Cómo siempre Cristian llega tarde, no sé porque pretendo no hacerlo esperar, si siempre me lo hace él a mí. Espero que no se le haya olvidado porque tengo que ir a por el encargo y no puedo cargar yo sola con todo.

Isa hubiera venido conmigo, pero necesitaba estudiar para la semana que viene y como es de esperar este finde no podrá hacerlo ya que nos iremos los 4 a Málaga. Tras 15 minutos de retraso veo a Cristian aparecer por la esquina.

-Cada vez te superas más- digo negando.

-Lo siento tenía que evacuar- dice haciendo una mueca.

-No me cuentes más, déjalo- ruedo los ojos y comienzo a andar.

Lo guío hasta la fábrica donde pedí el encargo, ya que el hombre me ha llamado diciéndome que ya estaba todo listo. Al entrar el señor ya me estaba esperando y como siempre me recibió con una gran sonrisa.

-Buenas tardes Rocío- dijo estrechando mi mano.

-Buenas tardes, hoy he traído apoyo- dije divertida.

Le presenté a mi mejor amigo y nos guío hasta la parte trasera de la fábrica. Puso ante mí dos cajas no muy grandes y el recibo, saqué el resto del dinero que le debía y se lo di.

-Todo listo entonces- dice él sonriendo -Un placer haber formado parte de esta idea, no se te olvide dar méritos a la empresa-

-No se preocupe- sonreí levemente y me despedí de él.

Cris agarró una caja y yo otra, salimos de allí pidiendo un taxi ya que hasta mi casa no íbamos a cargar con todo. Durante todo el camino mi mejor amigo no dejó de preguntar que contenían las cajas y porqué tanto secretismo, le pedí que no fuera impaciente porque ya me estaba estresando.

Al llegar a casa dejé las cajas encima de la mesa del salón y las miré fijamente dudando de su abrirlas o no. Decidí hacerlo, quería ver cómo habían quedado.

-Dios, que pasada- dijo Cristian maravillado al ver el contenido.

-Lo diseñé yo y pensé que a los chicos les haría ilusión- dije admirando lo bien que habían quedado.

Cerré las cajas de nuevo y me dispuse a hacer la maleta ya que mañana viernes saldríamos para Málaga bien temprano. Mi mejor amigo se tuvo que ir, así que me quedé sola hasta que llegó Isa y comenzó el interrogatorio.

-¿Has ido a eso?- preguntó nada más entrar a mi casa.

-Si, ya lo tengo- sonreí de lado y la guíe hasta mi habitación.

Abrí una de las cajas y se lo mostré, ella abrió los ojos ilusionada.

-Fantástico- suspiró -Ten por seguro que les encantará-

Esta noche ella se quedaría a dormir conmigo para así salir mañana directamente de aquí a la estación de tren. Cenamos muy temprano para poder hacer videollamadas luego con los chicos, primero fue con Zasko.

-Hey yu- dijo él tirándose a la cama.
-Zasketeee- dije sonriendo.
-¿Qué tal están las dos niñas más guapas de toda Granada?- dijo haciendo que Isa sonriera como tonta.
-Bien bien, me llama Alfon os dejo solos- mentí, no quería estar de sujetavelas.

Me dirigí a mí cuarto y decidí llamar al mí pelirrojo favorito, me extrañó que no me lo cogiera. Lo intenté como tres veces más y nada, comencé a preocuparme. Esperé un rato por si acaso y me llegó un mensaje de él.

"Enana estaba ocupado con unas cosas lo siento. Mañana nos vemos en la estación, te quiero❤️"

Le contesté con un simple "Vale❤️" y suspiré, yo y mis malos pensamientos de siempre. Es algo ya que se hace rutina, pensar siempre en negativo, que te digan algo y creer que te atacan... Uno de mis tantos defectos.

-Tia necesito tú ayuda- dice Isa entrando deprisa a la habitación.

-¿Qué pasa?- le pregunto curiosa.

-Zasko me ha pedido una cita, me invitará a cenar mañana por la noche- dice haciendo que abra los ojos como platos -No sé que ponerme-

-Pues vamos a rebuscar en tu armario- sonrió tirando de ella fuera de mi habitación.

Agarro mis llaves, mi móvil y una chaqueta, salimos de mi piso a toda prisa y pedimos un taxi que nos llevó hasta la casa de Isa. Había venido dos veces mal contadas aquí, pero sabía perfectamente donde estaba todo.

En cuanto me dejó pasar corrí escaleras arriba hasta su habitación sin hacer caso a lo que me gritaba. Cuando ella quiso llegar, yo ya había sacado casi toda la ropa del armario y la tenía esparcida por toda la cama.

-Mierda- susurró mirándome mal -Si se que vas a hacer esto no te pido ayuda-

-Luego guardo todo no te preocupes- dije divertida -Comencemos el desfile de moda-

Mientras yo le daba algunos conjuntos ella se los probaba para que le diera el visto bueno. Estuvimos al menos una hora intentando elegir, esta chica tiene demasiada ropa y seguro que no utiliza ni una cuarta parte de ella.

Finalmente uno de los vestidos me encantó, le pedí o más bien rogué, que se lo probara, hasta que accedió por ser yo una pesada.

-Definitivamente ese- dije admirando la bonita figura que le hacía.

-No sé yo- hizo una mueca y la miré de mala gana.

-He dicho que ese- me crucé de brazos mirándola.

Ella rodó los ojos y se fue a desvestir, me lo entregó ya doblado y lo guardé en una bolsa. En un satiamen tuve toda la ropa colocada en su sitio y el armario incluso más ordenado de cómo ella lo tenía.

-Vamonos que ya es tarde- dije mirando que eran casi las 11.

Volvimos a llamar a un taxi y nos dirigimos a mí casa, entre bromas y nervios por parte de ella se pasó el tiempo volando. La ayudé a terminar la maleta y le regalé una colonia mía que le gustaba demasiado.

-Tranquilizate que mañana vas a estar genial- dije abrazándola -Zasko te quiere y eso se nota tía-

-Buah es que mira qué a mí me gustan los chicos para lo que ya sabes - dijo alzando las cejas varias veces -Pero con él es diferente, quiero sentirlo cerca pero no de ese modo solo. No quiero que sea un simple rollo de una noche sabes-

-No será eso, si no, no te hubiera invitado a una cita- dije rodando los ojos.

Nos tiramos un rato más hablando de todo un poco, salió la conversación de Walls y aquella carta que con tanto cariño guardaba. Isa decía que quizás este finde se me declarara y en cierto modo estaba nerviosa porque no sabía cómo iba a reaccionar yo.

Es algo complicado, quiero demasiado a Walls y siento que lo necesito pero por otro lado mi cabeza me dice que no será bueno, que me fallará como todos y que al final acabaré sola como me merezco.

Luchar cada día contra esa clases de pensamientos es agotador, pensar que nada va a salir bien y sentir como toda tu vida es una mierda. A mí misma me digo que no debo pensar así con todo, solo consigo hacerme daño y hacer daño a los demás.

Walls puede tener mil defectos pero yo lo quiero por lo que es, por como es. Eso, un puñado de malos pensamientos no me lo va a quitar.

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Lo siento por esta mierda de capítulo pero se me ocurren más cosas estando con los chicos que estando en Granada xD