejó de hablar con OMS y comenzó a acercarse a él. El nerviosismo regresó, y sentía que el paso de la alemana era deliberadamente lento, el sonido de sus tacones resonando con cada paso.

—Señorita EU —saludó con un apretón de mano formal al encontrarse frente a ella.

—Señor Dritte Reich, debo admitir que esta junta... —su pausa que parecía interminable en la mente del pobre Reich— . . .estuvo bien. Te felicito.

—Se-señorita, ¿usted dice la ve-?. . .

—¿Diciendo la verdad? Claro, lo reconozco, te juzgué mal —ONU y OMS intercambiaron miradas de asombro, sin poder creer que EU había elogiado a alguien.

—Señorita, si es así, ¿cree que podría ayudar hasta que ONU encuentre una nueva asistente?

EU dudó por un momento antes de asentir. —Está bien, puedes ayudarnos mientras encontramos un reemplazo.

Con eso, EU subió las escaleras para prepararse para la siguiente junta. Reich miró a ONU con una amplia sonrisa. ONU también sonrió, aliviada, y finalmente pudo relajarse.