Los científicos pueden decirnos muchas cosas hacerca del espacio, pueden decirnos que tan lejos están las estrellas.

Pueden decirnos que el universo empiece a muchos kilómetros lejos de la faz de la tierra pero nada puede decirnos de...¡El perro del espacio!.

Le gusta perseguir cometas y revolcarse en polvo de estrellas, en la opinión del perro del espacio la luna no es más que una pelota grande y tentadora.

Casi todas las noches le da una gran mordida.

- Y en realidad es por eso que la luna tiene fases- sonríe Beret mientras peina el largo cabello de su hija, y al lado estaba su esposo P.j.

- Entonces....cuando la luna está grande y rellena, ¿es por qué el perro del espacio no la a mordido?- pregunta la niña confundida aún viendo al cielo.

-Es por qué el Dios de la luna Bradley- agarra un muñeco del Dios que tenía la pequeña y le toca la nariz- ha obligado al perro a escupirla- le hace costilla y la acomoda en su regazo.

-¿Alguien quiere oír la explicación científica?- sonríe P.j mirando a las mujeres más importantes para él.

- Lo siento baba pero la explicación de mami me gusta más- sonríe y mira a Beret.

-Dos contra uno gran buda- ríe y mira a su esposo el cual suspira resignado.

- Hablame del príncipe Bradley de nuevo mami- agarra su muñeco y se acomoda mejor en el regazo de mamá.

-¿Otra vez?- alza una ceja P.j.

- ¡Otra vez!, ¡Otra vez!, me encanta oír la historia del Dios de la luna, cuéntame por favor mami- le hace un puchero a su mamá la cual solo puede reír y agarrar la manta bordada con la historia.

- Cuenta una bella historia de un verdadero amor, fue entre Max y Bradley gran amor-.

-¿Gran amor?-.

-Un amor ideal, más Bradley bebió un brebaje para la inmortalidad que lo llevo lejos de su amor ideal, y hasta el día de hoy lo espera ahí...en la luz lunar-.

-Y allá es donde vive ahora- sonríe Beret mirando a su hija con adoración- en la luna y solo con el conejo de jade que es su unica compañía-.

-¿Por qué mami?- la mira con curiosidad.

- Por qué Max murió aquí en la tierra- se entristece un poco al nombrarlo.

- Y cuando llora sus lágrimas se vuelven polvo de estrellas- sonreí y mira la luna.

- Anhelando a su amor ideal, lo espera ahí en la luz lunar-.

-¿Por siempre?-.

- Por siempre- Beret mira a su esposo el cual le acomoda la manta encima de ellas para cubrirlas del frío.

- Por siempre- P.j le besa la frente a Beret, no podía pedir nada más en este mundo, la pequeña era una copia exacta de su esposa y eso lo hacía mas feliz.

-Baba...¿Tu crees que el príncipe Bradley existe?- mira a P.j con curiosidad.

- Si tú madre dice que existe, entonces si- sonríe.

- Gracias cariño, mira arriba, ¿puedes ver al conejo de jade?- mira a su pequeña.

- Si mami- asiente con estuciasmo.

-¿Qué crees que este haciendo ahora?- sonríe.

-¡Puré de luna!- sonríe la pequeña y comienza a reír todos tres.

Unos días después.

La pequeña Melody jugaba por el barrio, ya era la época del festival de la luna y estaba entretenida jugando con su globo de conejo.

-¡Melody ya vamos abrir el local ven!- llamaba P.j a su hija que vino rápidamente- cuidado pequeña astronauta, usa los frenos espaciales-.

-Bueno mi pequeña astronauta, ven ayudarnos hacer pasteles de luna- sonríe y le coloca un bandil.

-¿Si puedo este año?- pregunto emocionada.

- Tu baba y yo hablamos, y creemos que es hora que aprendas hacer los pasteles de luna tradicionales de nuestra familia- sonríe y la agarra de la mano para dirigirse a la cocina.

- El relleno envuelvo, prenso, cierno harina, parto huevos y luego amazo cada uno y aquí vamos otra vez...

El relleno envuelvo, prenso, le doy forma al panecillo, lo barnizo y es un regalo al paladar-.

La pequeña melody mira con entusiasmo para ver cuál tarea le va a tocar hacer hasta que su mamá le pone amasar la masa con ella.

- Si un pastel de luna es bueno, es amasado con amor, dulce tradición- sonríe y prepara los primeros pasteles de Melody.

Unos minutos después estaban listos para ir al honor, al momento de sacarlos P.j mira con curiosidad y ve que salieron bien.

- Si un pastel de luna es bueno, tiene magia en su interior, en su aroma y mágico sabor- empacan unos para los clientes que llegaron.

- Unos cinco más o tal vez doce, nos visitan nuestros primos y se acabarán, nos llevaremos unos 20 más- sonríen y Beret mira a su hija para que traigan más.

Así pasaron los años y Melody ya tenía 10 años.

- Y la luna en ellos...un mensaje da, tienes que apreciar vida y amor...- le toca el pelo a su hija que era de un color ciruela más claro que el de ella- Magia de la luna....ma-g- se toca la cabeza con un toque de dolor.

P.j corre rápidamente a dónde estaba Beret para llevarla a descansar- Magia de la luna...yo te ayudo- sonríe y Melody mira confundida la escena.

Pasaron los meses y Beret no había mejorado, algunos doctores dijeron que no le quedaba mucho tiempo....

Beret con ayuda de Melody repartía los pasteles de luna tradicionales por las calles, aunque ya no podía caminar muy bien no dejaba de hacer lo que más le gustaba.

Y así logro llegar al otro festival de la luna, dónde P.j estaba más preocupado por ella y ya no salía a entregar sus pasteles, aunque Melody los hacía como ella.

En este festival algo raro pasaba con mamá y baba según Melody pero no sabía que era hasta que llegaron al lugar donde cada año se reúnen.

- Cambian ya las hojas... pronto el festival vendrá y un especial regalo te daré- sonríe y le entrega una caja a Melody, la cual al abrirla sale un conejo igual que el conejo de jade.

-Magia de la luna para ti...en cada pastel- P.j tratando de sonreír aunque sabe que no le queda mucho tiempo con el gran amor de su vida.

Después del festival encontraron a Beret dormida con su manta del Dios de la luna o eso le había dicho P.j a Melody para que no sufra con la muerte de su mamá.

Nada volvió hacer lo mismo, la familia de Beret se fue del local dejando a P.j y Melody solos.

Así pasaron 4 largos años y otro festival llegó.

Melody entro a la habitación donde tenían las pertenencias de su mamá y igual una foto con velas alrededor.

-El pastel de luna es bueno...por qué me recuerda a ti, las historias que contabas... mamá...me hablan hoy de ti, un pastel con magia que lleva en su interior, un recuerdo vivo de amor....- suspira dejando las flores y un pastel en la mesa para ir a la cocina ayudar a P.j.