⭐CAP10⭐¿Avances?
Ya hacía una semana que Ink, Dream y Fresh vivían en la gran casa-mansión junto a los demás.
Como se esperaba, Error no apareció y los días transcurrieron con normalidad.
En lo que los esqueletos la protegían, fueron hablando entre ellos, logrando crear unos lazos de amistad nunca antes pensados.
Algo que a uno en particular le desagradó bastante...
La chica, a la que le encanta dibujar, pidió que Ink le diera clases de dibujo, a lo que él aceptó con entusiasmo. Gracias a su nuevo profesor, logró pintar de una forma más realista y mejorar en sus dibujos en estilo anime.
También se la pasaban haciendo piyamadas todos juntos, en los que veían animes elegidos por Alphys o ___.
Fresh, a quien le gusta la marcha, se la llevó a otras AU's. Pero como TODOS debían protegerla (algo recalcado por los otros esqueletos), los demás se les unieron.
En una de las fiestas a las que fueron, ___ accidentalmente se emborrachó, por lo que tuvieron que llevarla a rastras de vuelta a casa.
Pero bueno, no había pasado nada especial...
¿Verdad?
✦Narra ___:
Estaba caminando hacia mi nuevo instituto (no habréis olvidado que soy menor de edad, ¿verdad?) junto a Ink, mientras charlábamos sobre qué pintar a la vuelta de casa.
Ink me acompañaba porque entre los chicos habían decidido que irían alternando para quién me llevaría al instituto (para más seguridad), y hoy le tocaba a Ink.
Cuando llegamos, me despedí con un abrazo el cual él alargó bastante, y me adentré al instituto. Ya dentro, fui a lo de la directora para presentarme porque sería mi primer día allí y para que me dijese cuál será mi clase, además de en dónde se encuentra.
Abriendo una puerta que decía "Directora" (más obvio imposible :v), me encontré con una mujer de unos cincuenta y tantos, rubia teñido, con gafas rojas y un atuendo que consistía en un saco naranja y una camisa blanca. Lo demás estaba tapado por el escritorio en el que ella estaba sentada.
— Usted debe ser la señorita ___ Dreemur, ¿estoy en lo correcto?
Toriel y Asgore decidieron que llevara su apellido, para así volverse mis "tutores legales".
Para el que no entendió: me adoptaron.
— Sí, soy yo.
— Bien. Entonces, siéntate, por favor.
Como ella me había indicado, me senté en uno de los sillones que se ubicaba en frente de su escritorio, el cual era de cuero marrón.
— Como ya le he dicho a tus... padres (lo dijo con un poco de duda), a partir de hoy asistirás a este centro. Se te ha asignado a la clase 4-B. Tu tutora está fuera de la puerta para llevarte a tu nueva clase. Como éste será el primer día de instituto para todos, posiblemente te será más fácil conocer a tus nuevos compañeros.
Sinceramente, la directora parecía ser amable, lo que provocó que le devolviera la misma sonrisa radiante que ella me proporcionó a lo largo de su explicación.
— Entendido. ¿Hay alguna norma que deba seguir a lo largo de mi estadía? (¿De dónde salió esta educación al hablar? <:0)
— Aparte de la que es sobre respetar a tus compañeros, no sacar el móvil sin autorización, hacerle caso a tus profesores, y asistir a clases, no hay ninguna más.
— Ok.
Respondí serena mientras ella se levantaba y yo le seguía para llegar a la puerta, seguidamente de abrirla y presentarme a mi nueva tutora/profesora.
— Hola, me llamo Sofia. Tu debes de ser ___, verdad?
La que me habló era una mujer casi de mi misma estatura, de unos treinta y tantos, pelirroja, cabello corto que ni llegaba a tocar los hombros, ojos celestes con toques verdes, y ropa que a mi parecer era juvenil.
— Sí, y usted debe de ser mi nueva tutora.
Nos dimos un abrazo de saludo.
— Exacto. Acompañame, te llevaré a la clase.
Despidiéndonos de la directora, caminamos por un pasillo de suelo gris y paredes blancas, con algún que otro panfleto pegado hablando sobre eventos u otras cosas que no me interesaron. Al final del pasillo, girando a la izquierda, había unas escaleras que llevaban a lo que al parecer era el segundo piso, el cual estaba repleto de puertas de madera las cuales supe que eran las clases.
Caminamos unos segundos más, y ella me paró pidiéndome que esperara fuera de la clase, mientras ella entraba y volvía a cerrar la puerta.
Pude oír cómo la profesora se presentaba a la clase y hablaba sobre una nueva compañera, la cual supuse que era yo.
Oí unos pasos acercándose a la puerta, la cual fue abierta por una sonrisa que me pidió que entrara y me presentara a todos.
Me paré en frente de la pizarra, dándole la espalda. Mirando a todos los que serían mis nuevos compañeros mirándome con curiosidad, me puse nerviosa y me presenté.
— H-hola a todos... Me llamo ___ Dreemur, y seré vuestra nueva compañera. Espero que nos llevemos bien.
<<¡¿Enserio?! Ni un "hola" puedo decir bien...>>
— Muy bien. Siéntate detrás de Gabriel.
Miré hacia la dirección a la que señalaba su mano y me encontré con el mismo chico que me había consolado en el avión, antes de que Windows empezara a crear problemas.
Al verlo, solté un mini-grito de sorpresa, mientras abría los ojos, mientras que él me miraba de la misma forma, para después sonreírme. Como no quería molestar a la profesora, decidí acercarme a la mesa, aún con mi desconcierto notándose en la cara.
Me senté y la profesora dio comienzo con la clase.
<<¿Qué hace Gabriel aquí? ¿No venía sólo de visita? ¿Me habrá mentido? ¿Sucedió algo?>>
Noté como Gabriel se daba la vuelta, me miraba y me sonreía mientras me guiñaba un ojo, para luego volver a mirar hacia el frente. Su acción me ocasionó un sonrojo involuntario.
<<...Creo que me estoy haciendo muchas preguntas.>>
(...)
Ya terminada la clase, como era el primer día en el que únicamente se hablaba sobre cómo iba a ser todo para luego darnos el horario de clases de todas las semanas, nos permitieron volver a casa diciendo que las clases comenzarían mañana.
Recogiendo la libreta en la que anoté todo lo dicho, junto a los impresos que nos dieron, se me acercó Gabriel ya con todo metido en la mochila azul-marino que llevaba en su espalda.
— Hola, tanto que no nos vemos.
— Lo mismo digo. Pensé que me habías dicho que sólo venías como turista— dije mientras cerraba mi mochila y la ponía en mi espalda.
— Pensé que iba a ser sólo eso, pero entonces mis padres decidieron que nos quedemos acá— respondió mientras salíamos de la clase.
— Increíble. Pero, ¿qué posibilidad había en que nos encontremos, no sólo en el mismo instituto, sino en la misma clase?
— Si supiéramos cómo funciona el destino, no lo llamaríamos una casualidad— dijo dando una risotada—. Hablando de cosas extrañas, ¿qué pasó con ese esqueleto negro que atacó al avión, los otros blancos que aparecieron, y el que te llevaran a otro lugar? ¿Los conocías?
Ya estábamos a unos pasos de la salida, en la que se encontraba esperando un esqueleto con chaqueta azul.
Miré a Sans, y él al verme hablando con un desconocido me preguntó con la mirada quién era.
— Lo sabrás ahora mismo —dije mientras me acercaba al huesudo.
Gabriel, viendo hacia dónde me dirigía, encontrándose al esqueleto que había aparecido en la escena del avión, abrió los ojos a más no poder para luego ir acercándose con pasos lentos.
— Hola Sans, siento la espera—le dije dándole un abrazo, el cual él correspondió—. Quería presentarte a alguien que conocí hace no mucho, se llama Gabriel.
— Hola, un gusto conocerte.
Gabriel, que vio y oyó todo lo que dije, se acercó y le tendió la mano a Sans en un intento de saludar. Un intento fallido ya que el contrario sólo miró la mano extendida, para luego mirar al joven a los ojos con un deje de molestia, provocando que el nerviosismo del chico aumentara.
— ...Volvamos a casa.
Me pareció extraño su comportamiento, pero no dije nada pensando en que pudo tener un mal día.
— Ok. Adiós, hasta mañana.
Agité mi mano mientras caminábamos, en señal de despedida hacia el chico.
— Sí... Adiós...
Caminamos de vuelta a casa. Habría sido una caminata silenciosa, de no ser por el mini-interrogatorio que me daba el contrario.
— ¿Cómo lo conociste?
Por un momento me sobresalté. No sé si es porque estaba en mi mundo o si fue por su voz; tenía un tono raro...
— ...En el avión del viaje de vuelta, éramos compañeros de asiento—respondí tranquila.
— ¿Sabías que venía a este instituto?
— No.
— ¿Piensas en él como algo más que conocidos?
—No.
Al parecer, la respuesta lo tranquilizó de alguna forma, haciendo que él suspirara de alivio y yo me extrañara aún más por su raro comportamiento.
— Hey, Sans.
— ¿Sí?
— ¿Estás bien? Te noto algo extraño.
Él se tensó por un momento, pero luego se volvió a tranquilizar mostrando su característica sonrisa.
— No pasa nada, estoy bien. Sólo tenía curiosidad.
No me creí nada de lo que respondió, pero decidí dejarlo pasar. Tampoco quería forzarlo a hablar sobre algo que no quería decir.
— Ok.
Volvimos a caminar en silencio.
Unos minutos después, llegamos a casa, y abriendo con las llaves, me apresuré a ir hacia mi habitación a dejar mi mochila para luego lavarme las manos y bajar con rapidez ya que se podía oler cómo la comida ya estaba preparada.
— Buenas, querida. ¿Estuvo bien tu primer día?
Esa era Toriel. Llevaba puesto un delantal un poco sucio, mientras llevaba una cacerola caliente con manoplas hacia la mesa, en la cual sólo faltaba yo por sentarme.
— Muy bien. Estuvo entretenido—respondí mientras tomaba asiento en una silla libre que se encontraba entre Ink y Frisk, los cuales al parecer me habían guardado el sitio.
— ¿Cómo es ir al instituto?
Ésa pregunta fué de Frisk, la cual aún se encontraba en primaria. Éste año la metieron en sexto, y suponía que tenía curiosidad ya que el siguiente año entraría al mismo instituto que yo.
—Parecido a la primaria. La diferencia está en que, en vez de que los profesores vayan a tu clase, tú debes subir o bajar las escaleras para cambiar de clase a la hora de dar otra materia. Además de que tristemente te mandan más deberes...
Lo último pareció desanimarla. ¿A quién no?
Para cambiar de tema, le pregunté cómo fue su día, lo que hizo que sus ojos brillaran por un momento, mientras ella hacía una sonrisa y comenzaba a relatarme con emoción que hizo nuevos amigos, que su profesor era muy amable, etc.
La comida pasó de forma amena. Con risas y algún que otra pelea entre Toriel y Asgore, en la que todos sabemos que participó más Toriel, mientras el contrario bajaba la mirada, lo que me dio pena haciendo que yo y algunos más regañaran a la mayor.
Cuando terminamos, junto a algunos más recogimos la mesa y limpiamos la cocina, quedando Undyne y Paps como encargados de limpiar los trastes.
Frisk, los esqueletos, las cabras, la dinosaurio y yo nos quedamos viendo la televisión, pero unos minutos después de sentarme, decidí subir a mi habitación ya que la serie que estaban pasando no me agradaba.
Me senté sobre mi cama y me puse a leer en wattpad con mi móvil. Increíblemente, aunque supuestamente hayan pasado varios años desde que lo utilizaba, seguía existiendo. Aunque claro, ahora con algunas mejoras.
Estaba leyendo una historia de romance, y me encontraba leyendo un momento en el que la protagonista, después de haber sufrido varias ocasiones, logró encontrar a su amor verdadero en alguien a quien ella al principio consideraba su mejor amigo, lo que hizo que me emocionara y empezara a lagrimear levemente.
Entonces, oí como golpeaban a la puerta, la cual se abrió después de que yo dijera "pase".
— Hola, quería habl- ¿...Por qué estás llorando?
Era Ink, quien estaba depositando un cuaderno de dibujo sobre mi escritorio, para luego sentarse sobre la cama, mirándome.
—No es nada... Sólo estaba leyendo una historia que me conmovió—respondí mientras secaba mis lágrimas con las mangas—¿Querías algo?
— Venía para seguir con las clases de dibujo... ¿Estás segura que es sólo eso? ¿Crees que es buen momento?
— No, tranquilo. Claro que es un buen momento. Siempre lo es. Más ahora que estoy sensible y puedo expresar mis sentimientos con más facilidad.
Ink hizo una mueca de desconfianza, pero se alegró por mi entusiasmo.
— Perfecto, entonces siéntate y agarra el lápiz, que ya comenzamos.
Haciéndole caso, agarré un lápiz que tenía dibujos de la cara de un Chibi Todoroki.
— ¿Qué hacemos hoy?
— Anatomía humana. Para ser más exactos, narices.
— Ok.
Como él me iba indicando, fui haciendo diferentes tipos de narices. Como media hora después, logré hacer 89 narices. Nada mal, ¿verdad?
(Foto de las narices)
(El que no lo notaba antes de yo decirlo está un poco ciego :v)
(Quien las haya contado, igual que yo, que lo comente aquí ;v)
— ¡Te salieron muy bien!
— Gracias...
Siempre que me daban un cumplido, me sonrojaba. Más aún si era por algo que me encanta.
— Ahora haremos los-
Antes de poder terminar la oración, lo interrumpió alguien que acababa de entrar por la puerta con mucha rapidez.
— ...¿Dream?
— Hey, ambos. Los demás hemos hablado de ir a hacer una excursión.
— ¿Hoy? Pero si mañana tengo instituto.
— Ya lo sabemos, por eso será una corta. Salimos en una hora. Venía a avisaros de que os preparéis.
— Ok, muchas gracias.
Después de que Ink le agradeciera, y Dream volviera a salir, cerré la libreta de dibujo y la puse sobre mi escritorio.
—Supongo que tendremos que seguir en otro momento...—Le dije apenada.
—Ese parece ser el caso. Bueno, me voy. Dejaré que hagas tus cosas.
— Gracias. Nos vemos dentro de un rato.
Y, al igual que Dream, salió de la habitación cerrando la puerta detrás de si.
Ahora que estaba sola, me aseé, agarré sólo lo imprescindible (ya que no me habían dicho qué se haría) y me puse zapatillas. Bajé las escaleras porque me había tardado bastante en lo dicho, y en unos pocos minutos íbamos a salir.
—Veo que ya estás lista.
El que lo había dicho se encontraba detrás mío. Me giré para averiguar quién lo dijo, encontrándome con un esqueleto al que un demonio una vez había llamado "saco de huesos".
— Sí, y por lo que veo, tú también.—le dije sarcásticamente mientras miraba sus pantuflas, las cuales al parecer tenía pensado llevar puestas.
— ¿Lo dices por éstos?—preguntó mientras levantaba uno de sus pies—. No te preocupes, si se manchan, los limpio.
<<No me quejo por eso...>>
Inconscientemente, me di un "face-palm".
Sans se puso a reír y yo le seguí.
Por las escaleras bajaron los demás.
— ¿NYE? ¿SANS PUNTUAL? ¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ!?
Ese fue su hermano menor, el cual se agarraba el cráneo con desesperación, dramatizando la situación (traficando rimas ;v).
— Creo... Que pasas mucho tiempo con Mett...—dije yo con gracia.
— ¿Están todos listos?
Esa era Undyne, la cual preguntó con emoción mientras llevaba una canasta en la que, por lo que podía oler, había comida.
— ¡Siii!—Respondimos todos. Algunos con más emoción que otros.
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¡Hola a tod@s!
Siento mucho la espera, me bombardearon de exámenes...
Pero, como no es una buena excusa, decidí hacer éste capítulo más largo.
Espero que os haya gustado.
(Quien traduzca lo siguiente, lo nombraré en el siguiente capítulo.)
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(Y tendrás que decir con qué lo traduciste ;v)
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